José de San Martín
El Mercurio en el tiempo
Sábado 06 de abril de 2013
Monumento a José de San Martín
Una fecha simbólica fue la elegida para la inauguración del monumento al general José de San Martín, en Santiago. Según se leía en "El Mercurio" de 1863, los capitalinos concurrieron en masa a la ceremonia. Tanto así, que la policía hacía esfuerzos para "contener las olas del pueblo que se sucedían en dirección al pedestal de la estatua".
Una fecha simbólica -el aniversario de la trascendental Batalla de Maipú, el 5 de abril 1818- fue la elegida para la inauguración del monumento al general José de San Martín, en Santiago. Según se leía en "El Mercurio" de 1863, los capitalinos concurrieron en masa a la ceremonia. Tanto así, que la policía hacía esfuerzos para "contener las olas del pueblo que se sucedían en dirección al pedestal de la estatua".
Los espectadores, muchos "colgados" de los árboles de la Alameda, eran "más de 30 mil almas" y los más ancianos aseguraban que desde la Jura de la Independencia "no se había visto en Chile una solemnidad patriótica más hermosa ni más conmovedora".
Uno de los principales propulsores de rendirle un homenaje a San Martín había sido el intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, quien encargó la escultura al artista francés Louis-Joseph Daumas.
Se encontraban allí formados los batallones de guardias nacionales, una banda de artillería y el regimiento de cazadores a caballo, mientras "el venerable general Benjamín Viel, bizarramente montado en un caballo blanco, recorría la línea dictando sus órdenes". También estaban los integrantes de Unión Americana, que portaban banderas con los colores de los países del continente. Y, desde luego, el Presidente de la República, don José Joaquín Pérez, cuya comitiva "ocupaba más de una cuadra de extensión" y reunía, además de ministros y generales, a profesores del Instituto Nacional, miembros de la Universidad de Chile y algunos sacerdotes como Joaquín Larraín Gandarillas y Mariano Casanova.
Pero quien más llamaba la atención era el ya anciano general Juan Gregorio de Las Heras, el famoso militar argentino del Ejército Libertador. La gente le gritaba, "¡Héroe de Maipú!", "¡Salvador de Cancha Rayada!". Él, con un semblante conmovido, mirando al monumento, dijo: "General San Martín, gran y glorioso libertador de dos repúblicas, un antiguo oficial de vuestro ejército os saluda".
En la ocasión, habló el ministro del Interior y Relaciones Exteriores, Manuel Antonio Tocornal, quien expresó: "Hace 45 años, en un día como hoy, el ilustre guerrero en cuyo honor se erige este monumento, alcanzó en el vecino campo de Maipo la gran victoria que afianzó la independencia de Chile y contribuyó poderosamente a la de toda la América española".
Asimismo, hubo otros oradores, como José Victorino Lastarria, e incluso literatos que recitaron poemas dedicados al prócer. Al momento de levantar la funda tricolor que ocultaba la estatua, apareció la figura de bronce del héroe sobre su caballo, y "a los disparos del cañón se unieron las voces de todo un pueblo que gritaba ¡San Martín! ¡San Martín!".
Los espectadores, muchos "colgados" de los árboles de la Alameda, eran "más de 30 mil almas" y los más ancianos aseguraban que desde la Jura de la Independencia "no se había visto en Chile una solemnidad patriótica más hermosa ni más conmovedora".
Uno de los principales propulsores de rendirle un homenaje a San Martín había sido el intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, quien encargó la escultura al artista francés Louis-Joseph Daumas.
Se encontraban allí formados los batallones de guardias nacionales, una banda de artillería y el regimiento de cazadores a caballo, mientras "el venerable general Benjamín Viel, bizarramente montado en un caballo blanco, recorría la línea dictando sus órdenes". También estaban los integrantes de Unión Americana, que portaban banderas con los colores de los países del continente. Y, desde luego, el Presidente de la República, don José Joaquín Pérez, cuya comitiva "ocupaba más de una cuadra de extensión" y reunía, además de ministros y generales, a profesores del Instituto Nacional, miembros de la Universidad de Chile y algunos sacerdotes como Joaquín Larraín Gandarillas y Mariano Casanova.
Pero quien más llamaba la atención era el ya anciano general Juan Gregorio de Las Heras, el famoso militar argentino del Ejército Libertador. La gente le gritaba, "¡Héroe de Maipú!", "¡Salvador de Cancha Rayada!". Él, con un semblante conmovido, mirando al monumento, dijo: "General San Martín, gran y glorioso libertador de dos repúblicas, un antiguo oficial de vuestro ejército os saluda".
En la ocasión, habló el ministro del Interior y Relaciones Exteriores, Manuel Antonio Tocornal, quien expresó: "Hace 45 años, en un día como hoy, el ilustre guerrero en cuyo honor se erige este monumento, alcanzó en el vecino campo de Maipo la gran victoria que afianzó la independencia de Chile y contribuyó poderosamente a la de toda la América española".
Asimismo, hubo otros oradores, como José Victorino Lastarria, e incluso literatos que recitaron poemas dedicados al prócer. Al momento de levantar la funda tricolor que ocultaba la estatua, apareció la figura de bronce del héroe sobre su caballo, y "a los disparos del cañón se unieron las voces de todo un pueblo que gritaba ¡San Martín! ¡San Martín!".
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