CEP homenajea a Jorge Edwards por sus 80 años
La amistad de 50 años que trae a Vargas Llosa al homenaje a Edwards
Hoy y mañana el CEP homenajea a Jorge Edwards por sus 80 años.
por Roberto Careaga C.
La Tercera Jueves 15 de marzo de 2012
Enviado por el Presidente Salvador Allende, en 1971 Jorge Edwards llegó a La Habana con la clara misión de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba de Fidel Castro. Lo que pudo haber sido una tarea sencilla, para Edwards fue la experiencia política más importante de su vida: a los tres meses salía de la isla, prácticamente expulsado por Castro, después de haber enviado a Chile críticos informes sobre los rumbos de la revolución en La Habana. Antes de cualquier otro destino, Edwards aterrizó en la casa de Barcelona de su amigo Mario Vargas Llosa.
Se conocieron en París en 1962, cuando ambos eran dos anónimos aspirantes a escritores. La literatura los hizo amigos, luego los unió la visión política y después de 50 años Edwards y Vargas Llosa aún siguen manteniendo la complicidad. De hecho, sin el autor de Conversación en La Catedral lo que esta tarde sucederá en el Centro de Estudios Públicos quizás no tendría lugar: fue Vargas Llosa quien terminó de apuntalar el homenaje que se le rendirá al autor de El inútil de la familia por sus 80 años.
Planeado inicialmente para el año pasado por el novelista y director del CEP Arturo Fotaine y el poeta Oscar Hahn, el homenaje debió ser pospuesto por problemas de agenda del Nobel peruano y el embajador en Francia. Pero desde ayer, Edwards está en Chile y entre hoy y mañana su obra será revisitada por críticos, ensayistas y escritores. La partida la dará, a 16 horas, el crítico literario mexicano Christopher Domínguez Michael.
También participarán David Gallagher, Sonia Montecinos, Roberto Hozven, Pedro Gandolfo y Bernardo Toro. Vargas Llosa será el encargado de cerrar el seminario, mañana a las 17 horas, con una ponencia titulada Jorge Edwards, testigo de su tiempo. El peruano sabe de lo que habla: siguió de cerca cada paso del autor chileno, partiendo por la elaboración de Persona non grata.
Libros y política
Cuando en 1971 Edwards llegó hasta donde Vargas Llosa desde Cuba, lo primero que hizo fue contárselo todo y le planteó la posibilidad de escribir un libro. Desde París, donde siguió como diplomático al alero de Pablo Neruda, Edwards le reportó sistemáticamente al autor de Los cachorros cómo iba su proyecto. Incluso se lo mostró antes de publicarlo. Cuando apareció Persona non grata, Vargas Llosa fue uno de los primeros en escribir de él en la revista Vuelta, de Octavio Paz.
Los ligaba una complicidad formada en los cafés del Barrio Latino de París, en los 60. La primera vez que se vieron, el peruano hizo una encendida defensa de Tosltoi por sobre Dostoievski. "El joven Vargas Llosa era un lector extraordinario, de memoria privilegiada, que le sacaba el meollo a los libros y pasaba de inmediato a otro tema", recordó Edwards en un ensayo para la revista del CEP.
Comparten lecturas, celebran años nuevos juntos, suelen cenar en el bistró Polydor -un preferido de Joyce-, Vargas Llosa trabaja en La casa verde. Un día aparece en el departamento del peruano una "señora enjuta, que llegaba desde Cuba y hacía comentarios del régimen cubano con cierta irritación no del todo disimulada". Cuando Edwards pregunta quién es, Vargas Llosa le responde: "La mamá del Che Guevara".
Durante las décadas siguientes, encumbrados en el boom latinoamericano, la amistad no decae. En 1999, Vargas Llosa se enfrentó al Nobel español Camilo José Cela en el jurado del Premio Cervantes y termina dando el voto ganador a Edwards. Cuando en 2006 el peruano presentó en Chile su espectáculo teatral La verdad de las mentiras, incluyó especialmente un texto de Edwards. La última vez que unieron fuerzas fue por una causa política: en 2010 Edwards y Vargas Llosa se sumaron a la campaña presidencial de Sebastián Piñera. Hoy vuelve a unirlos lo de siempre, la literatura.
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