70 ANOS DE LA LIBRERIA CLASICA Y MODERNA
LIBRERIA-ANIVERSARIO
Un libro conmemora los 70 años de la libreria Clásica y Moderna de Buenos Aires
El libro "70 años de Clásica y Moderna", prologado por Ernesto Schoo y escrito por Alvaro Abós, da cuenta del recorrido de esta librería emblemática para la vida cultural de la ciudad de Buenos Aires.
El discurso de Abós está mechado con fotografías, recuerdos y reflexiones de escritores, periodistas, editores, artistas y todos aquellos que frecuentaron el local de la calle Callao. "Es el sitio de los encuentros y las confidencias", desliza Schoo en el prólogo para referirse a esta librería donde conviven la literatura y la gastronomía bajo la mirada atenta de los hermanos Natu y Paco Poblet. "Primero fueron los libros. En las páginas que siguen se cuenta la historia de la antigua librería, sus fastos y sus glorias, y de cómo, siguiendo el ritmo de los tiempos, Natu y su hermano imaginaron la continuidad de la tradición familiar, sin traicionarla en lo más mínimo, añadiéndole el incentivo del café-bar-restorán, como un amable complemento del amor por la literatura", escribe Schoo. Por su parte, Abós se remonta a la llegada de Don Emilio Poblet Díez y uno de sus cuatro hijos, Emilio Poblet Bollit a Buenos Aires desde la ciudad española de Vigo. Ambos eran libreros de oficio y se convirtieron en representantes de la editorial Calleja en la Argentina y en toda América del Sur. Recién en 1916, el patriarca Poblet pudo abrir la librería Académica, ubicada en Callao 713, que se especializó en libros de medicina. Los doctores Bernardo Houssay, Enrique Finochietto, Mariano Castex, entre otros pasaron por esa librería cuando eran estudiantes con pocos fondos y podían comprar ahí a plazos los libros que necesitaban. Esa librería se multiplicó en otras, algunas con "vida fugaz" pero siempre en la misma calle, todas bajo el impulso de don Emilio, que vuelve a España en 1926 "para anudar relaciones con editoriales españolas y reforzar las importaciones de la Académica. Aquí -cuenta Abós- quedan los hijos. En noviembre de 1938 Francisco Poblet compra un local situado en Callao 892 y abrió la librería Clásica y Moderna. Durante un tiempo, con su mujer Rosa, Poblet vive en la trastienda porque el presupuesto no alcanza para una casa. Nacen sus dos hijos Natu y Paco. Comienzan a aparecer por la librería -que ya vende libros de literatura- políticos como Alfredo Palacios, Mario Bravo y Alicia Moreau de Justo y escritores como Ricardo Rojas, Leopoldo Lugones, Manuel Gálvez, Enrique Larreta, Roberto Arlt y Alfonsina Storni. En el relato Abós va ensamblando la tradición librera de Buenos Aires y los mitos que la acompañan como aquel ejemplar de la Biblia Gutenberg que un desconocido compró por 80 pesos en la librería de Rafael Palumbo. Y hoy es una joya del Museo Británico. Y nombra a los grandes libreros de la ciudad: Carlos Casavelle, Constancio C. Vigil, Angel de Estrada, Adolfo Kapelusz, Jacobo Peuser, Valerio Abeledo, Emilio Perrot, Guillermo Kraft, Félix Lajouane, Carlos y Alfredo Maucci, Atilio Moro, Calixto Perlado, Tomas Pardo, Miguel Schapiere, Pablo Coni, Pedro García, Francisco García López, Aniceto López, Gerardo Fernández Blanco, Domingo Viau y Jacobo Samet. "Cuando los hermanos Natu y Paco Poblet tienen que reorientar la librería, tras el golpe sufrido con la muerte del fundador (el 26 de diciembre de 1980), advierten que algo se incuba en la ciudad. Y se lanzan a revitalizar Clásica y Moderna", recuerda Abós. El núcleo de esa aventura estaba sostenido por un grupo de amigos que se reunía todos los domingos por la noche en el departamento que tenía Natu al lado de la librería. Entre otros se daban cita Oscar Hermes Villordo, Juan José Sebreli, Ernesto Schoo, Natalia Kohen, Alicia Steinberg, Vilma Colina, Cristina Mucci, Josefina Delgado, Elsa Osorio, Cecilia Absatz, Juan José Hernández. La gente inquieta, apunta Abós, se reúne para conversar, estudiar, intercambiar saberes. Hubo cursos pioneros dictados por el filósofo Luis Jalfen y el periodista Miguel Grinberg. Luego los seguirían Raúl Castagnino, Federico Peltzer, Juan Carlos Ghiano, Mirta Arlt, José Pedro Barcia, Leda Valladares. "En aquella Buenos Aires había libros prohibidos y en Callao 892 podía encontrárselos", resalta Abós. En los años 80 presentan sus libros en Clásica y Moderna Isabel Allende, Abelardo Castillo y David Viñas entre otros autores. "Y se crea el Premio Poblet, sin recompensa económica, pero de gran significado simbólico por la calidad del jurado que lo otorgaba". Un proyecto de remodelación de la librería, que incluía bar y restaurante diseñado por Ricardo Plant, hizo que la librería cerrara en 1987 y estuviera a punto de sucumbir, pero el apoyo de Martha Oyhanarte de Sivak les dio el aire necesario para continuar. Y en 1993 la empresaria se alejó de la sociedad para dedicarse a la política. En mayo de 1988 con un perfil renovado Clásica y Moderna reabrió sus puertas y no tardó en convertirse "en el corazón cultural de Buenos Aires", subraya Abós.
El discurso de Abós está mechado con fotografías, recuerdos y reflexiones de escritores, periodistas, editores, artistas y todos aquellos que frecuentaron el local de la calle Callao. "Es el sitio de los encuentros y las confidencias", desliza Schoo en el prólogo para referirse a esta librería donde conviven la literatura y la gastronomía bajo la mirada atenta de los hermanos Natu y Paco Poblet. "Primero fueron los libros. En las páginas que siguen se cuenta la historia de la antigua librería, sus fastos y sus glorias, y de cómo, siguiendo el ritmo de los tiempos, Natu y su hermano imaginaron la continuidad de la tradición familiar, sin traicionarla en lo más mínimo, añadiéndole el incentivo del café-bar-restorán, como un amable complemento del amor por la literatura", escribe Schoo. Por su parte, Abós se remonta a la llegada de Don Emilio Poblet Díez y uno de sus cuatro hijos, Emilio Poblet Bollit a Buenos Aires desde la ciudad española de Vigo. Ambos eran libreros de oficio y se convirtieron en representantes de la editorial Calleja en la Argentina y en toda América del Sur. Recién en 1916, el patriarca Poblet pudo abrir la librería Académica, ubicada en Callao 713, que se especializó en libros de medicina. Los doctores Bernardo Houssay, Enrique Finochietto, Mariano Castex, entre otros pasaron por esa librería cuando eran estudiantes con pocos fondos y podían comprar ahí a plazos los libros que necesitaban. Esa librería se multiplicó en otras, algunas con "vida fugaz" pero siempre en la misma calle, todas bajo el impulso de don Emilio, que vuelve a España en 1926 "para anudar relaciones con editoriales españolas y reforzar las importaciones de la Académica. Aquí -cuenta Abós- quedan los hijos. En noviembre de 1938 Francisco Poblet compra un local situado en Callao 892 y abrió la librería Clásica y Moderna. Durante un tiempo, con su mujer Rosa, Poblet vive en la trastienda porque el presupuesto no alcanza para una casa. Nacen sus dos hijos Natu y Paco. Comienzan a aparecer por la librería -que ya vende libros de literatura- políticos como Alfredo Palacios, Mario Bravo y Alicia Moreau de Justo y escritores como Ricardo Rojas, Leopoldo Lugones, Manuel Gálvez, Enrique Larreta, Roberto Arlt y Alfonsina Storni. En el relato Abós va ensamblando la tradición librera de Buenos Aires y los mitos que la acompañan como aquel ejemplar de la Biblia Gutenberg que un desconocido compró por 80 pesos en la librería de Rafael Palumbo. Y hoy es una joya del Museo Británico. Y nombra a los grandes libreros de la ciudad: Carlos Casavelle, Constancio C. Vigil, Angel de Estrada, Adolfo Kapelusz, Jacobo Peuser, Valerio Abeledo, Emilio Perrot, Guillermo Kraft, Félix Lajouane, Carlos y Alfredo Maucci, Atilio Moro, Calixto Perlado, Tomas Pardo, Miguel Schapiere, Pablo Coni, Pedro García, Francisco García López, Aniceto López, Gerardo Fernández Blanco, Domingo Viau y Jacobo Samet. "Cuando los hermanos Natu y Paco Poblet tienen que reorientar la librería, tras el golpe sufrido con la muerte del fundador (el 26 de diciembre de 1980), advierten que algo se incuba en la ciudad. Y se lanzan a revitalizar Clásica y Moderna", recuerda Abós. El núcleo de esa aventura estaba sostenido por un grupo de amigos que se reunía todos los domingos por la noche en el departamento que tenía Natu al lado de la librería. Entre otros se daban cita Oscar Hermes Villordo, Juan José Sebreli, Ernesto Schoo, Natalia Kohen, Alicia Steinberg, Vilma Colina, Cristina Mucci, Josefina Delgado, Elsa Osorio, Cecilia Absatz, Juan José Hernández. La gente inquieta, apunta Abós, se reúne para conversar, estudiar, intercambiar saberes. Hubo cursos pioneros dictados por el filósofo Luis Jalfen y el periodista Miguel Grinberg. Luego los seguirían Raúl Castagnino, Federico Peltzer, Juan Carlos Ghiano, Mirta Arlt, José Pedro Barcia, Leda Valladares. "En aquella Buenos Aires había libros prohibidos y en Callao 892 podía encontrárselos", resalta Abós. En los años 80 presentan sus libros en Clásica y Moderna Isabel Allende, Abelardo Castillo y David Viñas entre otros autores. "Y se crea el Premio Poblet, sin recompensa económica, pero de gran significado simbólico por la calidad del jurado que lo otorgaba". Un proyecto de remodelación de la librería, que incluía bar y restaurante diseñado por Ricardo Plant, hizo que la librería cerrara en 1987 y estuviera a punto de sucumbir, pero el apoyo de Martha Oyhanarte de Sivak les dio el aire necesario para continuar. Y en 1993 la empresaria se alejó de la sociedad para dedicarse a la política. En mayo de 1988 con un perfil renovado Clásica y Moderna reabrió sus puertas y no tardó en convertirse "en el corazón cultural de Buenos Aires", subraya Abós.
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