SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

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Editor: Neville Blanc

Monday, August 13, 2012

Las excusas para no leer siguen siendo las mismas.

Tres grandes excusas para no leer y por qué no las creo

«Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él» Nicolás de Avellaneda
Como vendedor de libros me he dado cuenta que las personas utilizan tres grandes excusas para no leer. No importa la clase social, edad o nacionalidad de la persona, las excusas son siempre las mismas. Al parecer son tan famosas, que todos los miembros de la familia suelen recitarlas, sin importar las buenas intenciones de los que intentamos llevar un libro hasta su hogar.
He dudado en escribir sobre este tema pues tu ya lo debes conocer y mejor que yo. De todas formas, aquí las tienes. Tal vez la próxima vez que alguien ofrezca un libro, o pases frente a una librería, te acuerdes de este blog, te haga reír y adquieras un hermoso ejemplar.


(La razón para enlistar estas tres excusas es para mostrar que son simplemente eso, excusas, y no razones convincentes para creer que no vale la pena leer.)
1. Los libros son muy caros. Esta es la favorita de todos. Se puede vestir en forma de: «la cosa está muy dura», y el primo hermano de ella es: «No hay dinero». Hace poco alguien me enseñó a responder a esta excusa de la siguiente manera: «los libros valen mucho, pero cuestan poco». En la sencillez de esta respuesta hay una gran sabiduría. Los libros, sin importar su género, se valoran por su contenido. Por el conocimiento que brindan. Por eso la adquisición de libros se debe ver como una inversión a largo plazo, y no por la estrechez de la economía en el presente. Los libros brindan conocimientos que te permitirán adquirir una ventaja competitiva sin importar el campo de trabajo donde te desenvuelves. Aun si estás en la universidad o el colegio, si lees, es muy posible que tengas mejor promedio sobre el que no lee. Así que piénsalo, ¿de verdad son caros los libros?
2. No tengo tiempo para leer. Aunque cuesta creerlo, es posible que sea cierto. Esta excusa demuestra un problema de organización del tiempo y establecimiento de prioridades, muy común de nuestra cultura. Una solución muy práctica es la que Miguel Campos Ramos presenta en su libro «El poder de la lectura». La recomendación consiste en leer 10 minutos diarios y cito de la página 23 de su libro:
«A la semana habremos leído 70 minutos. Está bien: 60 (quitemos el domingo para no cansarnos). Entonces habremos leído 24 páginas de 250 palabras; o 12 de 500 palabras. Lo cual quiere decir que, al mes, habremos leído tranquilamente de 100 páginas de 250 palabras, del tamaño de Pedro Páramo, de Juan Rulfo, o El viejo y el mar, de Hemingway, por poner dos ejemplos. O bien, medio libro de una extensión doble, más o menos del tamaño de la novela Del amor y otros demonios, de Gabriel García Márquez.
De ambos modos, tendremos una lista de 12 libros breves al año, o de seis libros más o menos extensos.»
10 minutos de 10 sabores:
  • mientras esperas el transporte público,
  • mientras viajas en el transporte público,
  • mientras haces fila en el banco,
  • mientras esperas que tu esposa que se termine de alistar,
  • mientras estás en el baño y no bajo la ducha,
  • cambia 10 minutos de televisión por 10 minutos de lectura,
  • levántate 10 minutos más temprano,
  • acuéstate 10 minutos más tarde,
  • 10 minutos de los 60 para almorzar,
  • durante los minutos del cambio de clases
Las opciones son muchas. Querer es poder.
3. No me gusta leer. Para un vendedor de libros, esta excusa no solamente es la más complicada, también es la más decepcionante. No quiero decir que me dé por vencido cuando la escucho, al contrario, es más el interés que siento por dejarle un libro a esa persona. Es cuando más me esfuerzo por tratar de cambiar su pensamiento. Sin embargo, demuestra el poco interés de la persona por la lectura. Si esta excusa te viene muy bien a ti, te recomiendo que leas unos de estos libros:
Todos los he leído y estoy seguro que disfrutarás mucho su lectura. Cuando leas alguno de ellos, de seguro la excusa número 3 habrá desaparecido.
Preguntas del día: ¿Alguna vez utilizaste una de estas tres excusas para no leer? Si la sigues utilizando ¿cuáles son tu razones? y si ya no la utilizas ¿por qué cambiaste de parecer?

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