HISTORIADOR JORGE PINTO

Especialista en conflicto mapuche recibe el Premio Nacional de Historia

Por unanimidad, el jurado eligió al historiador Jorge Pinto.

por Equipo Cultura

 

Empezó a mediados del siglo XIX y duró casi 50 años: la Ocupación de La Araucanía por el Estado chileno fue un proceso complejo que intentó someter al pueblo mapuche a las leyes nacionales. Oficialmente se le llamó “pacificación”, pero hay quienes creen que las cicatrices que ahí se abrieron aún no están cerradas. Uno de ellos es el historiador Jorge Pinto Rodríguez, quien ha dedicado gran parte de su carrera a investigar los efectos del proceso emprendido hace más de un siglo y que aún se sienten. Esa labor, además de una trayectoria como docente y una amplia experiencia en el género de la etnohistoria, le valió ganar ayer el Premio Nacional de Historia 2012.

Entregado en forma unánime tras más de dos horas de deliberación, Pinto se impuso ante otros postulantes al galardón, como Joaquín Fermandois, Isabel Cruz, Oscar Pinochet de la Barra y René Millar, entre otros. Fue su labor en regiones lo que primó en las deliberaciones. Según el fallo del jurado, Pinto se quedó con el premio por su “brillante y dilatada trayectoria académica y su aporte a la historia en las diversas universidades regionales, con énfasis en los problemas demográficos y los sectores que caracterizan su cultura”.

Desde los 80, Pinto es docente de la Universidad de La Frontera y fue allá donde inició una especialización en temas fronterizos y la historia mapuche. Este año, postulado por segunda vez, tuvo el apoyo de, entre otros, Gabriel Salazar, Tomás Moulian y José Bengoa.

Tras ser informado del premio, Pinto agradeció el galardón en una comunicación telefónica con el ministro de Educación, Harald Beyer. También hizo una mención al tema que ha movido su carrera: “Yo he sido bastante crítico con el Estado respecto del conflicto en La Araucanía, pero este premio demuestra el carácter republicano del país”, dijo al teléfono desde Villa Alemana, donde vive.

Más tarde profundizó sobre el tema: “Creo que este gobierno ha cometido los mismos errores de todos los gobiernos anteriores. A mi juicio, el que ha fracasado es el Estado. Pero este galardón me lleva francamente a pensar que quienes me lo otorgaron estuvieron por sobre esas consideraciones y entendieron que mi obra es una modesta contribución a clarificar lo que sucede en la zona de La Araucanía. Creo que hemos fallado como Estado y como chilenos en no comprender la dimensión que tiene un conflicto que no es puramente policial o judicial”.

Como posible solución del problema, Pinto enfatiza: “Hay que incorporarlos a las mesas de diálogo. Yo estuve en la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato y tengo la impresión de que no fuimos receptivos. No soy un cientista político, soy un historiador y conozco las raíces del conflicto y, en ese sentido, creo que nos hemos equivocado en la forma como lo hemos resuelto”.

Voces de los pares

Nacido en La Serena en 1944 y proveniente de una familia de clase media, Pinto estudió en la Escuela Nº 1 de Tocopilla y en el liceo público de Antofagasta. Siguió la carrera de Historia en la Universidad de Chile, donde fue ayudante de Mario Góngora y Sergio Villalobos.

Tras el golpe de 1973, salió de Chile y siguió estudios en la británica Universidad de Southampton, donde se especializó en historia colonial. Esos trabajos servirían de base para sus estudios del tema mapuche.

Desde fines de los 70, sus libros han abordado historia de la población del norte, sobre faenas mineras y la conflictiva relación del Estado chileno con el pueblo mapuche, donde destacan títulos como La formación del Estado y la nación, y el pueblo mapuche (2003) y La población de La Araucanía en el siglo XX (2009).

“Sus estudios sobre la historia mapuche nos ayudan a comprender mejor la situación actual de La Araucanía”, aseguró Rafael Sagredo. Mientras que Gabriel Salazar añadió: “Es uno de los historiadores más documentados sobre el conflicto mapuche”. Cristián Gazmuri agregó: “Hubiera preferido que lo ganara Isabel Cruz, el premio debería estar en una mujer. Pero Pinto no es una mala elección: sus trabajos son bastante serios”.

Por su parte, el premio nacional 2008, Eduardo Cavieres, sostuvo: “Me parece coincidir con Jorge Pinto en dos situaciones importantes: el ser historiador muy consistente en la labor formativa, ser profesor, y hacerlo en el trabajo cotidiano de archivo-sala de clases. Generalmente es algo de poca visibilidad, lejano a los medios de comunicación, pero a veces llega también el reconocimiento público”.