NUESTROS CONSOCIOS OPINAN: LUIS RIVEROS
Estrategia 30/12/2009
¡Un Feliz 2010!
Luis A. Riveros, académico U. de Chile
El año que dejamos ha evidenciado el mosaico que constituye nuestra vida social y económica. En efecto, Chile ha vivido una crisis significativa con profundo impacto en el sector real, manifestado en menor crecimiento, mayor desempleo y, además, reducción en la dinámica exportadora y en la inversión. Por cierto, ha sido una crisis más bien corta, lo cual refleja los buenos mecanismos preventivos y paliativos utilizados, y al hecho no menor de que hoy exista coordinación de políticas a nivel internacional y un muy desarrollado sistema de información. Es decir, hemos pasado una crisis con todos sus terribles efectos, aunque aminorados por la puesta en práctica de adecuadas políticas sociales. Pero también, y esto es lo positivo, la economía chilena mostró reciedumbre, un alto grado de adaptabilidad a las circunstancias externas que la aquejaron, con una política económica que no cayó ni en el populismo ni la desesperación. Eso proporciona confianza para mirar con optimismo el futuro económico a pesar de los nubarrones que siempre puedan emerger. La crisis nos ha permitido valorar mayormente lo que hemos alcanzado, para disponernos a un escenario francamente mejor.
El 2010 se ve con optimismo. El crecimiento será mucho mayor, la inflación baja y el desempleo descenderá, aunque lentamente. La inversión se recuperará y las exportaciones volverán a elevar significativamente su dinámica gracias a la mayor expansión de los mercados internacionales. ¿Está todo resuelto? Ciertamente no, ya que el reto de productividad sigue presente tanto como aquél de agregar mayor valor a nuestras exportaciones. Invertir más en educación e investigación es lo que nos permitirá dar el salto definitivo al desarrollo; ese es el gran reto de quienes se harán cargo del gobierno en este año del Bicentenario. Eso nos dará la tranquilidad que necesitamos para enfrentar un mundo globalizado que es nuestra gran oportunidad. Ojalá se entienda, y Chile se sienta satisfecho y contento a partir de su cumpleaños número 200.
¡Un Feliz 2010!
Luis A. Riveros, académico U. de Chile
El año que dejamos ha evidenciado el mosaico que constituye nuestra vida social y económica. En efecto, Chile ha vivido una crisis significativa con profundo impacto en el sector real, manifestado en menor crecimiento, mayor desempleo y, además, reducción en la dinámica exportadora y en la inversión. Por cierto, ha sido una crisis más bien corta, lo cual refleja los buenos mecanismos preventivos y paliativos utilizados, y al hecho no menor de que hoy exista coordinación de políticas a nivel internacional y un muy desarrollado sistema de información. Es decir, hemos pasado una crisis con todos sus terribles efectos, aunque aminorados por la puesta en práctica de adecuadas políticas sociales. Pero también, y esto es lo positivo, la economía chilena mostró reciedumbre, un alto grado de adaptabilidad a las circunstancias externas que la aquejaron, con una política económica que no cayó ni en el populismo ni la desesperación. Eso proporciona confianza para mirar con optimismo el futuro económico a pesar de los nubarrones que siempre puedan emerger. La crisis nos ha permitido valorar mayormente lo que hemos alcanzado, para disponernos a un escenario francamente mejor.
El 2010 se ve con optimismo. El crecimiento será mucho mayor, la inflación baja y el desempleo descenderá, aunque lentamente. La inversión se recuperará y las exportaciones volverán a elevar significativamente su dinámica gracias a la mayor expansión de los mercados internacionales. ¿Está todo resuelto? Ciertamente no, ya que el reto de productividad sigue presente tanto como aquél de agregar mayor valor a nuestras exportaciones. Invertir más en educación e investigación es lo que nos permitirá dar el salto definitivo al desarrollo; ese es el gran reto de quienes se harán cargo del gobierno en este año del Bicentenario. Eso nos dará la tranquilidad que necesitamos para enfrentar un mundo globalizado que es nuestra gran oportunidad. Ojalá se entienda, y Chile se sienta satisfecho y contento a partir de su cumpleaños número 200.
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