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Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

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Editor: Neville Blanc

Sunday, October 04, 2009

CHACO

Instalación de Hernán Marino en Arteba 2003.
Autorretrato de Frida Kahlo.

Obra de Rossana Paulino en la Bienal del Mercosur.

Arte y lujo "Bolas criollas" de F. Narváez. Colección Cisneros.

Mauro Herlitzka, coleccionista argentino.

Gloria Velandia, conservadora de arte.

Justo Werlang, coleccionista brasileño.

Ferias del sur Chaco será la quinta feria de la región. Actualmente existen unas 600 ferias en el mundo.


Chile Arte Contemporáneo
CHACO



La emergencia de un coleccionismo regional
Coleccionismo latinoamericano: El mercado que explora Chaco

La feria que se inauguró el viernes tiene el desafío de captar la atención internacional, y atraer el coleccionismo latinoamericano.
El Mercurio Artes y Letras 4 de octubre de 2009
Óscar Contardo
Si hubiera que describir a las ferias de arte en el contexto del siglo XX habría que decir que es un fenómeno de posguerra, que surgió en Alemania con la feria de Colonia de 1967 -en un período de expansión económica- y que se consolidó en Suiza en 1969 con la creación de Art Basel, que pronto desplazó a su antecesora en importancia.
Hoy, la feria de Basilea es sin duda la más importante, ya que 380 galerías participaron en su última edición. El éxito de ArtBasel marcó el fin de la suspicacia de poner dos palabras consideradas antagónicas -arte y comercio- y la consolidación de una especie humana cada vez más visible a la luz pública: el coleccionista. Actualmente existen unas 600 ferias en el mundo, y en los últimos veinte años -de prosperidad económica- en América Latina se han creado cuatro: Maco en México, ArteBo de Bogotá, Sp de Sao Paulo y Arteba de Buenos Aires. La quinta se inauguró este viernes en Chile, y como cualquier feria, necesitará atraer compradores para sobrevivir. Los más apreciados serán, por supuesto, los coleccionistas, una especie que en Latinoamérica comienza a cobrar fuerza, a mostrarse en público, a acercarse a lo público y a dinamizar el incipiente mercado regional.
La colección Cisneros, de Venezuela; la Jumex de México y la Constantini de Argentina son los ejemplos más visibles -y millonarios- de una tendencia que tuvo su punto de apoyo en el desempeño económico de la región durante las últimas décadas. Así lo afirma Justo Werlang, empresario y coleccionista brasileño invitado a Chaco (Chile Arte Contemporáneo): "Creo que el fenómeno más importante de los últimos 10 o 15 años ha sido la cantidad de colecciones que se han ido formando en nuestra región". Werlang comenzó a comprar arte en 1986 y a formar una colección en los 90. En 1995 formó la Bienal del Mercosur, en Porto Alegre. Werlang cree que las condiciones para coleccionar arte en América Latina comenzaron a cambiar hace unos 20 años, con el fortalecimiento de los mercados locales, la globalización y la creciente fluidez en el acceso a la información.
Hace 15 días, Gloria Velandia estaba en Ginebra, hace 10 en Nueva York, hace 5 en Chicago y este domingo debería estar en Santiago. Velandia es una de las más importantes conservadoras de arte de Europa y Estados Unidos. Uno de sus clientes es Eugenio López, el dueño de la colección Jumex (ver recuadro) de México, una de las más importantes del continente y de las pocas que se han abierto al público. Velandia sostiene que la principal diferencia en el perfil del coleccionista de esta parte del mundo tiene que ver con la privacidad con que maneja sus fondos. "En Latinoamérica, por razones de seguridad, muchos prefieren mantener sus colecciones bajo cuerda", explica. Justo Werlang añade otra variable importante para que las colecciones se hagan públicas en la región: "La calidad y el volumen de las leyes de incentivo fiscal que viabilizan el hacer públicos esos acervos".
Bajo o sobre cuerda, con o sin incentivo tributario, el coleccionismo de esta parte del mundo es una incógnita para los centros de arte mundial. Jorge Letelier, diseñador chileno radicado en Nueva York y reconocido comprador de arte, sostiene que si bien la colección Cisneros tiene prestigio en Estados Unidos, del resto poco se sabe. "Ni de coleccionistas ni de arte latinoamericano. Y hay situaciones irónicas, como por ejemplo, que la obra de Arshile Gorky, discípulo de Matta, vale mucho más que la de su maestro chileno".
Sin embargo, las ferias latinoamericanas están empujando la mirada hacia el sur. Gloria Velandia sostiene que Arteba despertó el interés por Latinoamérica de muchos coleccionistas de Estados Unidos y Europa, dinamizando el mercado. Otro tanto está haciendo Pinta, el nombre de la feria de arte contemporáneo latinoamericano de Nueva York que este año tendrá su tercera versión. El argentino Mauro Herlitzka es uno de los directores de Pinta y uno de los invitados a Chaco. Coleccionista y gestor, Herlitzka presidió la Fundación Arteba: "Creo que Latinoamérica está refrescando la escena del arte". También está moviendo dinero, y aunque Herliztka asegura que cantidad y calidad muchas veces no van de la mano, una nueva feria puede incrementar el dinamismo en el mercado y fortalecer el coleccionismo interno del país. Un dinamismo que incluso puede superar crisis como la de 2001 en Argentina: "Con el corralito el coleccionismo en Argentina se paralizó durante un tiempo. La parálisis duró algunos meses hasta la versión 2002 de Arteba, cuando todo volvió a moverse: la gente compraba con más precaución, pero compraba". Algo parecido ocurrió este año, cuando la feria de Buenos Aires enfrentó de buena manera los coletazos de la crisis mundial. Tal vez hubo menos compras millonarias, pero hubo mucho más interés por obras de precios medios.
Justo Werlang añade el factor educativo a la formación de un coleccionismo interno. "En este fenómeno están estrechamente ligados los factores económicos y los esfuerzos en materia de educación artística, investigación y publicación de libros y monografías". Todo eso pensando en el futuro de un mercado fronteras adentro. Otra cosa es atraer a los magnates del norte. Gloria Velandia asegura que las distancias no son un problema para los grandes coleccionistas. "Es gente que va donde sea por obtener la obra que le interesa. No sólo se trata de objetos de arte, sino también de objetos de lujo y de inversiones". La única fórmula para atraer a esos compradores es que se hable de la calidad de la feria. "Tiene que exhibirse lo mejor. El primer impacto de Chaco tiene que ser bueno, tiene que dar qué hablar".Feria Chaco
Fecha: Hasta
el 6 de octubre
Lugar: Club de Planeadores Vitacura
Santa María 6299








Los principales de norte a sur
Grandes magnates con fortunas de mayor o menos antigüedad. Estos son algunos de los coleccionistas latinoamericanos que han optado por mostrar sus obras, hacer filantropía y abrirlas al público a través de museos, galerías o exposiciones itinerantes.
Eugenio López
(México)
"El Medici mexicano". Ese fue el título que escogió la revista Fortune para un perfil sobre el millonario coleccionista. Hijo de la familia propietaria de Jumex (gigante mundial de la industria de los jugos), López irrumpió como un coleccionista de perfil público en 2001 cuando inauguró un espacio de exhibición en una zona industrial. La galería cuenta con una colección de arte contemporáneo que sobrepasa las 1.200 obras (con piezas de Cattelan, Koons, Gabriel Orozco y Santiago Serra, entre otros). Del total, unas 600 obras son de artistas latinoamericanos.
Diana y Moisés Berezdivin
(Puerto Rico):
Esta pareja de cubanos radicados en Puerto Rico son propietarios de los almacenes Kress y su colección está enfocada al arte contemporáneo. La pareja inició su colección en los 70 con arte israelí, luego viraron hacia el Caribe y luego a una visión más universal desde los 90. En 2005 inauguran el Espacio 1414. Un dato importante es que la venezolana Julieta González, quien fuera curadora de la colección, fue nombrada en 2005 curadora asociada de arte latinoamericano de la Tate Modern Art Gallery de Londres.
Patricia Cisneros
(Venezuela)
La mujer de Gustavo Cisneros -magnate venezolano conocido por sus empresas de comunicaciones- dirige la colección enfocada principalmente en arte contemporáneo latinoamericano. La colección Cisneros no tiene un lugar físico de exposiciones propio, pero ha itinerado en Latinoamérica y Estados Unidos. Parte de esas obras pasaron por Chile en 2004 en una muestra de abstracción geométrica exhibida en el Bellas Artes. La colección incluye, además, arte colonial latinoamericano, artes decorativas internacionales y una selección de paisajes latinoamericanos realizados desde el siglo XVII hasta principios del siglo XX.
Gilberto Chateubriand
(Brasil):
Tiene la mayor colección de arte brasileño. Su colección comprende cuatro mil obras entre pintura, escultura, grabados, instalaciones y objetos. Chateubriand -ex diplomático y empresario- inició su colección en 1953 y en 1993 la cedió en régimen de comodato al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro.
Eduardo Constantini
(Argentina):
En treinta años, Constantini logró hacer una fortuna propia gracias a sus habilidades financieras, construir un imperio inmobiliario y transformarse en coleccionista de arte. Comenzó en los 80, y en 2001 Eduardo Constantini abrió su colección privada inaugurando el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires), que alberga las cerca de 220 piezas de arte que van desde comienzos del siglo XX hasta la actualidad.

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