HUGO NEIRA: Ex director de la Biblioteca Nacional del Peru
Personajes :::: Ex director de la Biblioteca Nacional, y flamante condecoración del gobierno francés.
El Caballero Hugo Neira
Neira, distinguido como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia.
Caretas, Lima Peru domingo 22 de agosto de 2010
Esta semana tres peruanos, Álvaro Roca Rey, Elvira Paredes, directora de la Tarumba, y yo recibimos grata noticia. Desde París, el ministro de Cultura y Comunicaciones, Frederic Mitterrand, nos imponía la distinción de Caballero. (Chevalier dans l’ ordre des Arts et Lettres). Fue una sorpresa, los franceses llevan estos rituales hasta extremos inimaginables de discreción. Ahora bien, un honor de esa naturaleza, a la vez alegra y remueve. ¿ Qué responder durante la ceremonia? Sin duda dar las gracias, que es lo primero que hice, a las personas e instituciones francesas, y al puñado de amigos peruanos que también nos acompañaban. Pero quedaba siempre una cuestión subyacente. La propia Embajadora, Cécile Pozzo di Borgo, en el resumen de vida que acompaña el ritual de la imposición de la orden, no dejó de mencionar, en mi caso, “que los caminos que llevan siempre a Roma, llevaban siempre a Francia”. Y esta revista me la vuelve a formular. ¿Por qué Francia?
Recordé, en la noche de la embajada, una frase de Jorge Luis Borges. El destino es el nombre que los hombres damos al azar. Algo tuvo que ver, entonces, que naciera en la madrugada de un 24 de junio, y en Abancay. En las horas que siguieron, el clan familiar debatió mi posible nombre de pila. El de Juan era obvio, había nacido en el día del evangelista. Pero uno de mis tíos abuelos lo encontró como de sacristía, y para evitar algún destino eclesiástico propuso el de Hugo. Víctor Hugo fue la encarnación de la libertad de espíritu para los librepensadores desde el XIX. No faltó otro de mis tíos abuelos que encontró excesiva esa polaridad clerical y anticlerical, y propuso el más ecuánime de Fausto, signo de vida longeva y fecunda. Hasta donde me acuerde, lo del escritor Hugo desencadenó mi pernicioso hábito de lector.
El Caballero Hugo Neira
Neira, distinguido como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia.
Caretas, Lima Peru domingo 22 de agosto de 2010
Esta semana tres peruanos, Álvaro Roca Rey, Elvira Paredes, directora de la Tarumba, y yo recibimos grata noticia. Desde París, el ministro de Cultura y Comunicaciones, Frederic Mitterrand, nos imponía la distinción de Caballero. (Chevalier dans l’ ordre des Arts et Lettres). Fue una sorpresa, los franceses llevan estos rituales hasta extremos inimaginables de discreción. Ahora bien, un honor de esa naturaleza, a la vez alegra y remueve. ¿ Qué responder durante la ceremonia? Sin duda dar las gracias, que es lo primero que hice, a las personas e instituciones francesas, y al puñado de amigos peruanos que también nos acompañaban. Pero quedaba siempre una cuestión subyacente. La propia Embajadora, Cécile Pozzo di Borgo, en el resumen de vida que acompaña el ritual de la imposición de la orden, no dejó de mencionar, en mi caso, “que los caminos que llevan siempre a Roma, llevaban siempre a Francia”. Y esta revista me la vuelve a formular. ¿Por qué Francia?
Recordé, en la noche de la embajada, una frase de Jorge Luis Borges. El destino es el nombre que los hombres damos al azar. Algo tuvo que ver, entonces, que naciera en la madrugada de un 24 de junio, y en Abancay. En las horas que siguieron, el clan familiar debatió mi posible nombre de pila. El de Juan era obvio, había nacido en el día del evangelista. Pero uno de mis tíos abuelos lo encontró como de sacristía, y para evitar algún destino eclesiástico propuso el de Hugo. Víctor Hugo fue la encarnación de la libertad de espíritu para los librepensadores desde el XIX. No faltó otro de mis tíos abuelos que encontró excesiva esa polaridad clerical y anticlerical, y propuso el más ecuánime de Fausto, signo de vida longeva y fecunda. Hasta donde me acuerde, lo del escritor Hugo desencadenó mi pernicioso hábito de lector.
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