IMPORTANTE COMUNICACION DE NUESTRO SOCIO DE NUMERO TEODORO HAMPE MARTÍNEZ, DESDE PERU
DIRECTOR BNP
DIRECTOR EL COMERCIO DE LIMA
en la Biblioteca Nacional de Lima,
al realizarse la presentación de su libro
El mirador peruanista,
un par de años atrás.
La defensa del patrimonio es deber de todos
En congruencia con nuestros principios de respeto al orden legal y defensa del patrimonio nacional, hemos procedido a devolver a la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) valiosos ejemplares que habían sido sustraídos en circunstancias aún no aclaradas.
Se trata de cuatro ejemplares recuperados del mercado negro por un coleccionista privado, quien los entregó a este Diario como evidencia de su denuncia sobre el tráfico de libros procedentes de esa institución. Los libros fueron entregados por nuestro director, Francisco Miró Quesada Rada, al director de la BNP, Hugo Neira, de notable gestión, quien destacó la actitud del benefactor anónimo y ofreció avanzar en las investigaciones.
Los libros entregados son: “Papirii Massoni annalium”, una edición en latín de 1578, escrita por el erudito francés Jean Papire Masson; “Querétaro. Memorias de un oficial del emperador Maximiliano”, del militar francés Alberto Hans (México, 1869), y el “Compendio histórico, geográfico y genealógico de los soberanos de la Europa”, de Manuel Trincado (Madrid, 1769). Un cuarto libro, “Instrucción de confessores y penitentes”, de Daniel Concina (Madrid, 1766), del que en un inicio la BNP no dio razón ante una consulta de El Comercio, se localizó finalmente en las bóvedas del local de la avenida Abancay. El ejemplar entregado ayer sería uno adicional o copia.
En cuanto a nuestro Diario, solo hemos cumplido nuestra obligación en defensa del interés nacional. Los medios de comunicación, cuando se topan con bienes ilegales, deben ponerlo en conocimiento de la opinión pública y actuar conforme a ley.
Este caso tiene un final positivo, pero nos lleva a varias reflexiones. Ante todo, tiene que realizarse una profunda investigación sobre el robo y desaparición de estos ejemplares, en lo que no se puede descartar la participación de personal de la Biblioteca.
Luego, debemos saludar la actitud patriótica de ciudadanos que, por encima de intereses particulares, procedieron a denunciar y devolver estos ejemplares, a expensas de su propio peculio. ¿Dónde habrían ido a parar si no fuera por estos peruanos? ¿Hasta dónde pueden llegar los tentáculos de este mercado negro que trafica con bienes únicos que pertenecen a todos los peruanos?
Seguidamente, se hace imprescindible la realización de una revisión e inventario de las obras más valiosas de la Biblioteca, para lo cual tiene que dársele los recursos y el presupuesto suficiente. No solo para contar con más personal seleccionado, técnico y responsable, sino también para redoblar las medidas de seguridad en el nuevo local, restringir el acceso a estos ejemplares a investigadores y contratar seguros nacionales e internacionales que nos cubran ante cualquier imponderable.
El acervo bibliográfico de la BNP es parte de nuestra historia y de nuestra identidad nacional, que todos debemos preservar, defender y denunciar ante cualquier atentado.
(El Comercio/Editorial, Lima, 31 de enero de 2009)
En congruencia con nuestros principios de respeto al orden legal y defensa del patrimonio nacional, hemos procedido a devolver a la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) valiosos ejemplares que habían sido sustraídos en circunstancias aún no aclaradas.
Se trata de cuatro ejemplares recuperados del mercado negro por un coleccionista privado, quien los entregó a este Diario como evidencia de su denuncia sobre el tráfico de libros procedentes de esa institución. Los libros fueron entregados por nuestro director, Francisco Miró Quesada Rada, al director de la BNP, Hugo Neira, de notable gestión, quien destacó la actitud del benefactor anónimo y ofreció avanzar en las investigaciones.
Los libros entregados son: “Papirii Massoni annalium”, una edición en latín de 1578, escrita por el erudito francés Jean Papire Masson; “Querétaro. Memorias de un oficial del emperador Maximiliano”, del militar francés Alberto Hans (México, 1869), y el “Compendio histórico, geográfico y genealógico de los soberanos de la Europa”, de Manuel Trincado (Madrid, 1769). Un cuarto libro, “Instrucción de confessores y penitentes”, de Daniel Concina (Madrid, 1766), del que en un inicio la BNP no dio razón ante una consulta de El Comercio, se localizó finalmente en las bóvedas del local de la avenida Abancay. El ejemplar entregado ayer sería uno adicional o copia.
En cuanto a nuestro Diario, solo hemos cumplido nuestra obligación en defensa del interés nacional. Los medios de comunicación, cuando se topan con bienes ilegales, deben ponerlo en conocimiento de la opinión pública y actuar conforme a ley.
Este caso tiene un final positivo, pero nos lleva a varias reflexiones. Ante todo, tiene que realizarse una profunda investigación sobre el robo y desaparición de estos ejemplares, en lo que no se puede descartar la participación de personal de la Biblioteca.
Luego, debemos saludar la actitud patriótica de ciudadanos que, por encima de intereses particulares, procedieron a denunciar y devolver estos ejemplares, a expensas de su propio peculio. ¿Dónde habrían ido a parar si no fuera por estos peruanos? ¿Hasta dónde pueden llegar los tentáculos de este mercado negro que trafica con bienes únicos que pertenecen a todos los peruanos?
Seguidamente, se hace imprescindible la realización de una revisión e inventario de las obras más valiosas de la Biblioteca, para lo cual tiene que dársele los recursos y el presupuesto suficiente. No solo para contar con más personal seleccionado, técnico y responsable, sino también para redoblar las medidas de seguridad en el nuevo local, restringir el acceso a estos ejemplares a investigadores y contratar seguros nacionales e internacionales que nos cubran ante cualquier imponderable.
El acervo bibliográfico de la BNP es parte de nuestra historia y de nuestra identidad nacional, que todos debemos preservar, defender y denunciar ante cualquier atentado.
(El Comercio/Editorial, Lima, 31 de enero de 2009)
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