MARCELLO CARMAGNANI
DISTINGUIDO HISTORIADOR De visita en Chile:
Marcello Carmagnani pionero de la historia económica chilena
Es uno de los principales latinoamericanistas europeos. Estuvo de visita en Chile -donde estudió y escribió trabajos influyentes- para impartir un seminario y recibir (el jueves pasado) una distinción académica honorífica por la Universidad de Chile.
Patricio Tapia
Marcello Carmagnani pionero de la historia económica chilena
Es uno de los principales latinoamericanistas europeos. Estuvo de visita en Chile -donde estudió y escribió trabajos influyentes- para impartir un seminario y recibir (el jueves pasado) una distinción académica honorífica por la Universidad de Chile.
Patricio Tapia
El Mercurio Artes y Letras Santiago de Chile domingo 23 de mayo de 2010 Actualizado a las 14:24 hrs.
Llegó a estas tierras, junto a su familia, de niño. Estudió historia en la Universidad de Chile -donde recientemente impartió un seminario y la que le concedió un doctorado honoris causa-, llegando a ser investigador en el Centro de Estudios Coloniales dirigido por Mario Góngora.
La prolífica e influyente obra de Marcello Carmagnani se inaugura con "El salariado minero en Chile colonial" (1963), que sigue siendo de consulta obligada, un trabajo innovador -por su metodología, con técnicas cuantitativas y una aproximación social y antropológica- que abrió camino a varios otros estudios de historia social y económica. Luego de su regreso a Europa, donde se ha transformado en uno de los más distinguidos latinoamericanistas, su atención no se ha alejado totalmente de Chile, pero se ha ido ampliando a otros países y áreas.
-¿Cómo fue su experiencia chilena?
"Mis primeros años, como estudié en la Scuola Italiana, no fueron de total incorporación. Mi formación chilena fue en la Universidad de Chile, en el viejo Instituto Pedagógico, que en aquel entonces era un lugar óptimo, con docentes de excelente nivel y estudiantes muy motivados".
-¿Por eso sus primeros trabajos son sobre temas chilenos?
"Parcialmente, porque luego de Chile viajé a estudiar el doctorado a Francia, en la École des hautes études, donde había mucho interés en el crecimiento económico de las sociedades que llamaban pre-capitalistas. Mis directores de tesis, Fernand Braudel y Ruggiero Romano, me pidieron que me dedicara a un caso latinoamericano que no se hubiera estudiado. Yo era un experto en historia económica moderna que podía barajar el conocimiento de la situación europea y la latinoamericana. Era un 'experto' dentro de lo que podÍa saber en ese momento. Había un conocimiento general, pero también genérico. El conocimiento más acabado que me permitió ampliar las perspectivas vino después, cuando empecé a enseñar historia de América Latina en la Universidad de Turín".
-Su trabajo sobre el salariado minero fue pionero...
"Fue un esfuerzo por estudiar la formación de una mano de obra que partía de un contingente demográfico de características mestizas. Eran vagabundos, sin ninguna función ni social ni económica ni política, que, sin embargo, se transformaron en un contingente de trabajo -en condiciones casi serviles, hay que decirlo-, y ello les permitió unirse y lograr una acción de autopromoción. Era un retazo colonial de lo que sería la clase obrera posterior. Se necesitaría más de un siglo para adquirir una conciencia de clase y plantear reivindicaciones y obtener mejores condiciones de vida".
-¿Por qué se interesó por la historia económica?
"En el fondo, es el interés por entender las estructuras profundas de la sociedad. La economía es un cimiento sobre el cual se construye la actividad humana. El producir y el consumir bienes está configurado por un componente material importante al que se suman otros elementos no materiales o simbólicos. Es algo que incluso los economistas parecen no percibir: que la economía no es sólo un hecho macro o microeconómico. Tiene un espesor que va más allá de la dimensión puramente técnica. Cuando se calcula el Producto Interno Bruto, no estamos calculando sólo la participación de los elementos económicos, sino cómo aquellas personas hacen un esfuerzo colectivo para producir y vivir juntos. Sin la evolución económica no se entiende ni la evolución social ni política de un país. Es una lástima que los estudiantes de historia la consideren muy árida".
-Hoy al factor económico, lejos de dársele poca importancia, pareciera dársele demasiada.
"Es cierto, pero no a la historia económica. Muchos economistas, sobre todo después de los años 70, pensaban que podían estudiar economía sin conocer la historia nacional, y el desconocimiento del pasado económico de sus países los llevó a cometer errores graves. Ocurre con quienes se doctoran en Estados Unidos que parecen considerar que la teoría económica neoclásica es la mejor para entender no sólo el presente, sino también el pasado. Y no es así. Tal distorsión vale igualmente para el marxismo, que es una aproximación puramente ideológica. Cuando la economía es instrumental para justificaciones políticas, no se entiende".
-Usted ha hecho diversos análisis de las finanzas públicas. ¿Cree que el corazón de los gobernantes está donde ponen el dinero, y no en sus discursos?
"Yo creo que las finanzas son un sistema que establece un vínculo o conexión entre los ciudadanos que pagan sus impuestos y sus gobernantes que, en reciprocidad, deben darles bienes públicos. Desde que existen las finanzas públicas, cuando menos las que he estudiado más detenidamente, muestran que hay detrás de ellas otros elementos (como la participación de grupos políticos) articulando de cierta forma sociedad, política y gobierno. Como decía un mexicano del siglo XIX: 'Sin Presupuesto no hay Estado, sin Estado no hay ciudadanía'".
-¿Cómo ha sido su paso desde estudios regionales a los de perspectivas comparadas y globales?
"Creo que siempre he tendido al análisis comparado entre las áreas americanas y las europeas, pues tienen una formación cultural y propensiones similares. Pero desde los años 90 no sólo me ha interesado la comparación, sino cómo esas áreas interactúan, se conectan, que es lo que abordé en el libro "El otro occidente". Por ejemplo, una serie de productos, algunos de origen americano o que llegaron a Europa a partir de América (el azúcar, el chocolate, la grana cochinilla, etc.), tuvieron un fuerte impacto cultural en Europa. Los países latinoamericanos participaron activamente en la historia del mundo, no fueron actores pasivos dominados por el imperialismo o el capitalismo".
Algunos datos
Marcello Carmagnani (Verona, 1940) llegó a Chile en 1948. Ha escrito, entre otros libros, "El salariado minero en el Chile colonial" (1963, Lom/Dibam, 2006), "Federalismos latinoamericanos" (FCE, 1993) y "El otro occidente" (FCE, 2004). Entre sus próximas publicaciones "Escribanos en Santiago de Chile" (Dibam, 2010) y "Las islas del lujo" (2010, UTET, en italiano), sobre el impacto de los americanos y asiáticos en el nacimiento del consumidor moderno.
<< Home