HAY QUE PERDERSE PARA CONOCER EL CAMINO
REFRANES
Estudio de los dichos tradicionales chilenos:"Hay que perderse para conocer el camino"
Una nueva investigación realizada por Gastón Soublette acerca del contenido que encierran los refranes populares explica varias de las carencias que hoy sufre la cultura nacional.
Artes y Letras El Mercurio 8 de agosto de 2009
Maite Armendáriz Azcárate
Cada vez se escuchan menos los refranes en Chile. Esa forma de pensar y decir que encerraban algunas frases cortas, pero muy punzantes, tan vigentes hace décadas en nuestra cultura coloquial hoy aparecen muy ocasionalmente y aquellas que se citan no son muy significativas. El tema preocupa a Gastón Soublette y por ello se afanó hasta publicar su nuevo libro: "Sabiduría chilena de tradición oral (Refranes)", Ediciones Universidad Católica de Chile.
Buenos consejos
No se trata de una nueva recopilación de refranes locales, pues ya existen varias, tal como la realizada el 2003 por Alberto Cardemil; tampoco en estas páginas el autor expone una nueva teoría antropológica del tema, como también ya lo han hecho destacados pensadores; Soublette estudió su contenido "sapiencial"; es decir, buscó la sabiduría que estos dichos encierran, de tal modo que quien los conozca o redescubra enriquezca su saber y de paso encuentre unos buenos consejos para vivir.
"Entre los cuatro mil que pudieron hallarse en nuestra tradición popular, hay cuatrocientos que son dichos de auténtica sabiduría. La sabiduría es un conocimiento superior referido al sentido de la vida; y el sentido trasciende nuestras ocurrencias e invenciones, trasciende nuestra ciencia", señala el profesor de Teoría e Historia del Arte y de Filosofía de Oriente de la Pontifica Universidad Católica.
Se oyen por los caminos
Aunque este catedrático de barba blanca y pelo largo, flaco y alto como Don Quijote, suele recorrer el país y alternar con los lugareños, para su actual investigación no le bastó recopilar material junto a los diversos fogones, más bien se basó en las paremiologías (tratados de dichos que se oyen por los caminos) publicadas desde comienzos del siglo pasado. "Mi trabajo consistió en buscar los refranes que tienen un contenido profundo, categorizarlos por temas y comentarlos, deduciendo la cosmovisión que está en la base de esta tradición popular. Es una contribución de la Universidad Católica al segundo centenario".
A través de poco más de doscientas páginas, el autor avanza de refrán en refrán, comenta cada uno y los agrupa en 10 capítulos, cuyos títulos son: De la sabiduría y el hombre sabio, La mente y el mundo, El bien y el mal, Verdad y apariencia, Justicia, El fallado, El destino, Tiempo y estructura del acontecer, Amor, mujer y naturaleza, para finalizar con Dios y el diablo.
En su mayor parte son reflexiones universales, heredadas principalmente de España. "Aunque tratándose de la cultura tradicional, lo que el pueblo adopta y hace suyo le pertenece en propiedad, porque lo incorpora a su vida, de manera que antropológicamente estos refranes son chilenos. España también los heredó de otras tradiciones".
Por lo general, los textos de sabiduría más célebres tienden a ser breves, están redactados en cortos versículos y "supone un lector o auditor de cierto rango intelectual que habla poco y aprecia la meditación". El refrán, por su parte -explica el experto-, acusa en su mismo estilo los usos y costumbres que son propios del hombre común, "el cual vive en buena medida inserto en el orden natural y está atento al lenguaje que la tierra y el cielo le hablan en su constante devenir".
Para recuperar la humanidad
Y así como los sabios famosos han iluminado a la humanidad, muchos hombres anónimos han dejado huella en el ámbito de sus comunidades, "pero en ambos casos la sabiduría es la misma", señala este autor. Agrega que por eso algunos de esos textos célebres de la sabiduría universal contienen más de una cita de estas breves sentencias del habla popular, como ocurre con el "Libro de los versos", de Confucio, y el "Libro del Tao y la virtud", de Lao Tse y también en los Evangelios. Recuerda que en más de una ocasión, Jesús aparece diciendo cosas como: "Quien a hierro mata, a hierro muere" o "El ojo es la lámpara del cuerpo".
De allí o de allá coinciden y son verdad porque apuntan a lo mismo que es universal: La esencia del ser humano.
El propósito al que invita Gastón Soublette tras su nueva investigación no es menor. "Hay que vivir en una cultura a 'escala humana' para que la luz de los refranes nos alcance. Hoy vivimos en la desmesura financiera y tecnológica. La sabiduría fue olvidada, por eso recordar los refranes hoy nos ayudaría a recuperar la humanidad perdida y crear una cultura a escala humana".
Refranes escogidos
Entre los 400 refranes que se analizan en el libro, para Soublette los más importantes son:
"El que tiene esperanza todo lo alcanza".
"Quien a sí mismo no se conoce, a sí mismo se asesina".
Y los que nunca debemos olvidar:
PARA LA IGLESIA : "La virtud es divina, la moral es humana".
PARA LOS RICOS : "La mortaja no tiene bolsillos".
PARA LOS DESESPERADOS : "Más vale encender velas
que maldecir a oscuridad".
PARA LOS POLÍTICOS : "Quien es como parece cumplirá
lo que promete".
PARA LOS ORGULLOSOS : "No hay altanería que no
amanezca caída".
PARA LA NACIÓN CHILENA : "Cada uno en su casa y
Dios en la de todos".
Y A MODO DE DESPEDIDA : "Lo ganado con el progreso,
a lo perdido no le hace el peso".
Cada vez se escuchan menos los refranes en Chile. Esa forma de pensar y decir que encerraban algunas frases cortas, pero muy punzantes, tan vigentes hace décadas en nuestra cultura coloquial hoy aparecen muy ocasionalmente y aquellas que se citan no son muy significativas. El tema preocupa a Gastón Soublette y por ello se afanó hasta publicar su nuevo libro: "Sabiduría chilena de tradición oral (Refranes)", Ediciones Universidad Católica de Chile.
Buenos consejos
No se trata de una nueva recopilación de refranes locales, pues ya existen varias, tal como la realizada el 2003 por Alberto Cardemil; tampoco en estas páginas el autor expone una nueva teoría antropológica del tema, como también ya lo han hecho destacados pensadores; Soublette estudió su contenido "sapiencial"; es decir, buscó la sabiduría que estos dichos encierran, de tal modo que quien los conozca o redescubra enriquezca su saber y de paso encuentre unos buenos consejos para vivir.
"Entre los cuatro mil que pudieron hallarse en nuestra tradición popular, hay cuatrocientos que son dichos de auténtica sabiduría. La sabiduría es un conocimiento superior referido al sentido de la vida; y el sentido trasciende nuestras ocurrencias e invenciones, trasciende nuestra ciencia", señala el profesor de Teoría e Historia del Arte y de Filosofía de Oriente de la Pontifica Universidad Católica.
Se oyen por los caminos
Aunque este catedrático de barba blanca y pelo largo, flaco y alto como Don Quijote, suele recorrer el país y alternar con los lugareños, para su actual investigación no le bastó recopilar material junto a los diversos fogones, más bien se basó en las paremiologías (tratados de dichos que se oyen por los caminos) publicadas desde comienzos del siglo pasado. "Mi trabajo consistió en buscar los refranes que tienen un contenido profundo, categorizarlos por temas y comentarlos, deduciendo la cosmovisión que está en la base de esta tradición popular. Es una contribución de la Universidad Católica al segundo centenario".
A través de poco más de doscientas páginas, el autor avanza de refrán en refrán, comenta cada uno y los agrupa en 10 capítulos, cuyos títulos son: De la sabiduría y el hombre sabio, La mente y el mundo, El bien y el mal, Verdad y apariencia, Justicia, El fallado, El destino, Tiempo y estructura del acontecer, Amor, mujer y naturaleza, para finalizar con Dios y el diablo.
En su mayor parte son reflexiones universales, heredadas principalmente de España. "Aunque tratándose de la cultura tradicional, lo que el pueblo adopta y hace suyo le pertenece en propiedad, porque lo incorpora a su vida, de manera que antropológicamente estos refranes son chilenos. España también los heredó de otras tradiciones".
Por lo general, los textos de sabiduría más célebres tienden a ser breves, están redactados en cortos versículos y "supone un lector o auditor de cierto rango intelectual que habla poco y aprecia la meditación". El refrán, por su parte -explica el experto-, acusa en su mismo estilo los usos y costumbres que son propios del hombre común, "el cual vive en buena medida inserto en el orden natural y está atento al lenguaje que la tierra y el cielo le hablan en su constante devenir".
Para recuperar la humanidad
Y así como los sabios famosos han iluminado a la humanidad, muchos hombres anónimos han dejado huella en el ámbito de sus comunidades, "pero en ambos casos la sabiduría es la misma", señala este autor. Agrega que por eso algunos de esos textos célebres de la sabiduría universal contienen más de una cita de estas breves sentencias del habla popular, como ocurre con el "Libro de los versos", de Confucio, y el "Libro del Tao y la virtud", de Lao Tse y también en los Evangelios. Recuerda que en más de una ocasión, Jesús aparece diciendo cosas como: "Quien a hierro mata, a hierro muere" o "El ojo es la lámpara del cuerpo".
De allí o de allá coinciden y son verdad porque apuntan a lo mismo que es universal: La esencia del ser humano.
El propósito al que invita Gastón Soublette tras su nueva investigación no es menor. "Hay que vivir en una cultura a 'escala humana' para que la luz de los refranes nos alcance. Hoy vivimos en la desmesura financiera y tecnológica. La sabiduría fue olvidada, por eso recordar los refranes hoy nos ayudaría a recuperar la humanidad perdida y crear una cultura a escala humana".
Refranes escogidos
Entre los 400 refranes que se analizan en el libro, para Soublette los más importantes son:
"El que tiene esperanza todo lo alcanza".
"Quien a sí mismo no se conoce, a sí mismo se asesina".
Y los que nunca debemos olvidar:
PARA LA IGLESIA : "La virtud es divina, la moral es humana".
PARA LOS RICOS : "La mortaja no tiene bolsillos".
PARA LOS DESESPERADOS : "Más vale encender velas
que maldecir a oscuridad".
PARA LOS POLÍTICOS : "Quien es como parece cumplirá
lo que promete".
PARA LOS ORGULLOSOS : "No hay altanería que no
amanezca caída".
PARA LA NACIÓN CHILENA : "Cada uno en su casa y
Dios en la de todos".
Y A MODO DE DESPEDIDA : "Lo ganado con el progreso,
a lo perdido no le hace el peso".
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