SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

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Editor: Neville Blanc

Saturday, December 31, 2011

EL RALLY DAKAR 2012

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MIEMBROS DEL CONSEJO DE MONUMENTOS NACIONALES ADVIERTEN SOBRE EL GRAVE DAÑO QUE OCASIONARÁ EL RALLY DAKAR 2012 SOBRE EL PATRIMONIO NATURAL, ARQUEOLÓGICO E HISTÓRICO DEL NORTE DE CHILE

A consecuencia de los problemas que sus organizadores franceses encontraron en África, nuestro país fue elegido por contar con paisajes áridos y facilidades para llevarlo a cabo, considerando ventajas turísticas y de promoción de imágenes, sin reflexionar previamente sobre las desventajas evidentes que implicaría el paso de agentes mecánicos destructivos de carácter masivo por espacios desérticos ricos en patrimonio cultural y natural. Además, sin escuchar a los expertos y organizaciones regionales, trazando la ruta en secreto, sin la participación de las instituciones y especialistas. Se nos ha querido convencer que los ingresos directos del Dakar entre los años 2009 y 2011, correspondientes a una cifra de 63,5 millones de euros, ha sido un éxito total, en comparación con los apenas 8 millones de euros dispuestos por el Estado chileno, incluyendo una activa participación de los espectadores que habrían ascendido desde los 600.000 a 1.500.000.

Sin embargo, estas cifras optimistas provenientes de la Dirección Nacional de Turismo deben contrastarse con los daños patrimoniales. En el Dakar de 2010 se registraron 149 sitios arqueológicos de diversas épocas a través de su línea base, de los cuales 52 fueron afectados, cálculo muy mínimo, si se considera que las medidas de protección fueron deficientes, ocurriendo destrozos en sectores retirados de la línea de base. Por otra parte, en el Dakar del año 2011 el análisis de la línea de base permitió identificar 556 sitios, de los cuales sólo lograron revisarse 283, siendo afectados de ellos 126. Con independencia de las medidas de mitigación y las compensaciones para financiar labores de rescate y otras de índole patrimonial de parte del Instituto Nacional del Deporte, es obvio que estos fondos son un aporte mínimo, por cuanto hasta ahora no se ha realizado una estimación financiera de los 178 sitios alterados que representan, a nuestro entender, una cifra baja una vez que se observen los desvíos y anchos trazados de los cientos de vehículos comprometidos con la debida detención post Dakar.

Un caso notable de contradicción en que el Estado (Instituto Nacional del Deporte, Dirección Nacional de Turismo), lo hace y legitima en oposición al juicio científico-técnico del Consejo de Monumentos Nacionales, el único órgano estatal que decide sobre la protección legal de estas materias.

Efectivamente, los miembros del Consejo de Monumentos Nacionales abajo suscritos estamos consternados sobre el daño causado durante los Rally Dakar de los años 2009, 2010 y 2011. Ahora, en enero del 2012, otra vez nos enfrentaremos a este colapso, pero ahora no guardaremos silencio frente a acciones eventualmente ilegítimas y éticamente reprochables, aun cuando el propio Estado los autorice. De hecho, instituciones de expertos como el Colegio de Arqueólogos y la Sociedad Chilena de Arqueología han declarado su enérgico rechazo. A lo menos aspiraríamos a no ser criticados por el juicio del futuro.

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Estaremos de nuevo sometidos al paso de cientos de vehículos ”todo terreno”, que no utilizan un rumbo único, sino una ancha faja que resulta surcada, como el trazado de un rastrillo gigante, alterando evidencias patrimoniales naturales y culturales únicas en la historia de la humanidad por provenir de pueblos y culturas que habitaron el particular desierto de Atacama. Las primeras luces de alerta fueron dadas por periodistas y científicos del Centro de Desierto de Atacama de la Universidad Católica, durante el primer rally, a raíz de la intervención del área del “desierto florido” informada en el Mercurio de Santiago el 25 de enero del 2009, probando la destrucción de pisos vegetacionales con especies únicas que por el sólo hecho de ser nativas del desierto más extremo del planeta debieron implicar un respeto mínimo.

Donde se advierten solo planicies desérticas, los organizadores no saben dónde están los grandes yacimientos paleontológicos, como aquel de las ballenas fósiles, único a nivel mundial, los innumerables sitios arqueológicos que sólo se advierten por el examen especializado, incluso a ciertas horas de luz inclinada. En los rallys de los años 2010 y 2011 en las líneas de base, el Consejo de Monumentos Nacionales ha constatado un total de 705 sitios arqueológicos de distintas épocas prehistóricas a subactuales, porque el área desértica del país es lejos la más potencial en estos términos. Hasta ahora no se conoce una versión de la Dirección Nacional de Deportes que explique al país esta paradoja de un Estado que no protege su propio patrimonio cultural. Recientemente se ha dado a conocer, a raíz del próximo Dakar, que la periodista coordinadora del evento requiere de la participación de arqueólogos para revisar 70 km de huellas troperas patrimoniales, con el fin de protegerlas, a sólo 12 días del comienzo del Dakar en enero de 2012…

Es que para nosotros se trata de regiones donde la bella soledad aparenta cierta idea de despoblamiento, pero, al revés, desde los Andes al mar se han sucedido notables culturas y asentamientos prehispánicos, huellas de la conquista española, escenarios de arqueología industrial como el mundo salitrero, las instalaciones guaneras y mineras, sitios de arqueología militar, redes viales prehispánicas y subactuales que recorrieron el desierto a su largo y ancho, la más compleja de Sudamérica, como el sistema inca del Qhapaq-Ñan. No olvidamos a los geoglifos monumentales prehispánicos, alterados dramáticamente por los “todo terreno” de los rally locales, estimulados por el Dakar, que todos los años los destruyen siendo comparables con aquellos gigantescos de Nazca.

En suma, estamos en presencia de un daño irreparable promovido por intereses deportivos o turísticos mal entendidos que alteran a esta frágil estructura física arqueológica e histórica, dejando a la ciudadanía nacional e internacional sin memoria y, por cierto, con la pérdida de la belleza prístina del desierto en sí mismo. En verdad, la sabia naturaleza ha cubierto a este paisaje del llamado “pavimento del desierto”, una pátina protectora que por millones de años lo ampara de los procesos erosivos. Esta “piel” es la que desgarran salvajemente estos venturosos deportistas, sin ninguna cultura ecológica y ambiental, incapaces de entender que más llamaríamos la atención mundial si iniciáramos una campaña de defensa y protección del paisaje del desierto de Tarapacá y Atacama (entre Arica-Parinacota a Copiapó), para liberarlo de basurales, rally indiscriminados, hoyos inmensos de la extracción de estériles mal ubicados, acumulamientos de desechos en obras camineras, propaganda electoral, instalaciones férreas a

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medio levantar, construcciones insólitas fuera del contexto cultural, redundancia de huellas mineras, extracción de aguas ilegales e irracionales, contaminaciones desde el mar a los Andes, en fin, intervenciones que lo hacen vulnerable, cercano a su desvalorización, como si sólo los bosques ameritarían nuestra preocupación.

Qué duda cabe que queremos apoyar esta campaña para crear una política proteccionista del desierto del norte del país para que el Estado pueda contar lo antes posible con un mapa detallado de sus sitios y aéreas patrimoniales, de tal manera de saber concretamente dónde es posible localizar las intervenciones, libres de recursos culturales y naturales: basurales, asentamientos, urbanizaciones, obras portuarias, conexiones viales, infraestructuras mineras, ejercicios militares, competencias deportivas, senderos peatonales culturales, entre otras, para no repetir el lamentable procedimiento de llegar al patrimonio sólo cuando éste ha sido destruido. Volverá el Dakar y de nuevo se repetirá el “muro de los lamentos”, pero ahora esta parte del Estado ha emitido su juicio para esclarecer esta situación de un modo constructivo frente a las autoridades, instituciones pertinentes y sociedad civil.

Santiago, 31 de enero de 2011

Gastón Fernández (Consejero Representante de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía)

Lautaro Núñez (Consejero Representante del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes)

Virginia Vidal (Consejera representante de la Sociedad Chilena de Escritores)

Friday, December 30, 2011

El arquitecto mexicano Ricardo Legorreta Vilchis, ha muerto en Ciudad de México

EL PAÍS, edición nacional, del sábado 31 de diciembre
ELPAIS.com > Cultura 
Muere a los 80 años el arquitecto mexicano Ricardo Legorreta
Era conocido mundialmente por sus líneas audaces y construcciones llenas de color
EFE - México - 30/12/2011

El arquitecto mexicano Ricardo Legorreta Vilchis, ha muerto en Ciudad de México, a la edad de 80 años, informaron a Efe fuentes del Panteón Francés, donde será velado. La información fue confirmada también por fuentes del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta). Ninguna de las fuentes dio detalles sobre la causa de la muerte del arquitecto.

Legorreta nació en la capital mexicana el 7 de mayo de 1931. Entre sus obras más conocidas figuran la Catedral Metropolitana de Managua, The Tech Museum of Innovation en San José (California) o el el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey. También diseñó el Hotel Camino Real, el Papalote o el Museo del Niño, todas en México.

Entre las distinciones recibidas por el arquitecto figura el Premio Nacional de las Artes, concedido por el Gobierno mexicano en 1991. Recientemente fue galardonado con el Praemium Imperiale de la Asociación de las Artes de Japón.

Legorreta, conocido mundialmente por sus líneas audaces y construcciones llenas de color, recibió el pasado 22 de septiembre el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En ese acto, una de sus últimas apariciones públicas, compartió el galardón con otras personalidades nacionales e internacionales, como el cantautor Joan Manuel Serrat y el cineasta Carlos Saura, ambos españoles.

Ezra Pound dijo que "la literatura es una noticia que permanece noticia".



EL PAÍS, edición nacional, del sábado 31 de diciembre
ENTREVISTA: EN PORTADA
"¿Soy de veras Pamuk?"
JUAN CRUZ 30/12/2011

El premio Nobel turco Orhan Pamuk publica El novelista ingenuo y el sentimental, un libro sobre las lecturas que hay detrás de su vocación literaria. Los entresijos de la ficción son también el motor de los nuevos ensayos de Umberto Eco, Jorge Volpi y Charles Dantzig.

Orhan Pamuk (Estambul, 1952) llega a las tres y media en punto a su despacho en la Universidad de Columbia; lo que pasa es que en esta puerta no está su nombre, está el nombre de un destacado antropólogo amigo suyo que le ha prestado el sitio para que reciba aquí a sus alumnos y para que, de vez en cuando, converse sobre literatura con aquellos periodistas que se lo pidan. Y aquí está, llegando, abriendo la puerta, desprendiéndose de los abrigos a los que obliga Nueva York, y mostrando, orgulloso, cuánto ha adelgazado en los últimos tiempos. Es curioso: las dos veces que le había entrevistado hasta ahora (cuando ganó el Nobel, en 2006; cuando quisimos que nos hablara del porvenir de Europa, en 2009) lo hicimos en su casa de Estambul, su rostro contra el Bósforo, al atardecer. Y ahora, mientras bajaba el languideciente sol de Nueva York, parecía también su rostro recortado ante aquella atmósfera tan suya, y que de manera tan determinante está en dos de sus grandes libros, Estambul y El museo de la inocencia. En este espacio que ahora ocupa, en una universidad tan lejos de su casa, cerca de espacios míticos del urbanismo sentimental neoyorquino (nos llevó al final al Tom's Diner, que inspiró a Suzanne Vega, a tomar café), dan ganas de preguntarle si es de veras Pamuk, como alguna vez se pregunta a sí mismo en su nuevo libro, El novelista ingenuo y el sentimental (publicado, como los citados, por Mondadori), contando cómo le aborda la gente que ha leído su ficción más reciente, El museo de la inocencia, una romántica historia de amor obsesivo: "Pamuk, ¿es usted el protagonista?". "A veces", me dice, riendo, "yo mismo me pregunto si de veras soy Pamuk".

Orham Pamuk

"Mis héroes son Tolstói y Proust... Creo que 'Ana Karenina' es la mejor novela jamás escrita. La he leído tantas veces..."

"La espina dorsal de la novela está basada en una característica humana, algo que solo tiene humanidad"

Así que ahí está, en este rincón universitario, feliz, se le ve feliz consigo mismo, con su vida, esperando con ilusión, sin aspavientos, llegar a una edad que parece central: los sesenta. Y en ese ambiente conversamos. Empezamos hablando de Internet, porque su libro va sobre la lectura (las novelas que lo hicieron, los libros que le dieron consistencia a su personalidad y por tanto a sus novelas), y por ende es pertinente que le preguntemos por el porvenir del papel en función de la evidente influencia de las nuevas tecnologías en el mundo de los libros.

PREGUNTA. ¿Cómo ve todo esto? Los libros digitales, Internet, la lectura...

RESPUESTA. Internet tiene su lado bueno y su lado malo. Lo bueno es que los precios de los libros están bajando, pero eso no implica que bajen los derechos de autor. Lo malo de los libros digitales es la piratería. Especialmente en Turquía o en China, donde eso no está controlado. De hecho, los Gobiernos de estos países tienden a mirar hacia otro lado y se justifican diciendo que así la gente pobre tiene derecho a la lectura. En mi país, junto a mi editor y muchos otros, he luchado contra la piratería. Todos mis libros tienen su edición pirata. Pero a los Gobiernos no les interesa controlar la piratería.

P. ¿Usted lee digital?

R. La lectura que hago en Internet es anecdótica. Si quiero leer una novela escojo el libro y lo leo. Me gusta sujetarlo. Pero tampoco soy de esos que prefieren el libro por su olor y esas cosas románticas. No soy un detractor de Internet ni de los libros electrónicos. Tampoco soy pesimista. La crítica que hago es que los libros en Internet son muy difíciles de controlar. Esto, por supuesto, no es culpa de Internet, sino de las personas

... Ezra Pound dijo que "la literatura es una noticia que permanece noticia". Con Internet la sensación de estar conectado es mayor. Es decir, se crea la ilusión de estar conectado. Pero la preparación mental que uno hace al leer una novela física está desapareciendo y eso es lo que me preocupa. No soy un pesimista. He sobrevivido en un país en el que no había hábitos de lectura. Si la gente no lee, me motiva a escribir un libro mejor, por si así leen.

P. Hablando de leer. En su libro se pregunta qué estaría leyendo Ana Karenina en la célebre escena de la novela de Tolstói, en el tren...

R. Sí, se lo explicaré. Escribí cinco capítulos para mis charlas en la Universidad de Harvard y decidí escribir un último capítulo allí mismo. Durante una de mis charlas, con la sala llena a rebosar, les pregunté qué libro creían ellos que leía Ana Karenina en esa escena. Muchos de ellos eran profesores de literatura rusa y no tenían respuesta. Algunos decían que leía a George Eliot, pero en realidad nadie lo sabe, ni siquiera los eruditos.

P. Estaba leyendo, esa es la realidad. Y este libro suyo es la confesión de un lector entusiasmado, un libro de libros...

R. En mi libro no solo menciono a Ana Karenina, sino a Cabrera Infante, a Cortázar, a García Márquez, a Julian Barnes. Menciono a este grupo por su inventiva y su mirada. Ellos fueron los que influyeron en mi posmodernidad. Pero mis escritores clásicos, mis héroes, son Tolstói y Proust... Sin embargo, creo que Ana Karenina es la mejor novela jamás escrita. La he leído tantas veces...; esta misma semana he tenido que volver a leerla para preparar una clase en Columbia.

P. ¿Por qué la ama tanto?

R. Hay tantas razones por las que amo esta novela. Pero esencialmente me encanta porque lo que viene a decir la novela es: "Sí, sí, la vida es así". Básicamente, Tolstói hace las preguntas que todas las novelas deberían hacer y estas son: ¿en qué consiste la vida?, ¿qué debo hacer en esta vida?, ¿cuál es el significado de la familia, la amistad, el matrimonio, la sexualidad, la lealtad...? Estas son las grandes preguntas, y Tolstói, de manera generosa, hace que el lector se las haga.

P. Este libro suyo es como un manifiesto a favor de la ficción. Hace 35 años usted decidió dejar la pintura para dedicarse a escribir. Es como pintar, también.

R. Yo tendría 23 años y le dije a mi familia y a mis amigos que no iba a ser el arquitecto o pintor que todos ellos querían, sino un novelista. Todos me dijeron que no lo hiciera, que yo no tenía ni idea de la vida. Creo que pensaban que iba a escribir una sola novela. Pero les dije que existían Borges y Kafka, y que ellos tampoco tenían ni idea de la vida... Las novelas, me parece, son una forma inédita de ver la vida. Solo ahora, después de todo este tiempo, confieso que cuando mi familia me dijo que yo no sabía nada de la vida, tenían razón. En ese momento no sabía nada.

P. Decían que usted vive en un mundo aparte... Pero en su actitud, y en sus novelas, muestra mucho interés por el mundo de los demás. Como si la literatura fuera su espejo ante el paisaje...

R. Estoy de acuerdo en que la novela es un espejo en el paisaje. Sin embargo, la espina dorsal de la novela está basada en una característica humana, algo que solo tiene humanidad. Y es la compasión hacia los demás. La necesidad de entender a los demás. Eso es lo que nos hace humanos y solamente existe en nosotros. Creo que una novela funciona cuando muestra el mundo desde el punto de vista del personaje. Entendemos cómo se siente Ana Karenina en el tren. Está confusa, se siente melancólica mientras ve cómo nieva al otro lado de la ventana. Esa nieve no está allí porque sí. Es una observación psicológica del personaje. La novela funciona cuando el novelista se pone en la piel de los personajes, ya sean estos del sexo contrario o pertenecientes a otra época histórica, cultural... Para mí la novela es la manera que tengo de aproximarme a las personas más pobres de Turquía. Hacer esto, ponerse en la piel de los demás, no es solo un ejercicio respetable sino ético. La humanidad se basa en eso, en la compasión, en entender a los demás.

P. Pero este libro también trata del paso del tiempo, cómo lo detiene la literatura...

R. Los escritores tenemos miles de cosas que contar en una novela. Y esas cosas se parecen a los átomos. El tiempo en la novela es lo que une todas esas cosas. En ese sentido, los momentos en una novela son como las imágenes de una película. No hay historia sin tiempo.

P. Esa conexión del tiempo y la novela está en El museo de la inocencia porque habla del amor y para el amor no existe el tiempo...

R. En El museo de la inocencia hay ocho objetos que personifican el tiempo. Es como si el escritor estuviera pensando en unos objetos que más tarde se exhibirían en un museo. Lo escribí así. Sabía de antemano qué objetos iba a utilizar. Cada objeto que guardamos está ligado a un tiempo, a un momento, y si los colocáramos en fila podríamos ver nuestra biografía, nuestra vida.

P. Menciona usted a Proust haciéndose una pregunta que le haría ahora a usted: ¿es usted Pamuk?

R. Me lo pregunté a veces, cuando me preguntaban si yo era el protagonista de ese libro de ficción: ¿soy Pamuk? Es ficción. Pero sí, yo soy Pamuk, pero no lo tengo en mente al escribir. No escribo pensando: voy a escribir una novela a lo Pamuk. Para mí, la mejor forma de ser novelista es olvidarse de uno mismo. Tampoco pienso en un estilo al escribir, aunque inevitablemente eso surja de manera natural. Cuando escribo sobre alguien que no es como yo, me esfuerzo en ser otro, en ser el personaje. Lo interesante es escribir sobre los demás, desde su punto de vista y escribir sobre uno como si fuese otro. Volviendo a la pregunta de si soy Pamuk... La respuesta es sí y no.

P. ¿Y eso?

R. Coincido con Schiller en que existen algunos escritores que escriben como si Dios les estuviera dictando las palabras. Existen escritores que son un mero vehículo. Simplemente escriben, sin preocuparse de lo ético, lo estético, ni de los poderes comunicativos de sus textos... Hay muchos escritores que son así. Pero también existen escritores como yo.

P. ¿Y usted cómo es, en ese sentido?

R. Yo soy como aquellos a los que nos preocupa si el texto está bien, si es creíble, si tiene calidad, si es demasiado político, si hay demasiados detalles... Los escritores como yo son demasiado conscientes de sí mismos. Creo que no es bueno tener demasiada consciencia ni demasiada candidez. Un escritor debería ser ambas cosas. Por un lado debería dejarse llevar y por otro debería de controlar. Es como un conductor que debe saber las reglas de conducción pero también olvidarlas.

P. En el epílogo de su libro usted menciona el miedo que tuvo al presentarse a dar esas conferencias en Harvard...

R. Debo decir que me acogieron muy bien los profesores y académicos. Mis prejuicios sobre ese mundo académico convencional se desvanecieron por completo. Estando allí me dijeron que la esposa de Calvino acusó a Harvard de la muerte de su esposo. Según ella, Calvino murió de un ataque al corazón debido al estrés que le producía tener que ir a Harvard a dar unas conferencias. Pero yo sobreviví. Pero sí, estaba nervioso.

P. ¿Se conoce mejor después de haber escrito ese libro?

R. Sí. Lo más importante que aprendí fue que es mucho más placentero escribir una novela que escribir un libro teórico.

P. El libro también versa sobre la edad. Llama la atención las veces que dice usted que lleva 35 años escribiendo novelas...

R. Me acuerdo perfectamente del momento en que quise ser escritor. Fue una tarde de marzo o abril, en la primavera de 1973. Agarré un papel y un bolígrafo y me puse a escribir. Así fue. Recuerdo haber leído El extranjero, de Camus, y a pesar de que no influyó en mi escritura pensé que me iba a ayudar a ser escritor...

P. Sorprende la cantidad de escritores en español que menciona entre los que forman parte de sus lecturas... Cortázar, Vargas Llosa, Cabrera Infante...

R. Sí, y debería haber mencionado a Juan Goytisolo. Su manera de escribir y mezclar cosas es parecida a la mía. Sus imágenes son distintas, pero me siento cercano a él.

P. ¿En qué idioma los ha leído?

R. Hablo inglés y leo en inglés. A Borges lo empecé leyendo en inglés. Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Javier Marías... Todos estos escritores los he leído en inglés. El boom latinoamericano me inspiró. Creía que si ellos lo habían conseguido, los turcos también teníamos una posibilidad.

P. Ha escrito usted un libro muy entusiasta sobre la novela en un momento en que algunos vaticinan que los días de la ficción están contados...

R. Estadísticamente o sociológicamente hablando, el arte de la novela no está en vías de extinción. Al contrario. Tengo un amigo editor en Shanghái que dice que parece que las novelas estén cayendo del cielo. Allí todos están escribiendo, tengan o no libertad de expresión. Y eso pasa en muchos lugares del mundo. En los últimos cincuenta años, todo aquel que ha demostrado interés en la literatura y quiere expresarse lo está haciendo mediante la novela.

P. En su libro hace una comparación entre Ana Karenina y Don Quijote. Dice que la primera está llena de vida, mientras que el personaje de Cervantes está lleno de ficción.

R. Don Quijote se parece a Madame Bovary en el sentido en el que el protagonista se deja llevar por los libros que lee y por las leyendas que escucha. Admiro a Don Quijote, pero no creo que sea una novela tal y como lo interpretamos hoy día. La interpretación de la novela nace en los años 1830 o 1840 y empieza con Dickens, Balzac... Solo existen dos textos excepcionales escritos antes de esa época y son La historia de Genji y el Quijote. Son libros que se asemejan a la novela pero no llegan a serlo. Son icónicos, emblemáticos, largos y llenos de aventura y se merecen todo mi respeto, pero para mí no son novelas.

P. ¿No tiene miedo de convertirse en un Don Quijote con tanta novela como tiene ahora en la cabeza?

R. Ja, ja, ja. Soy un buen lector y haber leído todas estas novelas me ha hecho muy feliz. Siento la misma hambre por leer como los que viven alejados del centro del mundo. Como Borges. Aunque él por lo menos tenía una biblioteca. En Turquía no existían. Así que leí todo lo que caía en mis manos con ansia, con deseo, con cabreo, con fervor.

P. Habla en su libro del orgullo de lector. ¿Qué libro se ha sentido más orgulloso de leer?

R. Cuando leía Ulises había una vocecita que me susurraba al oído y me decía: "Orhan, Orhan, ¡que estás leyendo Ulises! Aunque no lo entiendas, es igual. Sigue leyendo". Es como cuando vas a un museo. Te sientes orgulloso de estar allí. Ese sentimiento de orgullo también se produce al leer novelas literarias. Y ese orgullo nace del respeto.

P. El año próximo cumplirá sesenta años. ¿Le afecta el cambio del tiempo?

R. Sí. Me doy cuenta de que el tren se va acercando a la última estación. Al mismo tiempo, hay tantos libros que quiero escribir, tantas ventanas por las que quiero mirar... ¿Debo estar preocupado? Sí.

P. Al cumplir los setenta, Vargas Llosa me dijo en una entrevista que su lema era seguir caminando...

R. Tengo casi sesenta y sigo trabajando mucho. Me gusta asumir esa carga. Debería descansar, pero sigo siendo muy ambicioso.



Thursday, December 29, 2011

CIPER, UDP y Editorial Catalonia presentan: "Los secretos del imperio de Karadima"



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INVITACION A LOS SOCIOS Y AMIGOS DE LA SBCH

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CUIDEMOS AL COLECCIONISTA

Fachada de la galería Knoedler & Company, en la calle número 70 en Manhattan. Anunció su cierre en noviembre tras 165 años de actividad en la ciudad.-
TINA FINEBERG (CORDON PRESS)




EL PAIS en Viernes, 30/12/2011, 03:39 h
Cultura
Timo de alto nivel en la cúspide del arte
Una de las galerías más prestigiosas de Nueva York, con 165 años de vida, cierra víctima de una trama de falsificación de piezas del expresionismo abstracto
BARBARA CELIS - Nueva York - 26/12/2011

El belga Pierre Lagrange era, hasta este otoño, uno de esos escasísimos afortunados que pueden sentarse en el salón de su casa y deleitarse con piezas de la exclusiva tribu de los expresionistas abstractos, acaso la de más pedigrí en el circo de las subastas de arte moderno. Este coleccionista afincado en Londres adquirió en 2007 Sin título, 1950, una característica action painting de Pollock por 17 millones de dólares (13 millones de euros) en la galería neoyorquina Knoedler & Company. Cuando este año quiso subastarla en Christie's la obra fue rechazada. No era auténtica, le dijeron. Lagrange buscó entonces la opinión de diferentes expertos y llegó a la conclusión de que le habían engañado. El 2 de diciembre presentó una demanda por falsificación en un juzgado federal estadounidense contra la veterana y respetada galería. Tras 165 años de vida, esta había cerrado tan solo dos días antes.

El FBI investiga la venta de 18 cuadros valorados entre 7,6 y 15,2 millones

Entre las obras dudosas hay 'pollocks', 'stills' y 'motherwells'

Antes de su clausura, Knoedler & Company era toda una institución

Todas las pinturas pasaron por la marchante mexicana Glafira Rosales

También se querelló contra su presidenta hasta 2009, Anne Freedman, responsable de la venta. Entre las pruebas presentadas había un análisis forense que demostraba que en el cuadro había rastro de pigmentos que no existían cuando supuestamente se firmó la obra.

La demanda, con la que Lagrange reclama la devolución de los 17 millones pero que no incluye cargos criminales contra Freedman, abrió una versión artística de la caja de Pandora que desde hace días mantiene en vilo al mundillo de la Gran Manzana, que observa con horror cómo el FBI investiga la posible falsificación de 18 cuadros vendidos por la misma galerista y por uno de sus antiguos empleados, Julian Weissman.

Valorados entre 10 y 20 millones (de 7,6 millones de euros a 15,2) y firmados entre otros por De Kooning, Pollock, Motherwell y Dieberkorn, los cuadros proceden todos de las mismas manos: Glafira Rosales, la marchante que les vendió a ambos las obras y a la que su abogado defiende alegando que la galerista ha querido convertirla en cabeza de turco.

Curiosamente, el nombre de Rosales, una mexicana de 55 años que reside en Long Island y que a su vez tuvo galería propia en Manhattan y otra en el Estado de Nueva York, está asociado, según The New York Times, a un nombre español: José Carlos Bergantiños Díaz, un empresario y coleccionista español que según la web Artinfo.com aparece descrito en los papeles de la demanda como alguien que lleva implicado en casos de falsificación desde 1999 (extremo que no pudo ser confirmado por este diario).

Todas las obras investigadas llegaron a manos de Freedman y Weissman a través de Rosales, quien comenzó a traer cuadros de autores estadounidenses desde México en 1993. Según una carta fechada en 2007 y citada por el rotativo neoyorquino, esta marchante comerciaba con las obras de un coleccionista mexicano que habría comprado arte estadounidense en los años cincuenta directamente de manos de los propios artistas (y por tanto sin papeles que certifiquen su autoría). El hijo del coleccionista, a quien ella describe en la carta como "un amigo de la familia que reside en México y Suiza", quería vender parte de la colección que había heredado, incluidas obras de Motherwell, Franz Kline, Clyfford Still y Willem de Kooning, pero insistía en mantener el anonimato.

A través de Freedman y Weissman algunas de esas obras llegaron a galerías como Killala Fine Art, que en febrero denunció a Weissman y a la fundación Dedalus por haber certificado la autenticidad de un motherwell después catalogado como falso y titulado, como parte de una de las más célebres series del artista, Spanish Elegy 1953. P.24. A esa denuncia se unió otra de aquella fundación, que maneja gran parte del legado de Motherwell, por mentir sobre su procedencia. El caso se cerró en octubre con un acuerdo que obligaba precisamente a Rosales a desembolsar la mayor parte de los 600.000 dólares que Killala Fine Art pagó por el cuadro, y a Weissman, a cubrir el resto más los gastos judiciales de la fundación Dedalus.

Pero según se supo el 15 de diciembre durante la primera vista del juicio, las dudas sobre la autenticidad de las obras que Rosales vendía a través de Freedman no son nuevas. Según testificó la galerista, en 2003 ella misma accedió a devolverle dos millones de dólares a Jack Levi, ejecutivo de Goldman Sachs al que le vendió el pollock Sin título, 1949. Al parecer, la International Foundation for Art Research se negó a autentificar la obra, así que Levi solicitó anular la venta y la galería Knoedler aceptó. Después la propia Freedman, junto al empresario canadiense David Mirvish, adquirió el cuadro. "Basándome en mi experiencia, considero que Ann Freedman jamás ha vendido una obra de arte que ella no considerara auténtica. Si el pollock de Lagrange no lo es, tanto Freedman como yo hemos sido engañados y demandaremos a otros", aseguró Mirvish, que fue el anterior propietario del pollock ahora en disputa. Por su parte, la galerista se ha defendido asegurando ante el juez: "Tengo todas las razones para creer que estos cuadros son auténticos", y entre ellas destaca que ella adquiriera tres de las obras que ofrecía Rosales: un rothko, un pollock y un motherwell, que aún tiene. "No me estoy defendiendo. Estoy defendiendo el arte en el que creo".

Sobre el coleccionista misterioso del que según Rosales proceden las obras, continúa el silencio. Mientras tanto, el mundo del arte neoyorquino hierve en una continua conjetura.

Leo Castelli resurge con un libro y una exposición

Leo Castelli (segundo por la derecha) y su esposa Antoinette conversan con Jasper Johns en el apartamento de la pareja. La pintura del fondo es una de las célebres banderas de Johns.- SAM FALK (GETTY)




ELPAÍS.com Viernes, 30/12/2011
REPORTAJE
El galerista que inventó Nueva York
La figura del mítico marchante Leo Castelli resurge con un libro y una exposición - Moldeó las carreras de Warhol, Serra, Cy Twombly, Ellsworth Kelly o Jasper Johns
EDUARDO LAGO - Nueva York - 30/12/2011

A mediados de los setenta estalló en Nueva York el escándalo que sacó a la luz los manejos del marchante Frank Lloyd con el legado de Mark Rothko. El caso que enfrentó a los herederos de Rothko con Lloyd se cerró con una severa sentencia. Apremiado por el juez que instruía el caso, Lloyd hizo una afirmación que no dejaba lugar a dudas acerca de cuáles eran sus motivos: "Yo no colecciono arte, yo colecciono dinero". El litigio desveló los engranajes de un negocio que en esencia consiste en traducir algo tan intangible como la creación artística pura en algo tan tangible como un cheque bancario. Leo Castelli (1907-1999), uno de los galeristas más legendarios del siglo XX, ocupaba entonces un lugar central en el mundo del arte neoyorquino, pero su caso, altamente emblemático entre los que ejercen su oficio, representaba justamente lo contrario. Se acaba de traducir al castellano Leo Castelli y su círculo, extensa biografía firmada por Annie Cohen-Solal, un libro apasionante que acomete con valentía y rigor la labor de desentrañar el enigma de un hombre que cambió las leyes del coleccionismo desde su mítica galería del SoHo. A la ocasión editorial se suma estos días otra expositiva: la Fundación Juan March dedica en Palma una muestra-homenaje a Castelli a partir de nueve grabados de artistas de su galería como Roy Lichtenstein, Ellsworth Kelly o Ed Ruscha.

Modeló su oficio tras los pasos de Alfred Barr, visionario director del MoMA

"Nunca expuse a la figura clave en mi galería: Duchamp", le gustaba decir

Leo Krausz nació en Trieste en el seno de una familia de banqueros judíos de origen húngaro. Su padre, Ernesto, se casó con una rica heredera, Bianca Castelli, también judía. Por exigencia de las leyes de Mussolini los Krausz tuvieron que italianizar el apellido en 1935. Leo disfrutó de una infancia feliz, que incluía vacaciones de lujo contemplando tizianos en Venecia, y estancias en el Hotel des Bains, en el Lido. Solal-Cohen lleva a cabo un exhaustivo estudio de las circunstancias histórico-sociales que rodearon a la familia. El estallido de la primera conflagración mundial llevó a Ernesto a trasladarse con los suyos a Viena en 1914. En 1918 la familia regresó a Trieste. Una década después, el ominoso ascenso de un antisemitismo cuya sombra se proyectaba sobre toda Europa empezó a hacer mella en la vida y la hacienda de los Krausz-Castelli, que se vieron obligados a una serie de exilios consecutivos. Tras estancias en Budapest y Bucarest, en 1935 se trasladaron a París a bordo del Orient Express. Durante los años de Bucarest, Ernesto obligó a su hijo Leo a trabajar en una compañía de seguros. Conoció a Ileana Shapira, hija de un millonario judío, con quien se casó, y con quien formaría un tándem formidable que duró más que su matrimonio.

En París, aunque los designios del Tercer Reich para con los judíos europeos no dejaban ya lugar a dudas, Leo e Ileana abrieron una galería en la Place Vendôme, en la que exhibieron obras, entre otros, de Max Ernst y Dalí, así como muebles y objetos de diseño. El estallido de la II Guerra Mundial hizo que los Castelli buscaran refugio en Cannes. La caída de París les obligó a abandonar definitivamente Francia. Tras unas Navidades en Marraquech, atravesaron España camino de Nueva York. Corría el año 1941. Una de las primeras cosas que hizo Castelli nada más desembarcar en Ellis Island y obtener permiso para trasladarse a Manhattan fue visitar el MoMA. Nada volvería a ser como hasta entonces.

Annie Solal-Cohen describe con la misma minuciosidad que dedica a los años europeos el lento proceso de fermentación que acabó por convertir a Leo Castelli en el galerista más importante de su tiempo. El aprendizaje pasó por fases muy distintas, incluyendo tener que dirigir una fábrica textil, de la que Castelli se escapaba en cuanto le resultaba posible, para sumergirse en los ambientes artísticos del Nueva York de la época. Castelli modeló su oficio siguiendo de cerca la lección de dos importantes figuras de la escena artística neoyorquina: Alfred Barr, el visionario director del MoMA, y el crítico de arte Clement Greenberg. De su mano llevó a su práctica un elemento de rigor ético e intelectual distintivos de su conducta como galerista.

Los años clave de su lento aprendizaje neoyorquino, calificados por su biógrafa como la década más extraña de su vida, fueron los que mediaron entre 1946 y 1956. Leo Castelli necesitó todo aquel tiempo para incubar su inequívoca vocación. Durante aquella época también sufrió una radical transformación el ambiente artístico de Nueva York. En 1957, con 50 años cumplidos, Castelli abrió su primera galería, en su propia casa, para mostrar el trabajo de grandes maestros del modernismo europeo y estadounidense.

Más adelante vendría la legendaria galería del SoHo, ubicada en el número 420 de West Broadway. Por espacio de cuatro décadas, desde finales de los cincuenta hasta finales de los noventa, Castelli presentó al mundo a algunos de los artistas estadounidenses más importantes de su tiempo. La nómina de purasangres que formaban parte de su establo con Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Frank Stella y Roy Lichtenstein a la cabeza, incluye a artistas del calibre de Ellsworth Kelly, Richard Serra, Donald Judd, Dan Flavin, Robert Morris, Ed Ruscha, Bruce Nauman, Cy Twombly, Andy Warhol, James Rosenquist y Claes Oldenburg. En el centro de la visión de Castelli hay una ausencia que explica su actitud general hacia el arte. Para él todo empieza y acaba con Marcel Duchamp. "La figura clave de mi galería es alguien cuya obra no he expuesto jamás, Marcel Duchamp. Los pintores que no han sido influidos por él no tienen cabida aquí". La afirmación permite desvelar al menos parcialmente el misterio. Castelli, como supo ver Jasper Johns nada más conocerlo, "había nacido para vender, ya fuera una póliza de seguros a sí mismo o unas latas vacías que había que hacer pasar por arte". Pero eso, con ser parte esencial, no podía serlo todo. A diferencia de lo que dijo de sí mismo Frank Lloyd, Castelli no coleccionaba dinero, sino arte.

Tuesday, December 27, 2011

Estas Cámaras deben ser un ejemplo de la voluntad de compartir desde el derecho a discrepar

El rey Juan Carlos y el príncipe Felipe, a su llegada a la apertura de la X Legislatura (Foto: EFE, Emilio Naranjo)




Don Juan Carlos ha inaugurado la décima legislatura con una llamada a los parlamentarios para que se esfuercen especialmente en dar respuestas “eficaces” contra la crisis, que trabajen por “restituir la confianza en las instituciones” y con un recuerdo especial a las víctimas del terrorismo. También que sean un reflejo de lo que ocurre en la sociedad en la que los ciudadanos, en su inmensa mayoría, “desempeñan su trabajo, viven su vida y sacan adelante su familia con honradez, esfuerzo y profesionalidad”.


A las doce en punto el Rey llegó a la Carrera de San Jerónimo junto a la Reina, y los Príncipes de Asturias. Ya se sabía que las Infantas no estarían presentes, como consecuencia evidente del apartamiento de Iñaki Urdangarin de las actividades de la familia real al estar sometido a una investigación judicial.

El Monarca, no obstante, se vio reconfortado por los momentos delicados que ese caso ha traído consigo con un aplauso inusitadamente largo y sostenido por parte de todos los parlamentarios a excepción, con algunas excepciones de diputados del PNV y de Izquierda Unida. Pero allí estuvieron todos salvo los representantes de ERC y Amaiur.

Antes de que el Rey tomara la palabra, el presidente del Congreso, Jesús Posada hizo un encendido alegato a favor de la vigencia de la Constitución de 1978 que “no está agotada”. Posada elogió el papel de la Corona en la democracia parlamentaria española. Y consciente de esa función el Monarca recordó implícitamente algunas de las obligaciones de las Cámaras que no se cumplen debidamente como, por ejemplo, la renovación de las instituciones, por falta de acuerdo político y el consiguiente bloqueo. Son los casos del Tribunal Constitucional y de RTVE, entre otros. Para reforzar el prestigio de las instituciones es necesario su prestigio y éste se consigue “con el correcto desempeño, pero también en la observancia precisa de las normas y los plazos que regulan su composición y funcionamiento”, ha señalado Don Juan Carlos.

“Los partidos representados en estas Cámaras se han hecho eco de la petición insistente de los españoles a favor de un mayor entendimiento entre sus representantes”. Algo más de cincuenta minutos ha durado todo el acto institucional, que empezó y terminó con una breve parada militar



DISCURSO DEL REY
"Hemos de defender la honradez"
Texto del discurso de don Juan Carlos en la apertura de la décima legislatura
El País Madrid 27 DIC 2011 - 12:14
Señor Presidente del Congreso de los Diputados,

Señor Presidente del Senado,

Señor Presidente del Gobierno,

Señoras y Señores Ministros,

Señoras y Señores Diputados y Senadores,

Señoras y Señores

Nos convoca hoy la apertura de la Décima Legislatura de las Cortes Generales.

Es el momento de felicitar a los nuevos representantes de la soberanía nacional elegidos por el conjunto del pueblo español, y, muy en particular, a los ciudadanos que, en el ejercicio de sus derechos democráticos, han participado en las recientes elecciones generales.

Es tiempo también de agradecer el trabajo y el compromiso de los parlamentarios que, durante la anterior Legislatura, se han esforzado por dar lo mejor de ellos mismos a favor del bien común y del interés general de toda España.

Ha transcurrido un tercio de siglo desde la instauración del régimen de libertades amparado por la Constitución de 1978 y en el año que pronto comienza se cumplirá el Bicentenario de la Constitución de 1812, nuestra primera Carta Magna.

Los principios de ciudadanía, soberanía, nación o parlamentarismo, quedaron plasmados en aquel texto por las Cortes reunidas en Cádiz. Supimos entonces adelantarnos a los tiempos y superar juntos una de las coyunturas más extraordinarias y difíciles de nuestra Historia.

Hoy quiero recordar aquella gesta cívica y política. También deseo reconocer la grandeza de quienes la protagonizaron, pues todos ellos inspiraron un programa de reformas dirigido a afianzar las libertades,con una profunda vocación iberoamericana.

La Constitución de 1812 fue en su época un proyecto de modernidad y la primera piedra fundamental en el proceso de construcción de nuestro actual Estado de Derecho.

Señorías.

Con ocasión de mi reciente Mensaje de Navidad he abordado ante los españoles algunos de los principales retos y problemas que afectan a nuestro país.

En ese mensaje rendí el que considero un imprescindible homenaje de justicia y reparación a las víctimas del terrorismo, que hoy quiero reiterar aquí en reconocimiento a su memoria, su dignidad y su valentía.

Me referí también en él extensamente a la crisis económica y a la consiguiente destrucción de empleo.

Me dirijo hoy en sede parlamentaria a los representantes de la soberanía nacional; a quienes habéis sido objeto de un gran honor que conlleva grandes responsabilidades que, estoy seguro, afrontaréis con eficiencia, honestidad y trabajo.

En vuestra labor legislativa y parlamentaria sé que tendréis muy presente que todos, diputados y senadores, estáis unidos en la obligación de contribuir con decisión y eficacia a la superación de esta crisis y de sus negativos efectos para los ciudadanos, que os demandan una actuación responsable,solidaria y efectiva.

Afecta también a vuestras responsabilidades contribuir a reforzar la confianza en las instituciones.

Su prestigio está en su correcto desempeño, pero también en la observancia precisa de las normas y los plazos que regulan su composición y funcionamiento.

Cumpliendo cada uno sus obligaciones constitucionales, reforzaremos cada día más el Estado de Derecho que garantiza con seguridad, justicia y equidad los derechos individuales de las personas, la fortaleza institucional y, en definitiva, nuestra convivencia colectiva.

Esta convivencia tiene sus fundamentos en realidades estructurales y en sólidos principios.

Me refiero, por un lado, a los múltiples y hondos lazos familiares, culturales e históricos que nos unen a todos los españoles, y que se han ido fortaleciendo a lo largo de muchos siglos y generaciones.

Me refiero también a los firmes valores que caracterizan lo mejor de nuestra sociedad y que garantizan el espíritu de concordia con que debe desarrollarse siempre nuestra vida en común.

Estas Cámaras deben ser un ejemplo de la voluntad de compartir desde el derecho a discrepar.


Hemos de defender la honradez, el esfuerzo y la profesionalidad con que la inmensa mayoría de los españoles desempeñan su trabajo, viven su vida y sacan adelante a sus familias.


Ese empuje extraordinario de todos forja la convivencia que hace posible el progreso de cada ciudadano y del conjunto de la sociedad, en un marco de tolerancia.

Señorías,

En el solemne acto de apertura de la Legislatura de las Cortes Generales quiero subrayar algo que no por evidente es menos esencial: los parlamentarios se deben al conjunto de la sociedad española, desde la diversidad de sus diferentes procedencias territoriales y la pluralidad de sus ideologías, claramente manifestadas en la composición de estas Cortes.

Sus legítimas y particulares concepciones de nuestro marco colectivo de convivencia deben contribuir a impulsar el espíritu de grandeza, unidad y solidaridad con el que los miembros de estas Cámaras han de trabajar en todo momento a favor de todos los hombres y mujeres de nuestro país.

Los ciudadanos de cada una de las Comunidades Autónomas,ciudades y pueblos de España esperan mucho de todos sus representantes y autoridades.

Los partidos representados en estas Cámaras han escuchado la petición insistente de los españoles a favor de un mayor entendimiento entre sus representantes.

Tengo el convencimiento de que estas Cortes sabrán acordar en sus debates medidas eficaces para afrontar y resolver los desafíos que nos aguardan. Tengamos confianza en nuestras capacidades y sepamos proyectar esa confianza a todos nuestros ciudadanos.

Señoras y Señores Diputados y Senadores,

La Corona, al servicio permanente de nuestra sociedad y de nuestro país en el marco de la Monarquía parlamentaria, confirma hoy y siempre su compromiso con España, con la defensa de su democracia, su Estado de Derecho, su unidad y su diversidad.

Con ese compromiso, la Reina y los Príncipes de Asturias se unen a mí para desear a Sus Señorías el mayor acierto en sus altas responsabilidades.

Declaro abierta la Décima Legislatura de las Cortes Generales.

Muchas gracias.

Sunday, December 25, 2011

DE NUESTROS SOCIOS: JOSE MIGUEL BARROS


Profesor-guía El abogado y diplomático José Miguel Barros coordinó la redacción de este epistolario.
Epistolario de Alberto Blest Gana Centro de Investigaciones Diego Barros Arana Recopilación y transcripción dirigidas por José Miguel Barros Franco.

Rafael Sagredo es director del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.



El Mercurio Artes y Letras Santiago de Chile domingo 25 de diciembre de 2011 Actualizado a las 6:20 hrs.  El Mercurio Emol
Patrimonio Un rescate de la Academia Diplomática, la Fundación Alberto Blest Gana y la Dibam:
Las cartas diplomáticas de Alberto Blest Gana
Reconocido como el autor de "Martín Rivas" y "El loco Estero", la publicación de "Epistolario de Alberto Blest Gana" (Centro de Investigaciones Diego Barros Arana) revela una faceta poco conocida de este intelectual chileno: su aporte a la política y diplomacia nacional a mediados del siglo XIX.
Maureen Lennon Zaninovic

En 1864 fue designado intendente de Colchagua y tres años más tarde entró a las filas diplomáticas, al asumir como encargado de negocios de Chile en EE.UU. Pero también fue regidor de Santiago, diputado y ejerció servicios exteriores en Londres y París (el 13 de marzo de 1870 presentó sus cartas credenciales a Napoleón III).

En síntesis, son muchísimas las facetas -algunas bastante desconocidas y sorprendentes- de Alberto Blest Gana (1830-1920).

El autor de "Martín Rivas" también jugó un papel fundamental en el acontecer nacional e internacional, hacia mediados del siglo XIX. Un desempeño profesional que se pone en valor gracias a la reciente publicación de "Epistolario de Alberto Blest Gana" que se materializó gracias a la Dirección de Bibliotecas y Archivos y Museos (Dibam) y su Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. En total son dos volúmenes con más de 800 cartas que el creador de "El loco Estero" intercambió con importantes personajes de su época, entre otros Benjamín Vicuña Mackenna, Federico Errázuriz, Aníbal Pinto y José Manuel Balmaceda.

"Es triste decirlo, pero Chile le debe un reconocimiento a este gran intelectual. Este es el primer homenaje que le hace nuestra Cancillería y que también se publica gracias al valioso interés y apoyo económico de la Fundación Alberto Blest Gana", afirma el abogado José Miguel Barros, quien guió todo el proceso de recopilación y transcripción de este trabajo que, a su vez, forma parte de la colección "Fuentes para la Historia de la República" impulsada por la Dibam.

Rolando Stein, quien fuera director de la Academia Diplomática de Chile entre 2001 y 2006, destaca en el prólogo del primer volumen el carácter pionero de este rescate:


"Han sido alumnos de una de las promociones de la Academia Diplomática quienes, guiados por el embajador Barros, gestaron el epistolario de Blest Gana que ahora ve la luz. No sabemos de una experiencia similar en las instituciones análogas del extranjero".

José Miguel Barros explica que hasta 1888 el autor de "Durante la reconquista" desempeñó relevantes labores diplomáticas en Francia. En todo ese extenso período de servicio al exterior dejó de escribir (con anterioridad a este cargo ya había publicado "La aritmética en el amor", "Martín Rivas" y "El ideal de un calavera").


"A partir de su salida al extranjero, su pluma se volcó solamente a una nutrida correspondencia. Sus cartas fueron muy numerosas. No hay que olvidar que en esa época las comunicaciones se realizaban vía oficios de carácter más público y misivas que permitían una mayor infidencia y confidencia de aspectos no revelados en las informaciones oficiales", dice Barros.

Corregido y aumentado

Agrega que un punto de partida fundamental de toda esta recopilación fue el libro "Epistolario de 1856 a 1903", una compilación de 200 cartas realizada por Sergio Fernández Larraín y que publicó en 1991 la Editorial Universitaria. "Nuestros alumnos tomaron conocimiento de estas misivas, las estudiaron y corrigieron, gracias a las numerosas observaciones que yo hice al contenido del epistolario. También cotejamos una a una esas cartas -en el caso de que existieran- con sus originales. Y finalmente enriquecimos ese corpus , tras una exhaustiva investigación en distintos archivos públicos y privados, con cerca de 600 cartas más, lo que nos dio un total de 832 escritos que finalmente publicamos, siguiendo un orden cronológico, agrupados en ocho capítulos".

-¿Qué aspectos salen a la luz en este nuevo epistolario?

"Blest Gana realizó gestiones contra Orélie Antoine I, el llamado Rey de La Araucanía y Patagonia y actuó en la Santa Sede en defensa de la postulación de monseñor Francisco de Paula Taforó como arzobispo de Santiago. Reproducimos largas misivas donde se muestran la objeciones de la Iglesia y del Vaticano a ese nombramiento. Estando en París, Alberto Blest Gana viajó varias veces al Vaticano para conseguir que aceptaran a Taforó. Su gestión fracasó, pero revela cómo operó en Chile el régimen del Patronato, que facultaba al Presidente de la República proponer nombres para arzobispo (luego eran visados o rechazados por el Papa), una potestad que se suprimió con la Constitución de 1925. Blest Gana también intervino en la contratación en nuestro país de prestigiosos maestros y científicos extranjeros; gestionó empréstitos y contratos relativos a obras públicas e intervino en la compra de naves de guerra".

-Y jugó un papel importante en el desarrollo de la Guerra del Pacífico...

"Los que conozcan a fondo la vida y obra de Blest Gana, esto no es una novedad. Para el lector no tan experto, este aspecto sin duda será sorprendente. Él tuvo una participación bastante relevante en la Guerra del Pacífico. Ayudó a la adquisición de material bélico y de uniformes, pero también realizó exitosas gestiones para impedir la compra de buques por parte de los peruanos. El epistolario también revela un capítulo importante de las relaciones internacionales de nuestro país con Europa, fundamentalmente con Francia, Inglaterra y Alemania. Pero el gran mérito de Blest Gana, a mi juicio, fue que durante 20 años se desempeñó como Ministro de Chile en Francia (en esa época nuestro país no contaba con el grado de embajador, el rango diplomático más alto era el de Ministro Plenipotenciario, quien a su vez era jefe de una legación) y bajo el mandato de distintos presidentes. Una brillante carrera que llegó a su fin, en 1888, en el gobierno de José Manuel Balmaceda, víctima de una lamentable intriga política emprendida por José Exequiel, hermano del Mandatario".

El aporte de la Dibam

Para Rafael Sagredo, profesor del Instituto de Historia de la PUC y director del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, ha sido "fundamental el trabajo de la Dibam y de la Fundación Alberto Blest Gana, en la puesta en valor de este patrimonio que se sabía que existía, pero que aún no se había publicado en su totalidad".

-¿Se puede considerar al autor de "Martín Rivas" como un liberal?

"Sí, pero por lo pronto él fue un republicano. Es cierto que fue un liberal en el sentido de ir a tono con su tiempo, en propiciar una mayor apertura política y una disminución del autoritarismo, pero como buen diplomático, fue más allá de las clásicas diferenciaciones".

-¿Qué aspectos históricos se iluminan a partir de estas cartas?

"A través de este epistolario uno conoce la trastienda de las grandes decisiones políticas. Este libro, por lo demás, tiene el valor agregado, especialmente en una historiografía como la chilena que normalmente lo que hace es sólo mirar lo que sucede en Chile -como si fuera lo único importante- de aportar la visión de un diplomático que, por lo demás, vivió en Europa durante tanto tiempo. Las reflexiones de Blest Gana, la forma en cómo va matizando sus juicios, permiten captar el modo en que se desenvolvió nuestro país en el exterior en el siglo XIX, un mundo que con los años será cada vez más relacionado y tenderá a una globalización".

Sagredo también destaca la influencia francesa en los años del autor de "Martín Rivas":

"Francia es el referente absoluto del sistema cultural: el liceo, la educación enciclopédica, las costumbres: todo mira hacia ese país. París es el centro del mundo y tener a una figura como Blest Gana viviendo allí, nos permite expandir el ámbito de lo que se conoce como chileno. Por otro lado, este tipo de documentos o fuentes nos demuestran que no estábamos tan aislados como la historiografía nos ha querido hacer creer. Esta idea de un país al margen o desconectado, se matiza. Este epistolario también revela que el autor de 'El loco Estero' fue un gran observador de la realidad chilena, muy agudo. Aunque siempre me ha llamado la atención un artículo suyo sobre la política nacional donde él escribió que 'la República en Chile es como el huemul. Todos saben que existe, pero nadie lo ha visto'. Es una frase que nos define tan bien".

El historiador finalmente resalta que a través de este epistolario desfila gran parte de la intelectualidad criolla de la segunda mitad del siglo XIX, además que se revelan aspectos culturales y científicos de gran trascendencia para el país. "Tras la muerte del naturalista francés Claude Gay, en 1873, a Blest Gana le toca relacionarse con la familia que quiere donar su archivo a nuestro país. El autor de 'Durante la reconquista' tiene la suficiente sensibilidad para darse cuenta del valor de este patrimonio y realiza todas las gestiones para su permanencia en Chile", dice.

Próximos estrenos

Este valioso volumen da cuenta de la intensa labor editorial que ha venido desarrollando el Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. En esa línea, Rafael Sagredo anuncia la próxima salida de "Gobernar la pobreza, prácticas de caridad y beneficencia en la ciudad de Santiago", de Macarena Ponce de León; la reedición de "Charles Darwin: observaciones geológicas en América del Sur" y el segundo tomo de "Naufragios en el Océano Pacífico Sur".

Las cartas: párrafos escogidos

Carta de Alberto Blest Gana a Víctor Raynaud (sobrino de Claudio Gay) escrita en París, enero 5 de 1874.

"Por esta carta, repitiéndome lo que Ud. me había dicho a viva voz en nombre de los herederos del difunto señor Claudio Gay y en su propio nombre como uno de ellos, Ud. me da a saber que la familia del ilustre sabio ofrece gratuitamente a mi Gobierno, como testimonio del agradecimiento que ella conserva con Chile, la parte de la biblioteca del difunto que se refiere a América en general y particularmente a Chile. Además, Ud. pone a disposición del mismo Gobierno por el precio que juzgue conveniente dar, todos los ejemplares que no han salido a circulación de la Historia de Chile escrita por el señor Gay".

Carta a Benjamín Vicuña Mackenna. París. junio 15 de 1872.

"Querido amigo:

Recibí tu apreciable carta en que me comunicas tu nombramiento a la Intendencia y me haces algunos encargos.

Recibe por lo primero mis cordiales felicitaciones. Veo con placer que desde el principio empiezas a consagrar a tus tareas tu inteligente y aprobada laboriosidad. Tu plan de trabajo es muy completo, y aun cuando sólo una pequeña parte de él consigas realizar, siempre habrás hecho un buen servicio sólo con trazarlo, puesto que señalas el camino de las mejoras, de una manera combinada y lógica".

Carta a Adolfo Ibáñez. París, marzo 14 de 1873.

"Los datos adquiridos sobre la expedición filibustera que se organiza a nombre de Orélie, bien que tomando cada día mayor consistencia, no han llegado aún a condensarse de modo a hacerse tangibles y capaces de servir de prueba en un reclamo diplomático. Continúo, entretanto, mis constantes indagaciones, y apenas llegue a conseguir algún documento fehaciente sobre los planes que se fraguan no dejaré de sacar de él todo el provecho posible.

Lo que existe por ahora es la casi certidumbre de que el proyecto de expedición marcha adelante. El aventurero en cuestión ha pasado toda la semana en Inglaterra, donde mis informes me dicen que ha firmado un contrato con un armador, que le proporcionará buques, gente y armas".

Carta a Domingo Santa María. París, octubre 3 de 1879.

"Últimamente se ha vuelto a repetir la noticia, que persisto en considerar del todo falsa, de una derrota de nuestras tropas en Calama.

Ya me figuro las agitaciones en que Ud. se ha encontrado en sus viajes al norte y estoy ansioso de recibir una carta suya en que me refiera algo de aquella situación. Con los cargamentos que he mandado y de los cuales dos han llegado ya a esta fecha a Valparaíso, habrá podido armarse y pertrecharse convenientemente tanto nuestro Ejército como nuestra Marina".

Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo (1954), también conocido como Jacobo Siruela -es hijo de la Duquesa de Alba y tiene el título de Conde de Siruela-,



El Mercurio Revista de Libros Santiago de Chile domingo 25 de diciembre de 2011 Actualizado a las 6:20 hrs.  El Mercurio Emol
Entrevista / Jacobo Siruela e Inka Martí:
Atalanta, una editorial soñada
El reconocido editor español que fundó la refinada Editorial Siruela, ahora dirige junto a su esposa, Inka Martí, la no menos refinada Atalanta. Ambos estuvieron, por primera vez, de visita en Santiago.
Patricio Tapia

En una obra teatral de George Bernard Shaw, alguien le dice a otro: "Tú ves cosas y dices: '¿por qué?'. Pero yo sueño cosas que nunca han sido y digo '¿por qué no'?". Jacobo Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo (1954), también conocido como Jacobo Siruela -es hijo de la Duquesa de Alba y tiene el título de Conde de Siruela-, parece haber soñado cosas que nunca han sido y preguntarse por qué no. ¿Por qué no editar libros de la Edad Media a fines del siglo XX? Pues creó la Editorial Siruela en 1982 y la presentó con una colección de novelas medievales; le fue agregando literatura fantástica y libros extraños; obtuvo éxito y prestigio. Luego pareció preguntarse: ¿por que no vender esta editorial? Pues, en 2000 la vende, aunque continúa como director, para, unos años después, abandonarla definitivamente. Por último: ¿por qué no crear otra y gestionarla desde el campo? Entonces, en 2005, funda, junto a su mujer, la escritora y periodista Inka Martí, Ediciones Atalanta, que manejan desde una casa del siglo XVIII en el Ampurdán.

Atalanta

Si Atalanta fue soñada, el sueño se ha ido cumpliendo. En la editorial han publicado cerca de 60 libros, tan cuidadosamente elegidos como exquisitamente confeccionados, en tres colecciones enfocadas a la brevedad, la memoria y la imaginación, acogiendo literatura fantástica, historia de las religiones, libros raros y rescates sorprendentes.

Jacobo Siruela e Inka Martí estuvieron de visita en Chile. Ambos son llamativos: ella, por su belleza; él, por su altura (que debe rondar los dos metros) y su melena cana que rodea un rostro juvenil. Ambos desprenden una suerte de distensión que podría ser distinción.

-Atalanta ya ha cumplido 6 años. ¿Cómo es el balance?

Jacobo Siruela ( J.S. ): -Hemos podido demostrar, primero, que se puede hacer una editorial en el campo. Y, en segundo lugar, que aún quedan espacios diferentes para publicar.

Inka Martí ( I.M. ): -Es muy positivo y estimulante. Tenemos lectores fieles y prensa fiel. Da una sensación de trabajo bien hecho. Estos viajes, además, permiten contactos en diferentes países. Es una editorial que vuelve a sus orígenes; es decir, a la importancia de una estructura cultural de intercambio antes que de ventas o ganancias.

-¿Tienen algún libro favorito de los publicados?

J. S. : -Bueno, quiero muchísimo a todos mis hijos. Quizá uno de mis preferidos es La historia de Genji , de Murasaki Shikibu. En primer, lugar porque en mi época de Siruela estuve 10 años intentando publicarlo. Luego porque es nuestro best seller: 14 mil ejemplares. No sé por qué. Es un libro del siglo X, escrito por una dama de una de las cortes más refinadas que han existido. Otro libro que me gusta mucho es La fuga de Atalanta , de Michael Maier, un alquimista, con texto, ilustraciones y un disco con su música.

I. M. : -Mis favoritos son: Sueños y ensoñaciones de una dama de Heian , de la dama Sarashina, y soy una admiradora de Naiyer Masud.

-¿Cómo se escogen los títulos? ¿Azar lector? Las colecciones imponen líneas...

J. S. : -Viviendo en el campo, mucho viene por una investigación en internet. Otras veces son libros que había intentado publicar antes - Genji ; la primera traducción directa del chino del I Ching o Yijing ; El erudito de las carcajadas, de Jing Ping Mei-. Otras veces ocurre el azar (vas a una agencia por un libro y te ofrecen otro). Yo he querido evitar el azar, el cajón de sastre. Porque con el cajón de sastre se va cayendo en la dictadura del mercado. Por eso me tracé tres caminos de investigación: brevedad, memoria e imaginación.

Sobre sueños

Recientemente tanto Jacobo Siruela como Inka Martí han publicado libros escritos por ellos en su editorial. Ambos sobre los sueños. En El mundo bajo los párpados, Jacobo Siruela realiza un ejercicio de historia cultural del onirismo: desde los sueños de figuras históricas a preguntas como "¿dónde estamos cuando soñamos?".

-¿Cómo surgió esta idea?

J. S. : -Un día, en el campo, se me ocurrió que se podría escribir una historia de los sueños. Pensé que era una idea sugestiva y empecé a pedir libros por internet, unos libros me llevaban a otros libros y así estuve 4 años leyendo y tomando notas. Hasta que me di cuenta de que no se podía hacer una historia académica de los sueños ni una historia cronológica de ellos. Entonces consideré tratar una serie de temas que son desconocidos o poco tratados: la relación de los sueños con la historia, con lo sagrado, el espacio onírico, el tiempo en los sueños y, finalmente, la relación metafórica que existe entre los sueños y la muerte.

-Los griegos decían "vi un sueño". Al parecer, los mayas "oían" los suyos...

J. S. : -Toda las culturas de la Antigüedad pensaban que al soñar viajaban a otro mundo. Por eso veían otro mundo y tomaban contacto con sus dioses. Sobre escuchar los sueños, es curioso, pero hay una relación entre música y sueños. Si una narración en el sueño puede ser errática, la música es exactamente igual que en la vigilia. Algunos músicos soñaron partes de su música: Wagner, Brahms, Stravinsky. En el sueño la música persiste y tiene coherencia con el mundo real.

-Un tema en el que profundiza es el de los sueños lúcidos

J. S. : -Yo creo que los que llegaron más alto en el asunto son los tibetanos. Para ellos la vida es sueño. Hay que despertar en el sueño. La tarea del sabio budista es despertar. Lo interesante del sueño es que quiebra o extiende el significado tradicional de lo inconsciente. Lo inconsciente tiene varias capas y quizá en su centro está una forma más perfecta de conciencia. Pero es cierto que hay gente que logra despertar en los sueños. Por eso me refiero al 'espacio onírico', como un lugar. Los únicos que pueden contemplar el soñar desde fuera son quienes realizan sueños lúcidos.

Libro de sueños

Si su marido estudiaba los sueños sin contar los suyos, Inka Martí entrega una bitácora de sus sueños por 10 años; son los sueños tal cual, sin interpretaciones ni adornos: Cuaderno de noche . Hay muchos animales, especialmente serpientes, lo que no deja de ser curioso, pues las serpientes son justamente el ejemplo que da Artemidoro -el oniromante griego del siglo II- para dudar de las interpretaciones. Doblemente curioso, si se considera que en la cita de Bernard Shaw mencionada al principio, es la serpiente demoníaca la que le habla a Eva en el Paraíso.

-En su libro llama la atención que aparezcan muchas serpientes y que no haya interpretaciones...

I. M. : -Pues son dos preguntas. No entrego interpretaciones porque de alguna manera ellas se interponen con el sueño. Presento el sueño como un holograma de uno mismo que permite mirarse desde diversas perspectivas. Los veo como un elemento vivencial que se vincula con la vida no necesariamente en ese momento. Hay sueños que sólo he logrado entender pasados 7 u 8 años y otros que casi premonitoriamente describían hechos posteriores. En cuanto a las serpientes, ellas suelen tener asociaciones freudianas con lo sexual. Y si uno empieza a soñar con serpientes, se preocupa. De manera que me llevó a buscar los orígenes en la Antigüedad más remota. Hay chamanes que sueñan con serpientes, artistas que sueñan con serpientes. Para los griegos significaba que se va a despertar el don de la profecía, como en el caso de Tiresias.

-De cerca de mil sueños, escoge 65. ¿Cuál fue el criterio?

I.M. : -Escogí lo que me parecieron más interesantes. Eran 11 cuadernos de sueños, que como el vino, tienen distintas 'cosechas' (y las hay buenas y otras más flojas). Son sueños que no puedo olvidar. Y son, de alguna forma, arquetipos: no sólo los he tenido yo, sino que otras personas se van a encontrar en ellos. Los veo como un espacio en que todos nos podemos encontrar.

ESCRIBEN NUESTROS SOCIOS: LUIS VALENTIN FERRADA

Ismael Espinosa puede ser calificado como el precursor en nuestro país de los libros de artista.


 
Ismael Espinosa hizo cerca de cuatro decenas de libros de artista, realizados con cuidadoso esmero, ocupando invariablemente los más finos papeles a su alcance, escogiendo las tipografías más adecuadas.

El Mercurio Artes y Letras Santiago de Chile domingo 25 de diciembre de 2011 Actualizado a las 6:20 hrs.  El Mercurio Emol
EDICIÓN Creador de un nuevo género de libro:
Ismael Espinosa: un artista de libros de artista
Recientemente, ha fallecido en Santiago Ismael Espinosa, posiblemente el único o uno de los poquísimos creadores de libros de artista que han existido entre nosotros en las últimas décadas.
Luis Valentin Ferrada V. Sociedad de Bibliófilos Chilenos (de Chile)

Personaje de cuerpo entero (en su caso, de tomo y lomo), poseedor de una personalidad tan interesante como misteriosa (que es decir más o menos lo mismo), en todas las manifestaciones de su vida Ismael Espinosa siempre dejó saber y sentir hasta qué avanzado punto sus leyes y anti-leyes - siempre más poderosas las últimas que las primeras- eran las de la libertad vasta, las de la estética y las de la rebeldía sostenida por un fuertísimo carácter, de donde emanaban sus energías para emprender, con espíritu romántico, combates ideales al servicio de la belleza, siempre ocupando el libro y las expresiones gráficas como los elementos de su predilección.

Se debate hoy, en el mundo entero, acerca del futuro que le espera al libro, según le hemos conocido durante los últimos cinco o más siglos.

Unos pocos románticos, con cierta timidez, en un acto de fe o de amor, sostienen que el libro sobrevivirá de algún modo, por ahora incierto, pese a todo el oleaje de la modernidad tecnológica. Otros, que parecen hacer mayoría, opinan del modo más contrario y, desde luego, anuncian y proclaman, con atrevidas voces, la muerte del libro y, con ello, la conclusión de un ciclo histórico o, quizás, de toda una civilización o forma de civilización.

Esta discusión ha quedado centrada principalmente en editores, industrias editoriales e impresores, grandes distribuidores o vendedores de libros, todos quienes sienten temblar bajo sus pies el piso que hasta ayer se creyó inamovible.

Empero, del debate no han hecho parte sustancial hasta ahora -que bien se sepa- los artistas del libro, que podrían entrar a la escena preguntando al modo de Gonzalo ¿qué morirá cuando mueran los libros?...

Desde luego no morirán las obras de arte, ni morirán por lo mismo los libros de artista, aunque el libro común pudiese declinar en aquella importancia cotidiana que le hemos conocido. De cara a la crónica de la muerte anunciada del libro, lo primero es hacer la diferencia sustancial: el libro de artista es una obra de arte, y no un libro de arte. Los demás, los libros comunes, seguirán una suerte, cualquiera ésta sea, en todo caso diferente a la de los primeros.

"El libro de artista es el realizado y concebido por un artista visual en su totalidad". Medio de expresión de nuevas leyes y referencias, "totalmente diferenciados de la pintura, de la escultura, de obras literarias presentadas en libros ... ". Expresión de un género artístico nuevo e independiente; interdisciplinario, como también lo son otras manifestaciones de la cultura moderna, como el cine, el videoarte, la fotografía artística, y otras más consideradas como expresiones de arte con identidad propia.

Libros de artista han existido desde antiguos días de la cultura universal. Hay ciento de ejemplos extraordinarios que pueden traerse a la memoria: los Libros de Horas, durante el medioevo, bastan como prueba plena y concluyente.

Sin olvidar por ningún motivo los ejemplos precursores de "Mallarmé y Apollinaire, de los futuristas italianos, de los dadaístas y de los constructivistas rusos, todos ellos vinculados a la ruptura del texto y de la página tradicional. Marcel Duchamp, vinculado a los movimientos DADA y surrealista e innovador de mil ideas nuevas: op-art, happening, instalaciones, cajas contenedoras, arte conceptual, fluxus... y las nuevas formas de concebir los objetos de los surrealistas. También, los poetas concretos y visuales de los años 60, con un mayor interés por el valor visual y espacial de la página escrita".

No obstante, el libro de artista, concebido como obra de arte en sí mismo, es expresión plástica surgida muy recientemente. En 1963, Edward Ruscha realizó la primera edición de "Twenty-six Gasoline Stations", y, en 1966, "Every building on the Sunset Strip" (1.000 ejemplares desplegables en acordeón).

Las obras de Ruscha iniciaron el concepto actual del libro de artista, entidad artística propia, un nuevo género independiente de arte contemporáneo según la historiadora y estudiosa del mismo, Anne Moeglin-Delcroix (Esthétique du livre d'artiste. Bibliothèque Nationelle de France, París,1997).

Fue en este preciso género del Libro de Artista, nuevo, modernísimo (quién lo diría entre quienes vocean con tan dedicada y quizás hipócrita pasión la agonía y muerte inminente de la letra unida al papel), que Ismael Espinosa, un conservador demasiado liberal y rebelde, un amante de las manifestaciones artísticas más tradicionales y viejas, un patriota a toda prueba, amante como muy pocos de la historia del pueblo de Chile, sus ciudades, sus familias, sus costumbres, sus comidas, sus expresiones coloniales, sus huasos y sus aperos, sus mates y sus yerbas, encuentra el campo propicio para realizar una obra editorial sin parangón en nuestro medio cultural nacional. Desde su algo rabiosa y solitaria independencia, traducida en soledad solapada y traidora, húmeda y fría, que minará sus fuerzas interiores hasta inutilizarlas.

Su legado de cuatro o más decenas de sus libros de artista, realizados con cuidadoso esmero, ocupando invariablemente los más finos papeles a su alcance, escogiendo las tipografías más adecuadas, los diseños más hermosos, las iluminaciones, grabados, fotografías, dibujos de más alta y curiosa selección -cada uno de ellos verdadera joya bibliográfica- representan en el mundo del libro chileno un aporte patrimonial de enorme consideración. Ya hacía buen tiempo que ninguna biblioteca pública o particular de importancia podía prescindir en sus colecciones de los espléndidos libros de Espinosa, tan importantes en contenido, y tan apreciables como obras de arte gráfico en sí mismos.

Gracias a los Libros de Artista, y gracias a los creadores de este género contemporáneo -como entre nosotros lo fue Ismael Espinosa, precursor singular en nuestro país- el libro nunca morirá ni será bajado de su trono, en el presente ni futuro de nuestra cultura.

Morirán quizás los libros comunes, aquellos que pueden leerse de tantas distintas maneras, o que pueden dejar de leerse sin que a nadie le suceda nada especial en su vida. Pero, a los Libros de Artista les aguarda larga vida. Advertencia de mucho interés para los cultores y amantes del libro y, por sobre todo, para aquellos que cultiven este género, al que buen porvenir cabe augurarle.

"El libro de artista es el realizado y concebido por un artista visual en su totalidad". Medio de expresión de nuevas leyes y referencias, "totalmente diferenciados de la pintura, de la escultura, de obras literarias presentadas en libros ... "

Friday, December 23, 2011

la muerte sorprendió esta tarde a Ricardo Krebs Wilkens

Esta tarde falleció el historiador Ricardo Krebs Wilckens
La misa que despedirán sus restos será este sábado 24 de diciembre, a las 10:30 horas, en la Parroquia Inmaculada Concepción (Vitacura 3729).
por: La Segunda Online viernes, 23 de diciembre de 2011

El 2 de diciembre cumplió 93 años, sin embargo, la muerte sorprendió esta tarde a Ricardo Krebs Wilkens, al final de una brillante carrera docente e investigativa.

Krebs, nacido en Valparaíso en 1918, dejó un legado intelectual que ha servido de faro a innumerables generaciones de estudiantes de Chile y del exterior. Su libro “Historia universal” de 1955, continúa siendo un apoyo fundamental para entender la historia y prepararse para exámenes.

Habiendo conquistado los máximos honores, Krebs, Premio Nacional de Historia 1982, Doctor Scientiae y Honoris Causa de la Universidad Católica en 1992, y Miembro de la Academia Chilena de la Historia desde 1955, recibió su doctorado en filosofía con mención en Historia, en la Universidad de Leipzig, Alemania, en 1941, país al que viajó en 1936 tras concluir sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Alemán de Valparaíso.

Pero sus años universitarios fueron duros. Paralelamente a su enriquecimiento intelectual, fue testigo directo de la apoteosis del nacismo. En una entrevista de 1938, confiesa: “En la universidad los intelectuales se oponían al nacismo. Y yo muy luego descubrí su pobreza ideológica e intelectual, supe lo que significaba para la vida de la sociedad, un régimen que consistía en aplicar fórmulas militarizadas a la vida civil”.

Con absoluta justeza, Patricia Arancibia Clavel, refiriéndose al Premio Nacional de Historia otorgado a Krebs en 1982, sostiene: “La amarga experiencia de vivir en un país dominado por el fanatismo y el horror de ver que muchos de sus compañeros universitarios no volvían del campo de batalla, lo marcaron profundamente. Pero la desesperanza y el dolor, lejos de convertirlo en un hombre decepcionado y falto de fe, lo llevaron a ahondar con más fuerza que nunca su formación católica y a buscar en la historia la orientación necesaria para la comprensión del hombre en sus manifestaciones más internas y profundas”.

Dedicó su vida a la docencia universitaria en la Universidad Católica de Chile, iniciando en 1943 sus actividades académicas en el recién inaugurado Departamento de Historia y Geografía, donde tomó el ramo de Historia Universal. Posteriormente fue jefe de ese departamento y logró crear un Centro de Investigaciones Históricas , paso previo a la formación del instituto. Tenía 24 años y un tiempo después Juan Gómez Millas lo llevó a la Universidad de Chile, donde fue su ayudante y luego profesor extraordinario de Historia Moderna.

Los numerosos trabajos de Ricardo Krebs abrieron en Chile una nueva veta: la de la reflexión seria en torno a la historia universal, campo en el que no ha sido superado.

Junto a Mario Góngora, Ricardo Krebs es uno de los pocos historiadores chilenos que han logrado traspasar con sus trabajos las fronteras de nuestro país. Ello justifica con creces su incorporación como miembro de número a la Real Academia de la Historia de España.

Entre sus obras más importantes se encuentran:

-“Historia universal” (1955).

-“El pensamiento histórico, político y económico del Conde de Campomanes” (1960).

-“La monarquía absoluta en Europa: el desarrollo del estado moderno en los siglos XVI, XVII y XVIII” (1979).

-“Breve historia universal” (1982).

-“La Revolución Francesa y Chile (1990).

-“Historia de la Pontificia Universidad católica de Chile: 1888-1988” (1994).

-“La iglesia de América Latina en el siglo XIX” (2002).

Más vigente que nunca, en uno de sus lúcidos trabajos de la última década, Ricardo Krebs sostiene: “La educación es responsabilidad de todos”.

Los funcionarios de la Dibam acompañan el luto que viste nuestra directora, Magdalena Krebs Kaulen, conmovidos por la sentida pérdida de su padre.

La misa que despedirán los restos de Ricardo Krebs será este sábado 24 de diciembre, a las 10:30 horas, en la Parroquia Inmaculada Concepción (Vitacura 3729).

Tuesday, December 20, 2011

Kaitlyn Maher - 5yo - Ave Maria

MYRIAM HERNANDEZ - AVE MARIA

AveMaria Español

La enorme librería de Héctor Muñoz Tortosa

LA TERCERA EDICION IMPRESA martes 20 de diciembre de 2011
El laberinto de los libros
A la librería "Muñoz Tortosa, libros de ocasión" se llega por dato o curiosidad, porque no tiene letrero. Sin embargo, el enorme salón que recuerda a las cotizadas bibliotecas subterráneas neoyorquinas reúne a los amantes de las lecturas más rebuscadas del barrio San Diego.

La enorme librería de Héctor Muñoz Tortosa ha resistido dos de los terremotos más grandes del último tiempo, pero el descalabro que dejó el de febrero de 2010 aún mantiene una sección de su tienda en mantención. Volver a organizar los 50 mil volúmenes de sus estanterías es un trabajo tan titánico como borgiano, porque a medida que vende sus libros, le llegan embarques completos para clasificar. "A este ritmo espero tenerlo listo para el tricentenario", ríe Héctor, de 80 años, mientras recorre la media cuadra que ocupa su colección babeliana.

El dueño de "Muñoz Tortosa, libros de ocasión", llegó a este lugar de la calle San Diego en 1980, luego de haber funcionado por casi 30 años en una librería que instaló en su casa, en el barrio Carmen. Después decidió a comprar el actual espacio a los dueños de las bodegas de Espasa Calpe, donde se quedó definitivamente. Hoy cuenta con un pequeño grupo de ayudantes y con su hija, Patricia, para que lo secunden en organizar la colección. "A ella, además, se le ocurren cosas distintas. Como por ejemplo, regalar bolsas de género en vez de las bolsas tradicionales", dice con orgullo.

Por estar dentro de una bodega, el local podría ser oscuro. Pero al centro existe un enorme tragaluz, que permite ver cómo se agolpan filas interminables de libros, revistas, manuales, antigüedades y discos de vinilo que componen este laberinto de textos equivalente al Pageant Print and Book Stores, del East Village de Manhattan. Ese donde Michael Cane trataba de seducir a la protagonista de Hannah y sus Hermanas, de Woody Allen.

Lo que hace que el stock de Muñoz sea "de ocasión" son los textos antiguos, como las primeras ediciones de textos clásicos, relatos de viajes, biografías desconocidas, poesía rusa o murallas completas de ciencia ficción. "Creo que he tenido libros de todos los idiomas. No tengo cómo asegurarlo, pero la experiencia me ha mostrado páginas y temáticas en inglés, francés, italiano, árabe, ruso y otros alfabetos que no sabría identificar. Siempre hay clientes interesados en esos idiomas, sobre todo académicos e investigadores. También vienen ladrones a robarme", celebra mientras sube el volumen a unas grabaciones de clavicordio de Carl Emmanuel Bach que inundan todo el espacio.

Héctor cultiva su oficio desde que iba a la escuela. De pequeño vendía libros de cowboys a profesores y compañeros, cuando estas lecturas eran tan populares como lo son hoy las láminas de Pokémon. "El día de pago los maestros hacían una fila para comprarme libros. En esa época eran igual de caros que hoy y yo me conseguía unos para leer yo primero y después los revendía para comprar otros", recuerda.

Y aunque ejerció 22 años como profesor de matemáticas, el librero cuenta que no podría hacer una ecuación para calcular cuántos títulos tiene en su tienda. "A los que tengo habría que sumar los otros miles que acumulo en una bodega en Blanco Encalada", dice. Lo que sí puede hacer es guiar a los clientes con gustos particulares, que van desde profesores universitarios de ciencias duras, hasta alumnos tesistas, dramaturgos y lectores en general que se encuentran de improviso con este paraíso del libro.

De lunes a sábado llega todo tipo de clientes. Arriban temprano a revolver los textos repartidos en pasillos y las cajas de vinilos donde comparten catastro LP de rock progresivo, tangos, la discografía completa de Barbra Streisand y música del mundo. Varias de estas carátulas vienen autografiadas y valen menos de lo que cuesta un CD en oferta. El local incluso cuenta con un inventario de óperas clásicas en ese incomprendido formato que fue el disco láser. También mantiene cuadros, jarrones, monedas, botellas, sombreros y muebles antiguos en este amplio giro de anticuario que, asegura, es parte de una "simbiosis" de librero.

Muñoz se abastece a través de avisos en diarios e internet. Personas que desean deshacerse de colecciones de libros lo contactan para obtener un buen precio por bibliotecas enteras. Hay tres motivos por los cuales la gente vende sus libros, enumera. "La primera es cuando fallece el dueño de la colección. Pocas veces se encuentra alguien interesado en perpetuarla y a la gente los libros le estorban. El segundo motivo es cuando alguien se cambia de casa o se va de viaje, pero el tercero es el que menos me gusta. Es cuando alguien vende sus libros porque tiene hambre. He visto llorar a personas que venden sus libros por enfermedad o deudas", revela. El conflicto que le causa ofrecer un precio que se acerque al valor sentimental de alguien que atesora un libro lo llevó a consultar a un sacerdote, pese a que no es católico. "El cura me aconsejó que cuando comprara tomos, ofreciera siempre el mejor precio de mercado, pero cuando estuviera ante alguien que se deshacía con dolor de su biblioteca, fuera generoso". Explica que por esa misma razón (la posibilidad de tener que deshacerse de sus libros) es que nunca quiso tener una biblioteca particular: "Los libros no son para acapararlos, sino para que todo el mundo los lea", dice.

Anécdotas ha tenido varias. Recuerda una en particular. "Después del golpe militar pasó por mis manos un libro que me encargó vender un médico que se iba al exilio: un manual de medicina ilustrado con grabados del siglo XV. Un coleccionista argentino se lo llevó por tres mil dólares de entonces".

Héctor cree que quejarse por el precio de los textos siempre va a ser una excusa para no leer más. "Todos tienen derecho a pataleo por los precios actuales, pero también es cierto que una gran cantidad de personas no leerían aunque el libro esté botado de barato". El grafica la situación con uno de sus más fieles clientes: un recolector de cartones que pasa religiosamente cada dos semanas, estaciona afuera su triciclo para revolver durante media hora el cajón de los libros de oferta, donde hay clásicos de Melville, Dostoievski, obras completas de Stendhal, diferentes versiones de Charles Dickens y otras novelas chilenas. "Siempre se lleva algo. Qué mejor prueba".

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