EL LIBRO MÁS VIEJO IMPRESO
Mucho antes que “la galaxia de Gutenberg” en Oriente ya se imprimían libros, joyas ocultas del conocimiento.
El Sutra del Diamante, el texto impreso más viejo del mundo /
El libro más viejo impreso de la historia es un texto del budismo Mahayana encontrado en una cueva en 1900: El Sutra del Diamante. Este texto que pertenece a la tradición del Prajnaparamita o “Sabiduría Perfecta” data del año 868 (siglos antes de que Occidente conociera el papel) y agrupa la enseñanzas del Buda en torno a la naturaleza de la percepción y la ilusión del mundo material: "El Sutra de la Perfección de la Sabiduría del Diamante que Corta a Través de la Ilusión".
El hallazgo de una copia de este texto impresa en un pergamino de madera de 16 pies de largo ocurrió cuando un monje chino estaba limpiando la arena de una cueva de meditación y observó una grieta en la pared que sugería un portal. El libro había sido intencionalmente oculto –de manera similar los tibetanos ocultaron textos-tesoro o “gtermas” en cuevas, los cuales tradicionalmente eran guardados celosamente por deidades oníricas conocidas como Dankinis.
Después de encontrar el libro, el monje Wang Yuanlu fue ordenado a cerrar la cámara donde estuvo el libro 1000 años, preservado perfectamente en la oscuridad. Esto hasta que en 1907 el explorador Aurel Stein llegó en búsqueda de la Cueva de los Mil Budas, siguiendo la pista del legendario monje Xuanzang, quien en el siglo 7 había viajado a la India en búsqueda de antiguos manuscritos. Curiosamente el monje Wang Yuanlu también era seguidor de Xuanzang. Esa coincidencia empática probablemente propicio que Stein obtuviera acceso a la cueva, donde entre unos 5 mil pergaminos encontró el Sutra del Diamante. Stein llevó los documentos a India y luego a Londres. En su momento el Sutra del Diamante fue exhibido a un lado de una Biblia impresa por Gutenberg en el British Museum, pero actualmente, debido a su fragilidad, se encuentra resguardado fuera del escrutinio público.
El enigmático texto de este pequeño libro, que puede ser recitado en 40 minutos, cautivó a Jack Kerouac, quien pasó años estudiándolo. Con paradojas como “Lo que se conoce como la enseñanza del Buda no es la enseñanza del Buda", evoca pinceladas del pensamiento zen. Se dice que quien logre practicar por lo menos 4 líneas de este texto recibirá las bendiciones del cielo y la luz diamantina del Vacío Radiante.
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