Bibliovocabulario apócrifo
Best Seller: ¡Mejor véndalo! Auténtica bazofia de impreso, que no libro, muy comprada por los no iniciados en la bibliofilia.
Biblioalgia: Dolor experimentado por el bibliófilo cuando descubre la desaparición de un libro o la imposibilidad de adquirir uno.
Bibliocefalia: Dolor de cabeza experimentado por la mujer del bibliófilo cuando ya no puede más.
Biblio-oblivioso: Sujeto al que le prestas un libro y finge haberlo devuelto.
Bibliociclo: Libro que termina cuando empieza y que empieza cuando termina, los hay de carretera y de montaña.
Bibliocracia: Forma de gobierno en la que los libros lo son todo, solo apta para bibilómanos.
Bibliócrata: Bibliómano superior de una bibliocracia.
Bibliófago: El que se alimenta de libros.
Bibliófilo: El que no puede vivir sin libros.
Bibliófobo: El que no puede vivir sin destruir libros.
Bibliófono: Libro muy sonado.
Bibliogafe: Biblófilo que nunca encuentra lo que busca.
Bibliógamo: Dícese del bibliófilo que se casa para poseer la biblioteca de su mujer.
Biblioitis: Hichazón que de las partes bajas del bibliófilo que se produce cuando no le es devuelto un libro prestado.
Bibliólatra: Bibliófilo con una devoción enfermiza por los libros.Bibliolatro: Sinvergüenza que hurta un libro.
Bibliolito: Las piedras que le crecen en el riñón al bibliófilo por leer mucho y andar poco.
Bibliomancia: Arte de adivinar el futuro utilizando un libro. Consiste en abrir el libro por una página cualquiera y deducir al futuro de lo allí escrito.
Bibliomensor: Bibliofilo que contempla diariamente su librero, atónito, solo para constatar que su colección va en aumento.
Bibliómano: Bibliófilo con la mano larga.
Bibliopatía: se lee un libro
Bibliopnea: Contención de la respiración que experimenta el bibliófilo en una subasta entre el “.. a las dos y a las tres, adjudicado a…..”
Bibliópodo: El que no da un paso sin un libro.
Bibliopolis: Agentes del orden en una bibliocracia.
Bibliorragia: (de placer) Emisión de fluidos corporales del biblófilo que se produce cuando se encuentra el ejemplar único.
Bibliorritmia: Alteración del ritmo cardíaco del biblófilo cuando, encontrado el ejemplar ansiado, pide precio al librero, aparentando falta de interés.
Biblioscopio: Aparato utilizado para comprobar la autenticidad de un ejemplar único.
Bibliotafio: Libro de hormigón armado que se coloca sobre la tumba del bibliófilo, para que no levante la cabeza.
Biblioteca: Libro de madera.
Biblioterapia: Tratamiento de las bibliopatías, suele consistir en una Visa Oro sin límite de crédito.
Bibliotomía: Extirpación del gusto por los libros. Suele dejar a la persona idiota de por vida.
Bibliótropo: Crecimiento experimentado por el biblófilo para alcanzar la parte superior de los estantes de las librerías de viejo.
Biblióvoro: Lo mismo que bibliófago pero que no usa cuchillo y tenedor.
Cabezada: Siesta que se echa después de leer, para fijar conceptos.
Corte: Chasco que se lleva el bibliófilo cuando el anterior cliente le birla el ejemplar deseado delante de sus narices.
Guardas: Los que piden el carné en la entrada de las bibliotecas.
Hoja: Las que pierden en otoño los libros caducos.
Índice: Lo que dice Indy, famoso arqueólogo que encontró el Arca Pérdida.
Lomo: Parte del libro muy apreciado por los bibliófagos que se puede tomar a la plancha o a la brasa.
Portadilla: Portada de los libros especialmente diseñados para gente pequeña.
Rústica: Tipo de encuadernación especialmente diseñada para los pueblos agrarios.
Tapas: Dícese del aperitivo que se toma antes y después de la lectura de un libro.
Vocabulario "non serio" que tiene su origen en dos lugares muy serios: Carlos Pino Cáceres en Caudex Un mundo de Libros y Rodrigo Ortega en A caballo artes del libro
Vocabulario "non serio" que tiene su origen en dos lugares muy serios: Carlos Pino Cáceres en Caudex Un mundo de Libros y Rodrigo Ortega en A caballo artes del libro
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