CHARLES PORTER Y LA FRAGATA WAGER
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Las opiniones vertidas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan necesariamente la opinión de Chiloeweb. La Dirección se reserva el derecho publicar y reducir el artículo.
UN NAUFRAGIO REDESCUBIERTO:
LA FRAGATA WAGER
Chiloé es la capitana de rutas australes, durante toda su historia lo ha demostrado. Siempre ha vivido frente al mar y no dándole la espalda como otras regiones, por eso su cultura es eminentemente marítima. Tantos sucesos, nombres, palabras, mitos relativos al mar derivados de los siglos anteriores que, constituyen un "argot" básico y común en la mayor parte de su población. Por eso, hablar de naufragios y náufragos es "relativamente" normal. Sin embargo, uno de ellos, ocurrido en el siglo XVIII, quizás sea el más famoso del sur- austral y de consecuencias mundiales que se prolongan al presente.
En efecto, en el año 1739 Inglaterra y España se declaran la guerra, inmerso en el contexto de lograr una hegemonía mundial a base de sus posesiones ultramarinas. El imperio inglés tenía dentro de sus proyectos incorporar territorios americanos y Chiloé fue escenario de un episodio de este conflicto. Zarpó en 1740 del puerto de Portsmouth la expedición del almirante inglés Lord Anson ; su escuadra estaba compuesta de 8 barcos y entre ellos venía la "Wager" de 28 cañones y 160 tripulantes. Viaje accidentado, en el Pacífico padecieron siete semanas de tormentas y otras circunstancias anómalas.
La fragata en custión naufragó el 14 de mayo de 1741 en la costa norte del Archipiélago Guayaneco, al sur del Golfo de Penas, destrozándose contra los roqueríos y farellones. Sus tripulantes se salvaron de milagro en medio de padecimientos indescriptibles; 81 de los 92 sobrevivientes deciden volver al Atlántico en tres embarcaciones hechas con los restos de la "Wager", lo que efectuaron el 13 de octubre. Una de las balsas mandada por el guardamarina John Byron, en medio de las mayores dificultades, optó por dirigirse a Chiloé, donde arribaron sólo 4 sobrevivientes en junio de 1742. Fue el grupo de náufragos más famoso por las connotaciones que provocó en el Reino de Chile, América y España; además porque Byron sería abuelo del conocido poeta inglés del mismo nombre, quien dejó una excelente crónica relativa a su estadía en la Isla Grande, donde pondera la amable hospitalidad en Castro por más de seis meses y otros aspectos no exenta de prejuicios.
Varias expediciones se despachan de Chiloé a recoger restos y elementos de la fragata, empero muchos quedan en el lugar por las dificultades del transporte. Se dicta un bando, prohibiendo pasar por el sitio del naufragio, en tanto no se envíe una expedición para acabar de recoger los artilugios. Pasan los años, el hecho y lugar pulatinamente pierde importancia tras provocar gran revuelo político-militar ; la ruta naviera normal en tiempos venideros no pasaba por allí, desdibujándose el entorno. Varios pilotos del siglo XIX y XX reconocen el sector, sin dar con el lugar preciso, convirtiéndose en un enigma incluso para nautas del presente. Sin embargo, en el verano del 1991 el arqueólogo norteamericano Charles Porter, mientras realizaba una investigación sobre los aborígenes Chono se adentró en su yate por Guayaneco, rastreando el lugar y "redescubriendo" el punto exacto del naufragio.
Tres siglos se revelaron ante la dicha del enigma resuelto y la esperanza de futuros estudios para la historia nacional. Restos de clavos, loza, son algunos elementos encontrados más otros que pueden localizarse; empero nos relataba Porter que lamentablemente no existen en Chile organizaciones que se preocupen de estos hechos, con solvencia para sus investigaciones; manteniéndose la situación en reserva para evitar depredaciones.
Por ahora, es lo que se puede informar por razones obvias.Imprescindible creemos es la formación de un Museo Náutico u otra institución similar en nuestra región, enfocado netamente al pasado y presente marítimo, al existir una tradición ya formada en Chiloé, tomando el ejemplo de otros países, porque permite la continuidad e identidad histórica, pero también sería un imán turístico.
Esperamos que la fragata "Wager", con aquellos restos que aún se mantienen, puedan algún día ser "redescubiertos" en una digna exposición, especialmente cuando se prepara América a iniciar un nuevo siglo.
Dante Montiel Vera
Prof. Estado Historia y Geografía Bachiller en Historia
Miembro Soc. Chilena Historia y Geog. y del Instituto Histórico de Chile.
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UN NAUFRAGIO REDESCUBIERTO:
LA FRAGATA WAGER
Chiloé es la capitana de rutas australes, durante toda su historia lo ha demostrado. Siempre ha vivido frente al mar y no dándole la espalda como otras regiones, por eso su cultura es eminentemente marítima. Tantos sucesos, nombres, palabras, mitos relativos al mar derivados de los siglos anteriores que, constituyen un "argot" básico y común en la mayor parte de su población. Por eso, hablar de naufragios y náufragos es "relativamente" normal. Sin embargo, uno de ellos, ocurrido en el siglo XVIII, quizás sea el más famoso del sur- austral y de consecuencias mundiales que se prolongan al presente.
En efecto, en el año 1739 Inglaterra y España se declaran la guerra, inmerso en el contexto de lograr una hegemonía mundial a base de sus posesiones ultramarinas. El imperio inglés tenía dentro de sus proyectos incorporar territorios americanos y Chiloé fue escenario de un episodio de este conflicto. Zarpó en 1740 del puerto de Portsmouth la expedición del almirante inglés Lord Anson ; su escuadra estaba compuesta de 8 barcos y entre ellos venía la "Wager" de 28 cañones y 160 tripulantes. Viaje accidentado, en el Pacífico padecieron siete semanas de tormentas y otras circunstancias anómalas.
La fragata en custión naufragó el 14 de mayo de 1741 en la costa norte del Archipiélago Guayaneco, al sur del Golfo de Penas, destrozándose contra los roqueríos y farellones. Sus tripulantes se salvaron de milagro en medio de padecimientos indescriptibles; 81 de los 92 sobrevivientes deciden volver al Atlántico en tres embarcaciones hechas con los restos de la "Wager", lo que efectuaron el 13 de octubre. Una de las balsas mandada por el guardamarina John Byron, en medio de las mayores dificultades, optó por dirigirse a Chiloé, donde arribaron sólo 4 sobrevivientes en junio de 1742. Fue el grupo de náufragos más famoso por las connotaciones que provocó en el Reino de Chile, América y España; además porque Byron sería abuelo del conocido poeta inglés del mismo nombre, quien dejó una excelente crónica relativa a su estadía en la Isla Grande, donde pondera la amable hospitalidad en Castro por más de seis meses y otros aspectos no exenta de prejuicios.
Varias expediciones se despachan de Chiloé a recoger restos y elementos de la fragata, empero muchos quedan en el lugar por las dificultades del transporte. Se dicta un bando, prohibiendo pasar por el sitio del naufragio, en tanto no se envíe una expedición para acabar de recoger los artilugios. Pasan los años, el hecho y lugar pulatinamente pierde importancia tras provocar gran revuelo político-militar ; la ruta naviera normal en tiempos venideros no pasaba por allí, desdibujándose el entorno. Varios pilotos del siglo XIX y XX reconocen el sector, sin dar con el lugar preciso, convirtiéndose en un enigma incluso para nautas del presente. Sin embargo, en el verano del 1991 el arqueólogo norteamericano Charles Porter, mientras realizaba una investigación sobre los aborígenes Chono se adentró en su yate por Guayaneco, rastreando el lugar y "redescubriendo" el punto exacto del naufragio.
Tres siglos se revelaron ante la dicha del enigma resuelto y la esperanza de futuros estudios para la historia nacional. Restos de clavos, loza, son algunos elementos encontrados más otros que pueden localizarse; empero nos relataba Porter que lamentablemente no existen en Chile organizaciones que se preocupen de estos hechos, con solvencia para sus investigaciones; manteniéndose la situación en reserva para evitar depredaciones.
Por ahora, es lo que se puede informar por razones obvias.Imprescindible creemos es la formación de un Museo Náutico u otra institución similar en nuestra región, enfocado netamente al pasado y presente marítimo, al existir una tradición ya formada en Chiloé, tomando el ejemplo de otros países, porque permite la continuidad e identidad histórica, pero también sería un imán turístico.
Esperamos que la fragata "Wager", con aquellos restos que aún se mantienen, puedan algún día ser "redescubiertos" en una digna exposición, especialmente cuando se prepara América a iniciar un nuevo siglo.
Dante Montiel Vera
Prof. Estado Historia y Geografía Bachiller en Historia
Miembro Soc. Chilena Historia y Geog. y del Instituto Histórico de Chile.
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