LUKAS
LA TERCERA EDICION IMPRESA | martes 31 de julio de
2012
A 50 años de su edición, rescatan el primer libro de humor gráfico de Lukas
De origen italiano,
Renzo Pecchenino
retrató la sociedad
criolla de los 60 y 70.
por Denisse Espinoza
Corrían los años 60 y, en paralelo a la historia oficial, los ilustradores
registraban con humor su propia versión informal de la contingencia en Chile. En
Santiago, revistas como Topaze volvían con más acidez que nunca para reinstalar
la sátira política de mano de dibujantes como Coke, Pepo y Jimmy Scott.
Mientras, en Valparaíso el nombre de Lukas resaltaba desde la página editorial
del diario La Unión.
Sin embargo, a diferencia de sus colegas que le hincaban el diente a los
tropiezos de los políticos, el dibujante Renzo Pecchenino, apodado “Lukas”, se
dedicó a plasmar con ingenio la idiosincrasia criolla, el desarrollo urbano y la
vida del ciudadano de puerto.
Tenía sólo 28 años cuando se lanzó a la publicación de Señoras y
señores, su primer libro, artesanal y autoeditado, donde compiló sus mejores
viñetas de prensa. El mismo se dedicó a ofrecerlo puerta a puerta, y aunque
estuvo lejos de ser un éxito, con el tiempo el volumen se convirtió en un hito
en su carrera, al dar cuenta de los orígenes de su obra.
Tras 50 años, el libro es ahora recuperado por Ril Editores y la Fundación
Lukas con una nueva edición. “El original se hizo a pulso, fue un esfuerzo
extraordinario y financiado con su propia plata”, cuenta Giulio Pecchenino, hijo
mayor de Lukas. “Recién pololeaba con la mamá y con ella iba a dejar los
ejemplares a las librerías. Fue una tarea difícil y a veces desilusionante. En
una de las librerías, por ejemplo, ni siquiera ofrecieron los ejemplares, le
devolvieron los paquetes sin abrir”.
Nacido en 1934 en Italia, Lukas llegó con sus padres a Valparaíso con un año
de edad. Estudió en la Scuola Italia y luego Arquitectura en la UC porteña, pero
se retiró para ser dibujante. Influenciado por el inglés Searle y el argentino
Oski, Lukas se distinguió por un humor fino y original. Colaboró en revistas
como Topaze, El Pingüino y Mampato, pero su obra más popular la hizo en prensa.
Trabajó en El Mercurio, La Segunda, La Estrella de Valparaíso, colaboró con
0’Cruzeiro de Brasil y diarios de EE.UU. En 1981 recibió el Premio Nacional de
Periodismo.
Dedicado a Joaquín Edwards Bello, en Señoras y señores Lukas demuestra
su interés desde el principio por mostrar la realidad social, al igual que el
cronista. En las páginas de los matutinos se reía del arribismo, la burocracia
legal, el caos del transporte público, los ascensores del puerto o la invasión
de marcas extranjeras que mataba la producción local. “En un país muy
centralista impone su mirada regional, como un punto de vista legítimo,
ingenioso y pertinente”, dice Jorge Montealegre, investigador de la historia del
humor gráfico en Chile. “Tuvo grandes aciertos y también caídas horribles, fue
leal a la línea editorial de su diario, apoyando incluso las atrocidades de la
dictadura”.
Sin embargo, la mayoría del tiempo, el humor de Lukas esquivó la vulgaridad:
“Le gustaba reírse de las situaciones, no de las personas”, comenta su hijo
Giulio.
Pasaron 9 años para que Lukas editara de nuevo: Apuntes porteños, en
1971, y Apuntes viñamarinos, en 1972. La fundación, en el paseo Gervasoni
de Valparaíso, planea relanzar ambos en 2013, cuando se cumplan 25 años de la
muerte del dibujante, ocurrida en 1988, a los 53 años. “Queremos hacer una
edición fusionada de estos libros clave, y estamos armando una exposición
itinerante de su obra”, adelanta Giulio.
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