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Editor: Neville Blanc

Sunday, July 04, 2010

DE NUESTRO CONSOCIO SERGIO MARTINEZ BAEZA

VIDA DEL GENERAL JUAN GREGORIO LAS HERAS 1780-1866,
Sergio Martínez Baeza, Academia Nacional de Historia, Buenos Aires, 2009.
GENERAL JUAN GREGORIO LAS HERAS
1780-1866

Carmen Larraín, Esposa de Las Heras.

Grabado de la batalla de Chacabuco,
de Theodore Gericault, c. 1819.

MILITAR ARGENTINO Protagonista de Cancha Rayada y Maipú
Las Heras: el héroe olvidado de las guerras de Independencia

Por primera vez un historiador acomete la empresa de escribir una biografía íntegra de Juan Gregorio Las Heras. Sergio Martínez Baeza lo pudo hacer bajo el alero de la Academia de la Historia de Argentina.
El Mercurio Artes y Letras Santiago de Chile
domingo 4 de julio de 2010
Actualizado a las 6:21 hrs
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DANIEL SWINBURN
Pieza clave en la batalla de Cancha Rayada en marzo 1818, ayudó a que el ejército patriota no se disolviera tras ese infortunado evento, y pudiera llegar casi íntegro a la batalla final en Maipú, tres semanas más tarde. Ahí, volvió a brillar la maestría del estratega, pero al igual que en Cancha Rayada, el papel de Las Heras fue opacado por la posteridad, que ha resaltado a O'Higgins y San Martín.

Sergio Martínez Baeza estudia la vida de Juan Gregorio de Las Heras hace 50 años. En 1960 publicó fragmentos de su diario en la Revista Chilena de Historia y Geografía. Pero su esfuerzo no cesó hasta ver editada, recién este año, la primera biografía íntegra del general, protagonista clave en la guerra de independencia de Argentina, Chile y Perú. Y lo pudo hacer gracias a la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina, a la que pertenece en calidad de Miembro Correspondiente en Chile, por haber asumido la publicación de este libro.

-Curiosamente, según se dice en el prólogo, este sería el primer libro que trata la figura de Juan Gregorio Las Heras en forma íntegra, tanto en Chile como en Argentina. ¿Cómo se explica tamaña omisión históriográfica en 200 años?

"La explicación de esta omisión historiográfica debe buscarse en el hecho de que Las Heras resolviera exiliarse definitivamente en Chile, a partir de 1826, al término de su gobierno, para no regresar más a su patria. En Argentina, varias localidades, plazas y avenidas llevan su nombre, pero muy pocos conocen su aporte a la Nación. En Chile, se le quiso y se manifestó generosamente nuestra gratitud a su memoria, hasta la década de 1960, en que, a causa de las tensiones provocadas por nuestros problemas limítrofes con Argentina, se empieza a desdibujar su figura por no ser nacido en nuestro suelo. Llama la atención que, habiendo sido Las Heras Inspector General de nuestro Ejército, cargo equivalente al de Comandante en Jefe, su nombre no aparezca en la nómina oficial; o que se haya quitado su nombre al regimiento de Infantería 'Tucapel' con sede en Temuco. Ello resulta injusto para con un prócer que quiso tanto a Chile, que lo sirvió tan bien, que aquí vivió casi toda su larga vida, donde formó su hogar y donde dejó a toda su descendencia."

-¿Pero cómo se explica que en Argentina tampoco lo hayan estudiado a fondo?

"Como dije antes, la prolongada ausencia de Las Heras de su país, y el haber ocupado siempre un lugar secundario al lado de San Martín y O´Higgins, creo que es una de las causas de su olvido. Pero hay otras. La acción de Cancha Rayada sorprendió a los dos grandes Libertadores y los puso en posición de tener que abandonar el campo y remontar desde Talca hasta San Fernando, creyendo que todo estaba perdido, mientras Las Heras, un oficial de rango bastante menor, salvaba intacto al ejército que habría de triunfar en Maipú. Los biógrafos de ambos próceres han creído conveniente, sin duda, bajar el perfil del verdadero héroe de la jornada, en beneficio del de aquéllos. También debe tenerse en cuenta el distanciamiento de Las Heras del Ejército del Perú. Es claro que, en su fuero interno, al igual que casi todos los otros altos oficiales, no estuvo de acuerdo con la política pacifista del Libertador, que perdió varias ocasiones de alcanzar la Independencia por las armas. Las Heras llegó a ser comandante en jefe del Ejército Expedicionario por nombramiento del Gobierno de Chile, al asumir San Martín el Protectorado, lo que lo puso en una situación muy difícil frente a su jefe y amigo. Ante un conato de conspiración para deponer a San Martín, Las Heras, que estaba siendo presionado para sucederlo, por simple lealtad y demostrando carecer de ambiciones de poder, optó por denunciar el hecho, solicitar su retiro y regresar a Chile, a la tranquilidad de su hogar. Lo cierto es que Las Heras y San Martín continuaron siendo buenos amigos y manteniendo contacto epistolar hasta la muerte del segundo en 1850. Las Heras presidió en Chile la comisión para erigir una estatua a su jefe y amigo y pronunció un encendido discurso en su inauguración en la Alameda de Santiago en 1863. Hoy, los restos de ambos próceres reposan juntos en la Catedral de Buenos Aires...¡unidos en la vida y en la muerte!".

-¿Es probable también que durante el siglo XIX su figura, haya sido semiolvidada por la historiografía, por haber pertenecido al bando liberal derrotado en 1830?

"Es cierto que Las Heras fue un hombre de ideas liberales y que ellas debieron perjudicarle. Al ser requerido para reconocer al Gobierno de Prieto y jurar la Constitución de 1833, señaló que, como militar de una sola palabra, le era imposible faltar al juramento anterior de lealtad al depuesto Presidente Pinto y a la Constitución de 1828. Fue dado de baja en el ejército y por una década estuvo fuera del servicio, hasta ser reincorporado por el Presidente Bulnes en 1841. Más tarde, a pesar de su edad, sería nombrado Inspector General del Ejército, el más alto grado en el mismo, equivalente al actual de Comandante en Jefe y, aunque quiso renunciarlo por sus achaques de salud, el propio Presidente Prieto le visitó en su casa y le pidió conservar el cargo, por ser la última gloria viviente de la gran época".

-Su labor en la batalla de Cancha Rayada fue clave para salvar al ejercito de Chile, en marzo de 1818. Fue básicamente una retirada rápida, ordenada y sigilosa de buena parte del ejército.

"La retirada de Las Heras de Cancha Rayada, paradojalmente, aunque ha sido vista como un desastre para las armas patriotas, es el principal timbre de gloria para Las Heras, por la extraordinaria sangre fría y don de mando que exhibió en esa jornada. Cabe recordar que no sólo salvó al grueso del ejército imponiendo una férrea disciplina para evitar las deserciones, sino que, además, en su tránsito hacia el norte, fue recogiendo a los dispersos y las armas, municiones y bastimentos abandonados por los que huían, hasta recuperar todo lo que se creía perdido y que sirvió para dar la batalla de Maipú, pocos días después. Es decir, Las Heras cambió ese día el curso de nuestra historia, pues sin su intervención, no se habría podido dar la batalla final de nuestra Independencia. Confirmaba así las dotes militares que había mostrado al mando de los auxiliares de las Provincias Unidas en nuestra Patria Vieja, en el Paso de los Andes al mando de la División de Vanguardia y al mando del Ejército del Sur que persiguió a los realistas hasta Talcahuano, tras la batalla de Chacabuco".

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