INVITACION A LOS SOCIOS Y AMIGOS DE LA SBCH
El Mercurio Revista Vivienda y Decoracion sábado 26 de junio de 2010
Subasta de una vida
Un valioso conjunto de muebles y objetos decorativos es el que por años atesoraron los Cruz Montt, una de las familias más distinguidas del Santiago antiguo. Parte de esa colección, que destaca por la diversidad de épocas y estilos de sus piezas, será rematada el próximo sábado por Monge & Edwards, Arte y Patrimonio.
Un par de figuras de madera del siglo XVI que conmueven por su sencillez; una sillería de coro del XVII que hace lo mismo, pero por su majestuosidad y un retrato de la escuela de Hans Holbein que inquieta con su mirada, se distribuyen en un espacio también muy antiguo: una sala ubicada a un costado de la iglesia de Los Dominicos, cuya colonial impronta no hace más que enriquecer la muestra.
Es el lugar perfecto para contener -y ambientar- los siglos de historia que encierra cada pieza de la valiosa Colección Cruz Montt, parte de la cual será subastada el próximo sábado 3 de julio. Organizado por Monge & Edwards, Arte y Patrimonio, el remate -que se realizará a las 15:30 y estará a la vista entre el martes 29 de junio y la mañana del sábado- es una muestra de objetos que como los mencionados, destacan por su origen y calidad. "Son piezas muy escasas, cosas que en Chile no se han visto nunca o muy poco", resume el decorador Francisco Monge.
No podía ser de otra forma. Quienes comenzaron a consolidar esta colección son los miembros de una de las familias más tradicionales y distinguidas del Santiago del siglo XIX: la compuesta por el matrimonio de Ramón Cruz y Eloísa Montt, una refinada pareja amante del arte y el buen gusto que plasmó esas cualidades en su diario vivir, especialmente en su mansión de Alameda -donde actualmente se encuentra la Embajada de Brasil- alhajada con pinturas y muebles europeos que hicieron de la residencia un símbolo de elegancia y refinamiento en la época.
En ese ambiente crecieron sus hijos, dos de los cuales, Carlos y Alberto, heredaron ese particular gusto por las cosas bellas que más tarde se convertiría en el eje de sus vidas. Fue así como Carlos, aunque antes estudió agronomía, pasó buena parte de su juventud en Francia, donde además de tomar clases de pintura, se dedicó a la decoración, ámbito en el que destacó ampliamente.
Al volver a Chile aplicó toda esa experiencia, un cúmulo de conocimientos con los que, en una sociedad aún novata en el tema, no demoró en llamar la atención. Aquí trabajó codo a codo con Alberto, quien se dedicó a la arquitectura -carrera que también siguió en Francia- decorando algunas de las emblemáticas obras que este cotizado profesional de inicios del siglo XX proyectó, entre ellas el Club de La Unión, Las Majadas de Pirque e importantes mansiones.
Sin embargo, centro de operaciones de los hermanos y el lugar en el que dieron rienda suelta a su gusto por el buen mobiliario, fue la fábrica de muebles Cruz Montt que Carlos fundó en 1907, y en la que parte importante del trabajo consistió en importar piezas francesas, españolas e italianas que luego reproducían con gran precisión.
De este modo, junto con dar vida al taller, incrementaron la colección familiar incorporando, entre otros elementos, imágenes góticas, tapicería y objetos precolombinos, así como elementos coloniales sudamericanos, medievales y barrocos. Son parte de esas piezas, así como algunas de las que fabricaron los propios hermanos, las que componen el conjunto que será subastado en Apoquindo 9085.
"Una colección que destaca por su armonía, pese a la diversidad de orígenes y estilos. Sin duda se trataba de gente que sabía decorar y a la que le gustaba rodearse de cosas lindas", comenta Francisco Monge al hablar sobre lo ecléctico de la muestra donde también hay un buen número de piezas de arte nacional contemporáneo. Entre ellas, esculturas de Samuel Román y algunos objetos de la colección de Federico Aldao de Buenos Aires, como una mesa que perteneció al Castillo de Hever, donde creció Ana Bolena.
VEA GALERÍA DE FOTOS HISTÓRICAS EN http://www.vyd.emol.com/
Subasta de una vida
Un valioso conjunto de muebles y objetos decorativos es el que por años atesoraron los Cruz Montt, una de las familias más distinguidas del Santiago antiguo. Parte de esa colección, que destaca por la diversidad de épocas y estilos de sus piezas, será rematada el próximo sábado por Monge & Edwards, Arte y Patrimonio.
Un par de figuras de madera del siglo XVI que conmueven por su sencillez; una sillería de coro del XVII que hace lo mismo, pero por su majestuosidad y un retrato de la escuela de Hans Holbein que inquieta con su mirada, se distribuyen en un espacio también muy antiguo: una sala ubicada a un costado de la iglesia de Los Dominicos, cuya colonial impronta no hace más que enriquecer la muestra.
Es el lugar perfecto para contener -y ambientar- los siglos de historia que encierra cada pieza de la valiosa Colección Cruz Montt, parte de la cual será subastada el próximo sábado 3 de julio. Organizado por Monge & Edwards, Arte y Patrimonio, el remate -que se realizará a las 15:30 y estará a la vista entre el martes 29 de junio y la mañana del sábado- es una muestra de objetos que como los mencionados, destacan por su origen y calidad. "Son piezas muy escasas, cosas que en Chile no se han visto nunca o muy poco", resume el decorador Francisco Monge.
No podía ser de otra forma. Quienes comenzaron a consolidar esta colección son los miembros de una de las familias más tradicionales y distinguidas del Santiago del siglo XIX: la compuesta por el matrimonio de Ramón Cruz y Eloísa Montt, una refinada pareja amante del arte y el buen gusto que plasmó esas cualidades en su diario vivir, especialmente en su mansión de Alameda -donde actualmente se encuentra la Embajada de Brasil- alhajada con pinturas y muebles europeos que hicieron de la residencia un símbolo de elegancia y refinamiento en la época.
En ese ambiente crecieron sus hijos, dos de los cuales, Carlos y Alberto, heredaron ese particular gusto por las cosas bellas que más tarde se convertiría en el eje de sus vidas. Fue así como Carlos, aunque antes estudió agronomía, pasó buena parte de su juventud en Francia, donde además de tomar clases de pintura, se dedicó a la decoración, ámbito en el que destacó ampliamente.
Al volver a Chile aplicó toda esa experiencia, un cúmulo de conocimientos con los que, en una sociedad aún novata en el tema, no demoró en llamar la atención. Aquí trabajó codo a codo con Alberto, quien se dedicó a la arquitectura -carrera que también siguió en Francia- decorando algunas de las emblemáticas obras que este cotizado profesional de inicios del siglo XX proyectó, entre ellas el Club de La Unión, Las Majadas de Pirque e importantes mansiones.
Sin embargo, centro de operaciones de los hermanos y el lugar en el que dieron rienda suelta a su gusto por el buen mobiliario, fue la fábrica de muebles Cruz Montt que Carlos fundó en 1907, y en la que parte importante del trabajo consistió en importar piezas francesas, españolas e italianas que luego reproducían con gran precisión.
De este modo, junto con dar vida al taller, incrementaron la colección familiar incorporando, entre otros elementos, imágenes góticas, tapicería y objetos precolombinos, así como elementos coloniales sudamericanos, medievales y barrocos. Son parte de esas piezas, así como algunas de las que fabricaron los propios hermanos, las que componen el conjunto que será subastado en Apoquindo 9085.
"Una colección que destaca por su armonía, pese a la diversidad de orígenes y estilos. Sin duda se trataba de gente que sabía decorar y a la que le gustaba rodearse de cosas lindas", comenta Francisco Monge al hablar sobre lo ecléctico de la muestra donde también hay un buen número de piezas de arte nacional contemporáneo. Entre ellas, esculturas de Samuel Román y algunos objetos de la colección de Federico Aldao de Buenos Aires, como una mesa que perteneció al Castillo de Hever, donde creció Ana Bolena.
VEA GALERÍA DE FOTOS HISTÓRICAS EN http://www.vyd.emol.com/
Texto, Claudia Pérez Fuentes.
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