DE NUESTROS SOCIOS: LUIS EUGENIO SILVA
Silva, Luis Eugenio
La Segunda Jueves 26 de Agosto de 2010
Católicos relevantes en estos doscientos años
Sin ser panegirista, ya que soy creyente, afirmo que la Iglesia Católica ha hecho mucho en Chile. Desde la participación de eclesiásticos en el proceso independentista; en los inicios del Parlamento; en cargos públicos hasta la Constitución de 1925; en la educación popular gratuita; en universidades, colegios y liceos; en la asistencia social mediante el laicado y la propia jerarquía; en la pacificación de los ánimos tras las revoluciones del pasado siglo y las rupturas institucionales del siglo XX, y en tantos otros campos, su acción es relevante.
Esto, sin considerar su función propia de evangelización.
Sin duda ha habido fallas, errores y a veces no poca pasión política religiosa propia de los tiempos, pero el catolicismo ha contribuido notablemente en la construcción del alma nacional. Así lo afirmaba el Cardenal Raúl Silva, un alma solidaria y fuerte en la adversidad.
El Arzobispado ha preguntado a varias personas cuáles son a su juicio los católicos que más han influido en estos dos siglos. Esta es mi lista:
- Rafael Valentín Valdivieso Zañartu (1804-1878), segundo arzobispo de Santiago. Su labor misionera, catequística y divulgadora del cristianismo en la prensa, amén de haber estructurado en el siglo al Arzobispado de Santiago, lo hacen estar entre los más importantes católicos de su época. Sin duda, el arzobispo del siglo XIX.
- Abdón Cifuentes Espinoza (1837-1928). Ministro de Estado y parlamentario. Defendió los derechos del catolicismo en la pugna entre liberales y creyentes en el siglo XIX. Hizo mucho por la educación católica, la divulgación de la fe cristiana y la libertad de examen en los colegios privados.
- Juana Ross de Edwards (1830-1906). La mayor benefactora católica de su siglo. Con humildad y sin aparecer, abarcó todas las gamas de auxilio social para los más pobres, organizando cruzadas, fundaciones y construcción de viviendas sociales. Fue la persona con mayor riqueza de su época.
- Juan Enrique Concha Subercaseaux (1876-1931). Insigne católico comprometido con la educación de los más pobres, a la que dedicó gran parte de su vida y fortuna. Estuvo presente en las polémicas entre catolicismo y laicos. Creía que los pobres podían ser reales ciudadanos y hombres de pro.
- J. Ignacio González Eyzaguirre (1844-1918), cuarto arzobispo de Santiago. Fue llamado, por su extraordinaria caridad, el arzobispo de los pobres. Humilde, servicial y cercano, supo ser el buen pastor del rebaño de Cristo. Le tocó vivir la compleja época después de la Revolución de 1891.
- El cardenal Raúl Silva Henríquez (1907-1999). Su labor estructuradora del arzobispado según el Vaticano II fue enorme, creando vicarías especializadas y parroquias. Su acción en la defensa de los derechos humanos lo coloca en el primer lugar, entre los más importantes creyentes y sacerdotes del siglo XX. Es el más importante y valioso arzobispo de Santiago en el siglo XX.
- Jaime Eyzaguirre Gutiérrez (1908-1968). Abogado e historiador insigne, con una enorme producción. Destacó en la enseñanza universitaria y también escolar, formando grupos de acción motivadora por el Evangelio. Su testimonio personal movió a centenares de jóvenes y personas a la acción apostólica, e incluso a muchos al sacerdocio y la vida religiosa.
- San Alberto Hurtado Cruchaga S. J. (1901-1952). Formado en la línea del P. Vives y sus círculos de estudio, abarcó todo el espectro evangelizador misionero y social: el Hogar de Cristo, Revista Mensaje, asesor de Acción Católica, escritor y profesor. Dejó honda huella hasta hoy.
- Todos los sacerdotes párrocos y vicarios parroquiales que en los diversos campos de acción apostólica, anónimamente, dieron su vida por el Evangelio de Cristo y el servicio a los hermanos, siendo fieles a la Iglesia y su magisterio.
- La Vicaría de la Solidaridad. En ella incluyo a los cientos de católicos que trabajaron por la misma. Ha sido el más grande testimonio que la Iglesia ha dado en Chile en el siglo XX. Incomprendida, testimonió lo que significa servir al necesitado, pobre y perseguido, sin mirar su coloratura política y social
Mi lista, a la que se deberían agregar muchos más, muestra —creo— la trascendencia e importancia de la Iglesia Católica en estos dos siglos, donde la mayoría de las veces el anonimato ha cubierto la acción de miles de creyentes y eclesiásticos.
La Segunda Jueves 26 de Agosto de 2010
Católicos relevantes en estos doscientos años
Sin ser panegirista, ya que soy creyente, afirmo que la Iglesia Católica ha hecho mucho en Chile. Desde la participación de eclesiásticos en el proceso independentista; en los inicios del Parlamento; en cargos públicos hasta la Constitución de 1925; en la educación popular gratuita; en universidades, colegios y liceos; en la asistencia social mediante el laicado y la propia jerarquía; en la pacificación de los ánimos tras las revoluciones del pasado siglo y las rupturas institucionales del siglo XX, y en tantos otros campos, su acción es relevante.
Esto, sin considerar su función propia de evangelización.
Sin duda ha habido fallas, errores y a veces no poca pasión política religiosa propia de los tiempos, pero el catolicismo ha contribuido notablemente en la construcción del alma nacional. Así lo afirmaba el Cardenal Raúl Silva, un alma solidaria y fuerte en la adversidad.
El Arzobispado ha preguntado a varias personas cuáles son a su juicio los católicos que más han influido en estos dos siglos. Esta es mi lista:
- Rafael Valentín Valdivieso Zañartu (1804-1878), segundo arzobispo de Santiago. Su labor misionera, catequística y divulgadora del cristianismo en la prensa, amén de haber estructurado en el siglo al Arzobispado de Santiago, lo hacen estar entre los más importantes católicos de su época. Sin duda, el arzobispo del siglo XIX.
- Abdón Cifuentes Espinoza (1837-1928). Ministro de Estado y parlamentario. Defendió los derechos del catolicismo en la pugna entre liberales y creyentes en el siglo XIX. Hizo mucho por la educación católica, la divulgación de la fe cristiana y la libertad de examen en los colegios privados.
- Juana Ross de Edwards (1830-1906). La mayor benefactora católica de su siglo. Con humildad y sin aparecer, abarcó todas las gamas de auxilio social para los más pobres, organizando cruzadas, fundaciones y construcción de viviendas sociales. Fue la persona con mayor riqueza de su época.
- Juan Enrique Concha Subercaseaux (1876-1931). Insigne católico comprometido con la educación de los más pobres, a la que dedicó gran parte de su vida y fortuna. Estuvo presente en las polémicas entre catolicismo y laicos. Creía que los pobres podían ser reales ciudadanos y hombres de pro.
- J. Ignacio González Eyzaguirre (1844-1918), cuarto arzobispo de Santiago. Fue llamado, por su extraordinaria caridad, el arzobispo de los pobres. Humilde, servicial y cercano, supo ser el buen pastor del rebaño de Cristo. Le tocó vivir la compleja época después de la Revolución de 1891.
- El cardenal Raúl Silva Henríquez (1907-1999). Su labor estructuradora del arzobispado según el Vaticano II fue enorme, creando vicarías especializadas y parroquias. Su acción en la defensa de los derechos humanos lo coloca en el primer lugar, entre los más importantes creyentes y sacerdotes del siglo XX. Es el más importante y valioso arzobispo de Santiago en el siglo XX.
- Jaime Eyzaguirre Gutiérrez (1908-1968). Abogado e historiador insigne, con una enorme producción. Destacó en la enseñanza universitaria y también escolar, formando grupos de acción motivadora por el Evangelio. Su testimonio personal movió a centenares de jóvenes y personas a la acción apostólica, e incluso a muchos al sacerdocio y la vida religiosa.
- San Alberto Hurtado Cruchaga S. J. (1901-1952). Formado en la línea del P. Vives y sus círculos de estudio, abarcó todo el espectro evangelizador misionero y social: el Hogar de Cristo, Revista Mensaje, asesor de Acción Católica, escritor y profesor. Dejó honda huella hasta hoy.
- Todos los sacerdotes párrocos y vicarios parroquiales que en los diversos campos de acción apostólica, anónimamente, dieron su vida por el Evangelio de Cristo y el servicio a los hermanos, siendo fieles a la Iglesia y su magisterio.
- La Vicaría de la Solidaridad. En ella incluyo a los cientos de católicos que trabajaron por la misma. Ha sido el más grande testimonio que la Iglesia ha dado en Chile en el siglo XX. Incomprendida, testimonió lo que significa servir al necesitado, pobre y perseguido, sin mirar su coloratura política y social
Mi lista, a la que se deberían agregar muchos más, muestra —creo— la trascendencia e importancia de la Iglesia Católica en estos dos siglos, donde la mayoría de las veces el anonimato ha cubierto la acción de miles de creyentes y eclesiásticos.
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