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Teólogo Hugo Zepeda aconseja "desdramatizar" la profecía maya

Los anuncios catastróficos "van destinados a los hombres, para que cambien... y si cambian, queda sin efecto la profecía".

por: La Segunda  viernes, 14 de diciembre de 2012

 

 

Los temores de un acabose de mundo no tienen un asidero real. No al menos en la cultura maya, cuyo calendario culmina el próximo 21 de diciembre, tras 5.125 años de vigencia. Las profecías y augurios al respecto, al menos, no logran atemorizar al teólogo Hugo Zepeda , quien conversó con "La Segunda" sobre la actividad planetaria que nos espera a los terrícolas durante el próximo viernes.

En el listado de cosas que se han dicho, publicado y vaticinado, Zepeda es categórico: "Son sólo son mitos".
-¿Habrá cataclismos, desastres naturales o cosas por el estilo?-No. Los hechos telúricos, maremotos y vendavales siempre han ocurrido. No con la intensidad que ocurren ahora y con el conocimiento que tenemos hoy, pero siempre han estado presentes... y muchos de ellas responden a la propia acción del hombre.
-¿Habrá entonces una ola de violencia?-Yo me preguntó: ¿y habrá en eso mucha diferencia con la que ya vivimos?
-¿Problemas tecnológicos, comunicacionales, temor de que armas programadas se disparen solas?-No, no creo que las armas se anden disparando solas. Puede que haya saturación en las comunicaciones, pero será por el uso... y no sería la primera vez que ocurre.
-¿Se va a estrellar un meteorito con la Tierra?-No, eso lo dicen ahora porque se descubrió la presencia de un cuerpo rondando relativamente cerca, pero no.
-¿Y qué va a pasar entonces cuando se termine el calendario maya?-El calendario nuestro termina el 31 de diciembre y comienza otro el 1 de enero. En la creencia de los mayas, el fin del calendario se trata de un cambio de era, algo parecido a lo que nosotros nos planteamos en Año Nuevo, se hace un recuento de lo que fueron los meses pasados, qué cosas hice mal, qué cosas me gustaron, en qué debí enfocarme o con quién debo estar... Es una evaluación, y se proyecta un cambio que se entiende será positivo.
Zepeda apunta que lo que viene es "una nueva era, un nuevo tipo de relación de nosotros con la naturaleza. Ojala sea así, pero si usted me pregunta a mí, yo no veo cambios de este tipo en este momento, yo no veo cambios de la gente, ni que sea menos egoísta, que se dedique más a ser y menos a tener. Los cambios no son de sopetón, son un proceso".
Y agrega: "Las profecías de cualquier índole no se pueden tomar literalmente, sino en un sentido simbólico y en un lenguaje metafórico. Entonces, lo claro es que las profecías catastróficas no son fatalistas, van destinadas a los hombres para que los hombres cambien... y si cambian, queda sin efecto la profecía".
Zepeda también llamó a hacer una introspección y volver a los valores religiosos que "tenemos abandonados. Hay que comprender que dentro de las religiones los hombres fallan, pero eso no quiere decir que la religión sea la mala. Los valores religiosos hacen plantearse la necesidad de espiritualidad".
"Hay que desdramatizar el 2012, el 21 no será un día extraño, ni pasarán cosas más extrañas de lo que ha estado ocurriendo hasta ahora... o va a ocurrir después", finaliza.