BORGES - KENNEDY
El escrito que Borges le dedicó a John F. Kennedy
http://milinviernos.com/2013/03/31/el-escrito-que-borges-le-dedico-a-john-f-kennedy/
http://milinviernos.com/2013/03/31/el-escrito-que-borges-le-dedico-a-john-f-kennedy/
Los más candorosos lectores de Jorge Luis Borges sólo abdican de la sustracción a la política de su maestro cuando se topan con los escritos que hizo en contra de Juan Domingo Perón. En el texto dedicado a J.F.K argumentan que, más que un homenaje, hay una ironía evidenciada en que los hombres sólo somos pretextos y que la bala es una trayectoria que rompe los tejidos del tiempo como una prefiguración de los agujeros de gusano, burlando cualquier singularidad. Si nos atenemos a eso tan proclamado por Georgie de que un hombre son todos los hombres, él es Lee Harvey Oswald (el asesino de J.F.K.), el “Che” Guevara o la mismísima Marilyn cantándole el “Happy Birthday” al presidente de los Estados Unidos .
In memoriam J.F.K.Esta bala es antigua.En 1897 la disparó contra el presidente del Uruguay un muchacho de Montevideo, Arredondo, que había pasado largo tiempo sin ver a nadie, para que lo supieran sin cómplice. Treinta años antes, el mismo proyectil mató a Lincoln, por obra criminal o mágica de un actor, a quien las palabras de Shakespeare habían convertido en Marco Bruto, asesino de César. Al promediar el siglo XVII la venganza la usó para dar muerte a Gustavo Adolfo de Suecia, en mitad de la publica hecatombe de una batalla.
Antes, la bala fue otras cosas, porque la transmigración pitagórica no sólo es propia de los hombres. Fue el cordón de seda que en el Oriente reciben los visires, fue la fusilería y las bayonetas que destrozaron a los defensores del Álamo, fue la cuchilla triangular que segó el cuello de una reina, fue los oscuros clavos que atravesaron la carne del Redentor y el leño de la Cruz, fue el veneno que el jefe cartaginés guardaba en una sortija de hierro, fue la serena copa que en un atardecer bebió Sócrates.
En el alba del tiempo fue la piedra que Caín lanzó contra Abel y será muchas cosas que hoy ni siquiera imaginamos y que podrán concluir con los hombres y con su prodigioso y frágil destino.
Tomado de “Obras completas de Jorge Luis Borges”. Ed Emecé, p 853. Texto perteneciente a “El Hacedor”.
<< Home