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Editor: Neville Blanc

Thursday, June 02, 2011

ESTA PRIMERA EDICION SERA DE COLECCION









Polémica en torno al 'Diccionario Biográfico Español'
Contra el falseamiento de la Historia
Personalidades del mundo de la cultura alzan su voz contra la Real Academia y el 'Diccionario Biográfico Español' - Vargas Llosa: "Es una auténtica vergüenza"

EL PAÍS - Madrid - 02/06/2011

Adjetivos como "indignante", "lamentable", "vergonzoso" o "intolerable" fueron algunos de los dardos lanzados ayer por destacadas personalidades del mundo de la cultura contra el Diccionario Biográfico Español y, por ende, contra la Real Academia de la Historia, institución responsable de su edición. El común denominador de todas las denuncias: el enfado ante un falseamiento de la historia, ejemplificado en la biografía de Franco escrita por el historiador Luis Suárez, donde se evita llamar a Franco dictador.


- Mario Vargas Llosa (escritor, Premio Nobel). "Lo que ha ocurrido con la Real Academia de la Historia es una auténtica vergüenza, sobre todo en lo que se refiere a la biografía sobre Franco. No se puede admitir esto a estas alturas. Y aún menos se puede tolerar que esto se pague con dinero público".

- José Luis Cuerda (cineasta). "Es una ingenuidad por parte del Gobierno no saber con quién se juega los cuartos, a quién le da el dinero. Pero lo que no se entiende es la existencia de una Academia de la Historia; la Historia no necesita una Academia, sino estudiosos de la verdad de los hechos. Por otra parte, me parecen espantosas las declaraciones del director de la Academia, Gonzalo Anes, haciendo filigranas con el lenguaje sobre el autoritarismo o la tiranía".

- Andrés Trapiello (escritor). "Lo que ha sucedido con el Diccionario es una vergüenza. Hay que corregir los tomos con manipulaciones clamorosas y destruir entera la primera edición. Pese a lo que digan en la Academia, cualquier editor sabe que hay medios técnicos para subsanar ese error: se retiran los ejemplares del tomo, se desencuaderna y se sustituye el pliego correspondiente. No es difícil porque la tirada no debe de ser muy grande. ¿No lo harían si en la entrada de Franco hubiera un error en su lugar o su fecha de nacimiento? Hay que exigir responsabilidades a los responsables del proyecto, porque un error así no se comete al azar. Si la Academia no lo hace y persiste en el error es porque en el fondo está de acuerdo con lo que ha escrito Luis Suárez sobre Franco. Hemos llegado a un punto disparatado porque ese es un libro tóxico pagado con dinero público".

- Fernando Savater (escritor y filósofo). "Me ha dejado atónito que todavía se estén discutiendo estas cosas. Y eso que, desde el País Vasco, estoy acostumbrado a ver cómo se manipula el pasado. El problema es que, si no de los políticos y periodistas, uno esperaría mayor rigor de los historiadores. También me pregunto qué hubiera pasado si la manipulación hubiera sido de orden inverso, o sea, desde la izquierda. ¿Hubiera habido la misma reacción? Con todo, no me preocupan esos 50 tomos, que irán a muy pocas estanterías. Me preocupan más los libros de bachillerato, en los que se da una visión sesgada sobre la Guerra Civil o la Constitución en el País Vasco o Cataluña. Son versiones pintorescas pero muy peligrosas porque no hay nada que las contrarreste y porque son la primera impresión -y a veces la última- que va a recibir gente con poca formación".

- Ricardo García Cárcel (catedrático de Historia Moderna, Universidad de Barcelona). "La historia de España no empieza en 1931 ni en 1936 ni en 1939. Es lamentable que de un Diccionario Biográfico de 50 tomos se haya polarizado en un artículo concreto. Es una polémica desorbitada, hinchada y artificial. No tomaría ningún tipo de medida, porque significaría no respetar la opinión académica de un historiador como Luis Suárez Fernández. Se puede estar de acuerdo o no con él, pero me parece increíble que la ministra de Cultura pida una rectificación. No existe la Historia en singular, existen los historiadores. Lo contrario sería participar de la defensa del pensamiento único".

- Amelia Valcárcel (pensadora, miembro del Consejo de Estado). "No he visto el Diccionario y conozco la polémica por la prensa. Una obra así hay que hacerla poniendo un cuidado extremo en su redacción, porque todo el conocimiento está ya en la Red. Tal vez ha faltado el necesario cuidado previo para que no se produzcan cosas que lleven a escandalizar. Como poco, no se ha sido cuidadoso. Una vez en la calle, es imposible corregir todo esto, porque ya ha creado una opinión. Tiene difícil arreglo. Tampoco sé si faltan mujeres como denunciaba la ministra de Cultura, pero ya es tradición la falta clamorosa del talento femenino en esas instituciones. Cuando oigo que nadie defiende las cuotas recuerdo una fotografía de 1908 con una pancarta feminista: 'Por el camino del poco a poco se llega al valle del nunca jamás".

- Elías Querejeta (cineasta). "Yo lo único que sé es que Franco fue un dictador y que eso no tiene vuelta de hoja. Y me parece increíble que ahora venga una institución como la Real Academia de la Historia a decir que no lo fue. Y sí, pienso que hay que tomar medidas para que esto no se repita nunca: que pongan ahí a gente con más objetividad".

- Isabel Burdiel (catedrática de la Universidad de Valencia, biógrafa de Isabel II). "La Academia de la Historia es una institución que me temo no goza precisamente de la estima y del respeto de sectores muy sustanciales de mi profesión. El problema fundamental es que -a diferencia de, por ejemplo, la de la Lengua- es un organismo muy esclerotizado, que carece de diversidad interna y que funciona por un sistema de cooptación muy opaco. Creo que este país se merece una Academia de la Historia que realmente represente a la profesión. Lo que he leído del Diccionario Biográfico desprecia la investigación de los últimos 30 años y no es de recibo en un país que quiere ser democrático, culto y europeo".

- Antonio Muñoz Molina (escritor). "En España debe haber un pacto de recuerdo. En este episodio hay que diferenciar dos cosas, uno como ciudadano puede escribir lo que le dé la gana. Pero una Academia tiene una posición peculiar. Es soberana y se autorregula pero requiere apoyos públicos. El primer escándalo para mí es científico. Existe un consenso entre los historiadores de rigor sobre ciertos personajes como Franco. Y el segundo escándalo es como ciudadano. Los fondos empleados han ido a parar finalmente a una obra que no parece tener esa exigencia".

- Javier Cercas (escritor). "¿De qué nos extrañamos? Lo extraordinario es que Luis Suárez escribiera otra cosa sobre Franco. Que él haya sido el elegido es la consecuencia lógica no solo del martilleo de pseudohistoriadores y pseudoperiodistas que llevan años tratando de legitimar el franquismo, también lo es del coqueteo de historiadores más serios con la equidistancia entre franquismo y República. Eso es lo preocupante. Es como si dentro de 50 años los diccionarios dijeran que ETA no era una organización terrorista sino un movimiento de liberación. Significaría que hemos perdido la batalla del discurso. Y no deberíamos perder la batalla del discurso sobre la dictadura después de años de trabajo muy serio. La visión benevolente, halagadora y mistificadora del franquismo es un maquillaje de la realidad que es moneda corriente en este país. Y es lo que sucede cuando emborronas los límites y dices que los dos bandos de la guerra eran lo mismo. A partir de ahí puedes mentir y no pasa nada. Sería preocupante que esa visión terminara en los manuales de las escuelas".

- Enrique Moradiellos (catedrático de Historia Contemporánea, Universidad de Extremadura). "La Real Academia de la Historia está pagando su error con un escándalo mediático en gran medida merecido por su imprevisión y falta de criterio operativo inicial. ¿Qué se debe hacer? Deberían modificar los textos en futuras impresiones. En nuevas ediciones, y en la online, habría que hacer una entrada sobre Franco más ecuánime o que recogiera las diferencias de criterio".

- Marcos Ana (poeta y preso en las cárceles franquistas durante 23 años). "No hemos conseguido establecer la historia de los vencidos para que nuestros hijos sepan lo que ha ocurrido. Fue una de las dictaduras más tremendas, con personas que pasaron la mitad de su vida en la cárcel, como yo, que estuve condenado a muerte y 23 años encerrado. Franco fue un dictador perverso. Habría que retirar ese Diccionario. No se puede con el erario público financiar una obra que falsea la historia".

- Almudena Grandes (escritora). "Es normal que pase todo esto. España es el único país democrático de Europa que no ha desarrollado una política de memoria democrática. Si la democracia es incapaz de imponer respeto por sí misma, se expone a que individuos no democráticos no la respeten. Habría que hacer una selección de las biografías de Franco, Azaña y demás y repartirlas en los institutos, para que los alumnos sepan bien en qué país vivimos".

- Manuel Borja-Villel (director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía). "Es evidente que la historia reciente está pendiente de ser escrita. Siempre se inclina del mismo lado. Es necesaria una visión plural, una suma de narraciones antagónicas, aunque sin llegar al todo vale posmoderno. No debe faltar el compromiso ético, y en este caso parece que ha faltado".

- Manuel Gutiérrez Aragón (cineasta y escritor, miembro de la Real Academia de las Artes de San Fernando). "Un esbozo biográfico retrata tanto al que lo escribe como al biografiado. Más que sesgado, el Diccionario Biográfico es una oportunidad perdida para acercar la historia a la gente".

Con información de Tereixa Constenla, Javier Rodríguez Marcos, Iker Seisdedos, Jesús Ruiz Mantilla, Rocío García y Borja Hermoso.

ENTREVISTA: Polémica en torno al Diccionario Biográfico Español
"Nosotros no censuramos a nadie"
Gonzalo Anes, director de la Real Academia de la Historia, defiende a Luis Suárez, aunque admite que no leyó su entrada sobre Franco, y dice que hubo objetividad
T. CONSTENLA



El Pais - Madrid - 30/05/2011

Nada más desembarcar en la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes se empeñó en sacar adelante algo que llevaba atascado siglos: el Diccionario Biográfico Español. El jueves presentó los 25 tomos iniciales, la mitad de la colección, arropado por los hispanistas John Elliott y Joseph Pérez, antes de entregarle los ejemplares a los Reyes. Estaba exultante. Pero las sesgadas definiciones de algunos personajes del siglo XX empañan el logro. Ayer, mientras recorría Guadalajara con el británico John Elliott, atendió por teléfono a EL PAÍS. Entre otras cosas, dice que las comisiones de trabajo del Diccionario se limitaron a corregir errores "cronológicos" y no de contenido.


Pregunta. ¿Por qué Luis Suárez hace la biografía de Franco?

Respuesta. Se ofreció a hacerla. Luis Suárez es académico de número y conoce los archivos de Franco porque forma parte de la fundación, eran archivos a los que nadie había podido acceder. Es un hombre liberal, que en la época de Franco consiguió que hiciesen catedrático de Historia Medieval a Julio Valdeón, que estaba afiliado al Partido Comunista. Es independiente y un magnífico investigador.

P. ¿Está de acuerdo con la definición de Franco?

R. No la he leído, pero confío en que sea una biografía objetiva porque confío en Luis Suárez.

P. Usted pidió criterios objetivos a los biógrafos. ¿Le parece objetivo tildar al Gobierno de Negrín de "prácticamente dictatorial" y al de Franco de "autoritario, pero no totalitario"?

R. Pregúnteselo a los autores de las respectivas biografías.

P. ¿No es objetivo definir a Franco como dictador?

R. Franco fue un dictador, no creo que haya nadie que no lo reconozca hoy en día. En la Academia se dio una recomendación general para que los biógrafos no usaran adjetivos a ser posible. Yo soy director de la Academia, pero no soy el responsable de cada biografía. Y en la Academia no hemos censurado a nadie.

Sobre la ausencia de significativos historiadores como Santos Juliá, Paul Preston, Ángel Viñas o Julián Casanova, el director de la RAH sostiene que "no se le cerró la puerta a nadie". "Tengo entendido que se les invitó y que declinaron participar. Hay historiadores notabilísimos que jamás han pisado la Academia o participado en alguno de sus actos. Habría que preguntar a cada comisión por qué seleccionan a un historiador y no a otro", agregó.

Gonzalo Anes señala que la institución no polemizará con nadie y se aferra al hecho que a él le importa: "España pasó de no tener un Diccionario Biográfico a tener otro que solo puede ser equiparado al de Oxford. En vez de celebrarlo entre todos, como siempre ocurre en España, hay quien saca críticas, que al fin y al cabo son la espuma".

P. Con las heridas que hay alrededor de la Guerra Civil y la dictadura, ¿no deberían haber sido más escrupulosos con los textos?

R. La escrupulosidad de la Academia es la que ha tenido al emprender una obra enorme con unos recursos muy limitados. Ninguna otra institución habría sido capaz de hacer una obra semejante con los recursos que tuvo y en el tiempo que tuvimos.

P. Pero, insisto, ¿no deberían haber sido más escrupulosos?

R. Hay que verlo de manera distinta. Los defectos que pueda tener la edición del papel se corregirán en la versión en la Red. Si algún biógrafo puede mejorar alguna biografía, que lo diga y se colocará, porque es la Academia la dueña del Diccionario.

P. ¿Modificarán entonces algunas biografías si es necesario?

R. Estamos deseando hacerlo.






REPORTAJE: Polémica en torno al Diccionario Biográfico Español
Franco, ese (no tan mal) hombre
El tratamiento de la Real Academia de la Historia al dictador, tildado de "autoritario pero no totalitario", suscita la reacción encendida de prestigiosos historiadores
TEREIXA CONSTENLA



El Pais - Madrid - 30/05/2011

Negrín estuvo al frente de un gobierno "prácticamente dictatorial", mientras que Franco no fue un dictador. Algunas definiciones incluidas en el flamante Diccionario Biográfico Español coordinado por la Real Academia de la Historia -y difundidas ayer por el diario Público- tienen más opinión que rigor y ya han provocado un aluvión de airadas reacciones.

Prestigiosos historiadores extrañamente ausentes de la titánica obra de 50 volúmenes, como Paul Preston, Santos Juliá, Ángel Viñas o Julián Casanova, creen que los biógrafos de algunos personajes del siglo XX dan una visión sesgada de acontecimientos que siguen supurando en la memoria de la sociedad española pero sobre los que hay consenso científico. Franco, que ocupa cinco páginas de la obra, siempre es citado como "Generalísimo o Jefe de Estado". Se destaca su valor militar y se omite su perfil represor en una obra que ha recibido 6,4 millones de euros de subvenciones del Gobierno desde 1999.

"La visión de Franco expuesta por Luis Suárez es tan oficialmente franquista que me sorprende, me habría esperado algo más objetivo hoy en día", comentó ayer desde Londres a este diario Paul Preston, autor de un celebrado ensayo sobre el dictador. Preston, que pertenece a la London School of Economics, lleva toda su vida buceando en la Segunda República, la Guerra Civil y la dictadura. Su último libro, El holocausto español (Debate), disecciona con detalle los aspectos de la represión.

"A mí no me extraña que no me inviten porque soy extranjero pero Stanley G. Payne es más extranjero que yo", ironiza Preston. Payne, que en los últimos años se ha escorado hacia las tesis de seudohistoriadores bien amables con el franquismo y su legado, como Pío Moa o César Vidal, firma la reseña de La Pasionaria. "Las cosas que yo hago no son del agrado de la Academia, pero independientemente de eso podrían haberle encargado la reseña a otros historiadores, como Enrique Moradiellos, por ejemplo", plantea Preston. "No me parece objetiva la de Suárez, habría buscado a alguien más crítico", añade. En la entrada de Franco se puede leer: "Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado". Luis Suárez, el autor, es un experto en Historia Medieval que tuvo acceso a los fondos de la Fundación Francisco Franco casi en exclusiva hasta que fueron digitalizados con subvención pública.

Con Santos Juliá, otro respetado historiador, ocurrió algo distinto. Un día le llamaron de la Real Academia de la Historia. Le invitaban a realizar una reseña para el proyecto, el gran quién es quién de la historia española desde el siglo III antes de Cristo hasta la actualidad. ¿Una biografía de Azaña, Prieto o algún otro de los personajes de la Segunda República sobre los que más ha indagado? No. Ayer, Juliá comentaba: "No recuerdo el nombre, pero no era nadie sobre quien hubiera investigado. Era un personaje muy secundario que no tenía interés para mí. Tuve la impresión de que era como la calderilla de la obra que nadie había querido hacer". Juliá está considerado el principal biógrafo de Azaña, pero la RAH prefirió que la entrada del presidente de la Segunda República la redactase el historiador Carlos Seco Serrano y desestimó la opción de Juliá. "Si Payne hace La Pasionaria, Seco escribe de Azaña y Luis Suárez de Franco, el sesgo de todo esto está muy claro", indicó el autor de Vida y tiempo de Manuel Azaña (Taurus).

El historiador Ángel Viñas, que tampoco participa en el proyecto, fue más contundente: "Lo de menos es estar o no estar. Eso me da igual, lo que no me da igual son las distorsiones. Ningún historiador puede decir del pasado lo que le salga de las narices". Viñas, que acaba de publicar La conspiración del general Franco (Crítica), acusa directamente a Suárez de ser capaz de "tergiversar, manipular o mentir". El historiador recuerda que en el Diccionario Biográfico de Oxford, con el que se compara la Real Academia de la Historia española, está escrito "por reputados historiadores, ya sean de derechas, de centro o de izquierdas, porque claro que tienen ideología. El que dice que no la tiene es un mendrugo".

Perlas sobre Franco



- "Francisco Franco pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba".

- "Una guerra larga de tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania".

- "Montó un régimen autoritario pero no totalitario

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