NICANOR PARRA 100 AÑOS 3
El siglo de Nicanor Parra
Publicado el 13 de agosto, 2014 | Literatura
Pronto a su centenario, reconstruimos algunas de las múltiples voces del artista chileno Nicanor Parra.Roberto Bolaño escribió sobre Nicanor Parra que su apuesta, “…la sonda que proyecta Parra hacia el futuro, es demasiado compleja para ser tratada aquí. También es demasiado oscura. Posee la oscuridad del movimiento”. En efecto, estamos de acuerdo. El casi centenario artista chileno no ha dejado de moverse desde que descubrió las palabras, descubriendo nuevas formas de comunicarse desde una serie de tablitas que quedaron al terminar la construcción de su casa en Isla Negra, una bandeja de empanadas que se vio obligado a utilizar a su falta de papel cuando alguien le pidiera un autógrafo, la propia hoja vacía o el espacio de un edificio a ser llenado.
Quizá inspirado por la intuición y gran conocimiento de su madre, quien no era ni de cerca una mujer de letras, siempre fue crítico de lo que se podía hacer con las palabras. De ahí surge el comienzo de su obra escrita, reaccionaria, innovadora. Como escribe en su manifiesto,
Contra la poesía de las nubesAhora bien, apegarse a un manifiesto no es la cosa más sencilla cuando lo que se hace es poesía de corazón caliente, gran ingenio y humildad latente. Por suerte para nosotros ese centro, ese Parra germinal, se mantiene firme. Es el Parra del que Bolaño dice que hay que ser valiente para seguir, porque escribe sobre el dolor, la soledad, “sobre los desafíos inútiles y necesarios; sobre las palabras condenadas a disgregarse así como también la tribu está condenada a disgregarse”.
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
Ese Parra central sólo se fortalece con la inclusión de nuevos elementos. En Inglaterra se nutre de Keats, Shakespeare y otros grandes de las letras, pero también del conocimiento que le proveen sus estudios de física y cosmología. En Chile, se nutre del rechazo de la izquierda radical y posteriormente, de la derecha y la dictadura. Para incorporar todo ese equipaje al que ya llevaba consigo, crea diferentes medios y voces para expresarse.
Por un lado, sus artefactos.
El artefacto es la unión de lo visual con la palabra pero de forma fragmentaria, un dispositivo con un fin ulterior que se revela en la interpretación. El mismo Parra lo explica:
A través de una configuración muy breve de palabras uno se pone en contacto con algo que está más allá. Por ejemplo, cuando se anuncia un departamento: a través de la configuración de las palabras uno se puede imaginar ese departamento que necesita urgentemente. En el artefacto no es un departamento propiamente tal lo que se anuncia: es algo que el lector necesita, algo que anda buscando de una manera u otra.También crea alter egos como el energúmeno, ese corazón con patas que dibuja y al que le atribuye frases polémicas.
O sus llamados trabajos prácticos, intervenciones que surgen de una motivación más básica que el propio arte, que se le cruzaron por la casa o por la mente y que reúnen elementos improbables con mensajes provocadores.
En todos ellos se sigue una única condición, que se halla la poesía en el seno de lo cotidiano. Si es anti-poesía o poesía a secas da igual.
Vale la pena leer este texto, Nicanor Parra o la poesía de lo cotidiano. Fue de gran ayuda para este artículo visitar la exhibición de 100 años de Parra, en la biblioteca de la Universidad Diego Portales que lleva su nombre.
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