Hilma af Klint
Guía visual: Hilma af Klint: ¿pionera de la abstracción?
Por Magali
Tercero
Creó una
técnica para realizar dibujos automáticos cuando aún no existía la escritura
automática surrealista y, a partir de 1906, realizó obra monumental no
figurativa. Para cuando el ruso Vasili Kandinsky, gran artista y seguidor de la
teósofa Madame Blavatsky como muchas mentes brillantes de la época, se proclamó
autor de la primera obra abstracta de la historia del arte, en 1911 Hilma af
Klint ya tenía un cuerpo considerable de obra destinada a exhibirse en los
museos europeos y estadunidenses a partir de 1989. Heredó más de mil cuadros a
un sobrino, entre ellos su obra central “Las pinturas para el Templo”, 111
óleos. En 1944, cuando murió a los 81 años, se reveló una restricción en su
testamento: su obra secreta, la de orden abstracto hecha para revelar realidades
invisibles, esa obra reunida este 2013 en una asombrosa exposición itinerante,
podría ser vista solo veinte años después. El mundo no estaba preparado para
comprender la naturaleza espiritual de su mensaje. Había nacido en Suecia en
1862, cuatro años antes que Kandinsky, cuando los mejores, los medianos y los
peores practicaban el espiritismo y la teosofía. Dibujante talentosa, excelente
en matemáticas, fue impulsada por su padre almirante e ingresó a la Escuela de Bellas Artes de
Estocolmo. La ley sueca era la única que “permitía” a las mujeres el lujo de
educarse. Y todo esto coincidió con la muerte de su hermana y su consecuente
inmersión en el espiritismo.
Sesudas
tertulias masculinas
A partir de
1906, Af Klint pintó series. Colores planos y simetría en la composición fueron
la constante en una obra radical, tan adelantada a su tiempo que parece actual.
Antes, se consolidó como artista del paisaje y el retrato. Y fue autosuficiente
—no se casó ni tuvo hijos—, en un entorno donde los colegas masculinos creían a
las artistas unas incapaces, meras reproductoras de la realidad. Al terminar sus
estudios, cinco años como alumna destacada, la institución le cedió un estudio
en la calle céntrica de las galerías de Estocolmo. Participó en exposiciones
colectivas donde también figuraba Kandinsky. Sabía que le estaban vedadas las
sesudas tertulias de los pintores hombres, pero conocía su
trabajo.
Teósofa como
Kandisnky y Mondrian
Tuvo su propia
tertulia espiritista. Su grupo de mujeres, “Las Cinco”, le permitió volcarse en
la pintura. Además de la vocación, compartían creencias habituales en la segunda
mitad del siglo XIX. Como el poeta Yeats y como muchos otros —Mondrian, el
“padre de la abstracción”, por ejemplo—, fue adepta del movimiento de Madame
Blavatsky. Arte abstracto y teosofía estuvieron profundamente relacionados. En
Realidad natural y realidad abstracta, Mondrian teorizó sobre la belleza
universal de la forma abstracta: “Esta nueva idea ignorará (…) forma y color
naturales”. La teosofía establecía que la creación era progresión geométrica a
partir de un solo punto. Kandinsky, a su vez, justificó su pintura con el
tratado Abstracción y empatía de Wilhelm Worringer, quien no creía que las leyes
del Renacimiento sirvieran para calibrar el arte de otras
culturas.
¿Estado de
conciencia artística?
A los 44 años, Af Klint dio un giro radical.
Aparecieron en sus lienzos símbolos como el triángulo, el círculo, la espiral.
Magnífica colorista, dio a su obra un cariz particular, visionario, tan
increíblemente avanzado que hoy existen cientos de artistas afines a ella. Y
muchas de sus obras, fácilmente famosas en esta democrática era global, no
tienen mayor calidad. Pero eso es otra cosa. La pintura de Af Klint revela un
elevado estado de conciencia. Y, aunque ella lo pensara así, eso no tiene
relación con ningún espiritismo. Y aquí cito a Pável Granados, quien sostuvo en
un texto sobre Víctor Hugo que el espiritismo es una disciplina que conecta a
las personas con una parte interna desconocida. Hilma af Klint fue una artista
excepcional, con pleno dominio de su técnica, que está inquietando a los
historiadores del arte. Este año, su obra ha sido exhibida en el Museo de Arte
Moderno de Estocolmo, en el Museo Hamburger Behnhog de Berlín (hasta octubre 6)
y estará en el Museo Picasso de Málaga (entre octubre de 2013 y febrero de
2014). La gira termina en junio de 2014 en el Museo de Arte Moderno de
Louisiana. Por cierto, un ilustre predecesor de Hilma —aunque su auténtico genio
está en la escritura—, fue Víctor Hugo con sus 3500 dibujos posteriores a 1830.
A partir de 1853, Hugo buscó a su hija muerta —tal como Hilma buscó a su
hermana—, en el espiritismo: “El cielo, por medio de estas sesiones, me ha
regresado al ser que más he amado en mi vida, mi hija”.
<< Home