JUAN YARUR
LA TERCERA EDICION IMPRESA domingo 03 de julio de 2011
Juan Yarur, el joven socialité que se convirtió en embajador del arte chileno
A los 27 años, uno de los herederos de la fortuna Yarur es un destacado coleccionista de arte.
por Denisse Espinoza A.
A inicios de la década, era claro que a Juan Yarur le apasionaba el glamour, la moda y la decoración. El hijo menor del empresario textil Amador Yarur Banna era un personaje habitual en las páginas sociales de las revistas y los periódicos. Parecía que su vida era un libro abierto, pero se equivocaban. Juan tenía una afición que pocas veces había revelado en público: el arte. Solo una vez apareció posando junto a una obra del pintor Claudio Bravo, que le fascinó y que su padre no dudó en regalarle.
En 2006 todo cambió. A los 85 años falleció su padre, último heredero de la familia que en los años 20 creara las Manufacturas Yarur, y Juan se replegó. Se quedó viviendo solo en la gran casa del cerro San Luis, en el barrio El Golf. Al año siguiente, Juan hizo una jugada inesperada. Creó la Beca Ama (en homenaje a su padre), una iniciativa que promueve artistas chilenos jóvenes, a través de residencias en el extranjero y que este año ganó la artista de la U. Finis Terrae Catalina Bauer, quien acaba de cumplir su estadía de tres meses en Gasworks, Londres.
Hoy, con 27 años, Yarur está convertido en un coleccionista de tomo y lomo, y acaso en uno de los principales mecenas del arte chileno. Basta decir que, junto a la venezolana Patricia Phelps Parker de Cisneros, es el único coleccionista privado de Latinoamérica en poseer una beca que promueve el arte joven de la región. Claro que Yarur no deja de lado sus gustos. Viaja constantemente a su departamento en South Beach, Miami, donde celebra Navidad y Año Nuevo, y este verano no se perdió el Sao Paulo Fashion Week. Sin embargo, a medida que pasan los años, los eventos del mundo del arte y su trabajo con la Beca Ama le van copando la agenda y el interés. "A los 18 años quería pasarlo bien. Ahora que se acerca a los 30, está más maduro. Tiene los medios y el interés de hacer un aporte a la cultura del país", dice Manuel Santelices, periodista chileno radicado en Nueva York. El mismo que años atrás lo entrevistaba para revista Cosas, hoy escribe el prólogo del catálogo de Tectonic Shift, la muestra de arte local que el coleccionista presentó a fines de 2010, junto a la prestigiosa casa de subastas londinense Phillips de Pury & Company, en la galería de Charles Saatchi, que en los 80 lanzó a la fama al inglés Damien Hirst. Fue su salto definitivo a las grandes ligas del arte.
El más joven de la Tate
"Fue por mi interés en la moda y el diseño que me obsesioné con Warhol y de su mano entré al mundo del arte", cuenta Yarur sobre sus primeros pasos. Comenzó tímido, pero tenía buen ojo: por puro instinto se interesaba en las obras de grandes artistas contemporáneos, como los fotógrafos David Lachapelle, Nan Goldin o el brasileño Vic Muniz.
Sin embargo, sabía que si quería formar una colección coherente, necesitaba apoyo. Entonces se asoció con la curadora e historiadora del arte Cecilia Brunson, su actual asesora y partner en la Beca Ama. "Fue vital que una curadora me guiara, porque el mundo del arte es enorme y es fácil equivocarse. Lo que me gusta de mi colección y del trabajo con Cecilia es que incluye desde mis gustos más íntimos hasta artistas que fui conociendo en los viajes, visitas a galerías y museos", dice Yarur.
Lo cierto es que Brunson lo hizo encantarse e invertir en arte local: hoy tiene 35 piezas de artistas como Paz Errázuriz, Gerardo Pulido, Livia Marín, Magdalena Atria y Pablo Rivera. "Las obras son diversas. Se desmarcan de los viejos referentes del arte chileno, creando conexiones más libres. La mayoría han sido expuestas afuera, en Los Angeles o Helsinki", señala Brunson.
Gracias a la curadora, en 2010, Yarur fue invitado con su colección chilena a la galería Charles Saatchi, donde además hizo una conferencia. Fue una muestra más del protagonismo que ha ganado en el medio, que ya había sido reconocido meses antes, cuando el coleccionista fue invitado nada menos que por la Tate Modern de Londres para convertirse en el integrante más joven de su Comité de Adquisiciones de Arte Latinoamericano. Con ellos, visitó en diciembre la edición de Art Basel en Miami, donde opinó sobre obras de Kehinde Wiley, Jeff Koons y Lucian Freud.
Tampoco se perdió las fiestas, donde se paseaba desde Naomi Campbell, Calvin Klein hasta Marc Jacobs. "No me pierdo Art Basel. He conocido a Marc Quinn, Tracey Emin, Vik Muniz, por nombrar a algunos de los grandes", comenta Juan Yarur.
En Chile, sus relaciones son más discretas. Es que el mercado es chico y poco experimentado. Sin embargo, Irene Abujatum, directora de galería AFA y una de las creadoras de la Feria Ch.ACO, se ha interesado en la gestión de Yarur. "Que sea joven es esencial, ya que si está empezando a esta edad, imagina cómo será su colección a los 40 años. La colección de Juan es entretenida, tiene piezas de gran formato y de artistas muy connotados del Brasil, EEUU e Inglaterra. De Chile puedo destacar la serie completa de La manzana de Adán, de los años 80, la obra más famosa de Paz Errázuriz", dice Abujatum.
A fines de agosto, Juan irá como invitado de la galerista a un encuentro con coleccionistas y expertos en arte, previo a la Feria Ch.ACO, que se realizará entre el 8 y 13 de septiembre. "Obvio que Juan irá al evento y hay mucha expectación. En Chile no existen más de seis u ocho coleccionistas serios, que se apasionan por la compra y la conservación del arte. El problema es que no abren sus puertas ni reciben gente a recorrer sus colecciones, por pudor o quizás para evitar ser identificados. Afuera sucede todo lo contrario", dice la directora de AFA.
Algo parecido sucede con Yarur. El coleccionista prefiere mantener reserva de las obras que tiene y pocas veces se refiere a sus artistas internacionales, quizás para dar prioridad al arte local. "La colección crecerá y con Cecilia seguiremos mostrándola en el circuito extranjero", adelanta. Y ya planea itinerar por ciudades como Nueva York, Berlín, Madrid y Moscú. La fiesta del arte de Juan Yarur está recién empezando.
La Asesora
Cecilia Brunson
Historiadora de arte y curadora radicada en Londres. Estudió en el prestigioso Center for Curatorial Studies de Bard College, Nueva York. Trabajó junto al coleccionista Roberto Edwards y con Juan Yarur fundó la Beca Ama, en 2007.
Pionero
Junto a la venezolana Patricia Phelps Parker de Cisneros, Juan es uno de los pocos coleccionistas privados de Latinoamérica en otorgar una beca de residencia para artistas en el extranjero.
Columna, 2009.
Instalación de 80 kilos de elásticos rojos y blancos. La artista ganó la Beca Ama este año y expondrá en el Museo de Artes Visuales en diciembre.
Charca azul, 2009.
Cuadro hecho en tubos y madera, como una especial lectura de la clásica serie pictórica Los nenúfares de Claude Monet.
Sonriendo desesperadamente, 2004. Su obra, hecha de mondadientes y arcilla para modelar, es un híbrido entre pintura y escultura que se arrastra como una explosión.
La manzana de Adán, 1983.
Una serie de 12 fotografías en blanco y negro, donde la artista retrató el mundo del travestismo en plenos años de régimen militar.
Juan Yarur, el joven socialité que se convirtió en embajador del arte chileno
A los 27 años, uno de los herederos de la fortuna Yarur es un destacado coleccionista de arte.
por Denisse Espinoza A.
A inicios de la década, era claro que a Juan Yarur le apasionaba el glamour, la moda y la decoración. El hijo menor del empresario textil Amador Yarur Banna era un personaje habitual en las páginas sociales de las revistas y los periódicos. Parecía que su vida era un libro abierto, pero se equivocaban. Juan tenía una afición que pocas veces había revelado en público: el arte. Solo una vez apareció posando junto a una obra del pintor Claudio Bravo, que le fascinó y que su padre no dudó en regalarle.
En 2006 todo cambió. A los 85 años falleció su padre, último heredero de la familia que en los años 20 creara las Manufacturas Yarur, y Juan se replegó. Se quedó viviendo solo en la gran casa del cerro San Luis, en el barrio El Golf. Al año siguiente, Juan hizo una jugada inesperada. Creó la Beca Ama (en homenaje a su padre), una iniciativa que promueve artistas chilenos jóvenes, a través de residencias en el extranjero y que este año ganó la artista de la U. Finis Terrae Catalina Bauer, quien acaba de cumplir su estadía de tres meses en Gasworks, Londres.
Hoy, con 27 años, Yarur está convertido en un coleccionista de tomo y lomo, y acaso en uno de los principales mecenas del arte chileno. Basta decir que, junto a la venezolana Patricia Phelps Parker de Cisneros, es el único coleccionista privado de Latinoamérica en poseer una beca que promueve el arte joven de la región. Claro que Yarur no deja de lado sus gustos. Viaja constantemente a su departamento en South Beach, Miami, donde celebra Navidad y Año Nuevo, y este verano no se perdió el Sao Paulo Fashion Week. Sin embargo, a medida que pasan los años, los eventos del mundo del arte y su trabajo con la Beca Ama le van copando la agenda y el interés. "A los 18 años quería pasarlo bien. Ahora que se acerca a los 30, está más maduro. Tiene los medios y el interés de hacer un aporte a la cultura del país", dice Manuel Santelices, periodista chileno radicado en Nueva York. El mismo que años atrás lo entrevistaba para revista Cosas, hoy escribe el prólogo del catálogo de Tectonic Shift, la muestra de arte local que el coleccionista presentó a fines de 2010, junto a la prestigiosa casa de subastas londinense Phillips de Pury & Company, en la galería de Charles Saatchi, que en los 80 lanzó a la fama al inglés Damien Hirst. Fue su salto definitivo a las grandes ligas del arte.
El más joven de la Tate
"Fue por mi interés en la moda y el diseño que me obsesioné con Warhol y de su mano entré al mundo del arte", cuenta Yarur sobre sus primeros pasos. Comenzó tímido, pero tenía buen ojo: por puro instinto se interesaba en las obras de grandes artistas contemporáneos, como los fotógrafos David Lachapelle, Nan Goldin o el brasileño Vic Muniz.
Sin embargo, sabía que si quería formar una colección coherente, necesitaba apoyo. Entonces se asoció con la curadora e historiadora del arte Cecilia Brunson, su actual asesora y partner en la Beca Ama. "Fue vital que una curadora me guiara, porque el mundo del arte es enorme y es fácil equivocarse. Lo que me gusta de mi colección y del trabajo con Cecilia es que incluye desde mis gustos más íntimos hasta artistas que fui conociendo en los viajes, visitas a galerías y museos", dice Yarur.
Lo cierto es que Brunson lo hizo encantarse e invertir en arte local: hoy tiene 35 piezas de artistas como Paz Errázuriz, Gerardo Pulido, Livia Marín, Magdalena Atria y Pablo Rivera. "Las obras son diversas. Se desmarcan de los viejos referentes del arte chileno, creando conexiones más libres. La mayoría han sido expuestas afuera, en Los Angeles o Helsinki", señala Brunson.
Gracias a la curadora, en 2010, Yarur fue invitado con su colección chilena a la galería Charles Saatchi, donde además hizo una conferencia. Fue una muestra más del protagonismo que ha ganado en el medio, que ya había sido reconocido meses antes, cuando el coleccionista fue invitado nada menos que por la Tate Modern de Londres para convertirse en el integrante más joven de su Comité de Adquisiciones de Arte Latinoamericano. Con ellos, visitó en diciembre la edición de Art Basel en Miami, donde opinó sobre obras de Kehinde Wiley, Jeff Koons y Lucian Freud.
Tampoco se perdió las fiestas, donde se paseaba desde Naomi Campbell, Calvin Klein hasta Marc Jacobs. "No me pierdo Art Basel. He conocido a Marc Quinn, Tracey Emin, Vik Muniz, por nombrar a algunos de los grandes", comenta Juan Yarur.
En Chile, sus relaciones son más discretas. Es que el mercado es chico y poco experimentado. Sin embargo, Irene Abujatum, directora de galería AFA y una de las creadoras de la Feria Ch.ACO, se ha interesado en la gestión de Yarur. "Que sea joven es esencial, ya que si está empezando a esta edad, imagina cómo será su colección a los 40 años. La colección de Juan es entretenida, tiene piezas de gran formato y de artistas muy connotados del Brasil, EEUU e Inglaterra. De Chile puedo destacar la serie completa de La manzana de Adán, de los años 80, la obra más famosa de Paz Errázuriz", dice Abujatum.
A fines de agosto, Juan irá como invitado de la galerista a un encuentro con coleccionistas y expertos en arte, previo a la Feria Ch.ACO, que se realizará entre el 8 y 13 de septiembre. "Obvio que Juan irá al evento y hay mucha expectación. En Chile no existen más de seis u ocho coleccionistas serios, que se apasionan por la compra y la conservación del arte. El problema es que no abren sus puertas ni reciben gente a recorrer sus colecciones, por pudor o quizás para evitar ser identificados. Afuera sucede todo lo contrario", dice la directora de AFA.
Algo parecido sucede con Yarur. El coleccionista prefiere mantener reserva de las obras que tiene y pocas veces se refiere a sus artistas internacionales, quizás para dar prioridad al arte local. "La colección crecerá y con Cecilia seguiremos mostrándola en el circuito extranjero", adelanta. Y ya planea itinerar por ciudades como Nueva York, Berlín, Madrid y Moscú. La fiesta del arte de Juan Yarur está recién empezando.
La Asesora
Cecilia Brunson
Historiadora de arte y curadora radicada en Londres. Estudió en el prestigioso Center for Curatorial Studies de Bard College, Nueva York. Trabajó junto al coleccionista Roberto Edwards y con Juan Yarur fundó la Beca Ama, en 2007.
Pionero
Junto a la venezolana Patricia Phelps Parker de Cisneros, Juan es uno de los pocos coleccionistas privados de Latinoamérica en otorgar una beca de residencia para artistas en el extranjero.
Columna, 2009.
Instalación de 80 kilos de elásticos rojos y blancos. La artista ganó la Beca Ama este año y expondrá en el Museo de Artes Visuales en diciembre.
Charca azul, 2009.
Cuadro hecho en tubos y madera, como una especial lectura de la clásica serie pictórica Los nenúfares de Claude Monet.
Sonriendo desesperadamente, 2004. Su obra, hecha de mondadientes y arcilla para modelar, es un híbrido entre pintura y escultura que se arrastra como una explosión.
La manzana de Adán, 1983.
Una serie de 12 fotografías en blanco y negro, donde la artista retrató el mundo del travestismo en plenos años de régimen militar.
posted by EDITOR | 7:30 PM
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