BATALLA DE PLACILLA
Monumentos Nacionales debe resolver el destino de las
piezas:
Excavadores ilegales tenían la más vasta colección en el país de objetos de la batalla de Placilla
Usando detectores de metales, dos investigadores autodidactas lograron extraer 3 mil pertenencias de soldados del último combate de la guerra civil de 1891.
MAURICIO SILVA
El Mercurio 13 de enero de 2013
Uno de ellos era el creador de una página web sobre la batalla de Placilla, que era la admiración de los expertos en la historia militar chilena. El otro, había colaborado con el proyecto para levantar un museo en el mismo sitio donde tuvo lugar el combate que puso fin a la guerra civil de 1891.
El comerciante porteño Jorge Scheggia y el investigador autodidacta Alfredo Delgado, habían logrado una sólida reputación por la alta especialización que consiguieron por sí mismos en el dramático episodio bélico que hace 121 años enfrentó, en los cerros cercanos a Valparaíso, a las tropas partidarias del Presidente José Manuel Balmaceda con las del Congreso.
Pero la semana pasada, detectives de la Brigada de Medioambiente y Patrimonio Cultural de la PDI (Bidema) irrumpieron en la vidriería que la familia Scheggia mantiene desde 1876 en calle Victoria de Valparaíso, e incautaron los 2 mil objetos que eran el orgullo del comerciante. El resto lo encontraron en la casa de Delgado, en Viña del Mar, relató el jefe de la Bidema Metropolitana, Richard Oliva.
Provistos de detectores de metales, Scheggia y Delgado desenterraban desde 2007 yataganes, espadas, fusiles, empuñaduras, municiones, botones y medallas religiosas de cerros y quebradas aledañas a la localidad de Placilla. Sin autorización del Consejo de Monumentos Nacionales, pues no contaban con la acreditación académica ni institucional para solicitarla, dijo Oliva.
La fiscalía de Valparaíso formalizó a ambos por hurto, receptación e infracción a la ley 17.288. Los acusa de dañar un sitio arqueológico y de apropiarse de objetos que, por el solo ministerio de la ley, son patrimonio del Estado.
"Con esa cantidad de piezas se puede cubrir los 500 años de historia militar de Chile", acotó el jefe del departamento de Historia del Museo Histórico y Militar del Ejército, Álvaro Casanova. "Ningún museo especializado tiene tantos objetos", agregó. Ese centro especializado en preservar el patrimonio histórico militar tiene sólo 100 objetos representativos de la batalla de Placilla.
Casanova admitió que hay sentimientos cruzados, ya que conocía a Scheggia por su página web. "Su trabajo me parece un monumento a la historia militar. Pero los coleccionistas sufren la enfermedad de acumular cosas que son de todos los chilenos", aseveró.
"Me salió el tiro por la culata"
Su despacho en la vidriería está tapizado con una copia a gran escala del plano de la batalla, firmado por el jefe de Estado Mayor de las fuerzas congresistas, Emilio Körner. Este fue hecho por uno de los combatientes, Francisco Garnham. Y le fue facilitado por su nieto, Jaime Garnham.
Allí, Jorge Scheggia niega que su propósito haya sido dañar el sitio arqueológico, sino rescatar las piezas antes de que fueran sepultadas por la expansión urbana, como ocurrió con el lugar donde murió el comandante balmacedista Orozimbo Barbosa. "Me salió el tiro por la culata", se quejó.
Sólo los propios vecinos de Placilla han logrado levantar un museo en el mismo sitio de la batalla y que recuerda su carácter histórico. Y al que colaboró Alfredo Delgado, el otro imputado. La ley asigna al Consejo de Monumentos Nacionales resolver el destino que tendrán las piezas decomisadas.
Excavadores ilegales tenían la más vasta colección en el país de objetos de la batalla de Placilla
Usando detectores de metales, dos investigadores autodidactas lograron extraer 3 mil pertenencias de soldados del último combate de la guerra civil de 1891.
MAURICIO SILVA
El Mercurio 13 de enero de 2013
Uno de ellos era el creador de una página web sobre la batalla de Placilla, que era la admiración de los expertos en la historia militar chilena. El otro, había colaborado con el proyecto para levantar un museo en el mismo sitio donde tuvo lugar el combate que puso fin a la guerra civil de 1891.
El comerciante porteño Jorge Scheggia y el investigador autodidacta Alfredo Delgado, habían logrado una sólida reputación por la alta especialización que consiguieron por sí mismos en el dramático episodio bélico que hace 121 años enfrentó, en los cerros cercanos a Valparaíso, a las tropas partidarias del Presidente José Manuel Balmaceda con las del Congreso.
Pero la semana pasada, detectives de la Brigada de Medioambiente y Patrimonio Cultural de la PDI (Bidema) irrumpieron en la vidriería que la familia Scheggia mantiene desde 1876 en calle Victoria de Valparaíso, e incautaron los 2 mil objetos que eran el orgullo del comerciante. El resto lo encontraron en la casa de Delgado, en Viña del Mar, relató el jefe de la Bidema Metropolitana, Richard Oliva.
Provistos de detectores de metales, Scheggia y Delgado desenterraban desde 2007 yataganes, espadas, fusiles, empuñaduras, municiones, botones y medallas religiosas de cerros y quebradas aledañas a la localidad de Placilla. Sin autorización del Consejo de Monumentos Nacionales, pues no contaban con la acreditación académica ni institucional para solicitarla, dijo Oliva.
La fiscalía de Valparaíso formalizó a ambos por hurto, receptación e infracción a la ley 17.288. Los acusa de dañar un sitio arqueológico y de apropiarse de objetos que, por el solo ministerio de la ley, son patrimonio del Estado.
"Con esa cantidad de piezas se puede cubrir los 500 años de historia militar de Chile", acotó el jefe del departamento de Historia del Museo Histórico y Militar del Ejército, Álvaro Casanova. "Ningún museo especializado tiene tantos objetos", agregó. Ese centro especializado en preservar el patrimonio histórico militar tiene sólo 100 objetos representativos de la batalla de Placilla.
Casanova admitió que hay sentimientos cruzados, ya que conocía a Scheggia por su página web. "Su trabajo me parece un monumento a la historia militar. Pero los coleccionistas sufren la enfermedad de acumular cosas que son de todos los chilenos", aseveró.
"Me salió el tiro por la culata"
Su despacho en la vidriería está tapizado con una copia a gran escala del plano de la batalla, firmado por el jefe de Estado Mayor de las fuerzas congresistas, Emilio Körner. Este fue hecho por uno de los combatientes, Francisco Garnham. Y le fue facilitado por su nieto, Jaime Garnham.
Allí, Jorge Scheggia niega que su propósito haya sido dañar el sitio arqueológico, sino rescatar las piezas antes de que fueran sepultadas por la expansión urbana, como ocurrió con el lugar donde murió el comandante balmacedista Orozimbo Barbosa. "Me salió el tiro por la culata", se quejó.
Sólo los propios vecinos de Placilla han logrado levantar un museo en el mismo sitio de la batalla y que recuerda su carácter histórico. Y al que colaboró Alfredo Delgado, el otro imputado. La ley asigna al Consejo de Monumentos Nacionales resolver el destino que tendrán las piezas decomisadas.
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