NERUDA EN WASHINGTON
UNA CITA DE HACE 40 AÑOS
Pablo Neruda 'recita' en Washington
Félix Ángel, del BID de Washington, muestra las grabaciones originales de Neruda. (Foto: EFE)
Actualizado miércoles 07/06/2006 14:29
CÉSAR MUÑOZ ACEBES (EFE)
WASHINGTON.- El poeta chileno Pablo Neruda, a quien un grupo de funcionarios anticastristas le impidió hace 40 años dar un recital en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington, logró finalmente su objetivo gracias a una grabación perdida desde entonces.
La voz nasal y monótona de Neruda, como un puente entre pausas densas, envolvió este martes el auditorio Enrique Iglesias, cuyo aforo de 500 asientos no fue suficiente para albergar a las personas que acudieron a escuchar las palabras de un poeta que conmovió en 1966 y conmueve hoy en día.
El 18 de junio de ese año, un Neruda de 61 años, famoso pero no aún Premio Nobel, estaba en Washington para dar un recital en el BID, a invitación de su presidente, el también chileno Felipe Herrera, según explicó Félix Ángel, director del centro cultural de la institución.
Había llegado desde Nueva York tras recibir un homenaje del Pen Club, una asociación de escritores muy prestigiosa, e iba a grabar en Washington para la Biblioteca del Congreso de EEUU su poema 'Alturas de Macchu Picchu'.
Para la Biblioteca sí que leyó su 'Madre de piedra, espuma de los cóndores. Alto arrecife de la aurora humana', pero en la sede del BID, entonces localizada en la calle 17, cerca de la Casa Blanca, no llegaron a oírse sus palabras.
Leopoldo Castedo, un historiador español que era amigo de Neruda y que le había convencido de que diese el recital, recordó lo ocurrido en una conferencia en 1999.
Según Castedo, "algunos funcionarios [cubanos] organizaron una manifestación con pancartas que pregonaban 'Provocación comunista', por citar la menos agresiva".
Era el tiempo de la Guerra Fría, habían pasado cinco años desde el fallido intento de invasión de Cuba desde Bahía de Cochinos llevado a cabo por exiliados cubanos entrenados y equipados por EEUU, y Neruda era comunista.
No obstante, Herrera encontró un término medio. "Desafiando el revuelo de sirenas y policías, anunció por altavoz, en las puertas del edificio, que la ceremonia tendría lugar no en el Banco, sino en el Hotel Mayflower", contó Castedo.
Ese recital de Neruda, que estaba olvidado en el BID, picó la curiosidad del colombiano Félix Ángel, que se lanzó tras la pista de la grabación de aquella sesión. La descubrió hace dos años por casualidad, según confesó, al preguntar a un veterano del Banco si se acordaba de aquel acto.
"Creo que yo tengo la cinta", le respondió el funcionario, al que no identificó, quien la había recibido de otro empleado del BID. Además, una copia acabó en la fundación Pablo Neruda de Chile, probablemente enviada por Castedo, según Ángel.
Y así, 40 años más tarde, la voz del autor de 'Canto General' y 'Odas Elementales' sonó en el lugar donde debía haberlo hecho originalmente.
"Es un desagravio a Neruda", dijo Ángel. Tras una breve introducción de Castedo, que había conocido al poeta cuando el español estaba exiliado en Chile, Neruda recitó de nuevo los 15 poemas que escucharon en el Mayflower los funcionarios del BID a los que la política no les cegó los ojos al arte.
"Agradezco el silencio de ustedes, que me escuchan", les dijo. Mientras, un montaje de imágenes proyectadas en una pantalla del auditorio recorría los espacios que habitó el poeta en sus casas en Valparaíso, Santiago e Isla Negra, una aportación de la Embajada de Chile.
Neruda decidió comenzar con dos de sus poemas de amor "porque vi tanta juventud en esta sala", como dice en la grabación. Entonó "Me gusta cuando callas porque estás como ausente", de uno de sus 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada', un libro con el que han aprendido a enamorarse miles de adolescentes.
Y luego, humilde pero seguro, recitó: "Puedo escribir los versos más tristes esta noche", y al oír estas palabras la audiencia de 1966 suspiró y murmulló, emocionada, como cuando se escucha el principio de la canción favorita en un concierto.
Cuarenta años más tarde también se encogieron los corazones y se humedecieron los ojos.
Pablo Neruda 'recita' en Washington
Félix Ángel, del BID de Washington, muestra las grabaciones originales de Neruda. (Foto: EFE)
Actualizado miércoles 07/06/2006 14:29
CÉSAR MUÑOZ ACEBES (EFE)
WASHINGTON.- El poeta chileno Pablo Neruda, a quien un grupo de funcionarios anticastristas le impidió hace 40 años dar un recital en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington, logró finalmente su objetivo gracias a una grabación perdida desde entonces.
La voz nasal y monótona de Neruda, como un puente entre pausas densas, envolvió este martes el auditorio Enrique Iglesias, cuyo aforo de 500 asientos no fue suficiente para albergar a las personas que acudieron a escuchar las palabras de un poeta que conmovió en 1966 y conmueve hoy en día.
El 18 de junio de ese año, un Neruda de 61 años, famoso pero no aún Premio Nobel, estaba en Washington para dar un recital en el BID, a invitación de su presidente, el también chileno Felipe Herrera, según explicó Félix Ángel, director del centro cultural de la institución.
Había llegado desde Nueva York tras recibir un homenaje del Pen Club, una asociación de escritores muy prestigiosa, e iba a grabar en Washington para la Biblioteca del Congreso de EEUU su poema 'Alturas de Macchu Picchu'.
Para la Biblioteca sí que leyó su 'Madre de piedra, espuma de los cóndores. Alto arrecife de la aurora humana', pero en la sede del BID, entonces localizada en la calle 17, cerca de la Casa Blanca, no llegaron a oírse sus palabras.
Leopoldo Castedo, un historiador español que era amigo de Neruda y que le había convencido de que diese el recital, recordó lo ocurrido en una conferencia en 1999.
Según Castedo, "algunos funcionarios [cubanos] organizaron una manifestación con pancartas que pregonaban 'Provocación comunista', por citar la menos agresiva".
Era el tiempo de la Guerra Fría, habían pasado cinco años desde el fallido intento de invasión de Cuba desde Bahía de Cochinos llevado a cabo por exiliados cubanos entrenados y equipados por EEUU, y Neruda era comunista.
No obstante, Herrera encontró un término medio. "Desafiando el revuelo de sirenas y policías, anunció por altavoz, en las puertas del edificio, que la ceremonia tendría lugar no en el Banco, sino en el Hotel Mayflower", contó Castedo.
Ese recital de Neruda, que estaba olvidado en el BID, picó la curiosidad del colombiano Félix Ángel, que se lanzó tras la pista de la grabación de aquella sesión. La descubrió hace dos años por casualidad, según confesó, al preguntar a un veterano del Banco si se acordaba de aquel acto.
"Creo que yo tengo la cinta", le respondió el funcionario, al que no identificó, quien la había recibido de otro empleado del BID. Además, una copia acabó en la fundación Pablo Neruda de Chile, probablemente enviada por Castedo, según Ángel.
Y así, 40 años más tarde, la voz del autor de 'Canto General' y 'Odas Elementales' sonó en el lugar donde debía haberlo hecho originalmente.
"Es un desagravio a Neruda", dijo Ángel. Tras una breve introducción de Castedo, que había conocido al poeta cuando el español estaba exiliado en Chile, Neruda recitó de nuevo los 15 poemas que escucharon en el Mayflower los funcionarios del BID a los que la política no les cegó los ojos al arte.
"Agradezco el silencio de ustedes, que me escuchan", les dijo. Mientras, un montaje de imágenes proyectadas en una pantalla del auditorio recorría los espacios que habitó el poeta en sus casas en Valparaíso, Santiago e Isla Negra, una aportación de la Embajada de Chile.
Neruda decidió comenzar con dos de sus poemas de amor "porque vi tanta juventud en esta sala", como dice en la grabación. Entonó "Me gusta cuando callas porque estás como ausente", de uno de sus 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada', un libro con el que han aprendido a enamorarse miles de adolescentes.
Y luego, humilde pero seguro, recitó: "Puedo escribir los versos más tristes esta noche", y al oír estas palabras la audiencia de 1966 suspiró y murmulló, emocionada, como cuando se escucha el principio de la canción favorita en un concierto.
Cuarenta años más tarde también se encogieron los corazones y se humedecieron los ojos.
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