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Editor: Neville Blanc

Friday, September 06, 2013

Ludwig Wittgenstein y Charles S. Peirce

La investigación de las relaciones entre Ludwig Wittgenstein y Charles S. Peirce

http://www.toposytropos.com.ar/
 
Por Jaime Nubiola
Universidad de Navarra
jnubiola@unav.es
 
 
Este texto que ahora se publica en Topos y Tropos corresponde al original castellano de la ponencia que presenté en el III Simposio de Historia de la lógica, celebrado en Pamplona, 3-5 mayo 1.993, que fue publicado en inglés por I. Angelelli y M. Cerezo, eds., Studies on the History of Logic. Proceedings of the III Symposium on the History of Logic, Walter de Gruyter, Berlín, 1996, 281-294. Debo una enorme gratitud a Ignacio Angelelli que me alentó a preparar este estudio que ha sido citado innumerables veces desde entonces como fuente de referencia a partir de la cual proseguir la investigación. J. N.

 

Ludwig Wittgenstein

Charles S. Peirce



Hace ya más de treinta años Richard Rorty destacó la proximidad entre las Investigaciones Filosóficas (1.953) de Wittgenstein y la concepción filosófica de Charles S. Peirce (1.839- 1.914), el lógico y pensador americano fundador del pragmatismo. Lo que Rorty venía a defender es que Peirce había afrontado y rechazado con cinco décadas de antelación el empirismo positivista y había desarrollado un conjunto de opiniones y un estilo de hacer filosofía muy parecido al de los filósofos contemporáneos continuadores del segundo Wittgenstein. La afinidad entre la filosofía de Peirce y la más reciente nacida del rechazo del Tractatus y del positivismo del Círculo de Viena, llevaba a pensar que cuanto más se acercaran el estudio del pragmatismo peirceano y el de los escritos del segundo Wittgenstein, más luz arrojarían el uno sobre el otro (Rorty 1.961).
De modo semejante, en tiempos más cercanos, Christopher Hookway ha insistido en que la mejor manera de comprender a Peirce es entenderlo como un filósofo analítico avant la lettre. Es bien conocido que Karl-Otto Apel hizo del pensamiento de Peirce la piedra miliar del proceso de transformación semiótica de la filosofía trascendental en filosofía analítica (Apel 1.981 y 1.985). Muchos de los rasgos distintivos de la filosofía analítica están ya presentes en Peirce, y muchos de los problemas que más preocuparon a Peirce están ahora en el núcleo de la discusión filosófica contemporánea. En este sentido, la mejor aproximación a Peirce es suponer que él buscaba hacer algo similar a la actual filosofía analítica del lenguaje, pues tanto sus motivaciones fundamentales como sus ideas básicas tienen mucho en común (Hookway 1.985: 141).
A pesar de esta proximidad, la investigación académica en torno al pensamiento de Wittgenstein y Peirce ha tendido casi siempre a considerar de modo totalmente separado a ambos autores. En algunas ocasiones se ha afirmado que el carácter notoriamente pragmatista de las Investigaciones Filosóficas se debía a la influencia de Frank P. Ramsey: según esta interpretación fue el joven Ramsey quien -al despertar a Wittgenstein del sueño dogmático del Tractatus- habría orientado la reflexión wittgensteiniana en una dirección pragmática (Passmore 1.957: 425). Sin embargo, se conocen de modo poco preciso los cauces de influencia efectiva de la filosofía pragmatista norteamericana en la conformación del pensamiento del segundo Wittgenstein.
En los escritos de Ludwig Wittgenstein no hay una sola mención de Charles S. Peirce, pero quizá tampoco puedan extraerse de esto conclusiones, pues es bien conocido su escaso aprecio hacia la práctica académica de reconocer la paternidad original de las ideas. Tanto en el prólogo del Tractatus como en el de las Investigaciones Filosóficas se excusa Wittgenstein por no emplear el aparato bibliográfico tradicional en las exposiciones de carácter académico: "no aduzco fuentes: para mí es indiferente que lo que he pensado haya sido antes pensado por otro" (1.987: 11-13). "Por más de una razón lo que publico aquí tendrá puntos de contacto con lo que otros escriben hoy -si mis anotaciones no portan ningún sello propio que las señale como mías - no quiero tampoco reclamarlas ya como mi propiedad" (1988: 17).
De hecho, ni los alumnos de Wittgenstein ni sus colegas recuerdan haberle oído mencionar a Charles S. Peirce (Hardwick 1.979: 30, n.5). En contraste con esto, en los últimos años de su vida, Wittgenstein tomó un interés considerable en William James y lo leyó personalmente. Con alguna frecuencia Wittgenstein se refiere en sus lecciones a él para ilustrar las confusiones en filosofía de lo mental, y al parecer durante cierto tiempo los Principios de Psicología de James era el único libro que conservaba en su habitación (Thayer 1.968: 313).
En 1.968 H. S. Thayer expresaba su esperanza de que un futuro historiador llegaría a aclarar la relación entre el pragmatismo americano y el pensamiento de Wittgenstein. Pues bien, veinticinco años después la relación entre Wittgenstein y Peirce sigue sin estar completamente aclarada, pues falta la prueba que muestre una conexión directa. Hay un cierto número de conexiones, de personas que en diverso grado tuvieron conocimiento de Peirce y estuvieron en contacto con Wittgenstein, pero -como ha señalado Hardwick (1.979: 26)- falta el eslabón clave que estaría constituido por el conocimiento del contenido de las conversaciones de Ramsey con Wittgenstein en los dos últimos años de vida de aquel. "No es fácil decir qué debe Wittgenstein a Peirce", escribe Deledalle (1.990: 134), pero resulta plausible afirmar que la vena pragmática del segundo Wittgenstein es de naturaleza peirceana (Hardwick 1.979: 25).
Concretamente, el objetivo de mi comunicación será describir con algún detalle no tanto los temas comunes entre Peirce y el segundo Wittgenstein -que han sido expuestos por varios autores (Mullin 1.961; Rorty 1.961; Ransdell 1.976; Bambrough 1.981; Gorlée 1.989; Hookway 1.990; Fabbrichesi 1.993)-, cuanto más bien las líneas concretas por las que la investigación académica ha establecido la conexión histórica entre ambos filósofos. Para ello, tras esta amplia presentación del marco de mi comunicación, dividiré la exposición en tres partes de extensión desigual. En primer lugar haré una presentación resumida de los datos disponibles acerca de la recepción de Peirce en la filosofía británica de las tres primeras décadas del siglo, prestando especial atención a Lady Welby, Charles Ogden y Bertrand Russell. En segundo lugar, daré noticia con cierto detalle de la mediación de Frank Ramsey como vínculo de unión entre Peirce y el segundo Wittgenstein, y finalmente, a modo de conclusión, haré una breve valoración global de la investigación académica de las relaciones entre ambos pensadores.
1. La recepción de Peirce en la filosofía británica: Lady Welby, Ogden y Russell.
Victoria Welby fue el principal contacto intelectual de Peirce en los últimos años de su vida en los que permaneció recluido en Milford, Pennsylvania, en una situación de notoria pobreza. Lady Welby era una figura prominente de la semiótica británica de finales de siglo. Se trataba de una mujer sin estudios superiores, pero gran apasionada del estudio de la significación, inventora de una nueva ciencia del lenguaje a la que llamó "Significs", colaboradora de Mind, y que conocía personalmente o tenía correspondencia con gran número de intelectuales de su tiempo.
La relación epistolar entre Peirce y Lady Welby -que duraría nueve años- comenzó en 1.903 al enviarle ésta un ejemplar de su libro What is Meaning?. Peirce recensionó con entusiasmo aquel libro en una reseña conjunta con The Principles of Mathematics de Russell, al que dedicaría sólo el primer párrafo de la recensión, mientras que destinó dos páginas al de Lady Welby. La recensión comenzaba con la afirmación: "Estas son dos obras de lógica realmente importantes, o que en todo caso merecen llegar a serlo" (Hardwick 1.977: 157).
Lady Welby tenía cierto conocimiento de la filosofía pragmática. Había mantenido correspondencia con William James, con el pragmatista británico F. C. S. Schiller y con los pragmatistas italianos Vailati y Calderoni (Hardwick 1.977: xxix), y se convertirá en la gran difusora de Peirce en Gran Bretaña. En este sentido, envió copias de la carta de 12 de octubre de 1904 -en la que Peirce hacía un esbozo de la teoría completa de los signos- a muchos amigos y colegas, entre ellos a Russell, a Cook Wilson y a Ogden. Concretamente Ogden había sido fichado por Lady Welby en Cambridge como discípulo de Peirce (carta de Lady Welby, 2.5.1911; Hardwick 1.977: 138-139), y a él le iba pasando los papeles sobre los grafos existenciales que recibía de Peirce y que ella no podía entender. Una de las aspiraciones de Lady Welby era la de reunir a Peirce y a Russell, y de hecho hizo de intermediaria entre ambos aunque sin éxito (Hardwick 1.977: xxx). Muchos años después Russell reconocerá el trabajo de Lady Welby y de F.C.S. Schiller como antecedentes de su evolución filosófica hacia el problema de la relación entre el lenguaje y los hechos, pues en los Principia Mathematica había considerado el lenguaje como algo transparente y por tanto que podía usarse sin prestarle atención (Russell 1.964: 13).
Charles Ogden, el antiguo discípulo de Lady Welby, publicó en 1.923 en colaboración con I.A. Richards el libro The Meaning of Meaning, que tendría cierta importancia en la filosofía británica. En este libro, subtitulado "Un estudio de la influencia del lenguaje sobre el pensamiento y de la ciencia del simbolismo", Ogden incluyó en un apéndice una presentación de Peirce mediante extractos de tres de sus cartas a Lady Welby (12.10.1904, 14.12.1908 y 14.3.1909) y de dos artículos publicados en The Monist en 1.905 y 1.906. En marzo de 1.923 C.K. Ogden, que había traducido y publicado el Tractatus con la ayuda del entonces estudiante Frank P. Ramsey (Wittgenstein 1.973: 8), envió a Wittgenstein -que se encontraba en Puchberg como maestro rural- un ejemplar de The Meaning of Meaning. Cuando Wittgenstein contesta acusando recibo de su libro explica a Ogden que lleva un mes mal de los nervios y "por esta razón no he podido leer todavía su libro por entero" (Wittgenstein 1.973: 69)
Como Ogden consideraba que en su libro venía a proporcionar una solución de tipo causal al problema del significado planteado en el Tractatus, Wittgenstein se sentía obligado a hacer una valoración del libro y le contestó con franqueza que le parecía que Ogden no había captado completamente los problemas que él había abordado en el Tractatus (Wittgenstein 1.973: 69), y en carta a Russell del 7 de abril añade sobre The Meaning of Meaning: "¿No es un libro miserable? ¡La filosofía no es tan fácil como eso! Aquí se ve lo fácil que es escribir un libro grueso. Lo peor es la introducción (...) Rara vez he leído algo tan estúpido" (Monk 1.991, 214). De hecho esta introducción de Postgate se omitiría en ulteriores ediciones.
A la vista de esta reacción es posible que Wittgenstein no llegara en su lectura a las páginas finales de The Meaning of Meaning en las que se incluyen los textos de Peirce, pero también resulta posible que leyera efectivamente esos textos y tuviera así algún primer acceso al pensamiento peirceano. De todos modos, sí que leería tanto la elogiosa mención de Peirce en el prólogo entre los autores de los que Ogden y Richards decían haber aprendido como en la primera página en la que se afirma que Peirce reconoció la importancia del problema del significado, pero que por su avanzada edad y por la penuria económica se había visto forzado a renunciar a la ambición de intentar resolverlo (1.923: ix y 1). Aun así, la presentación de Ogden resulta un tanto oscura, centrada especialmente en clasificaciones, y más bien disuade de la lectura directa de Peirce. Hardwick señaló que la posición de Ogden y Richards en The Meaning of Meaning era en última instancia incompatible con la de Peirce, pues, aunque defendían una relación triádica entre pensamiento, símbolo y referencia, lo hacían de un modo simplón sin la amplitud y sutileza de la semiótica de Peirce (1.979: 27).
Bertrand Russell reconoció en The Principles of Mathematics, § 27 la importancia de la obra lógica de Peirce, en particular su álgebra de relaciones diádicas. "Siempre he tenido en gran estima al Dr. Peirce por haber introducido ese método" escribirá a Lady Welby (Hardwick 1.977: xxx). De hecho, con carácter general, las modificaciones de Peirce a la lógica de Boole eran conocidas y apreciadas en Europa entre los lógicos y matemáticos desde su amplia discusión por parte de Schröder en su Algebra der Logik. (En las Cambridge Lectures de 1898 -publicadas hace solo unos meses- Peirce cuenta festivamente que Schröder parece haberse enamorado de su álgebra de relaciones diádicas. Peirce 1.992: 150). En los círculos filosóficos británicos eran también conocidas algunas obras de James y de Dewey, aunque probablemente no fueran estudiadas con detenimiento (Thayer 1.968: 304-305). En los congresos mundiales de filosofía de 1900, 1904 y en especial en el de 1.908 en Heidelberg, las propuestas pragmatistas de los filósofos americanos se encuentran en el centro del debate internacional (Elsenhans 1.909).
No obstante, en la primera década del siglo Russell no manifiesta el menor interés por la semiótica peirceana, a pesar de los intentos de mediación entre ambos de Lady Welby, que creía encontrar en los trabajos de Russell y Peirce una confirmación de sus teorías semánticas. Con el paso de los años, Russell escribirá de Peirce que "sin duda alguna fue una de las mentes más originales de las postrimerías del siglo XIX y ciertamente el mayor pensador norteamericano de todos los tiempos" (1.962: 276), pero todo hace pensar que su conocimiento de la filosofía peirceana fue más bien escaso.
2. La mediación de Frank Ramsey
La conexión de Frank P. Ramsey (1.903-30) con Wittgenstein es bien conocida, y su influencia es justamente reconocida y agradecida por Wittgenstein en el prólogo de las Investigaciones Filosóficas: "A advertir estos errores me ha ayudado -en un grado que apenas yo mismo puedo apreciar- la crítica que mis ideas han encontrado en Frank Ramsey, con quien las he discutido durante los dos últimos años de su vida en innumerables conversaciones" (1.988: 18)
La conexión de Ramsey con los escritos e ideas de Peirce resulta más estrecha que la de Ogden y está bien documentada. Ramsey habría tenido conocimiento de la lógica de Peirce a través de Russell, de Schröder y quizá de la extensa presentación que desarrolló C.I.Lewis en A Survey of Symbolic Logic (1.918). Thayer sugiere que Ramsey quizá pudo tener noticia por Russell del interés de Peirce por la teoría de los signos y el significado (1.968: 305), pero seguramente fue Ogden, con el que a los 18 años de edad había preparado la traducción del Tractatus, quien le dio noticia más amplia de los escritos de Peirce.

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