Alfonso Calderón
Un día como hoy, 8 de Agosto de 2009, fallece Don, Alfonso Sergio Calderón Squadritto, poeta, novelista, ensayista y crítico, Premio Nacional de Literatura de Chile en 1998.
1949 con el poemario Primer consejo a los arcángeles del viento,... y como crítico en diarios y revistas en 1952. En 1953 asume la presidencia del recién fundado Círculo Literario Carlos Mondaca Cortés de La Serena, una de las instituciones culturales más antiguas de Chile. Sus comentarios de libros aparecieron primero en los periódicos El Serenense y El Día, de La Serena; colaboró con la revista Ercilla, participó en el proyecto de la Editora Nacional Quimantú (1971) y fue director de la revista Mapocho.
En 1974, durante el gobierno de Augusto Pinochet, renunció a la docencia universitaria por la intervención militar en los establecimientos de educación superior.
Miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua desde el año 1981. En 1993 fue nombrado director del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana de la Biblioteca Nacional.
1949 con el poemario Primer consejo a los arcángeles del viento,... y como crítico en diarios y revistas en 1952. En 1953 asume la presidencia del recién fundado Círculo Literario Carlos Mondaca Cortés de La Serena, una de las instituciones culturales más antiguas de Chile. Sus comentarios de libros aparecieron primero en los periódicos El Serenense y El Día, de La Serena; colaboró con la revista Ercilla, participó en el proyecto de la Editora Nacional Quimantú (1971) y fue director de la revista Mapocho.
En 1974, durante el gobierno de Augusto Pinochet, renunció a la docencia universitaria por la intervención militar en los establecimientos de educación superior.
Miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua desde el año 1981. En 1993 fue nombrado director del Centro de Investigaciones Diego Barros Arana de la Biblioteca Nacional.
Poema; Primer Consejo a los Arcángeles del Viento.
Vosotros
estáis callados
arcángeles del viento.
No sentís el temblor de unos muslos
ni el clamor de las venas;
no os importa
el latido de una estrella
ni el fin de la espuma.
¿Para qué
iluminar las horas
si no cantáis a la luna efímera
que resbala en el cielo?
Cuando sepáis contemplar
el vibrar de la mejilla
y el caliente esquema de un vuelo.
Cuando podáis presagiar la estrella
en el misterio de una paloma vegetal.
Entonces os comprenderé,
y habrá en el reino de las plumas
otro pretendido pasajero
de la ceniza y el reflejo.
Yo abandonaré la penumbra
de las lentas manos de llanto,
para mezclarme a vosotros
en una rosa de escarcha
o en la agonía de un pez de magnolia.
Y entonces,
entraré al reino del silencio.
Vosotros
estáis callados
arcángeles del viento.
No sentís el temblor de unos muslos
ni el clamor de las venas;
no os importa
el latido de una estrella
ni el fin de la espuma.
¿Para qué
iluminar las horas
si no cantáis a la luna efímera
que resbala en el cielo?
Cuando sepáis contemplar
el vibrar de la mejilla
y el caliente esquema de un vuelo.
Cuando podáis presagiar la estrella
en el misterio de una paloma vegetal.
Entonces os comprenderé,
y habrá en el reino de las plumas
otro pretendido pasajero
de la ceniza y el reflejo.
Yo abandonaré la penumbra
de las lentas manos de llanto,
para mezclarme a vosotros
en una rosa de escarcha
o en la agonía de un pez de magnolia.
Y entonces,
entraré al reino del silencio.
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