Los 100 años de Nicanor Parra
Los 100 años de Parra: sus libros fundamentales
De los Poemas y Antipoemas a Hojas de Parra, la obra del escritor ofrece varias cumbres que renovaron la poesía.
por J. L. F.
La Tercera Cultura - 05/09/2014 - 12:42
RELACIONADOS
Pese a que su primer libro de poemas lo publicó en 1935, bajo el nombre de Cancionero sin nombre, el momento clave para Nicanor Parra y para la poesía hispanoamericana fue en 1954, cuando lanza Poemas y Antipoemas, probablemente el mayor cisma lírico en las letras del continente.Todas sus inquietudes literarias parecieron canalizar en este libro, lanzado dos años después de su regreso al país luego de estudiar en EEUU e Inglaterra. Sus versos rebosaban ironía y rompieron el tono solemne de la poesía tradicional con un lenguaje directo y ágil, cotidiano y desenfadado:
Mi poesía puede perfectamente no conducir a ninguna parte:
[!Las risas de este libro son falsas!], argumentarán
mis detractores
Sus lágrimas, ¡artificiales!,
En vez de suspirar, en estas páginas se bosteza,
Se patalea como un niño de pecho,
El autor se da a entender a estornudos
Conforme: os invito a quemar vuestras naves,
Como los fenicios pretendo formarme mi propio alfabeto.
Hace pocos años, el propio Nicanor recordó así a su obra capital: "Yo no podía decir ni una frase. Y cuando publiqué Poemas y Antipoemas, empecé a recuperar la voz. Tuve la sensación de que accedí al reino del lenguaje".
El impacto fue fuerte, y ante la aparición de Poemas y Antipoemas, el crítico Federico Schopf expresó que "Los poemas se convierten en la prehistoria y comienzos de una nueva e irresistible lectura del mundo". Ganador por este libro del Premio Municipal de Literatura en 1955, Parra comenzó una serie de publicaciones que renovaron radicalmente el escenario literario del país. En La cueca larga (1958), usó su lenguaje poético en torno a los ritmos populares, y luego con Versos de salón (1962), expandió el estilo y preocupaciones de Poemas y Antipoemas para llevarlo aún más lejos en su búsqueda formal.
La cueca larga
Voy a cantarme una cueca
Más larga que sentimiento
Para que mi negra vea
Que a mí no me cuentan cuentos
Entre Versos de salón y Artefactos (1972), donde Parra lanza una serie nueva de antipoemas como tarjetas postales presentadas en una caja de cartón, el antipoeta publicó sus obras consideradas más importantes, como Canciones rusas (1967) y Obra gruesa (1969, un compendio de sus obras anteriores). Esta década, Parra la cierra con la obtención del Premio Nacional de Literatura. Con Artefactos, introduce lo que llamó el fragmento, una unidad donde el texto y lo poético se cruzan, y que es el símbolo más conocido de su estética personal. En estos años, la distancia de Parra con la izquierda artística y política se hizo insalvable.
En 1977 publica Sermones y prédicas del Cristo de Elqui, donde le pone voz poética a un predicador ambulante, visionario y charlatán, inspirado en el discurso del Cristo del Elqui. Luego vendrían Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1979), Chistes para desorientar a la poesía: Chistes parra desorientar a la policía (1983), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983) y Hojas de Parra (1985).
Este último libro reúne textos escritos entre 1969 y 1985, que puede servir como ejemplo de su evolución como antipoeta, refelxionando sobre las problemáticas comunes del hombre contempráneo y el devenir político de esos años en el mundo.
No creo en la vía violenta
me gustaría creer en algo - pero no creo
creer es creer en Dios
lo único que yo hago
es encogerme de hombros
perdónenme la franqueza
no creo ni en la Vía Láctea
De este libro es el antipoema El hombre imaginario, uno de los más conocidos de su obra y que a su vez marca una distancia con el tono irónico y lenguaje coloquial que ha desarrollado. A la manera de Parra, es un poema de amor y de pérdida.
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de arboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios.
Hojas de parra ha sido considerado una de las obras más importantes de Parra y un resumen adecuado de toda su trayectoria lírica. La reedición que Ediciones Diego Portales hizo del libro el 2013, hay un texto de Harold Bloom -el principal crítico literario de EEUU- que dice: "Nicanor Parra es, incuestionablemente, uno de los mejores poetas de Occidente".
Parra para celebrar por cien: revise las actividades que festejan al antipoeta
El GAM, la Biblioteca Nacional, U. de Chile y el mercado Tirso de Molina son algunos de los lugares donde se festeja el centenario del escritor.
por J. L. F. - 04/09/2014 - 11:26
RELACIONADOS
Voy & Vuelvo
Fue el primer homenaje oficial que se inauguró, hace algunas semanas, y que es una exposición temática sobre los ejes creativos de la obra de Parra. Bajo el nombre de Voy & vuelvo, la muestra que se exhibe en la Biblioteca Nicanor Parra de la U. Diego Portales, ofrece un vistazo a los antipoemas, instalaciones, videos y artefactos parrianos, a través de un camino interactivo y poético formado por siete unidades: Quebrantahuesos, Tablitas de Isla Negra, Bandejitas de La Reina, Artefactos, El pago de Chile (sobre su célebre instalación), Trabajos Prácticos (formato pequeño) y Trabajos prácticos (gran formato). Además, ofrece siete estaciones audiovisuales, las que fueron curados por el crítico español Ignacio Echavarría.
El hombre imaginario
A las 12:00 horas de mañana viernes, personalidades como el músico Gepe, el fotógrafo Álvaro Hoppe, el chef José Luis Calfucura, el escritor Jorge Baradit, la cantante María Colores, entre otros, comenzarán la lectura de El hombre imaginario en el mercado Tirso de Molina (Santa María a la altura del Mercado Central). Esta es la actividad principal que ha organizado el CNCA junto al municipio de Recoleta y donde el público podrá conocer el Quebrantahuesos, recibir un texto de Parra y dejar su firma en el libro Honores a Nicanor Parra en sus 100 años. En paralelo a la lectura, los artistas visuales Edgar Gutiérrez, Arturo Santana y Sebastián Cabello , parte de la brigada muralista de Recoleta, harán dos intervenciones visuales dentro del mercado, acompañados de la música del folklorista Nano Parra. La actividad será transmitida por circuito cerrado de TV y proyectada al exterior del Mercado Tirso de Molina por calle Santa María.
Parra 100
En todo un éxito de público se ha convertido la muestra fotográfica Parra 100, que se exhibe en la Sala de Artes Visuales del GAM, con las fotografías inéditas que estaban en una maleta de la casa del Antipoeta en La Reina. Se trata de una biografía visual que narra la vida del esxcritor desde perspectivas poco vistas, y que cuenta con imágenes tomadas por Paz Errázuriz, Sergio Larraín y Hans Ehrmann, entre otros. El recorrido tiene seis etapas, el que abarca desde su infancia en Chillán, sus estudios en Santiago y en el extranjero, sus viajes por el mundo y su entorno intelectual, hasta sus facetas más desconocidas e íntimas con sus mujeres, sus hijos y la estrecha relación con su hermana Violeta. Las fotografías fueron seleccionadas por el propio Parra junto a la editora Sofía Le Foulon y Cristóbal Ugarte, "Tololo", el nieto quien descubrió la maleta.
Las Parrianas
El músico Gabriel Matthey compuso la obra Las Parrianas en 1998, en honor al antipoeta y en principal en el libro Obra gruesa, la que este jueves será interpretada por el Ensamble Bartok en la Biblioteca Nacional, a las 19.00 horas (gratis). Se trata de varias piezas escritas para un ensamble instrumental que además obliga a los ejecutantes a cantar, recitar, hablar y susurrar. El conjunto fue creado para voz femenina, clarinete, violín, cello, piano y percusión.
Concierto musical
Cristóbal "Tololo" Ugarte, el nieto que se ha convertido en piedra basal de esta celebración, será la estrella invitada al concierto que se realizará el sábado 6 en la Plaza de la Constitución (19.45 horas), donde interpretará obras en piano inspiradas en la obra de su abuelo. El concierto contempla grabaciones del escritor recitando e imágenes proyectadas en el frontis de La Moneda y será transmitido por TVN.
Cien por ciento Parra
La Universidad de Chile fue la casa donde Nicanor Parra estudió Ingeniería, Física y Pedagogía, y como tal, será parte de los festejos por su centenario. Bajo el nombre de Cien por ciento Parra, las actividades comenzaron con la instalación de un lienzo, durante todo septiembre, que estará en el frontis de la Casa Central, y que reproduce el discurso que Parra dio en la inauguración del año académico 1999. Además, mañana viernes en el frontis de la Casa Central, habrá una lectura pública en la que poetas, académicos, estudiantes universitarios y secundarios y ciudadanos, recitarán sus poemas en un escenario que se instalará en la Alameda desde las 10.00. Mientras, en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (Beaucheff), una serie de actividades conmemoran el paso de Parra por sus aulas. Habrán conferencias, talleres, un pie de cueca y la peña Los Parra.
Para ni roncar
Un poema escrito, un video-poema y un poema visual, collage o quebrantahuesos, son las tres opciones para participar del concurso Para ni roncar, con que la Biblioteca Nicanor Parra, la Universidad Diego Portales y Balmaceda Arte Joven lanzarán mañana viernes la convocatoria a jóvenes entre 18 y 30 años. Se seleccionarán 100 poemas en honor a Parra y el concurso estará abierto hasta el 20 de octubre. Los mejores trabajos serán presentados en un libro que se lanzará en la Feria Internacional del Libro de Santiago, en noviembre. Los escritor y trabajo visuales pueden mandarse a paranironcar@gmail.com, especificando Nombre completo, año y ciudad de nacimiento, Estudios/profesión/ocupación, Domicilio actual y Teléfono de contacto.
Bachelet y su visita a Nicanor Parra: "Fue una tarde alucinante"
La mandataria llegó ayer a Las Cruces para saludar al antipoeta. "Estuve mirando fotos", dijo.
por J. L. F. - 05/09/2014 - 10:13
© www.gob.cl
Parra y Bachelet ayer en Las Cruces.
Parra y Bachelet ayer en Las Cruces.
Según informa radio ADN, la mandataria estuvo "mirando fotos" con el antipoeta y catalogó la visita como "una tarde alucinante". "No sé si a él le importa mucho que le celebren, pero yo creo que todos nosotros debemos celebrar esta oportunidad", explicó.
Bachelet confesó que mandó una carta de apoyo a la candidatura de Parra al Premio Nobel de Literatura: "a mí me encantaría que Nicanor Parra se ganara alguna vez el premio nobel, y en vida", dijo.
La postura política de Parra, criticado en momentos por la izquierda política luego de su historiado té con Pat Nixon en 1970 (esposa del entonces presidente Richard), fue también abordada por la mandataria. "El siempre ha sido muy independiente. Es un gran artista, una persona muy inteligente, muy reflexiva y que muchas veces se pregunta preguntas que son muy irreverentes. (Me gusta) que no siempre se conforme con el deber ser", dijo y recordó la polémica instalación El pago de Chile en el Centro Cultural La Moneda, donde Parra ironizó con los mandatarios del país.
"Yo entiendo el tema del pago de Chile, y espero que no se entienda la otra frase del "voy y vuelvo" como que todas estas figuras vayan a volver al gobierno de Chile", remató.
Lo que aprendí del antipoeta
No sólo desató una revolución literaria. Con la antipoesía, Nicanor Parra también le dio libertad a toda la actividad artística. Escritores, pintores, actores y músicos cuentan aquí lo que les enseñó el escritor.
05/09/2014 - 07:19
Daniel Riveros, gepe, Músico: “Su obra es la mejor forma de hacer lo simple y real algo complejo y distante”.
Claudio Pérez, fotógrafo: “Me enseñó a tener paciencia y lucidez, a leer y amar más”.
Alejandra Costamagna, escritora: “La lección vital de Parra es que hay dos alternativas: morir a los 33 como Hamlet y Jesucristo, o morir después de los 100 para volver a los 17”.
Alejandro Jodorowsky, escritor: “Es un poeta inteligente y humorista, a diferencia de Neruda. Es un gran marionetista, un maestro”.
Alejandro Zambra, escritor: “Parra enseña a desaprender. A desconfiar de los consejos, de los profesores y de nosotros mismos”.
Rodrigo Salinas, dibujante y comediante: “Me enseñó que los chilenos no somos serios, que somos todos humoristas”
José Angel Cuevas, poeta: “Parra fue un golpe en la mesa de la poesía. Se salió de la escritura para entrar en el habla popular, como quien dijera ahora: ‘Sabí que sí loco, ¿cachái o no?’. Y así fue como entramos de otra manera en la realidad”.
Héctor Noguera, actor: “Desde joven sentí la revelación de leer una poesía que no era como cualquier otra. Recogía el lenguaje cotidiano, aunque convertido en verdadero arte. Encarnar al Lear de Parra fue usurpar su voz, su esencia. Fue una simbiosis mágica”.
Samy Benmayor, pintor: “Antes de él, para mí la poesía era soporífera. El reinventó ese mundo”.
Camila Le-Bert, dramaturga: “Descubrir a Parra en texto y objeto fue un deleite irónico, lógico y matemático”.
Diego Zúñiga, escritor: “Me enseñó que la literatura no tenía por qué ser solemne para ser valiosa”
Arturo Duclos, artista visual: “Cuando partí usé poemas de él para mis obras. Para mí, él era el desacato, la lucidez. La figura de ese artista libre que yo quería ser”.
Bosco Cayo, dramaturgo: “Con él, todo podía ser desechable y romperse
Gerardo Oettinger, dramaturgo: “Es un alquimista, un mago, un ser de millones de años”.
Jaime Vadell, actor: “Es un genio, por eso tuvo y tiene carta libre para hacer lo que quiso”.
Nona Fernández, escritora: “Aprendí que una pelela rota y una cuchara doblada podían ser poesía. Que la puteada del vecino o el dicho del casero de la esquina tenían dimensión poética. Después de eso, se habita otro territorio. Uno más sabroso y noble, sin duda”.
Claudia di Girólamo, actriz: “Su poética es desvergonzada, audaz e insolente. Es única”.
Carlos Franz, escritor: “Para mí, Parra es un ejemplo de autonomía. Un librepensador ajeno a modas y capillas”.
Gopal Ibarra, dramaturgo: “Parra es el poeta más ordenado dentro del caos”.
Isidora Stevenson, dramaturga: “Lo que hizo y hace con su vida es arte puro”.
María José Viera-Gallo, escritora: “Parra logra un desequilibrio intenso y alarmante, un efecto que sólo he sentido frente a una obra de arte”.
La década en que Parra conquistó a Chile
Inapelable a días de los 100 años, los agitados años 70 tensionaron la vida de Parra: de paria para la izquierda, pasó al ostracismo tras el Golpe, del que salió reinventando su poesía y atacando la dictadura.
por Roberto Careaga C. - 30/08/2014 - 08:30
Filmando la escena estaba Guillermo Cahn, cineasta del MIR que usaría el material para el documental Cachureo. Cahn escuchaba a Parra inquieto. Asustado. A estas alturas de la dictadura, aún eran ilegales reuniones de tanta gente y peligroso hablar de derechos humanos. Sentado entre el público, el poeta Raúl Zurita miraba interesado: aunque era “un evento de la socialité”, era importante. Iba a ser un hito de la resistencia cultural al gobierno militar, que viniendo de Parra era especialmente significativo: odiado por la izquierda tras la famosa taza de té con Pat Nixon, el antipoeta desandaba el camino que lo había llevado a terminar la Unidad Popular alineado con la Junta Militar. Ahí, en la Galería Epoca, oficializó su lugar contra la dictadura.
Fueron pesados los 70 para Parra. Acostumbrado a la ironía, le cayó encima la gravedad política de los tiempos que corrían y tuvo que pelear. Acostumbrado a moverse entre grises, el escritor, que había liberado a la poesía de la solemnidad (ver columna), tuvo que definirse durante la UP. Después, tuvo que hacerlo de nuevo. Pero al final, bordeando los 65 años, entró a la década de los 80 como uno de los autores chilenos más respetados, literaria y políticamente. El más transversal.
Todo partió en EE.UU. La leyenda habla de té, pero lo que Parra recibió de manos de la mujer de Richard Nixon fue un libro de la poeta Elizabeth Bishop. En ese momento, la Guerra de Vietnam ardía. Fue el 15 de abril de 1970, mientras junto a un grupo de escritores invitados por la Biblioteca del Congreso visitaba la Casa Blanca. La imagen que registró el momento encendió la hoguera: desde Cuba le retiraron instantáneamente la invitación para ser jurado del Premio Casa de las Américas.
“Apelo a la justicia revolucionaria. Solicito rehabilitación urgente. Viva la revolución cubana”, dijo Parra en un cable que envió a Cuba. No hubo caso. Peor, en Chile trapearon con él: “Se vende Parra/ tratar con Nixon/ o más bien con la señora”, escribió Carlos Droguett, mientras el presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, Luis Merino Reyes, lo trata de “hippie sexagenario” y organiza el Juicio a Parra que, inesperadamente, terminó cuando llegó el maestro del absurdo, Eugene Ionesco.
“El presidente de la Sech es el Gran Dictador de la Literatura Chilena. ¡Abajo con él!”, replicó Parra y trató de cerrar el tema con un artefacto: “Hasta cuándo van a seguir fregando la cachimba/ yo no soy derechista ni izquierdista/ yo simplemente rompo con todo”. Paralelamente, sacaba su escritorio a los patios del Pedagógico con un letrero que decía: “Doy explicaciones”. Ninguna sirvió demasiado. Avanzada la UP, Parra publicó los Artefactos y la izquierda siguió mirándolo como un opositor. “Fue una agresión brutal”, dice Zurita. “La cosa fue empujar y empujar a un tipo que es de izquierda, hasta que lo colocan al otro lado. Y ahí dicen: ‘¿Ven? Se desenmascaró’”.
Efectivamente, llegó a estar del otro lado. Pocos días después del Golpe, Parra aceptó ser decano de la Facultad de Física y Matemáticas de la Universidad de Chile. “Pero al mes dejó el cargo”, cuenta el poeta Jaime Quezada, que lo frecuentaba y sabía de sus tribulaciones con el tema: Parra le temía más a la “vieja derecha chilena” que a Hitler. “Después volvió a refugiarse en La Reina. Fue uno de sus períodos más retirados y solitarios. El autoostracismo”, agrega.
En 1975, Parra empieza a salir a flote al unirse al departamento de Estudios Humanísticos de la Escuela de Ingeniería de la U. de Chile. Su particular estilo como profesor se convertirá en leyenda. Ahí también vuelve a publicar: ese año el departamento publicó Manuscritos, una revista en la frontera de la literatura con la plástica, y que traía los textos y artefactos News from nowhere y rescató sus Quebrantahuesos, sus collages noticiosos de 1952 junto a Lihn y Jodorowsky. El editor de la revista, Ronald Kay, los llama “happenings textuales” y, así, sitúa a Parra como antecedente del arte conceptual local.
Pero vida pública aún no. Parra deambula entre sus casas en La Reina e Isla Negra y la Chile. Zurita lo recuerda aún resentido; también que las pocas invitaciones del exterior que le llegaban, pocos días después le eran retiradas. La cita con la Nixon aún rondaba. Años después, le va a decir a Leonidas Morales que la situación que inaugura el Golpe del 73 lo conduce a asumir la voz del Cristo de Elqui: “Necesitaba una máscara por razones de supervivencia personal, a través de la cual decir algo”. Y es así como llega a la Galería Epoca en abril del 77, para clamar por los derechos humanos envu elto en la voz de un loco. Amplía el campo de batalla hacia lo cultural. “Sacaba la voz de todos”, recuerda Quezada.
Tras el lanzamiento de Sermones y prédicas del Cristo de Elqui, Parra asoma definitivamente la cabeza, participa en foros, da recitales, publica libros, etc. Esa ruta culmina al aceptar una invitación de Quezada para volver a la Sech. Temeroso de las viejas rencillas políticas, llega el jueves 5 de noviembre de 1981 para dar un recital ante un salón atestado y, según anotará Luis Sánchez Latorre, “los aplausos de la masa enfervorizada irrumpen a cada minuto la lectura”. Las paces están hechas. Luego vendrá su cruzada ecológica, poemas a Eduardo Frei Montalva, publicaciones en inglés, viajes a Colombia, EE.UU., España, India, los premios, el mundo, etc. Luego, Parra desafía al tiempo.
<< Home