Salvator Mundi’ de Leonardo da Vinci, la obra más cara de la historia
Salvator Mundi’ de Leonardo da Vinci, la obra más cara de la historia
La tabla fue adjudicada en una vertiginosa puja por 450,3 millones de dólares, un precio que duplica el récord previo de Pablo Picasso
Nueva York
La última obra de Leonardo da Vinci en manos de un coleccionista privado, propiedad del oligarca ruso Dimitry Rybolovlev, se subastó este miércoles en Christie´s por una cifra récord de 450,3 millones de dólares. Salvator Mundi es una obra excepcional, hasta el punto de que los especialistas se refieren a ella como el Santo Grial en el mundo del arte. No solo más que duplicó los casi 180 millones desembolsados hace dos años por Le Femmes d´Alger Algiers, de Pablo Picasso, el récord hasta ahora en una subasta. Superó también los cerca de 300 millones que pagó en privado el financiero Kenneth Griffin por Interchange, de Willem de Kooning.
El óleo que muestra a Jesucristo como salvador del mundo es el mayor redescubrimiento artístico del siglo XXI. Que se sepa, hay menos de 20 tablas creadas por el genio renacentista italiano que sobrevivieron al paso del tiempo. Esta emergió en 2005, tras un hiato de casi un siglo. La obra data de 1500 y durante décadas se pensó que había sido destruida. “Es un testamento de la relevancia que sigue teniendo su pintura”, valora Loic Gouzer, de la casa de subastas Christie´s.
La noche arrancó suave con una obra de Adam Pendleton, seguida por un Philippe Parreno y un Kerry James Mashall. Al cuarto de hora llegó al lote 9B, en medio de una gran expectación. La puja del Da Vinci comenzó en 70 millones. Se tomó un pequeño respiro en los 100 millones, como si estuviera cogiendo fuerza antes de la remontada. En tres minutos llegó a los 200 millones. La puja se prolongó durante 19 minutos. El martillo golpeó la mesa en los 400 millones, a lo que hay que sumar la debida comisión.
Salvator Mundi se pintó en el mismo marco temporal que la Mona Lisa. La composición es muy similar y son un perfecto ejemplo del misterio que rodea su trabajo. Su historia también es extraordinaria. La pintura decoró la estancia privada de Henriqueta María de Francia, esposa del rey Carlos I de Inglaterra, en el palacio en Greenwich. Desapareció tras ser subastada en 1736. Sir Charles Robinson la compró en 1900 pensando que era un trabajo de un discípulo de Leonardo.
La obra maestra de Da Vinci quedó de nuevo en el olvido, perdida entre otros trabajos artísticos que integraban su colección. La pintura, que había sido manipulada, fue consignada a la casa de subastas Sotheby´s para su venta en 1958, por la que se pagó 45 libras esterlinas. Volvió a desaparecer hasta que reemergió en una pequeña subasta hace doce años. El redescubrimiento movilizó a expertos en el trabajo de Leonardo, que certificaron su autenticidad.
El precio final pagado puede, por tanto, tener implicaciones legales en el proceso que Rubolovlev libra con Bouvier, al que acusa de haber sobreestimado el precio. La casa de subastas evitó entrar a comentar sobre el litigio y se limitó a pedir que la atención se concentrara en su valor artístico excepcional. Para atraer la atención de los coleccionistas, viajó antes por Hong Kong, Londres y San Francisco.
“Salvator Mundi” es la gran estrella de la semana de subastas de otoño que se celebra en Nueva York. Inspirado en el genio del Renacimiento, salió a la venta una obra gigantesca de Andy Warhol en la que replica 60 veces la célebre “La Última Cena” de Leonardo da Vinci, que se subastó la misma noche. Christie´s buscaba así acentuar el “efecto Vinci”.
Christie´s y Sotheby´s buscan cerrar la semana con unas ventas combinadas por valor de 1.600 millones de dólares, con obras de Léger, Picasso, Monet, Miró o Degás. El lunes arrancó con el óleo Labourer dans un champ de Vincent van Gogh, vendida por 81,3 millones. Data de 1889, un año antes de su muerte. Se quedó muy cerca del récord de 82,5 millones del artista con su Protait du Dr. Gachet.
La noche arrancó suave con una obra de Adam Pendleton, seguida por un Philippe Parreno y un Kerry James Mashall. Al cuarto de hora llegó al lote 9B, en medio de una gran expectación. La puja del Da Vinci comenzó en 70 millones. Se tomó un pequeño respiro en los 100 millones, como si estuviera cogiendo fuerza antes de la remontada. En tres minutos llegó a los 200 millones. La puja se prolongó durante 19 minutos. El martillo golpeó la mesa en los 400 millones, a lo que hay que sumar la debida comisión.
Salvator Mundi se pintó en el mismo marco temporal que la Mona Lisa. La composición es muy similar y son un perfecto ejemplo del misterio que rodea su trabajo. Su historia también es extraordinaria. La pintura decoró la estancia privada de Henriqueta María de Francia, esposa del rey Carlos I de Inglaterra, en el palacio en Greenwich. Desapareció tras ser subastada en 1736. Sir Charles Robinson la compró en 1900 pensando que era un trabajo de un discípulo de Leonardo.
La obra maestra de Da Vinci quedó de nuevo en el olvido, perdida entre otros trabajos artísticos que integraban su colección. La pintura, que había sido manipulada, fue consignada a la casa de subastas Sotheby´s para su venta en 1958, por la que se pagó 45 libras esterlinas. Volvió a desaparecer hasta que reemergió en una pequeña subasta hace doce años. El redescubrimiento movilizó a expertos en el trabajo de Leonardo, que certificaron su autenticidad.
Batalla legal
La pintura fue presentada al mundo en 2011, en el marco de una muestra dedicada al artista en la Galería Nacional de Londres. Su propiedad está rodeada de controversia. El magnate ruso Dmitry Rybolovlev, patrón del club de fútbol AS Mónaco, pagó 127,5 millones cuando la adquirió en 2013. Ahora está demandado al corredor de arte suizo Yves Bouvier, que la había adquirido previamente en una subasta celebrada en Sotheby´s por 80 millones.El precio final pagado puede, por tanto, tener implicaciones legales en el proceso que Rubolovlev libra con Bouvier, al que acusa de haber sobreestimado el precio. La casa de subastas evitó entrar a comentar sobre el litigio y se limitó a pedir que la atención se concentrara en su valor artístico excepcional. Para atraer la atención de los coleccionistas, viajó antes por Hong Kong, Londres y San Francisco.
“Salvator Mundi” es la gran estrella de la semana de subastas de otoño que se celebra en Nueva York. Inspirado en el genio del Renacimiento, salió a la venta una obra gigantesca de Andy Warhol en la que replica 60 veces la célebre “La Última Cena” de Leonardo da Vinci, que se subastó la misma noche. Christie´s buscaba así acentuar el “efecto Vinci”.
Cultura popular
El monumental trabajo, la primera vez que se ofrecía en una subasta, es un ejemplo de la gran serie del periodo final del artista, que creó un año antes de morir. Warhol, profundamente religioso, hizo más de un centenar de variaciones diferentes de la obra de Da Vinci. La Última Cena de Leonardo no solo se convirtió en un canon en la historia del arte, también forma parte de la cultura popular.Christie´s y Sotheby´s buscan cerrar la semana con unas ventas combinadas por valor de 1.600 millones de dólares, con obras de Léger, Picasso, Monet, Miró o Degás. El lunes arrancó con el óleo Labourer dans un champ de Vincent van Gogh, vendida por 81,3 millones. Data de 1889, un año antes de su muerte. Se quedó muy cerca del récord de 82,5 millones del artista con su Protait du Dr. Gachet.
<< Home