"Rugendas. Su viaje por Chile 1834-1842", de Ediciones Origo

El Mercurio Santiago de Chile lunes 7 de mayo de 2012 Actualizado a las 6:14 hrs.  El Mercurio Emol

Retratos de una nación incipiente


Setenta y dos obras incluye el libro "Rugendas. Su viaje por Chile 1834-1842", de Ediciones Origo. Un ejemplar que ofrece un completo recorrido por lo más emblemático de la pintura del artista alemán en su paso por nuestro país.

SARA BERTRAND

Podríamos contar un pedazo de la historia de Chile a partir de las obras de Mauricio Rugendas (1802-1858). Ahí están el huaso, la cueca, el minero, el carretero, el mapuche; ahí está la empinada cuesta que iba de Valparaíso a Santiago, la vista a una capital naciente desde el cerro Santa Lucía, las erupciones, incendios y volcanes. Retratos de una república en formación y su difícil geografía. Claro que no fue esa la idea con la que el pintor alemán se embarcó al nuevo mundo. Más bien, sus motivaciones corrían por el lado de la ciencia. Influido por Alexander von Humboldt, uno de los grandes americanistas de la época y con quien Rugendas había entablado amistad en París después de su primera expedición a Brasil, decidió volver a América para pintarla. "Aprehender la naturaleza de primera mano", como exigía Humboldt, para así conocer su lógica interna, su flora y fauna y cómo interactúan en el paisaje. Éste le advirtió, eso sí, que se cuidara de las regiones de clima moderado, "de Argentina y Chile, de las regiones boscosas sin nieve ni volcanes".



¿Por qué finalmente recayó en nuestra tierra? Casualidad, aventura o azar; no está claro. Pero lo cierto es que Rugendas llegó en 1834 e inició un periplo que lo retuvo en el cono sur hasta 1842. Ocho años en los que modeló la imagen de Chile y recorrió la cordillera a lomo de caballo. "Dirán que perdí mi tiempo (...) los artistas no somos tan inútiles como piensan. Mire usted la pesada carreta de Chile ya está comenzando a rarear y es sustituida por aligerados vehículos de Europa. (...) ¿Quién conservaría para la historia esos tipos de los pueblos y de las épocas si no fuese el pintor?", le escribió a un amigo.



A partir de la selección pictórica que hace Pablo Diener, el libro incluye 72 obras dispuestas a página completa, entre las que se cuentan algunas de las más emblemáticas. Hay verdaderos íconos, como "El huaso y la lavandera" y "La llegada del Presidente Prieto a Pampilla". Además incorpora imágenes menos conocidas como la del Incendio de la Iglesia de la Compañía. No el de 1863, sino el de 1841, cuando el templo ardió por primera vez.



Cada una de estas obras es acompañada por su debida explicación, que Diener, uno de los grandes estudiosos de Rugendas en Chile, incluye como anotación a contra página. Un completo libro, en edición de lujo prologada por el historiador Rafael Sagredo y apoyado por el Fondo nacional de fomento del libro y la lectura.