El Padre Padrastro de Isabel Allende
El Mercurio Revista del Sabado sábado 18 de septiembre de 2010
Ramón Huidobro
El Padre Padrastro de Isabel Allende
No es el padre biológico de la escritora, pero es mucho más que eso. En "Mi País Imaginario" ella dice que el ex diplomático es su "único y verdadero padre". Detrás de estas palabras hay una emotiva historia que él revive aquí con emoción.
POR RAQUEL CORREA
"Pero, ¿qué me van a entrevistar a mí?" -pregunta afable a través del teléfono-. Y agrega "Si acabo de cumplir 94 años". Luego, durante la entrevista en su hermoso departamento en Providencia, bromea:
-La cabeza ahora me sirve para puro sujetar las orejas.
Pero no es cierto. Si bien se le escapan algunos recuerdos, los importantes los atesora.
Si hubiera que describir a Ramón Huidobro Domínguez con una sola palabra, ésta sería encantador.
Además de culto, entretenido, honesto, caballero, muy sencillo.
Como diplomático, ha recorrido el mundo entero. Casado por la Iglesia y el Civil con Francisca Llona - la Panchita, mamá de Isabel Allende- hace un par de años, luego que él enviudó de su primer matrimonio en que tuvo cuatro hijos.
-Antes tuvimos un matrimonio civil en Argentina porque un diplomático no puede andar de pareja -comenta.
La Panchita, su mujer, tuvo tres hijos en su primer matrimonio. A ella no le gusta hablar de eso. El pasado aún la afecta. Él sabe bien la historia y cuenta que un día Tomás Allende (primo hermano de Salvador) salió de la casa y no volvió nunca más. Ella estaba esperando a su tercer hijo.
En una entrevista, hace años, en Canal 13, Isabel Allende refirió: "A mi padre biológico lo conocí en la Morgue".
Isabel, la mayor de los tres Allende Llona, era muy niña entonces. Y cuando la Panchita se convirtió en pareja del "tío Ramón" -como le dice ella- lo detestaba, según ha dicho. "Pero yo no me di cuenta", asegura él.
LA ISABEL NIÑA
Así como la Premio Nacional de Literatura, Isabel Allende, considera al "tío Ramón" como su verdadero padre, Huidobro la quiere a ella como verdadera hija.
Dice que de niña le sacaba libros y los leía de noche, con linterna. Fue entonces cuando el "tío Ramón" le regaló una edición en papel Biblia de toda la obra de Shakespeare en castellano. El mismo libro que ella tiene hasta hoy sobre su escritorio. "Era una niña ávida de cultura".
La Panchita piensa que Isabel resultó tan feminista "porque yo fui muy desgraciada en mi primer matrimonio. Y ella, que era muy pequeñita cuando me separé, se afectó, aunque nunca le dije nada contra su padre. Ella siempre se rebeló contra el poder de los hombres".
-Ramón -sigue- sacó adelante a siete hijos, con el sueldo de empleado público... Este departamento lo tenemos gracias a la Isabel. Ella nos ayuda en todo.
Entre las novelas predilectas de Isabel, Huidobro escoge Paula, por el enorme cariño que le tuvo a la nieta de Panchita. Hizo un casete con todas las escenas recopiladas de Paula al cual tituló "Escucha Paula".
-Era una niñita absolutamente prodigiosa -recuerda emocionado. Pero se recupera y vuelve a sonreír.
En cuanto a críticas porque le dieron el Premio Nacional de Literatura a Isabel Allende, Huidobro dice:
-Cada uno es libre de opinar. Pero existe rivalidad entre los escritores. Recuerde las relaciones de Huidobro con Neruda. Hay mucha envidia entre ellos. Si hasta la critican porque tiene éxito. Envidias, no más.
Panchita concluye:
-Se dice que ella es una narradora y no una literata. Eso ella lo tiene a gran orgullo. Llegar al corazón de la gente de todos los niveles sociales y que se entienda fácilmente lo que escribe.
"ESCRIBE CON EL ALMA"
-Ramón, ¿cómo es hoy su relación con Isabel?
-¡Somos íntimos amigos! Siempre nos hemos llevado muy bien. Nos mandamos mails lo más seguido posible.
-¿Qué virtudes le destacaría?
-Es muy inteligente. Muy responsable. Muy lectora, muy alegre. Y muy generosa, especialmente con nosotros: nos ayuda mucho.
Añade que, por su vida diplomática, Isabel de niña viajó mucho y estuvo en varios colegios, tanto en La Paz como en Francia e Inglaterra. "En todos -asegura- fue la primera del curso. Por supuesto que le gustaban más los ramos humanistas que los científicos, pero igual se empeñaba".
Comenta que "a la edad apropiada" tuvo varios pololos. En esa época vivía con ellos María Eliana, hija de Ramón, con la cual fue muy amiga. "Siguen siéndolo pero ahora se ven poco. También se ve poco con sus hermanos".
-¿Las principales aficiones de Isabel?
-Leer, viajar y ecribir.
-Dice que el libro preferido suyo es Paula. ¿Cuál no le gusta?
-En verdad sólo no he leído sus libros para niños.
-Los críticos opinan que son comerciales...
-No estoy de acuerdo. Ella escribe con toda el alma, no por intereses mezquinos. Son temas distintos, no más.
-¿Qué otra obra, aparte de Paula, destacaría?
-Todas. Pero si he de elegir uno, Mi País inventado. Inés de Suárez, también.
-¿Es cierto que la mamá le ayuda a escribir las novelas?
- Los primeros libros se los editó ella. Pero ya no. Hubo un tiempo en que la Panchita le hizo ver que por vivir en Estados Unidos se estaba alejando de nuestro lenguaje, que escribía más "a lo gringo", en forma más sucinta.
Panchita interviene:
-Claro. La Isabel se casó con norteamericano, vivía en Norteamérica, otra vida absolutamente diferente, con una literatura de síntesis como es la sajona. Se acostumbró a hablarla y se notó en sus libros. Yo soy más vasca. Tenía el orgullo del idioma, que se ha ido perdiendo en Chile, pero la Isabel necesitaba su propio idioma, sin la influencia de la mamá.
-¿Qué defecto le encuentra el "tío Ramón" a la Isabel?
-Es muy dominante. Ella es Leo, igual que yo, pero maneja muy bien su carácter.
-¿Y su relación con su segundo marido, William Gordon?
-Con nosotros, estupenda. Y entre ellos, excelente. Willy está escribiendo, también. Ha publicado tres obras, con mucho éxito: han sido traducidas a varios idiomas.
-¿Ella le ayuda?
-Son completamente independientes. Willy dice que es su competidor -replica riendo.
-Y siendo ella feminista, ¿quién manda ahí?
-Los dos son tremendamente mandones, pero muy unidos.
-¿Y cómo era el primer marido?
-Miguel Frías, Michel, es una excelente persona. Nos quiere mucho y nos visita. Se casó de nuevo, con una mujer encantadora.
-¿Qué manía tiene Isabel?
-Se mete dentro de sí misma cuando está en trance de escribir. Pero es una manera de concentrarse en lo que está haciendo.
-¿Y la relación con Panchita?
-Muy buena. Yo sempre digo que no se ha cortado el cordón umbilical.
DE EMBAJADOR A AUTOEXILIADO
A Ramón Huidobro no le gusta que le digan don Ramón. "Mi padre me enseñó que "don" viene de Origen Noble". Con corazón a pila y un hermoso bastón, él disfruta leyendo y escribiendo mientras su mujer pasa horas pintando.
En contacto con sus cuatro hijos, y -como ha contado- queriendo mucho a los de la Panchita, sólo lamenta que están lejos y ellos ya no se sienten capaces de andar viajando. Total, tiene un verdadero récord de viajes.
Su vida diplomática comenzó cuando estaba en cuarto año de Derecho en la U. Católica, tras haber egresado del colegio San Ignacio, donde fue alumno del Padre Hurtado. Partió en la Patagonia Argentina. Desde Esquel, no paró más. Entre sus muchas destinaciones, destaca:
-Paraguay, cónsul general en el Perú cuatro años, donde conocí a la Panchita. Después fui a Bolivia y a los dos años me volvieron a destinar a La Paz. Fui Jefe de la misión chilena en Líbano, Siria, Jordania y cónsul general en Jerusalén. Conocí toda la Tierra Santa, me bañé en el Mar Muerto muchas veces. De ahí me mandaron a "descansar" a Turquía.
También fue cónsul Jefe de la misión de Chile en la ONU, en Ginebra, en el gobierno de Jorge Alessandri y embajador de Chile en Naciones Unidas. De ese período destaca una comida en su casa con otros embajadores, entre los cuales estaba, "nada menos que el Che Guevara".
Pero hay más: fue jefe de gabinete del entonces Canciller Gabriel Valdés, de quien es gran amigo.
El 11 de septiembre del 73 lo encontró de embajador en Buenos Aires. Eso lo recuerda como si fuera hoy:
-Fue tan impresionante -dice-. Ese mismo día mandé mi renuncia. Me la aceptaron tres días después. Pero no quise volver a Chile. Me quedé en Buenos Aires trabajando.
Desmiente la especie de que fue exiliado. "Ni nosotros ni la Isabel estuvimos exiliados. Nos fuimos voluntariamente".
Se quedó en Argentina un tiempo. Y ahí vivió una experiencia terrible: el asesinato del general Carlos Prats.
-En realidad, nos conocimos en Buenos Aires, pero nos hicimos muy amigos. La noche que lo mataron había ido a comer a nuestra casa con la Sofía. Comíamos con frecuencia juntos y ese domingo la Panchita dijo "tengo una carne, vamos a comer en la casa y después a un cine". Fuimos a ver "Pan y Chocolate", una película argentina. Hacía unos días lo habían llamado por teléfono para decirle "te vamos a matar". Había comprobado que lo seguían. Después de comida se puso de pie, tomó la mano de la Panchita y se la besó. Fue muy curioso, como una despedida... Esa noche, al llegar a su casa, explotó una bomba en su automóvil -dice y se queda callado un instante.
A él no le cabe duda de que los autores materiales del crimen fueron Michael Townley y Mariana Callejas. Y a él, que declaró en el juicio hecho en Buenos Aires y en el realizado en Chile, le indigna que no se haya hecho justicia:
-Es una vergüenza para Estados Unidos el acuerdo que hicieron con Townley. En la sentencia en Buenos Aires, en cambio, condenaron a Arancibia Clavel. Estados Unidos se lavó las manos, ¡más que Poncio Pilatos!
Luego, Huidobro se fue a trabajar a Venezuela. Gran admirador de ese país, donde vivió doce años, habla maravillas de los venezolanos; pero confía, pesaroso:
-Venezuela me duele mucho ahora. Chávez es un dictador. Un tirano. Se olvidó de lo que era la democracia.
Huidobro enfatiza que él siempre fue independiente. "Pero en este departamento nació el PPD -dice señalando la mesa de comedor- . Aquí tuvimos 13 reuniones políticas con Valdés, (Sergio) Bitar, (Ricardo) Lagos y otros. Y formamos el PPD".
Hasta hoy está lleno de proyectos. Y tras una larga vida, se declara feliz:
-No pienso en que me voy a morir. Quiero estar para el próximo Tricentenario.
Dice estar orgulloso de ser el más antiguo de la quinta generación de descendientes de Andrés Bello, también tiene lazo familiar con don Carlos Casanueva.
"Me siento muy orgulloso porque he tenido una vida muy linda. ¡Muy linda! -resume- . Tengo un bisnieto y rezo para ser tatarabuelo".
POR RAQUEL CORREA.
Ramón Huidobro
El Padre Padrastro de Isabel Allende
No es el padre biológico de la escritora, pero es mucho más que eso. En "Mi País Imaginario" ella dice que el ex diplomático es su "único y verdadero padre". Detrás de estas palabras hay una emotiva historia que él revive aquí con emoción.
POR RAQUEL CORREA
"Pero, ¿qué me van a entrevistar a mí?" -pregunta afable a través del teléfono-. Y agrega "Si acabo de cumplir 94 años". Luego, durante la entrevista en su hermoso departamento en Providencia, bromea:
-La cabeza ahora me sirve para puro sujetar las orejas.
Pero no es cierto. Si bien se le escapan algunos recuerdos, los importantes los atesora.
Si hubiera que describir a Ramón Huidobro Domínguez con una sola palabra, ésta sería encantador.
Además de culto, entretenido, honesto, caballero, muy sencillo.
Como diplomático, ha recorrido el mundo entero. Casado por la Iglesia y el Civil con Francisca Llona - la Panchita, mamá de Isabel Allende- hace un par de años, luego que él enviudó de su primer matrimonio en que tuvo cuatro hijos.
-Antes tuvimos un matrimonio civil en Argentina porque un diplomático no puede andar de pareja -comenta.
La Panchita, su mujer, tuvo tres hijos en su primer matrimonio. A ella no le gusta hablar de eso. El pasado aún la afecta. Él sabe bien la historia y cuenta que un día Tomás Allende (primo hermano de Salvador) salió de la casa y no volvió nunca más. Ella estaba esperando a su tercer hijo.
En una entrevista, hace años, en Canal 13, Isabel Allende refirió: "A mi padre biológico lo conocí en la Morgue".
Isabel, la mayor de los tres Allende Llona, era muy niña entonces. Y cuando la Panchita se convirtió en pareja del "tío Ramón" -como le dice ella- lo detestaba, según ha dicho. "Pero yo no me di cuenta", asegura él.
LA ISABEL NIÑA
Así como la Premio Nacional de Literatura, Isabel Allende, considera al "tío Ramón" como su verdadero padre, Huidobro la quiere a ella como verdadera hija.
Dice que de niña le sacaba libros y los leía de noche, con linterna. Fue entonces cuando el "tío Ramón" le regaló una edición en papel Biblia de toda la obra de Shakespeare en castellano. El mismo libro que ella tiene hasta hoy sobre su escritorio. "Era una niña ávida de cultura".
La Panchita piensa que Isabel resultó tan feminista "porque yo fui muy desgraciada en mi primer matrimonio. Y ella, que era muy pequeñita cuando me separé, se afectó, aunque nunca le dije nada contra su padre. Ella siempre se rebeló contra el poder de los hombres".
-Ramón -sigue- sacó adelante a siete hijos, con el sueldo de empleado público... Este departamento lo tenemos gracias a la Isabel. Ella nos ayuda en todo.
Entre las novelas predilectas de Isabel, Huidobro escoge Paula, por el enorme cariño que le tuvo a la nieta de Panchita. Hizo un casete con todas las escenas recopiladas de Paula al cual tituló "Escucha Paula".
-Era una niñita absolutamente prodigiosa -recuerda emocionado. Pero se recupera y vuelve a sonreír.
En cuanto a críticas porque le dieron el Premio Nacional de Literatura a Isabel Allende, Huidobro dice:
-Cada uno es libre de opinar. Pero existe rivalidad entre los escritores. Recuerde las relaciones de Huidobro con Neruda. Hay mucha envidia entre ellos. Si hasta la critican porque tiene éxito. Envidias, no más.
Panchita concluye:
-Se dice que ella es una narradora y no una literata. Eso ella lo tiene a gran orgullo. Llegar al corazón de la gente de todos los niveles sociales y que se entienda fácilmente lo que escribe.
"ESCRIBE CON EL ALMA"
-Ramón, ¿cómo es hoy su relación con Isabel?
-¡Somos íntimos amigos! Siempre nos hemos llevado muy bien. Nos mandamos mails lo más seguido posible.
-¿Qué virtudes le destacaría?
-Es muy inteligente. Muy responsable. Muy lectora, muy alegre. Y muy generosa, especialmente con nosotros: nos ayuda mucho.
Añade que, por su vida diplomática, Isabel de niña viajó mucho y estuvo en varios colegios, tanto en La Paz como en Francia e Inglaterra. "En todos -asegura- fue la primera del curso. Por supuesto que le gustaban más los ramos humanistas que los científicos, pero igual se empeñaba".
Comenta que "a la edad apropiada" tuvo varios pololos. En esa época vivía con ellos María Eliana, hija de Ramón, con la cual fue muy amiga. "Siguen siéndolo pero ahora se ven poco. También se ve poco con sus hermanos".
-¿Las principales aficiones de Isabel?
-Leer, viajar y ecribir.
-Dice que el libro preferido suyo es Paula. ¿Cuál no le gusta?
-En verdad sólo no he leído sus libros para niños.
-Los críticos opinan que son comerciales...
-No estoy de acuerdo. Ella escribe con toda el alma, no por intereses mezquinos. Son temas distintos, no más.
-¿Qué otra obra, aparte de Paula, destacaría?
-Todas. Pero si he de elegir uno, Mi País inventado. Inés de Suárez, también.
-¿Es cierto que la mamá le ayuda a escribir las novelas?
- Los primeros libros se los editó ella. Pero ya no. Hubo un tiempo en que la Panchita le hizo ver que por vivir en Estados Unidos se estaba alejando de nuestro lenguaje, que escribía más "a lo gringo", en forma más sucinta.
Panchita interviene:
-Claro. La Isabel se casó con norteamericano, vivía en Norteamérica, otra vida absolutamente diferente, con una literatura de síntesis como es la sajona. Se acostumbró a hablarla y se notó en sus libros. Yo soy más vasca. Tenía el orgullo del idioma, que se ha ido perdiendo en Chile, pero la Isabel necesitaba su propio idioma, sin la influencia de la mamá.
-¿Qué defecto le encuentra el "tío Ramón" a la Isabel?
-Es muy dominante. Ella es Leo, igual que yo, pero maneja muy bien su carácter.
-¿Y su relación con su segundo marido, William Gordon?
-Con nosotros, estupenda. Y entre ellos, excelente. Willy está escribiendo, también. Ha publicado tres obras, con mucho éxito: han sido traducidas a varios idiomas.
-¿Ella le ayuda?
-Son completamente independientes. Willy dice que es su competidor -replica riendo.
-Y siendo ella feminista, ¿quién manda ahí?
-Los dos son tremendamente mandones, pero muy unidos.
-¿Y cómo era el primer marido?
-Miguel Frías, Michel, es una excelente persona. Nos quiere mucho y nos visita. Se casó de nuevo, con una mujer encantadora.
-¿Qué manía tiene Isabel?
-Se mete dentro de sí misma cuando está en trance de escribir. Pero es una manera de concentrarse en lo que está haciendo.
-¿Y la relación con Panchita?
-Muy buena. Yo sempre digo que no se ha cortado el cordón umbilical.
DE EMBAJADOR A AUTOEXILIADO
A Ramón Huidobro no le gusta que le digan don Ramón. "Mi padre me enseñó que "don" viene de Origen Noble". Con corazón a pila y un hermoso bastón, él disfruta leyendo y escribiendo mientras su mujer pasa horas pintando.
En contacto con sus cuatro hijos, y -como ha contado- queriendo mucho a los de la Panchita, sólo lamenta que están lejos y ellos ya no se sienten capaces de andar viajando. Total, tiene un verdadero récord de viajes.
Su vida diplomática comenzó cuando estaba en cuarto año de Derecho en la U. Católica, tras haber egresado del colegio San Ignacio, donde fue alumno del Padre Hurtado. Partió en la Patagonia Argentina. Desde Esquel, no paró más. Entre sus muchas destinaciones, destaca:
-Paraguay, cónsul general en el Perú cuatro años, donde conocí a la Panchita. Después fui a Bolivia y a los dos años me volvieron a destinar a La Paz. Fui Jefe de la misión chilena en Líbano, Siria, Jordania y cónsul general en Jerusalén. Conocí toda la Tierra Santa, me bañé en el Mar Muerto muchas veces. De ahí me mandaron a "descansar" a Turquía.
También fue cónsul Jefe de la misión de Chile en la ONU, en Ginebra, en el gobierno de Jorge Alessandri y embajador de Chile en Naciones Unidas. De ese período destaca una comida en su casa con otros embajadores, entre los cuales estaba, "nada menos que el Che Guevara".
Pero hay más: fue jefe de gabinete del entonces Canciller Gabriel Valdés, de quien es gran amigo.
El 11 de septiembre del 73 lo encontró de embajador en Buenos Aires. Eso lo recuerda como si fuera hoy:
-Fue tan impresionante -dice-. Ese mismo día mandé mi renuncia. Me la aceptaron tres días después. Pero no quise volver a Chile. Me quedé en Buenos Aires trabajando.
Desmiente la especie de que fue exiliado. "Ni nosotros ni la Isabel estuvimos exiliados. Nos fuimos voluntariamente".
Se quedó en Argentina un tiempo. Y ahí vivió una experiencia terrible: el asesinato del general Carlos Prats.
-En realidad, nos conocimos en Buenos Aires, pero nos hicimos muy amigos. La noche que lo mataron había ido a comer a nuestra casa con la Sofía. Comíamos con frecuencia juntos y ese domingo la Panchita dijo "tengo una carne, vamos a comer en la casa y después a un cine". Fuimos a ver "Pan y Chocolate", una película argentina. Hacía unos días lo habían llamado por teléfono para decirle "te vamos a matar". Había comprobado que lo seguían. Después de comida se puso de pie, tomó la mano de la Panchita y se la besó. Fue muy curioso, como una despedida... Esa noche, al llegar a su casa, explotó una bomba en su automóvil -dice y se queda callado un instante.
A él no le cabe duda de que los autores materiales del crimen fueron Michael Townley y Mariana Callejas. Y a él, que declaró en el juicio hecho en Buenos Aires y en el realizado en Chile, le indigna que no se haya hecho justicia:
-Es una vergüenza para Estados Unidos el acuerdo que hicieron con Townley. En la sentencia en Buenos Aires, en cambio, condenaron a Arancibia Clavel. Estados Unidos se lavó las manos, ¡más que Poncio Pilatos!
Luego, Huidobro se fue a trabajar a Venezuela. Gran admirador de ese país, donde vivió doce años, habla maravillas de los venezolanos; pero confía, pesaroso:
-Venezuela me duele mucho ahora. Chávez es un dictador. Un tirano. Se olvidó de lo que era la democracia.
Huidobro enfatiza que él siempre fue independiente. "Pero en este departamento nació el PPD -dice señalando la mesa de comedor- . Aquí tuvimos 13 reuniones políticas con Valdés, (Sergio) Bitar, (Ricardo) Lagos y otros. Y formamos el PPD".
Hasta hoy está lleno de proyectos. Y tras una larga vida, se declara feliz:
-No pienso en que me voy a morir. Quiero estar para el próximo Tricentenario.
Dice estar orgulloso de ser el más antiguo de la quinta generación de descendientes de Andrés Bello, también tiene lazo familiar con don Carlos Casanueva.
"Me siento muy orgulloso porque he tenido una vida muy linda. ¡Muy linda! -resume- . Tengo un bisnieto y rezo para ser tatarabuelo".
POR RAQUEL CORREA.
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