LA TUMBA DE GOYA
Goya pintó su propia tumba: Sus restos reposan bajo su obra más liberal (Fotos)
La Ermita de San Antonio de la Florida en Madrid guarda dos grandes reliquias para los amantes del arte: una de las obras más brillantes del reconocido pintor español Francisco de Goya: el fresco de la cúpula de San Antonio de la Florida; y la tumba, debajo de la bóveda, de este gran pintor. El corresponsal en Madrid de Informe21, José A. Puglisi, ha visitado esta capilla para conocer cómo obra y autor conviven estéticamente en una danza de arte y eternidad.
Los restos del autor de La maja desnuda y Saturno devorando a un hijo, llegaron a Madrid 91 años después de fallecer a causa de un proceso tumoral y una desafortunada caída de escaleras que complicó, aún más, su situación. A pesar de que, inicialmente, su cuerpo fue enterrado en el cementerio bordelés de La Chartreuse (Francia), España solicita en 1869 que sea trasladado para Zaragoza o Madrid, pero el proceso es paralizado ya que resultaba ilegal trasladar un cadáver antes de cumplir 50 años de fallecido. No es hasta 1989 cuando Goya vuelve a la capital española y es alojado en la Cripta de la Colegiata de San Isidro. Un año después, le sitúan en la tumba colectiva de Hombres ilustres en la Sacramental de San Isidro, hasta que, finalmente, en 1919 le dejan reposar en la ermita de San Antonio de la Florida, al pie de la cúpula que pintara un siglo atrás.
A pesar de que el sepulcro de Goya no cuenta con el mismo reconocimiento del cementerio de Highgate en Londres o del Père-Lachaise en París, sí recibe numerosas visitas de todos los españoles o turistas que se han sentido cautivados por sus obras y su aportación al arte. Además de mostrar su respeto al pintor, los visitantes tienen la oportunidad de presenciar una de las obras maestras de Goya, que, a diferencia de su anterior trabajo en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, cuenta con una gran originalidad y libertad en la composición y decoración.
Según los historiadores, el proyecto de la cúpula de San Antonio de la Florida fue realizado bajo el encargo de Gaspar de Jovellanos, un amigo de Goya, pero también ministro del Rey Carlos IV. Se asegura que el gran pintor español encontró en esta cúpula una oportunidad para realzar su potencial creativo, ya que durante los años anteriores se le había coartado por la presión de su propio cuñado Francisco Bayeu y de las autoridades eclesiásticas de Zaragoza.
Esta nueva oportunidad llega a Goya en el momento preciso. Con 52 años, el pintor había disfrutado de una gran relación con Carlos III, era el pintor del Rey (Carlos IV), fue también el Teniente Director de Pintura de la Academia de San Fernando y, como si fuera poco, es el autor más popular de Madrid para la época.
Pinceladas para la eternidad
Aunque se desconoce si el tema representado de la cúpula de San Antonio de la Florida fue impuesto o de libre creación, Goya utilizó sus mejores técnicas y un preciso tratamiento de la luz y el color para traer a la vista un episodio de la vida de San Antonio de Padua, en el que el fraile franciscano se traslada milagrosamente de Padua hasta Lisboa para defender a su padre en un juicio donde se le acusaba de un falso homicidio y en el que el santo revivió al difunto para que confesara quién había sido su verdadero asesino. ¿El resultado de esta pintura?, la obra cumbre de la pintura mural de Goya.
Aprovechando la libertad creativa que se le había otorgado, Goya rompe con la tradicional composición barroca y, en lugar de colocar el episodio terrenal en las partes bajas de la cúpula para que las altas ostentaran escenas celestiales, sitúa en lo más alto el milagro de San Antonio y deja en las bóvedas bajas los coros angélicos. Esta organización otorga un nuevo significado: el lado humano cobra especial protagonismo en detrimento de la gloria.
La obra que ahora otea los restos de su autor, fue elaborada con una técnica firme y rápida. Las pinceladas empleadas son energéticas, con trazos amplios y espesos para que pudiesen ser percibidos a distancia; es decir, desde el suelo. Sin embargo, lo más impresionante de la obra es la maestría en la aplicación impresionista de la pintura.
Según el Archivo de Palacio, la obra fue elaborada en un período de sólo siete meses. Los documentos revelan que Goya elaboró estudios preparatorios y que, para pintar el fresco, se extendía sobre el muro una capa de mortero húmero de cal y arena en la zona que se pintara durante ese día. Además, se empleó cartón para ayudar en el proceso de pintura y el esbozo de figuras con punzón. Técnicas que le permitieron alcanzar la perfección de su mural.
Aún quedan muchos secretos detrás de los hermosos trazos de Goya, esos que se ocultan en la altura de la bóveda y que requieren de años de estudio para revelarlos. Sin embargo, la belleza de la cúpula se incrementa aún más cuando se le presencia interactuar día y noche con su autor. Como si cada pincelada hubiese sellado el destino de ambos. Como si Goya hubiese dado lo mejor de sí para decorar su propia tumba.
Datos curiosos
* Durante el traslado de los restos a Madrid se encontró que dentro del ataúd faltaba la cabeza de Goya. Existen numerosas teorías al respecto, pero ninguna se ha comprobado.
* La Iglesia de San Antonio de la Florida era reconocida en la época de Goya por la constante visita de mujeres solteras y por las ferias que organizaba. De ahí, parte del mito de que San Antonio ayuda a conseguir pareja.
* La Ermita de San Antonio de la Florida es declarada Monumento Nacional en 1905 y en 1928 se traspasa el culto eclesiástico a la iglesia gemela y continúa de museo.
* En 1987 el Patrimonio Nacional cede su custodia al Ayuntamiento de Madrid y, ante los graves daños en las obras por el deterioro del edificio, se emplea una fase de rehabilitación que duró desde ese año hasta 1993. También se han realizado restauraciones en 2001 y 2005.
@JosePuglisi/Informe21
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