NICAN MOPOHUA
¿Qué ES el Nican Mopohua?
Consideraciones históricas, artísticas y exegéticas
Por Jesús Hernandez
Tomado de www.luxdomini.com
Consideraciones históricas, artísticas y exegéticas
Por Jesús Hernandez
Tomado de www.luxdomini.com
Sección de Investigación Documental sobre la Virgen de Guadalupe
El Nican Mopohua es el texto más antiguo y detallado que se conoce sobre el Acontecimiento Guadalupano.
Su autor, según los estudiosos, es el indígena Antonio Valeriano, y su composición data del siglo XVI, entre 20 y 30 años después de 1531.
El Nican Mopohua relata las CUATRO apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, y los detalles ya conocidos: Le pidió que fuera a ver al obispo de México para que le erigieran un templo ahí, en el Tepeyac. El obispo -razonablemente escéptico- pidió una señal para convencerse de la autenticidad del mensaje, y la Virgen le mandó rosas de Castilla envueltas en la tilma de Juan Diego, que al desplegarse, dejó ver la imagen guadalupana.
Abordaré los siguientes aspectos: El Nican Mopohua visto desde el punto de vista histórico, el Nican Mopohua visto desde el punto de vista literario, y el Nican Mopohua visto desde el punto de vista exegético.
Obras principales consultadas para este tema: El estudio Tonantzin Guadalupe, por Miguel León Portilla, y El Nican Mopohua: Un intento de exégesis, por el p. José Luis Guerrero Rosado.
El Nican Mopohua examinado por la Historia
De las manos por las que pasó el Nican Mopohua desde el siglo XVI hasta el siglo XXI
La primera publicación del Nican Mopohua se realizó en 1649, por el bachiller Luis Lasso de la Vega, aunque su origen es bastante más antiguo. Lasso de la Vega lo utilizó como base para su Huey tlamahuizoltica; el examen conjunto del Nican Mopohua, el Nican Motecpana y otros testimonios similares, permite determinar la influencia del pensamiento español en los mismos... excepto justamente en el Nican Mopohua, que -como anota León-Portilla-, ofrece un estilo y un pensamiento indudablemente indígenas.
El historiador y sabio novohispano Carlos de Sigüenza y Góngora, atribuye la autoría del Nican Mopohua a un indígena destacado en Letras: Antonio Valeriano.
El Nican Mopohua es el texto más antiguo y detallado que se conoce sobre el Acontecimiento Guadalupano.
Su autor, según los estudiosos, es el indígena Antonio Valeriano, y su composición data del siglo XVI, entre 20 y 30 años después de 1531.
El Nican Mopohua relata las CUATRO apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, y los detalles ya conocidos: Le pidió que fuera a ver al obispo de México para que le erigieran un templo ahí, en el Tepeyac. El obispo -razonablemente escéptico- pidió una señal para convencerse de la autenticidad del mensaje, y la Virgen le mandó rosas de Castilla envueltas en la tilma de Juan Diego, que al desplegarse, dejó ver la imagen guadalupana.
Abordaré los siguientes aspectos: El Nican Mopohua visto desde el punto de vista histórico, el Nican Mopohua visto desde el punto de vista literario, y el Nican Mopohua visto desde el punto de vista exegético.
Obras principales consultadas para este tema: El estudio Tonantzin Guadalupe, por Miguel León Portilla, y El Nican Mopohua: Un intento de exégesis, por el p. José Luis Guerrero Rosado.
El Nican Mopohua examinado por la Historia
De las manos por las que pasó el Nican Mopohua desde el siglo XVI hasta el siglo XXI
La primera publicación del Nican Mopohua se realizó en 1649, por el bachiller Luis Lasso de la Vega, aunque su origen es bastante más antiguo. Lasso de la Vega lo utilizó como base para su Huey tlamahuizoltica; el examen conjunto del Nican Mopohua, el Nican Motecpana y otros testimonios similares, permite determinar la influencia del pensamiento español en los mismos... excepto justamente en el Nican Mopohua, que -como anota León-Portilla-, ofrece un estilo y un pensamiento indudablemente indígenas.
El historiador y sabio novohispano Carlos de Sigüenza y Góngora, atribuye la autoría del Nican Mopohua a un indígena destacado en Letras: Antonio Valeriano.
Así lo afirma Sigüenza y Góngora en su Piedad Heroyica de don Fernando Cortés; donde declara poseer varios papeles dejados por Fernando de Alva Itlilxóchitl, uno de los cuales es, precisamente, el Nican Mopohua.
Para complementar su afirmación -hecha bajo juramento-, cita al p. Luis Becerra Tanco, quien también declaró haber visto en poder de Alva Ixtlilxóchitl dicho documento, en su libro Origen milagroso del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (obra de 1666).
La descripción final de la Virgen, dada en el Nican Mopohua, es de un estilo visiblemente distinto al resto del texto, y Sigüenza y Góngora, en su obra ya citada, también observa que "hay añadidos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl".
Interesa saber también por qué un documento de Antonio Valeriano -de quien damos referencia en el Acervo Biográfico-, estaba entre los documentos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, y ese tema contempla minuciosamente el p. José Luis Guerrero: Examinando la línea genealógica de Alva Ixtlilxóchitl, destaca un personaje importante para este caso, su bisabuelo Francisco Verdugo Quetzalmamalitzin, esposo de doña Ana Cortés Ixtlilxóchitl, con quien nos remontamos al rebelde texcocano Ixtlilxóchitl que ayudó a Cortés en la Conquista, quien era su padre.
Para complementar su afirmación -hecha bajo juramento-, cita al p. Luis Becerra Tanco, quien también declaró haber visto en poder de Alva Ixtlilxóchitl dicho documento, en su libro Origen milagroso del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (obra de 1666).
La descripción final de la Virgen, dada en el Nican Mopohua, es de un estilo visiblemente distinto al resto del texto, y Sigüenza y Góngora, en su obra ya citada, también observa que "hay añadidos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl".
Interesa saber también por qué un documento de Antonio Valeriano -de quien damos referencia en el Acervo Biográfico-, estaba entre los documentos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, y ese tema contempla minuciosamente el p. José Luis Guerrero: Examinando la línea genealógica de Alva Ixtlilxóchitl, destaca un personaje importante para este caso, su bisabuelo Francisco Verdugo Quetzalmamalitzin, esposo de doña Ana Cortés Ixtlilxóchitl, con quien nos remontamos al rebelde texcocano Ixtlilxóchitl que ayudó a Cortés en la Conquista, quien era su padre.
Francisco Verdugo Quetzalmamalitzin era Señor de Teotihuacán, gobernador de los indios, y cuando el virrey (don Luis de Velasco) quiso quitar a los franciscanos del lugar y sustituirlos por agustinos, la población, y el propio Quetzalmamalitzin rechazaron la decisión, e hicieron formal oposición a la autoridad virreinal, la cual lo persiguió a él y a muchos de sus partidarios.
En su fuga, al pasar por Atzcapozalco, Quetzalmamalitzin rogó a la Virgen de Guadalupe que inspirara al Virrey para que terminara el conflicto -que finalmente terminó con la revocación de la decisión del virrey, calificada como milagro en el Nican Motecpana de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl-.
Pero, oculto en Atzcapozalco, Quetzalmamalitzin casi seguramente recurrió a sus parientes de ese lugar, quienes eran precisamente la familia de Antonio Valeriano. Para auxiliar así a un pariente perseguido por las autoridades virreinales, es obvio que tuvieron íntima relación Quetzalmamalitzin y Valeriano, y compartiendo ambos la devoción por la Guadalupana, es posible y probable que Valeriano regalara a Quetzalmamalitzin el original del Nican Mopohua, de su autoría, lo cual explicaría que llegara a manos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, bisnieto de Quetzalmamalitzin, y prestaría mayor veracidad al juramento de Sigüenza y Góngora, y al testimonio de Becerra Tanco.
A la muerte de Sigüenza y Góngora, sus documentos pasaron en herencia a los jesuitas, y a través de ellos al Colegio de San Pedro y San Pablo en la ciudad de México. Hacia el periodo de 1736-1743, el caballero milanés Lorenzo Boturini reunió numerosos documentos indígenas antiguos, y se refiere a la antigua colección de Sigüenza en su Catálogo del Museo Indiano, donde describe varios de los manuscritos de su colección: En dicho Catálogo afirma de nuevo que Antonio Valeriano escribió el Nican Mopohua, y se apoya en el juramento de Sigüenza, añadiendo que posee firmas de Valeriano con las cuales cotejar el Nican Mopohua. Termina ese párrafo diciendo que posee referencias de un documento escrito en español por Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, sobre la Aparición Guadalupana.
Aparecen testimonios posteriores, pues las autoridades virreinales, habiéndo requisado los documentos de Boturini, hicieron un inventario de los mismos y ahí citan unos "documentos sobre la Aparición de Ntra. Señora de Guadalupe, rotos y maltratados".
En su fuga, al pasar por Atzcapozalco, Quetzalmamalitzin rogó a la Virgen de Guadalupe que inspirara al Virrey para que terminara el conflicto -que finalmente terminó con la revocación de la decisión del virrey, calificada como milagro en el Nican Motecpana de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl-.
Pero, oculto en Atzcapozalco, Quetzalmamalitzin casi seguramente recurrió a sus parientes de ese lugar, quienes eran precisamente la familia de Antonio Valeriano. Para auxiliar así a un pariente perseguido por las autoridades virreinales, es obvio que tuvieron íntima relación Quetzalmamalitzin y Valeriano, y compartiendo ambos la devoción por la Guadalupana, es posible y probable que Valeriano regalara a Quetzalmamalitzin el original del Nican Mopohua, de su autoría, lo cual explicaría que llegara a manos de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, bisnieto de Quetzalmamalitzin, y prestaría mayor veracidad al juramento de Sigüenza y Góngora, y al testimonio de Becerra Tanco.
A la muerte de Sigüenza y Góngora, sus documentos pasaron en herencia a los jesuitas, y a través de ellos al Colegio de San Pedro y San Pablo en la ciudad de México. Hacia el periodo de 1736-1743, el caballero milanés Lorenzo Boturini reunió numerosos documentos indígenas antiguos, y se refiere a la antigua colección de Sigüenza en su Catálogo del Museo Indiano, donde describe varios de los manuscritos de su colección: En dicho Catálogo afirma de nuevo que Antonio Valeriano escribió el Nican Mopohua, y se apoya en el juramento de Sigüenza, añadiendo que posee firmas de Valeriano con las cuales cotejar el Nican Mopohua. Termina ese párrafo diciendo que posee referencias de un documento escrito en español por Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, sobre la Aparición Guadalupana.
Aparecen testimonios posteriores, pues las autoridades virreinales, habiéndo requisado los documentos de Boturini, hicieron un inventario de los mismos y ahí citan unos "documentos sobre la Aparición de Ntra. Señora de Guadalupe, rotos y maltratados".
Se sabe que en el último tercio del siglo XVIII, el nahuatlato p. Joseph Julián Ramírez hizo una traducción del Nican Mopohua, y el arzobispo de Toledo Francisco Antonio de Lorenzana habla de esta traducción, citando además que el documento del cual se hizo la traducción era un "papel muy viejo escrito en mexicano", y que había pertenecido a Lorenzo Boturini. Añade el arzobispo que él dio la traducción al archivo de la Real Universidad de México.
Por orden del arzobispo Lorenzana (quien había hecho publicar las Cartas de Relación de Hernán Cortés), el catedrático de náhuatl de la Universidad Carlos de Tapia y Zenteno, hizo una nueva traducción "de un papel antiguo de masa de maguey, escrito en mexicano... en la que se refiere la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe".
Hasta aquí, la importancia de dichas traducciones es paralela a la que ofrece en su opúsculo Lasso de la Vega, con la excepción de que éstas proporcionan datos sobre el documento "roto y maltratado" del Nican Mopohua, del que sabemos, por el testimonio de Lorenzana y por el de Tapia, que se hallaba en la Real Universidad de México hacia fines del siglo XVIII.
Lo que no se sabe con exactitud es lo que ocurrió después de esto. León-Portilla sostiene como probable, la hipótesis de que alguien sustrajera el documento del Archivo de la Universidad para vendérselo al coleccionista José Fernando Ramírez. Varios factores refuerzan la hipótesis, pues la Biblioteca Pública de Nueva York adquirió en 1880 la colección de Ramírez, y en dicha adquisición está incluido un papel roto, maltratado e incompleto, que narra las Apariciones de la Virgen de Guadalupe, concordando básicamente con el texto publicado por Lasso de la Vega.
Por orden del arzobispo Lorenzana (quien había hecho publicar las Cartas de Relación de Hernán Cortés), el catedrático de náhuatl de la Universidad Carlos de Tapia y Zenteno, hizo una nueva traducción "de un papel antiguo de masa de maguey, escrito en mexicano... en la que se refiere la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe".
Hasta aquí, la importancia de dichas traducciones es paralela a la que ofrece en su opúsculo Lasso de la Vega, con la excepción de que éstas proporcionan datos sobre el documento "roto y maltratado" del Nican Mopohua, del que sabemos, por el testimonio de Lorenzana y por el de Tapia, que se hallaba en la Real Universidad de México hacia fines del siglo XVIII.
Lo que no se sabe con exactitud es lo que ocurrió después de esto. León-Portilla sostiene como probable, la hipótesis de que alguien sustrajera el documento del Archivo de la Universidad para vendérselo al coleccionista José Fernando Ramírez. Varios factores refuerzan la hipótesis, pues la Biblioteca Pública de Nueva York adquirió en 1880 la colección de Ramírez, y en dicha adquisición está incluido un papel roto, maltratado e incompleto, que narra las Apariciones de la Virgen de Guadalupe, concordando básicamente con el texto publicado por Lasso de la Vega.
Si se examina el Catálogo de la subasta donde se vendieron los papeles de Ramírez (en A Catalogue of the Library of Rare Books and Important Manuscripts Relating to Mexuico and Other Parts of Spanish America Formed by the Late Señor Don José Fernando Ramírez, London 1880), y se le compara con el documento que está en la Biblioteca Pública de Nueva York -en su División General de Manuscritos-, concuerdan totalmente. Y también concuerdan con dicho documento las descripciones que le atribuyeron Tapia y Joseph Julián Ramírez.
León-Portilla anota que este texto y el que publicó Lasso de la Vega, difieren en algunos pequeños detalles, pero en lo general, concuerdan.
León-Portilla anota que este texto y el que publicó Lasso de la Vega, difieren en algunos pequeños detalles, pero en lo general, concuerdan.
La conclusión a la que llega León-Portilla, y con él la mayoría de los estudiosos, es que el documento que se conserva en la Biblioteca Pública de Nueva York es la copia más antigua que se conoce del Nican Mopohua, anterior a la que publicó Lasso de la Vega.
Y es que Lasso de la Vega dice ser autor de todo el opusculo, procediendo conforme a la mentalidad legalista de la época, que no conocía la Propiedad Intelectual, pero ya la obra del p. Miguel Sánchez -"Imagen de la Virgen María Madre de Dios Guadalupe"-, publicada en 1648, incluye un relato en castellano que sigue los hechos descritos en el Nican Mopohua.
Esto significa finalmente, que Lasso de la Vega no pudo ser autor del Nican Mopohua, y al peso de esto se añade el juramento de Carlos de Sigüenza y Góngora, de que el Nican Mopohua estaba entre los documentos de Ixtlilxóchitl, y con autoría de Antonio Valeriano.
El polémico historiador Edmundo O´Gorman, escribió un estudio publicado por la UNAM en 1986, titulado Destierro de sombras. Luz en el origen de la imagen y culto de Nuestra Señora de Guadalupe del Tepeyac, en el que sitúa la composición del Nican Mopohua -por Valeriano-, en 1556, citando al p. Ernest J. Burrus, quien en su The Oldest Copy of the Nican Mopohua, habla de un texto compuesto por fray Alonso de la Vera Cruz entre 1553 y 1554, similar en su contenido al Nican Mopohua, y añade el p. Burrus que entra dentro de lo posible que el documento que hoy está en la Biblioteca Pública de Nueva York no sea una Copia, sino el Original.
León-Portilla cita una prueba más de que fue Antonio Valeriano el autor del texto; explicando:
"Este relato sólo pudo haber sido escrito por un conocedor de buen número de textos de la antigua tradición indígena, y asimismo de la estilística inconfundible del náhuatl clásico. En el Nican Mopohua aflora el rico universo de sus metáforas, muy frecuentes en esta lengua, sus difrasismos o palabras yuxtapuestas de las que brota una particular significación. Conocedor de todo esto fue Antonio Valeriano, al que Sahagún calificó de "el principal y más sabio" de entre sus antiguos estudiantes, y en quien Fray Juan de Torquemada reconoció haber tenido un excelente maestro de náhuatl"
El polémico historiador Edmundo O´Gorman, escribió un estudio publicado por la UNAM en 1986, titulado Destierro de sombras. Luz en el origen de la imagen y culto de Nuestra Señora de Guadalupe del Tepeyac, en el que sitúa la composición del Nican Mopohua -por Valeriano-, en 1556, citando al p. Ernest J. Burrus, quien en su The Oldest Copy of the Nican Mopohua, habla de un texto compuesto por fray Alonso de la Vera Cruz entre 1553 y 1554, similar en su contenido al Nican Mopohua, y añade el p. Burrus que entra dentro de lo posible que el documento que hoy está en la Biblioteca Pública de Nueva York no sea una Copia, sino el Original.
León-Portilla cita una prueba más de que fue Antonio Valeriano el autor del texto; explicando:
"Este relato sólo pudo haber sido escrito por un conocedor de buen número de textos de la antigua tradición indígena, y asimismo de la estilística inconfundible del náhuatl clásico. En el Nican Mopohua aflora el rico universo de sus metáforas, muy frecuentes en esta lengua, sus difrasismos o palabras yuxtapuestas de las que brota una particular significación. Conocedor de todo esto fue Antonio Valeriano, al que Sahagún calificó de "el principal y más sabio" de entre sus antiguos estudiantes, y en quien Fray Juan de Torquemada reconoció haber tenido un excelente maestro de náhuatl"
León Portilla, Miguel, en Tonantzin Guadalupe, Fondo de Cultura Económica, México, 2002, cap. 1 p. 36
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