Se rindió un Homenaje a nuestro consocio Don Eduardo Castro Le-Fort

EDUARDO CASTRO LE-FORT

HOMENAJE RENDIDO POR LA SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS 

Club de la Unión, Santiago, octubre de 2011

En  la cena anual de la Sociedad el pasado Miercoles 26 de octubre de 2011, en el Club de La Unión  -y con ocasión de la presentación y entrega de la obra "Juan Pablo II habla a Chile". Ediciones Universidad San Sebastian, Santiago de Chile, 2011. 274 págs. / ejemplares numerados correspondientes para los socios de numero- se rindió un Homenaje a nuestro consocio Don Eduardo Castro Le-Fort por su dilatada trayectoria como Editor, Gerente de la Editorial Universitaria y miembro del Directorio de la SBCH.

SOCIOS DE NÚMERO QUE ASISTIERON A LA CENA

Barros Franco, José Miguel 90
Blanc Renard, Neville 25
Castro Le-Fort, Eduardo 98
Couyoumdjian Bergamali, J. Ricardo 65
Ferrada V, Luis Valentín 21
Figueroa Yávar, Juan Agustín 15
Fuenzalida González, Roberto 37
Guzmán Lyon, Roberto 7
Ibáñez Santa María, Gonzalo 74
Jiménez Moraga, Sergio 79
Lira Ibáñez, Exequiel 45
Pérez Levetzow, Enrique 35
Soto Gómez, Cesar 32
Valdés Perez, Salvador 11
Vinés Vásquez, Eugenio 8
Zuñiga Opazo, Alfonso 72

Asimismo asistio Stefanie Butendieck Hijerra invitada de nuestro consocio Soto Gómez, Cesar.

Damos a conocer los discursos:



Discurso pronunciado por el Presidente 
Don Juan Agustín Figueroa Yávar



Hoy distribuimos entre nuestros consocio las intervenciones del Papa Juan Pablo II durante su visita a Chile. Su texto demuestra un acabado conocimiento de nuestra realidad y contienen un mensaje de amor hacia nuestros connacionales, con un especial énfasis para nuestros jóvenes.


El país tiene una enorme deuda con nuestro Sumo Pontífice, el que contribuyó poderosamente a preservar nuestra paz. Constituyen un estímulo poderoso en nuestra senda de concordia nacional e internacional.

Publicadas en un solo volumen, cuidadosamente editado, forman un acervo cultural inapreciable y deberá tener un lugar preeminente en nuestra biblioteca.

Gracias Santo Padre por vuestra preocupación por Chile y su destino.

Hago propicio nuestro encuentro para rendir homenaje a Eduardo Castro. Su recia personalidad, ligada desde sus inicios con la Editorial Universitaria, constituye un fondo de conocimientos inapreciable. Sus múltiples publicaciones, que acumulan un patrimonio valiosísimo, constituyen un hito en su conformación.

Hagamos votos para que su labor no se interrumpa y nos vaya entregando su inmensa riqueza. Eduardo Castro, parafraseando a José Toribio Medina, podría repetir: “He trabajado mucho y me he cansado poco”.

Un fraterno abrazo es señal de nuestra admiración.

Muchas gracias,

Juan Agustín Figueroa Yávar

 
 
Discurso pronunciado por el Socio de Número 
Don Gonzalo Ibáñez Santa María



Señor Juan Agustín Figueroa, Presidente de la Sociedad de Bibliófilos Chilenos,

Señores Socios,

Estimado Eduardo

Hoy nos hemos reunido en nuestra tradicional cena anual para cumplir con los objetivos que habitualmente nos convocan y que se resumen, básicamente, en una camaradería entre quienes participamos de un amor muy especial por el libro; tanto por lo que él pueda contener, como asimismo por la forma en que es elaborado y por la materia que se emplea en su elaboración. El libro, en suma, como instrumento de cultura; pero, asimismo como siendo él mismo una expresión cultural mayor.

Y, por eso, hoy queremos profundizar en esta camaradería hasta el punto de transformarla en un acto de homenaje a uno de los nuestros por haber construido toda su vida profesional como respuesta a esta vocación de servicio a la cultura a través del libro. Y construido silenciosamente, modestamente, sin querer nunca llamar la atención, pero con una convicción, con una lucidez, con un tesón y con una entrega que no pueden hoy día dejarnos indiferentes. Que, al contrario, nos llenan de admiración y, sobre todo, de gratitud. Es el caso de nuestro amigo y consocio, Eduardo Castro Le-Fort.

A Eduardo, todos lo conocemos: hombre de hablar pausado, carente de aspavientos, su presencia trae desde luego la paz; y también, la alegría. Y, por sobre todo, una gran sabiduría amasada en décadas de un trabajo esforzado que constituyó precisamente su respuesta a ese llamado interior para ser servidor de la cultura a través del libro. Esa es la vida de Eduardo a la cual rendimos hoy este merecido homenaje.

Vida profesional que se identifica con la vida de la Editorial Universitaria. Como muy bien se sabe, ésta se formó en 1947 como culminación de esa aventura estudiantil que, capitaneada por Arturo Matte Alessandri, despuntó en 1943 en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile y cuyo objetivo fue proporcionar apuntes mimeografiados a los alumnos no sólo de esa Escuela sino de toda la Universidad en momentos en que las vicisitudes de la guerra mundial impedían un adecuado abastecimiento de libros provenientes tanto de Europa como de los Estados Unidos.

Eduardo se asoció desde el comienzo a esta aventura y a esta nueva empresa editorial que encontró un excepcional apoyo en la misma Universidad; en especial, en su Rector de entonces, don Juvenal Hernández. Por otra parte, al fallecer tempranamente Arturo Matte en 1965, el relevo familiar lo tomó su hermana Gabriela quien estuvo en la brecha hasta 1994 y con la cual Eduardo formó una dupla de trabajo que dio cimiento sólido al crecimiento y expansión de la Editorial.

En estos sesenta y cinco años, gran parte de la producción cultural de Chile expresada en libros encontró un fecundo alero en la Editorial Universitaria. Es mucho lo que como académicos y hombres de libros le debemos a esta benemérita institución y, en ella, a los que con su trabajo tesonero y lúcido le imprimieron el sello de excelencia que la ha caracterizado desde sus inicios. Dentro de los que ya no nos acompañan, además de Arturo, quisiera recordar a Mauricio Amster, el formidable tipógrafo, diseñador grafico y calígrafo, que marco un hito en la producción de libros en nuestra patria,

Pero es fundamentalmente a ti Eduardo a quien expresamos nuestra gratitud por la labor de esta Editorial. Sus frutos son en verdad tus frutos: ellos, en toda justicia, deben serte reconocidos a ti como lo que tú nos has dado en tu vida. Es por eso que es a ti a quien asimismo agradecemos lo que las muchas generaciones de estudiantes te deben sin saber que detrás de los libros que han pasado por sus manos has sido tú quien, en tantos casos, ha estado incansable para producirlos. Gracias por tu amistad, por tu alegría y por tu sabiduría que nos has dispensado con tanta generosidad.

Hacemos votos para que el fruto de tus esfuerzos y de tus desvelos, la Editorial Universitaria, sepa salir airosa de los múltiples desafíos que ante ella se levantan. Los hay que son comunes a las empresas editoriales: ¿Cómo hacer frente a la competencia que significa tanto adelanto tecnológico, desde la fotocopia hasta la impresión en Internet? Los hay también que son propios a la misma Editorial, como es el operar al interior de una Institución que no por ser la cuna de la vida universitaria del país, deja de tener pronunciados vaivenes en su conducción, vaivenes que los traspasa a menudo a estas otras instituciones que se albergan en su seno, provocándoles zozobras ajenas a las que pueden naturalmente esperarse en un rubro como es el editorial.

Pero la obra ya hecha, y bien hecha, nadie la puede borrar. Ahí está la inmensidad de libros que gracias a ti Eduardo ha salido de las prensas de la Editorial Universitaria. Esas obras forman parte de la herencia cultural que como generación dejamos a las que nos suceden y por ella estamos inmensamente orgullosos de compartir contigo tanta amistad y de formar contigo parte de esta auténtica hermandad que es la Sociedad Chilena de Bibliófilos.

Que Dios te bendiga a ti Eduardo y a tu familia; y a nosotros también concediéndonos el regalo de seguir contando contigo por mucho tiempo más aún.



Discurso pronunciado por el Socio de Número
Don Eduardo Castro Le- Fort



Estimados amigos

Agradezco muy sinceramente este inmerecido homenaje. Soy yo el que se ha sentido, desde un principio, muy honrado al pertenecer a esta ilustre Sociedad de bibliófilos chilenos. Ingresé a ella invitado por Alamiro de Ávila, Mauricio Amster y Ramón Eyzaguirre al finalizar los años 70. La Sociedad me brindó la oportunidad de conocer y alternar con personas tan ilustres como Germán Vergara Donoso, Julio Philippi y Eugenio Pereira Salas, entre otros.

Desde 1963 con El Arauco domado de Lope de Vega e ilustraciones de Nemesio Antúnez, iniciamos la relación de la Sociedad de bibliófilos chilenos con la Editorial Universitaria y su imprenta publicando, a veces en coedición, muchos libros para los bibliófilos. Continuamos en 1967 con Azul de Rubén Darío y en 1970 publicamos el Álbum de Trajes chilenos de Mauricio Rugendas precedidos de dos estudios preliminares de Alamiro de Ávila y Eugenio Pereira Salas.

Después vino el Altazor de Huidobro en edición facsimilar con siete ilustraciones de siete pintores chilenos. Y en 1987 el Álbum de de Tipos chilenos del siglo XlX, acuarelas anónimas y presentación de Carlos Alberto Cruz. En 1998 vino El caracol de Mariano Latorre con ilustraciones de Juan Capra. Nuestro Secretario, Neville Blanc, cuidó esta edición..

Antes, en 1985 se publicó “Los padrenuestros en mapuche publicados por Bodoni con un estudio de Alamiro de Ávila.

En 1997 se publicó en coedición con la Universitaria una hermosa edición de los Poemas y Antipoemas de Nicanor Parra con dibujos de Sammy Benmayor.

Seguramente la memoria me traiciona y olvido varias otras ediciones. *

Me han pedido que hable de la Editorial Universitaria y aunque no corresponde hacerlo aquí, haré un breve resumen

La Editorial nació de la iniciativa de Arturo Matte Alessandri quien en tercer o cuarto año de Ingeniería, formó una cooperativa de apuntes de clases y comprometió en esta iniciativa al Centro de Alumnos de Medicina que presidía Ricardo Cruz Coke , al Centro de Derecho que presidía Fernando Ríos Ide y a la FECH que presidía Felipe Herrera.

El Rector Juvenal Hernández se interesó en esta iniciativa estudiantil que funcionaba muy bien y muy ordenadamente y aportó dinero en efectivo y las Prensas de la Universidad, formando la Editorial Universitaria en julio de 1947 con la estructura legal de una sociedad anónima.

El primer directorio lo presidió el Rector Juvenal Hernández y entre los directores recuerdo a varios decanos como Hugo Sievers y Raimundo del Río, también a Felipe Herrera y Fernando Ríos. Gerente fue designado Arturo Matte y el suscrito como subgerente. Al retirarse de la gerencia Arturo Matte en 1956, asumí la gerencia hasta 1980 fecha en que asumió la gerencia Gabriela Matte Alessandri hasta 1994.

A lo largo de los años y desde sus inicios, la Editorial creció, construyó un excelente Catalogo, llegó a controlar 18 librerías universitarias, a lo largo del país, duplicó las inversiones que en ella se hicieron. Al retirarse de la gerencia en 1994, Gabriela Matte, la Editorial tenía cuatro propiedades, no tenía deudas y cumplía eficientemente su labor.

El rector de la Universidad y presidente del directorio de la Editorial, Jaime Lavados nombró un nuevo gerente general al que desde un principio le exigía que pagara dividendos ...Este gerente , entonces,”producía” grandes utilidades en los balances que permitían pagar generosos dividendos de más de 1000 millones de pesos en dos años y que se pagaban con préstamos bancarios.

Esta administración y su presidente del directorio, llevaron a la próspera Editorial de 1994, a la quiebra, con un déficit de 5.300 millones de pesos según establecieron las auditorías posteriores.

Se logró posteriormente la continuidad de giro y levantar la quiebra pero, aunque se disminuyeron los pasivos, la Editorial continuó trabajando con capital negativo de cerca de 1.000 millones de pesos lo que no le ha permitido volver a surgir y desarrollar normalmente sus labores.

Quiero reiterar mis agradecimientos a la Sociedad de Bibliófilos Chilenos por este homenaje, a nuestro Presidente Juan Agustín Figueroa por sus afectuosas palabras iniciales y a Gonzalo Ibáñez Santa María por sus generosas referencias a mi labor.


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* Nota del Editor:

11. LOPE DE VEGA: Arauco domado por el excelentísimo señor don García Hurtado de Mendoza. Tragicomedia famosa de Lope de Vega Carpio ilustrada por Nemesio Antúnez. (Prólogo por Alamiro de Ávila Martel). Santiago, 1963 (talleres de la Editorial universitaria s.a.). 203 x 142 mm. 234 + diez págs. + cuatro láminas f. t. Tiraje de 301 ejemplares, impresos en velin pur fil Johannot y las láminas en velin d’Arches, numerados de 0 a 300.

13. MARIA LUISA BOMBAL. La amortajada por María Luisa Bombal con tres aguafuertes de Lea Kleiner, Santiago, 1966 (Impreso en los talleres de la Editorial Universitaria, s.a.). 185 x 110mm. 105 + once págs + tres aguafuertes f. t. (+ cuatro págs. + dos aguafuertes en los ejemplares para la Sociedad y sus miembros, la ilustradora y el diagramador). Edición de 231 ejemplares, numerados de 0 a 230, aemás de cinco ejemplares signados con las letras A, B, C, D, E para la autora, tres numerados F, G, H para la ilustradora y uno con su nombre impreso ofrecido a don Mauricio Amster. Impresos en velin pur fil Johannot y las láminas en velin d’Arches.

14. RUBEN DARIO: Azul… Prólogo de Raúl Silva Castro. Santiago, 1967 (Impres en los talleres de la Editorial Univesitaria S. A.). 11 x 84mm. 130 + catorce págs. Tiraje de 201 ejemplares, numerados de 0 a 200 en papel de la Cartiera Ventura de Milán con la marca de agua de la Sociedad.

15. ALAMIRO DE AVILA MARTEL: Impresos relativos a la declaración de la Independencia de Chile. Publica con un estudio preliminar Alamiro de Avila Martel. Santiago, 1968 (Impreso en los talleres de la Editorial Universitaria S. A.). 226 x 159mm. 141 + siete págs. Esición de 150 ejemplares impresos en papel especial de las Manufacturas Tpokyo de Osaka, Japón, numerados de 0 a 149. Se hizo una edición paralela por la Editorial Jurídica de Chile.

16. MAURICIO RUGENDAS: Album de trajes chilenos por Mauricio Rugendas. Edición facsimilar con dos estudios preliminares: Juan Mauricio Rugendas (1802 – 1858), pintor de las Américas por Eugenio Pereira Salas y La litografía en Chile hasta la publicación del Album de Rugendas por Alamiro de Avila Martel. Santiago, 1970 (Impreso en los talleres de la Editorial Universitaria, S. A.). 203 x 134mm. 70 + dos págs. Edición de 131 ejemplares en papel especial de las Manufacturas Tokyo de Osaka, Japón, numerados de 0 a 130. Se hizo una edición paralela por la Editorial Universitaria, S.A.

17. RODULFO AMANDO PHILIPPI: Vistas de Chile por Rodulfo Amando Philippi. Introducción y notas de Julio Philippi Izquierdo. Santiago, 1973. (Impreso en los talleres de la Editorial unicversitaria, S. A.). 265 x 185mm. 120 + cuatro págs. Edición de 136 ejemplares impresos en papel especial de las Manufacturas Tokyo de Osaka, Japón, numerados de 0 a 135. Se hizo una edición paralela por la Editorial Universitaria, S.A.

18. ALAMIRO DE AVILA MARTEL: El modo de ganar el Jubileo Santo de 1776 y las imprentas de los incunables chiulenos. Santiago, 1976 (Impreso en los talleres de la Editorial Universitaria, S.A.). 117 x 77mm. 55 + veinticinco págs. La edición consta de 131 ejemplares numerados de 0 a 130 impresos en papel especial de las manufacturas Tokyo de Osaka, Japón (Existe una edición paralela de la Editorial Universitaria, S. A.

20. EUGENIO PEREIRA SALAS: Apuntes para la historia de la cocina chilena. Santiago, 1977 (Impreso por la Editorial Universitaria, S.A.) 191 x 127mm. 163 + cinco págs. la edición consta de 131 ejemplares impresos en papel Vergé de Puente Alto, numerados de 0 a 130. Se hizo una edición paralela por la Editorial universitaria, S. A.