decepcionan las pujas de 'El bebedor de absenta' y de uno de los célebres nenúfares del pintor francés
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El dúo Picasso-Monet desafina en las subastas de Londres
Pese a la aparente recuperación del mercado, decepcionan las pujas de 'El bebedor de absenta' y de uno de los célebres nenúfares del pintor francés
PATRICIA TUBELLA
Pese a la aparente recuperación del mercado, decepcionan las pujas de 'El bebedor de absenta' y de uno de los célebres nenúfares del pintor francés
PATRICIA TUBELLA
- Londres - 24/06/2010
El Retrato de Ángel Fernández de Soto, un picasso de 1903, del periodo azul, objeto de litigios de propiedad en los últimos años, se confirmó anoche como estrella indiscutible de la gran subasta de arte impresionista y moderno de la casa londinense Christie's, con una cotización de casi 42 millones de euros. La más que considerable cifra no estableció ninguno de los récords que ha venido flanqueando el mercado de pujas en los últimos meses, pero sobresalió a lo largo de una velada en la que el martillo de la sala no halló comprador para un cuadro de Claude Monet (Nymphéas, 1906), cuyo valor estimado era idéntico al de la obra del malagueño.
El mercado del arte sigue emitiendo signos de recuperación, como revelaron las sólidas ventas de piezas de Matisse o Van Gogh o los números de la reciente feria de Basel, pero eso no significa que la era de las vacas gordas haya regresado definitivamente.
El lienzo de Picasso, conocido también como El bebedor de absenta, había generado una enorme atención por su turbulenta singladura. En 1995, la Fundación Andrew Lloyd Webber, del famoso compositor británico, adquirió la obra por 21,7 millones. Puesta en subasta 11 años más tarde, la pintura era retirada abruptamente dos días antes de la puja después de que el académico alemán Julius Schoeps, reivindicara la propiedad alegando que su tío abuelo se vio forzado a desprenderse de él en 1934 por la persecución nazi. Un tribunal de Nueva York rechazó la reclamación de Schoeps.
La cantidad obtenida finalmente ayer por el cuadro de Picasso está muy alejada de los más de 86,8 millones que un marchante neoyorquino pagaba en mayo por otra de las obras del artista malagueño, Desnudo, hojas verdes y busto (1932). Pero consiguió ejercer de atractivo cartel para una ambiciosa subasta en Christie's que reunía anoche hasta 63 obras de Magritte, Miró, Van Gogh, Klimt o Matisse, entre otros maestros, valorada conjuntamente entre 198 y 279 millones.
El acicate de Giacometti
Compradores procedentes de Estados Unidos, Rusia, los países del Golfo y potencias emergentes de Asia, además de europeos, han desfilado en los últimos días por la sede de Christie's. Recientes hitos como la venta de una escultura en bronce de Giacometti, El hombre que camina por más de 84,7 millones han ejercido de acicate para que los coleccionistas y vendedores privados se animen a sacar a la luz sus propiedades y tesoros.
"Vuelve a haber una gran demanda internacional de las obras de arte de máxima calidad", insiste Giovanna Bertazzoni, de Christie's. Le da la razón la adquisición de un autorretrato de Manet con paleta (1878) a razón de 26,5 millones en la subasta organizada el martes por la competencia de Sotheby's en sus locales londinenses, que registró una venta global de 136 millones.
Quizá no haya llegado la hora de lanzar las campanas al vuelo pero, frente a lo volátil de los mercados financieros y los bajos intereses que hoy pagan los bancos, las obras de arte vuelven a asomar como una de las inversiones más sólidas.
El Retrato de Ángel Fernández de Soto, un picasso de 1903, del periodo azul, objeto de litigios de propiedad en los últimos años, se confirmó anoche como estrella indiscutible de la gran subasta de arte impresionista y moderno de la casa londinense Christie's, con una cotización de casi 42 millones de euros. La más que considerable cifra no estableció ninguno de los récords que ha venido flanqueando el mercado de pujas en los últimos meses, pero sobresalió a lo largo de una velada en la que el martillo de la sala no halló comprador para un cuadro de Claude Monet (Nymphéas, 1906), cuyo valor estimado era idéntico al de la obra del malagueño.
El mercado del arte sigue emitiendo signos de recuperación, como revelaron las sólidas ventas de piezas de Matisse o Van Gogh o los números de la reciente feria de Basel, pero eso no significa que la era de las vacas gordas haya regresado definitivamente.
El lienzo de Picasso, conocido también como El bebedor de absenta, había generado una enorme atención por su turbulenta singladura. En 1995, la Fundación Andrew Lloyd Webber, del famoso compositor británico, adquirió la obra por 21,7 millones. Puesta en subasta 11 años más tarde, la pintura era retirada abruptamente dos días antes de la puja después de que el académico alemán Julius Schoeps, reivindicara la propiedad alegando que su tío abuelo se vio forzado a desprenderse de él en 1934 por la persecución nazi. Un tribunal de Nueva York rechazó la reclamación de Schoeps.
La cantidad obtenida finalmente ayer por el cuadro de Picasso está muy alejada de los más de 86,8 millones que un marchante neoyorquino pagaba en mayo por otra de las obras del artista malagueño, Desnudo, hojas verdes y busto (1932). Pero consiguió ejercer de atractivo cartel para una ambiciosa subasta en Christie's que reunía anoche hasta 63 obras de Magritte, Miró, Van Gogh, Klimt o Matisse, entre otros maestros, valorada conjuntamente entre 198 y 279 millones.
El acicate de Giacometti
Compradores procedentes de Estados Unidos, Rusia, los países del Golfo y potencias emergentes de Asia, además de europeos, han desfilado en los últimos días por la sede de Christie's. Recientes hitos como la venta de una escultura en bronce de Giacometti, El hombre que camina por más de 84,7 millones han ejercido de acicate para que los coleccionistas y vendedores privados se animen a sacar a la luz sus propiedades y tesoros.
"Vuelve a haber una gran demanda internacional de las obras de arte de máxima calidad", insiste Giovanna Bertazzoni, de Christie's. Le da la razón la adquisición de un autorretrato de Manet con paleta (1878) a razón de 26,5 millones en la subasta organizada el martes por la competencia de Sotheby's en sus locales londinenses, que registró una venta global de 136 millones.
Quizá no haya llegado la hora de lanzar las campanas al vuelo pero, frente a lo volátil de los mercados financieros y los bajos intereses que hoy pagan los bancos, las obras de arte vuelven a asomar como una de las inversiones más sólidas.
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