NUESTROS SOCIOS OPINAN: MONSENOR LUIS EUGENIO SILVA
Luis Eugenio Silva
La Segunda Miércoles 16 de Septiembre de 2009
Caminando hacia el Bicentenario
Festejar un aniversario patrio es más que un recuerdo emocionado de un pasado heroico. Quien celebra la patria, se une a la tradición viva y operante, que se inició hace ya doscientos años, cuando nacíamos a la libertad. Amamos a nuestra patria, no porque sea grande, sino porque es madre común de todos. Nos ha hecho y la hacemos.
Los comienzos fueron extraordinariamente difíciles. La metrópoli europea era fuerte, y la incipiente república no tenía ejército ni organización. Y, sin embargo, los padres fundadores hicieron surgir a Chile, dejando atrás un pasado tricentenario. Para ello se requirió de los fundadores del Chile independiente fe inquebrantable en el triunfo, generosidad sin límite, y un amor por la tierra chilena que llevaba a olvidarse de sí mismo, y de sus legítimos derechos, para realizar un bien común de libertad, justicia y paz.
Por cierto que, como en todo proceso, en los orígenes hubo errores, injusticias y ambiciones desatadas de algunos. Pero, por sobre las banderías y opciones políticas distintas, hubo en los fundadores un verdadero patriotismo. Se hacía una obra común. Nacía una nueva comunidad nacional en las tierras de América del Sur.
La generosidad y sentido de país, no fue sólo una virtud o’higginiana. Todos la tuvieron, quien más, quien menos. Nacimos como nación independiente en medio de una sobriedad casi espartana. ¡Cuántos entregaron su fortuna! ¡Cómo se formaron batallones con personas de sandalias, que enfrentaron a los ejércitos de línea de España!
Se vivía una gesta heroica, y por ello el espíritu estuvo siempre en alto y ni siquiera las derrotas pudieron hundirlo, porque este rincón de tierra les sonreía más que ningún otro, como lo rimó el viejo poeta latino Horacio.
Mirar hacia atrás, repasar la historia, es indispensable, ya que en la actual coyuntura van desapareciendo el espíritu de sacrificio, la generosidad y el sentido del bien común, y el individualismo egoísta toma carta de ciudadanía.
Cuando vemos cómo se aferran al poder algunos, cómo se esquivan las responsabilidades, cómo no se asumen los errores y se piensa que delinquir es a veces justificado, entonces volver a mirar la gesta patriótica de Carrera, O’Higgins, Freire, Portales, Montt, Prieto, Bulnes y Prat, y tantos más, puede incentivar el patriotismo verdadero.
Estamos en los albores del los doscientos años de vida independiente. Las preguntas que debemos hacernos son:
• l ¿Somos más justos y solidarios?
• ¿Asumimos positiva y negativamente nuestros deberes?
• ¿Creemos verdaderamente en la libertad, y no sólo política, sino también en la espiritual?
• ¿Pensamos que el bien común social y político está por encima del bien particular?
Las preguntas exigen respuestas claras y distintas, y para ello habrá que hacer acopio de generosidad, verdad y responsabilidad. Recordar las gestas heroicas sin duda ayudará.
Festejar un aniversario patrio es más que un recuerdo emocionado de un pasado heroico. Quien celebra la patria, se une a la tradición viva y operante, que se inició hace ya doscientos años, cuando nacíamos a la libertad. Amamos a nuestra patria, no porque sea grande, sino porque es madre común de todos. Nos ha hecho y la hacemos.
Los comienzos fueron extraordinariamente difíciles. La metrópoli europea era fuerte, y la incipiente república no tenía ejército ni organización. Y, sin embargo, los padres fundadores hicieron surgir a Chile, dejando atrás un pasado tricentenario. Para ello se requirió de los fundadores del Chile independiente fe inquebrantable en el triunfo, generosidad sin límite, y un amor por la tierra chilena que llevaba a olvidarse de sí mismo, y de sus legítimos derechos, para realizar un bien común de libertad, justicia y paz.
Por cierto que, como en todo proceso, en los orígenes hubo errores, injusticias y ambiciones desatadas de algunos. Pero, por sobre las banderías y opciones políticas distintas, hubo en los fundadores un verdadero patriotismo. Se hacía una obra común. Nacía una nueva comunidad nacional en las tierras de América del Sur.
La generosidad y sentido de país, no fue sólo una virtud o’higginiana. Todos la tuvieron, quien más, quien menos. Nacimos como nación independiente en medio de una sobriedad casi espartana. ¡Cuántos entregaron su fortuna! ¡Cómo se formaron batallones con personas de sandalias, que enfrentaron a los ejércitos de línea de España!
Se vivía una gesta heroica, y por ello el espíritu estuvo siempre en alto y ni siquiera las derrotas pudieron hundirlo, porque este rincón de tierra les sonreía más que ningún otro, como lo rimó el viejo poeta latino Horacio.
Mirar hacia atrás, repasar la historia, es indispensable, ya que en la actual coyuntura van desapareciendo el espíritu de sacrificio, la generosidad y el sentido del bien común, y el individualismo egoísta toma carta de ciudadanía.
Cuando vemos cómo se aferran al poder algunos, cómo se esquivan las responsabilidades, cómo no se asumen los errores y se piensa que delinquir es a veces justificado, entonces volver a mirar la gesta patriótica de Carrera, O’Higgins, Freire, Portales, Montt, Prieto, Bulnes y Prat, y tantos más, puede incentivar el patriotismo verdadero.
Estamos en los albores del los doscientos años de vida independiente. Las preguntas que debemos hacernos son:
• l ¿Somos más justos y solidarios?
• ¿Asumimos positiva y negativamente nuestros deberes?
• ¿Creemos verdaderamente en la libertad, y no sólo política, sino también en la espiritual?
• ¿Pensamos que el bien común social y político está por encima del bien particular?
Las preguntas exigen respuestas claras y distintas, y para ello habrá que hacer acopio de generosidad, verdad y responsabilidad. Recordar las gestas heroicas sin duda ayudará.
posted by EDITOR | 6:07 PM
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