PENSAR EL LENGUAJE
METÁFORA
Esta figura de significado consiste en la unión de un término (término Real, TR) a otro con el que se relaciona por semejanza (término Imaginario, TI). Dicha relación puede darse de dos maneras: la llamada metáfora pura, en la cual sólo aparece el término imaginario, y a partir de él deducir el término real, como por ejemplo: ”humor entre perlas (TI) destilado” (Góngora); y la metáfora impura, en la que aparecen ambos términos, y que gracias a su claridad permite mayores filigranas literarias accesibles al lector, como en este verso de Antonio Machado: “pero mi verso (TR) brota de manantial sereno (TI)”.
La metáfora, al igual que muchas otras figuras literarias, tienen su hogar en el mundo de la poesía, sirviendo de instrumento esencial para jugar con los significados y conseguir las uniones más brillantes, pudiendo encontrar casi un tipo de metáfora por cada gran poeta. Así la metáfora salta de su lado más oscuro, retorcido e ingeniosamente elaborado:
En crespa tempestad del oro undoso nada golfos de luz ardiente y pura (TI)
mi corazón, sediento de hermosura,
si el cabello (TR) deslazas generoso.
(Fco. de Quevedo)
a su lado más sencillo, directo y vibrante:
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía...eres tú.
(G. Adolfo Bécquer)
También es una figura muy utilizada en prosa:
“Ceremonioso, con aquella vocecilla suya de mosquitos, dejaba que todos le pasaran delante”
(Luigi Pirandello, La tragedia de un personaje)
“Vestirla, quemando las malas yerbas, de plumajes de humo, de humo de colores”
(Miguel Ángel Asturias, Leyenda de la mujer de ceniza...)
Aida Garrido
Esta figura de significado consiste en la unión de un término (término Real, TR) a otro con el que se relaciona por semejanza (término Imaginario, TI). Dicha relación puede darse de dos maneras: la llamada metáfora pura, en la cual sólo aparece el término imaginario, y a partir de él deducir el término real, como por ejemplo: ”humor entre perlas (TI) destilado” (Góngora); y la metáfora impura, en la que aparecen ambos términos, y que gracias a su claridad permite mayores filigranas literarias accesibles al lector, como en este verso de Antonio Machado: “pero mi verso (TR) brota de manantial sereno (TI)”.
La metáfora, al igual que muchas otras figuras literarias, tienen su hogar en el mundo de la poesía, sirviendo de instrumento esencial para jugar con los significados y conseguir las uniones más brillantes, pudiendo encontrar casi un tipo de metáfora por cada gran poeta. Así la metáfora salta de su lado más oscuro, retorcido e ingeniosamente elaborado:
En crespa tempestad del oro undoso nada golfos de luz ardiente y pura (TI)
mi corazón, sediento de hermosura,
si el cabello (TR) deslazas generoso.
(Fco. de Quevedo)
a su lado más sencillo, directo y vibrante:
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía...eres tú.
(G. Adolfo Bécquer)
También es una figura muy utilizada en prosa:
“Ceremonioso, con aquella vocecilla suya de mosquitos, dejaba que todos le pasaran delante”
(Luigi Pirandello, La tragedia de un personaje)
“Vestirla, quemando las malas yerbas, de plumajes de humo, de humo de colores”
(Miguel Ángel Asturias, Leyenda de la mujer de ceniza...)
Aida Garrido
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