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Editor: Neville Blanc

Sunday, April 14, 2013

Habla el escritor-embajador Jorge Edwards, testigo en el Caso Neruda

Habla el escritor-embajador Jorge Edwards, testigo en el Caso Neruda: "Pablo no aguantaba más; estaba muy enfermo"

"Yo le dije al ministro Carroza que Neruda fue operado dos veces de un cáncer prostático en París, y yo lo fui a ver". "El juez me pidió que fuera a ver los archivos del hospital Cochin...". "Si se hace en forma eficiente, la exhumacion tiene que revelar que había un cáncer más o menos importante".  

por:  Lilian Olivares
 
La Segunda sábado, 13 de abril de 2013
"Yo no entiendo qué pasa en la cabeza de los chilenos"

"Chile es un país que está medio loco", comenta cuando le anunciamos algunos hechos que han aparecido como titulares de los diarios esta semana. Y puntualiza: -Por ejemplo, yo creo que el mejor ministro que hemos tenido en los últimos años, incluyendo los de la Concertación, y el que sabe más de educación en Chile, mucho más que los ministros de etapas anteriores, es Harald Beyer. Yo no entiendo qué pasa en la cabeza de los chilenos.
-¿Por qué concita tanto apoyo de sectores intelectuales, en forma transversal, frente a la acusación constitucional que le hace la oposición? -Beyer es excepcional por lo serio, por lo tranquilo, porque es muy equilibrado. Conoce todos los sistemas educativos, y es capaz de decir qué ha sido bueno y malo, con una independencia de criterio muiy grande.
-En el Parlamento hubo varios que no estaban de acuerdo con la acusación, pero igual la respaldaron. Ahora la pelea está en el Senado... -Eso se llama politiquería. Pero, de cualquier modo, el sentido de lo constitucional en la acusación está muy débil. Hace una pausa y comenta: -Yo hablo demasiado para un embajador. Me voy a tener que ir de la embajada, porque estoy hablando demasiado. Y, segundo, me voy a tener que quedar afuera, sin poder volver a Chile.
 
Había pasado la Navidad del año 2011 cuando el ministro investigador del caso Neruda dio una información relevante: Quería interrogar al escritor Jorge Edwards.
"Si en algún momento se nos da una pista como para ubicar más información respecto de la situación de Neruda, va a ser seguida. Por ejemplo, tenemos una entrevista en una semana más con el embajador en Francia, don Jorge Edwards, quien habría sido amigo personal de él en el momento en que es operado en Francia...".
Llegaron las fiestas de fin de año y, en medio de los fuegos artificiales del Año Nuevo, se olvidó el asunto.
Hasta que esta semana, que comenzó con la exhumación de los restos del vate, el caso volvió a primera plana. Y hurgando en los antecedentes, decidimos averiguar qué ocurrió con la indagatoria que preparaba el juez hace más de un año, para esclarecer si Neruda murió por una enfermedad o, como dice quien fuera su chofer, lo asesinaron.
El expediente 1.308-2011 del caso Neruda se abrió a mediados de ese año 2011 con la denuncia de Manuel Araya, no sólo su chofer sino su guardaespaldas.
Fue el Partido Comunista el que presentó una querella, luego del impacto que provocó un artículo en la revista mexicana "Proceso", donde el chofer-escolta del vate aseguraba que el poeta no se encontraba grave en los días previos a su fallecimiento, ocurrido el 23 de septiembre de 1973. Y que lo habían trasladado a la Clínica Santa María desde su casa en Isla Negra para escapar del asedio y esperar la salida del vuelo enviado por el Presidente de México, Luis Echeverría, para trasladarlo a ese país. Estando en la clínica, según el chofer Araya, le pusieron una inyección mortal.
El embajador de Chile en Francia observa el caso desde la perspectiva que da la distancia, y el conocimiento y la cercanía que tuvo con Neruda especialmente en sus últimos años de vida.
Paradójicamente, esa mirada la da Jorge Edwards desde la misma residencia donde el poeta comenzó a tener sus primeros síntomas de una delicada enfermedad, y desde el mismo cargo que tenía Pablo Neruda en el gobierno de Salvador Allende, antes de regresar al país en la agonía del gobierno de la Unidad Popular y, tal vez, viviendo su propia agonía.
"Armando Uribe decía que Neruda se había transformado en mi padre"
Jorge Edwards estudiaba las humanidades en el colegio San Ignacio de Alonso de Ovalle, cuando un día llegó uno de sus compañeros de curso, Raimundo Larraín, preguntando en el patio:
-¿Ustedes han oído hablar de un poeta que se llama Pablo Neruda?
Abrió un libro y leyó:
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos
Te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
Y hace saltar al hijo del fondo de la tierra...
Quedó boquiabierto con la primera estrofa del primero de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada. "Fue una flecha que dio en el blanco exacto, un signo que apuntó en una dirección que todavía ignorábamos", recordó Jorge Edwards.
Pero fue a fines del año 1952 cuando llegó a la casa del poeta por primera vez.
Le había enviado su primer libro, uno de cuentos llamado "El Patio". Lo hizo de puro atrevido, porque nunca había tenido la más mínima aproximación al poeta.
Pasaron tres meses y Neruda no acusaba recibo. Hasta que Edwards se encontró con un bohemio periodista bien contactado, que le contó que Neruda quería conocerlo.
Lo invitó a un almuerzo en su casa de Los Guindos. Edwards llegó con un traje de lino casi blanco, de visos beige, chaqueta cruzada, hecho a medida para la ocasión, sin pensar que iba a la casa de un poeta social, militante comunista.
La imagen del borgoña en la mesa de palo en el patio, y los amigos de Neruda que lo observaban mientras el ya famoso poeta lo presentaba como el escritor más joven y más flaco que había conocido, se le quedó grabada para siempre.
A partir de entonces comenzó a tejerse una profunda relación entre ambos. El propio Edwards cuenta que el poeta Armando Uribe "decía que Neruda se había transformado en mi padre, en reemplazo de mi padre biológico".
El "hijo literario" de Neruda contestó a "La Segunda" desde la embajada de Chile en París, donde coincidieron en el año 1972; Edwards como segundo secretario y Pablo Neruda como embajador. Los dos, de alguna manera, tenían heridas: uno de amor y otro de sombras políticas.
En 1971, Allende había enviado a Edwards como embajador en Cuba. Apenas estuvo tres meses, debido a sus críticas al gobierno revolucionario de Fidel Castro. Lo declararon "persona non grata" y exigieron su salida de la isla. Después de esa experiencia, lo mandaron a la sede diplomática chilena en París, donde se reencontró con Neruda.
Al recordar ese episodio, nos comenta::
--Yo no me quería venir con Neruda a París, porque él era muy fregado, me iba a volver loco. Mi mujer, que era muy inteligente, me insistía en que no me viniera. Pero entremedio pasó todo el episodio de Cuba, en La Habana, e irse a Francia era lo mejor que se podía pedir.
-¿Y allá, trabajando con Neruda en la embajada, fue que comenzó a recibir las cartas de amor que le mandaba la sobrina de Matilde Urrutia al poeta?
-Cuando yo llegué a París, de repente recibí una carta que decía "Jorge Edwards". Después llegaron más. Yo iba a abrirla cuando Neruda, que estaba precisamente en esta pieza desde donde yo le estoy contestando el teléfono, me dice: "Todas estas cartas son para mí". Los sobres decían "Jorge Edwards. 2, Av de la Motte Picquet, Paris, Francia". Nunca leí una, nunca supe quién las mandaba. Claro que después deduje, me di cuenta.
De eso conversaron ese año en París, y también de la experiencia de Edwards en Cuba. Hasta que el vate comenzó a sentirse mal y llegó al hospital. Edwards lo acompañó en ese trance y por eso el ministro Carroza lo contactó:
-Sí, me interrogó el ministro Carroza hace un año. Me envió un mensaje señalándome que si iba a Chile, quería hablar conmigo.
-¿Y qué hablaron?
-Yo le quiero decir lo siguiente: Mi declaración es parte de un sumario de un procedimiento penal, por tanto, no puedo hablar de eso. Lo que sí le puedo decir es que yo le dije al ministro Carroza que Neruda no sólo estuvo enfermo en París, sino que fue operado dos veces de un cáncer prostático en el Hospital Cochin de París, y yo lo fui a ver.
-¿Q ué le dijo el ministro?
-Me pidió que yo viera los archivos del Hospital Cochin, para conseguir la ficha del paciente Neruda.
-¿Fue al Hospital Cochin?
-Mandé a un chico muy habiloso, de la embajada. Después de ir, me contó que le informaron que en el hospital tienen una norma bajo la cual eliminan las fichas antiguas de sus archivos después de 20 años, así que no pudo tener acceso a la ficha de Neruda. Pero tenemos claro cuáles fueron las razones de su ingreso.
-¿Qué le parece que después de 40 años estén investigando las causas de la muerte de Neruda?
-La Matilde (Urrutia, su última mujer) nunca habló del asesinato de Neruda.
-Pero dicen que algo comentó con los años a otras personas...
-Bueno, eso lo decían para el exterior, pero Pablo Neruda estaba muy mal. El doctor Vargas Molinari, que fue la persona que más supo de su estado de salud, le dijo a Matilde que quería que le ocultara a Pablo todo lo que lo inquietara, porque si no, se iba a desmoralizar y eso le podía hacer mucho daño y podía matarlo. Le pidió que trataran de no desmoralizarlo, pero era evidente que él se estaba enterando de lo que pasaba en Chile.
-¿Dónde estaba usted cuando Neruda murió?
-Yo estaba en París. Matilde y Pablo (entonces embajador de Chile en Francia) se fueron a Chile a fines de noviembre del 72, porque Neruda no aguantaba más; estaba muy enfermo.
"La exhumación lo tiene que demostrar"
-Yo conocí a Neruda 20 años antes de su muerte -dice.
Y cuenta:
-Yo era un chico de 20 años; él era un hombre mayor. Me acerqué a él con la actitud de un joven frente a un gran maestro. Incluso fuimos vecinos en Isla Negra...
-Volviendo a su muerte, ¿qué le parece que lo hayan exhumado?
-Prefiero no terminar mal (dice con humor, para no pronunciarse. Y continúa:). Pero yo creo que si eso se hace en forma médicamente eficiente, y científicamente, la exhumacion tiene que revelar que había un cáncer más o menos importante.

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