De Rokha
El Mercurio Revista de Libros Santiago de Chile
domingo 9 de octubre de 2011
Actualizado a las 11:28 hrs. El Mercurio Emol
Rescate Talento hereditario
Vuelve el clan de Rokha
Con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes se editan cuatro valiosos textos -dos inéditos- escritos por integrantes de la familia que formaron Pablo y Winétt de Rokha.
Pedro Pablo Guerrero
domingo 9 de octubre de 2011
Actualizado a las 11:28 hrs. El Mercurio Emol
Rescate Talento hereditario
Vuelve el clan de Rokha
Con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes se editan cuatro valiosos textos -dos inéditos- escritos por integrantes de la familia que formaron Pablo y Winétt de Rokha.
Pedro Pablo Guerrero
Multitud se llamaban la editorial y la revista que fundaron Pablo y Winétt de Rokha. El año pasado, la artista visual Patricia Tagle de Rokha, nieta del poeta nacido en Licantén, recuperó el nombre del sello para reeditar su libro Satanás (1927) y ahora aparecen otros dos títulos del Premio Nacional de Literatura 1965: Acero de invierno (1961) y El amigo piedra , una autobiografía basada fundamentalmente en un manuscrito inédito del poeta al que los editores -Naín Nómez, Patricia Tagle y Galo Ghigliotto- añadieron algunos textos publicados en la revista Multitud.
El libro se inicia con la presentación de los abuelos de Pablo de Rokha y termina abruptamente en Bolivia con las impresiones del viaje que el poeta hizo junto a su esposa en una gira cultural realizada durante 1946. Aunque abundan detalles significativos sobre su entorno familiar y geográfico, no se espere hallar en los recuerdos del soberbio poeta chileno una objetividad realista: "A los cien años cumplidos emigro de Licantén llorando y queda un bramido de montañas". Así evoca el escritor su partida de la aldea natal.
Gracias a los once millones de pesos que le adjudicó al proyecto el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, Patricia Tagle de Rokha publica, además, la segunda edición del libro Oniromancia (1943), de Winétt de Rokha. Obra de relumbres líricos ("En mi abanico de coral están pintadas las rutas perdidas del mar") y metafísicos ("En el horror de Dios, un pájaro perfila un grito") que no desdeña el compromiso, tal como lo demuestra el poema "Frente Popular en 1937".
La voz truncada de Carlos de Rokha
Pero quizás el título más novedoso de los cuatro sea el segundo volumen de El orden visible , de Carlos de Rokha (1920-1962). El primero, aparecido en 1956, reunía sus composiciones tempranas, que obtuvieron una escasa repercusión de crítica, pero le granjearon un temprano prestigio entre los poetas chilenos de su tiempo. Otros dos libros, Memorial y llaves , y Pavana del gallo y el arlequín , obtuvieron el Premio de los Juegos Municipales Gabriela Mistral de la Municipalidad de Santiago, en 1961 y 1962, respectivamente. Luego, el suicidio.
"Digo que hay muertes repentinas como el último temblor de los arroyos en el mediodía todavía vacilante", había escrito en "Interrogación a las columnas" (1950).
Habrían de pasar más de cincuenta años para que Patricia Tagle se decidiera a ordenar los cuadernos inéditos de Carlos de Rokha guardados en "una maleta de cuero de chancho con las correas rotas" que heredó el pintor José de Rokha, marido de Patricia. El poeta había dejado las indicaciones para armar el segundo volumen de El orden visible , corrigiendo los poemas inéditos e incluyendo unos pocos ya publicados. Cinco años demoraron Patricia, Guillermo Fernández, Miguel Naranjo y Cristián Jofré en editar el original.
En su introducción, Jofré revisa los comentarios de Ignacio Valente, Jorge Teillier, Enrique Lihn, Eduardo Anguita y Juan de Luigi, quienes advirtieron en su momento la notable proyección de un poeta que logró encontrar una voz propia, más allá de los ecos tonantes del vozarrón paterno.
Próximas publicaciones
A medida que los recursos lo permitan, los editores prometen un tercer y último volumen de la obra poética de Carlos de Rokha. También la reedición de Jesucristo (1933), de Pablo de Rokha, así como de una recopilación de sus artículos publicados en revista Multitud y los trabajos de otros escritores de la familia: Winétt, José de Rokha, Mahfúud Massís (yerno del patriarca)...
"Somos feliz o infelizmente una familia de artistas", reflexiona Patricia Tagle de Rokha, quien tiene en sus manos los poderes de los trece herederos del clan y es la directora ejecutiva de la Fundación De Rokha, creadafundada en 2003.
El libro se inicia con la presentación de los abuelos de Pablo de Rokha y termina abruptamente en Bolivia con las impresiones del viaje que el poeta hizo junto a su esposa en una gira cultural realizada durante 1946. Aunque abundan detalles significativos sobre su entorno familiar y geográfico, no se espere hallar en los recuerdos del soberbio poeta chileno una objetividad realista: "A los cien años cumplidos emigro de Licantén llorando y queda un bramido de montañas". Así evoca el escritor su partida de la aldea natal.
Gracias a los once millones de pesos que le adjudicó al proyecto el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, Patricia Tagle de Rokha publica, además, la segunda edición del libro Oniromancia (1943), de Winétt de Rokha. Obra de relumbres líricos ("En mi abanico de coral están pintadas las rutas perdidas del mar") y metafísicos ("En el horror de Dios, un pájaro perfila un grito") que no desdeña el compromiso, tal como lo demuestra el poema "Frente Popular en 1937".
La voz truncada de Carlos de Rokha
Pero quizás el título más novedoso de los cuatro sea el segundo volumen de El orden visible , de Carlos de Rokha (1920-1962). El primero, aparecido en 1956, reunía sus composiciones tempranas, que obtuvieron una escasa repercusión de crítica, pero le granjearon un temprano prestigio entre los poetas chilenos de su tiempo. Otros dos libros, Memorial y llaves , y Pavana del gallo y el arlequín , obtuvieron el Premio de los Juegos Municipales Gabriela Mistral de la Municipalidad de Santiago, en 1961 y 1962, respectivamente. Luego, el suicidio.
"Digo que hay muertes repentinas como el último temblor de los arroyos en el mediodía todavía vacilante", había escrito en "Interrogación a las columnas" (1950).
Habrían de pasar más de cincuenta años para que Patricia Tagle se decidiera a ordenar los cuadernos inéditos de Carlos de Rokha guardados en "una maleta de cuero de chancho con las correas rotas" que heredó el pintor José de Rokha, marido de Patricia. El poeta había dejado las indicaciones para armar el segundo volumen de El orden visible , corrigiendo los poemas inéditos e incluyendo unos pocos ya publicados. Cinco años demoraron Patricia, Guillermo Fernández, Miguel Naranjo y Cristián Jofré en editar el original.
En su introducción, Jofré revisa los comentarios de Ignacio Valente, Jorge Teillier, Enrique Lihn, Eduardo Anguita y Juan de Luigi, quienes advirtieron en su momento la notable proyección de un poeta que logró encontrar una voz propia, más allá de los ecos tonantes del vozarrón paterno.
Próximas publicaciones
A medida que los recursos lo permitan, los editores prometen un tercer y último volumen de la obra poética de Carlos de Rokha. También la reedición de Jesucristo (1933), de Pablo de Rokha, así como de una recopilación de sus artículos publicados en revista Multitud y los trabajos de otros escritores de la familia: Winétt, José de Rokha, Mahfúud Massís (yerno del patriarca)...
"Somos feliz o infelizmente una familia de artistas", reflexiona Patricia Tagle de Rokha, quien tiene en sus manos los poderes de los trece herederos del clan y es la directora ejecutiva de la Fundación De Rokha, creadafundada en 2003.
<< Home