Publicación Entrega nueva tesis sobre el valor histórico y social del puerto:Valparaíso: La riqueza patrimonial nace de sus habitantesLa ciudad está constituida fundamentalmente por personas que crean obras y dejan vestigios, pero sobre todo establecen formas de relaciones entre ellos, sostienen los autores del flamante volumen.
Maite Armendáriz Azcárate
El Mercurio 26 de julio 2009 Artes y Letras
Rescatar un patrimonio no significa solamente identificar obras y edificios emblemáticos, sino también el entorno y las sociedades que le dieron vida. De ello están convencidos los autores del libro "Valparaíso, cerros que hablan al mar", los historiadores Fernando Purcell Torreti, Claudio Rolle y Baldomero Estrada. El flamante volumen profusamente ilustrado, impulsado por el Banco Santander, recorre la historia de este puerto desde su fundación en 1536 hasta los primeros años del siglo XX pero desde una perspectiva novedosa por cuanto comprueba que los orígenes de esta ciudad marcan el tipo de sociedad que lo ha habitado. Para el editor Gonzalo Saavedra, el texto que encabeza el primer capítulo resume bien esa tesis: "Valparaíso nació con la voluntad de subsistir. Su crecimiento espontáneo pero enérgico lo convirtió en el puerto chileno por antonomasia, plaza militar, centro de comercio y de novedad cultural. La ciudad ha sufrido los embates de piratas, guerreros, y terribles terremotos, algunos con salidas de mar y maremotos. Las ganas de ser y de quedarse la han reconstruido una y otra vez, forjando la personalidad de sus habitantes: a diferencia del capitalino, el porteño es abierto, tolerante, práctico, austero, optimista. Así es el puerto, también, que aún hoy muestra las huellas de su fundación y desarrollo".
Estas páginas se proponen elaborar una historia más social que política, agrega Saavedra: "Una historia que pudiera rastrearse aun hoy en el patrimonio arquitectónico y urbanístico, y también en el carácter de los actuales habitantes del puerto".
El mismo entorno natural de la ciudad ayuda a entender la configuración de formas de sociabilidad particulares, apunta Fernando Purcell, subdirector del Instituto de Historia UC, "como la que se da en torno a los ascensores, prácticas cotidianas para vencer los obstáculos de los cerros escarpados, como el uso de mulas para realizar mudanzas, o la misma traza urbana de una ciudad que en muchos aspectos nunca fue planificada, como queda demostrado con el carácter sinuoso de muchas de las calles del plan". El historiador recuerda que se trata de una geografía que sin embargo no determinó por completo las características urbanas del puerto. "Hasta inicios del siglo XIX, Valparaíso era esencialmente una ciudad plana en donde la mayoría de los cerros se constituyeron en murallones infranqueables y poco atractivos en términos residenciales, pero a fines del mismo siglo los ascensores y el camino de cintura ayudaron a darle vida al anfiteatro que conocemos hoy. Esto último es el mejor ejemplo de cómo sus habitantes terminaron por 'doblarle la mano' a las dificultades propias del espacio geográfico porteño".
Así, Valparaíso se presenta como un espacio humano de integración, de encuentro e intercambio entre sus habitantes, contrastando, dice Claudio Rolle, Jefe Departamento Historia Universal de la PUC, con la vida y la cultura de Santiago más cerrada en muchos planos y también más desconfiada frente a los extranjeros. "El uso de los espacios públicos de Valparaíso es elocuente en ese sentido". Purcell agrega que la sociedad porteña es esencialmente integradora en términos identitarios porque históricamente se logró una integración en forma escalonada de los cerros, el plan y el mar y por otro lado de un conjunto de espacios a través de la transversalidad de plazas que una tras otra se suceden para unir la actual Avenida Argentina con la Plaza Echaurren y el puerto. "Ahí se ven dos ejemplos de estructuración de ejes integradores que han permitido el tránsito y encuentro permanente de los distintos habitantes".
La principal debilidad de esta sociedad a juicio de Rolle es común al Chile de fines del siglo XX, "y es la confusión entre lo esencial y lo superfluo que se ha traducido en el descuido del propio patrimonio, el abandono de la ciudad y sus valores por las modas y la ilusión de la modernidad. Aún en la reacción valorativa de fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI veo mucho oportunismo en la forma de enfrentar esta responsabilidad de ser patrimonio de la humanidad", apunta el autor del volumen
Distribución del libro
"Tenemos un profundo compromiso y la convicción de que es necesario rescatar el patrimonio histórico y cultural de Chile. Bajo esa premisa, como División Empresas de Banco Santander, desde el año 2004 hemos ido abordando diferentes temáticas y este 2009 fue el turno del maravilloso y fascinante Valparaíso", afirma el director de esa unidad, Andrés Heusser Risopatrón. Explica que los primeros ejemplares de este nuevo volumen se enviarán de regalo a sus clientes. "Sin embargo, también nos hemos preocupado de que el resto de la gente pueda tener acceso a estos libros a través de la donación de ejemplares a distintas bibliotecas públicas e instituciones como municipalidades y universidades".
"Valparaíso, cerros que hablan al mar"
Editor :
Gonzalo Saavedra.
Historiadores : Claudio Rolle, Fernando Purcell y Baldomero Estrada
Arquitecto :
Jorge Garreaud
Fotógrafo :
Guy Wenborne
Producción :
Andrea Matte
Mónica Bosselin
Dirección de arte : Mónica Yrarrázaval.
Patrocina :
Banco Santander
Páginas : 267
Formato :
27,5 x 36 cm.
Personajes claves:
La nueva publicación presenta recuadros que destacan a personajes que marcaron la historia del puerto. "Estas biografías son funcionales para lograr una lectura más fácil al público en general", explica el historiador Claudio Rolle. Destaca al intendente Echaurren , "estrictamente contemporáneo de Vicuña Mackenna y en cierto modo su contrafigura, fundamental para la ciudad". En tanto Saavedra apunta que les pareció importante destacar a las personalidades que están detrás de las obras, con recuadros breves pero contundentes en información que no siempre aparece en los libros de historia: "Ahí están, entre otros, Juan de Saavedra, el fundador; Lord Cochrane , quien organizó en Valparaíso su escuadra independentista; personajes que parecen de novela, como la escritora británica María Graham, quien quedó viuda en plena travesía en el Cabo de Hornos, llegó a Valparaíso y decidió quedarse, o Liborio Brieba , responsable de la instalación del primer ascensor. Incluimos asimismo a la notable Juana Ross , tal vez la primera chilena que le dio contenido a la palabra caridad".
"Valparaíso, cerros que hablan al mar" también presenta textos escogidos que comprueban cuánto se ha escrito sobre este puerto y de qué manera ha inspirado a grandes autores. Para Gonzalo Saavedra resultan notables las descripciones que hacen de la ciudad autores como Max Radiguet, Rubén Darío, Arturo Capdevila, William Joseph Showalter y Erna Ferguson, entre muchos otros. Al final de cada capítulo se incluyen poesías dedicadas al puerto. Hay textos de Neruda, Gonzalo Rojas , Alfonso Larrahona Kasten, Ángel Cruchaga, Carlos Pezoa Véliz y Gabriela Mistral .Capítulo a capítulo: "Ganándole terreno al mar"
El libro cuenta con un elaborado infográfico desplegable de tres páginas con los hitos arquitectónicos de valor histórico, dirigido por el arquitecto Jorge Garreaud.
El primer capítulo revisa la fundación de Valparaíso , el período colonial, los desastres naturales, incluyendo testimonios del terremoto de 1906, y el auge económico. "Después se da cuenta de la verdadera hazaña que fue ocupar y ampliar el plano de Valparaíso , ganándole terreno al mar, a pulso y con tesón". Luego se relata el encumbramiento de la ciudad hacia los cerros , "que tiene su clímax a finales del siglo XIX con la construcción de los ascensores, el primero de los cuales se instaló en el Cerro Concepción, en 1883". En seguida se revisa la relación del puerto con el mar y, por lo tanto, con el mundo. El quinto capítulo muestra al puerto como el pionero de la actividad comercial chilena. Finalmente se describe la enorme riqueza social de Valparaíso , con un grupo de personas de orígenes nacionales muy diversos, "trabajadoras, con mentalidad más abierta y liberal que el resto de los chilenos, con una producción cultural sin parangón en el contexto nacional", resume el editor.
Guy Wenborne es el autor de las fotografías que ilustran el nuevo libro . "Durante cada visita iban apareciendo rincones, temas y vistas que aunque no estaban en el listado básico de edificios que nos propusimos incluir, al final formaron parte del libro".
Se incluyen también fotografías históricas . Entre ellas algunas de Harry Olds, las del archivo fotográfico de El Mercurio de Valparaíso, los grabados que incluyó Recaredo Tornero en su Chile Ilustrado de 1872, y las tomas que hizo Antonio Quintana a mediados del siglo XX.