GUILLERMO CALDERON, DRAMATURGO CHILENO
Guillermo Calderón: un dramaturgo de éxito internacional
Con Neva, Clase y Diciembre se ha convertido en el director y dramaturgo chileno de mayor relevancia en los últimos años. ¿La clave de su éxito? Mantenerse fiel a un estilo propio y no apurarse: después de estudiar acá se fue a EEUU y recién a los 36 años estrenó Neva.
por Rodrigo Miranda
Con Neva, Clase y Diciembre se ha convertido en el director y dramaturgo chileno de mayor relevancia en los últimos años. ¿La clave de su éxito? Mantenerse fiel a un estilo propio y no apurarse: después de estudiar acá se fue a EEUU y recién a los 36 años estrenó Neva.
por Rodrigo Miranda
La Tercera 11/10/2009 - 13:49
Neva, la primera obra de Calderón
Ha pasado los últimos cuatro años escribiendo y dirigiendo las obras de teatro Neva, Clase y Diciembre. Las ha presentado por el mundo y ha arrasado con todos los premios. Hasta el próximo viernes exhibe las tres en el Festival de Buenos Aires, pero antes las ha paseado por EEUU, Francia, España, Austria, Portugal, Brasil y Canadá. Al mismo tiempo, ha aprendido a conservar la humildad y mantener la fama a raya. Ha visto también cómo, al hacerles caso a sus intuiciones, es capaz de crear historias universales que traspasan fronteras.
Mientras escribe la próxima obra del ex La Troppa Jaime Lorca, el dramaturgo y director chileno Guillermo Calderón (38) se prepara para viajar a Rusia en junio de 2010. Neva se presentará en el Festival Chéjov de Moscú, donde se celebrarán los 100 años de la muerte del escritor ruso en cuya vida está basada la obra. También aprovechará la invitación para conocer San Petersburgo, ciudad donde transcurre la trama. Es un apasionado del teatro y ya sabe que llorará de emoción al ver por primera vez el río de la ciudad (el Neva) que precisamente da nombre a su primera obra.
"Será un viaje de erotismo literario, porque soy fanático de la literatura rusa", explica. "Rusia tiene todo un simbolismo para mí. Me han contado que el Neva es un río muy grande, frente al que hay museos, como el Hermitage. Voy alucinar con esta ciudad pegada en el pasado y en la época soviética", adelanta Calderón.
Neva, estrenado en 2006, es considerado el mejor montaje de los últimos 10 años. Sin ningún elemento accesorio o decorativo, la obra basada en la vida de Chéjov no tiene escenografía y los actores se iluminan con una pequeña estufa eléctrica. Luego del término de la función, no hay convencionalismos, los actores no salen a saludar al público y recibir ramos de flores.
Simplemente, se apaga la luz y el público sale de la sala sin ver nunca más al elenco. "Me interesa la simpleza y los recursos puramente teatrales: actuación y texto. No sólo se trata de montar una obra, sino de armar un discurso", señala.
El éxito de Neva no fue sorpresivo y surge de las experiencias teatrales previas de su autor. "No me extrañó cuando se reveló como un gran director y dramaturgo. Como alumno era muy serio. Ya se vislumbraba que se convertiría en un gran hombre de teatro y en un hombre de principios", apunta el director Fernando González.
A mediados de los 90, Calderón participó en la compañía El Cancerbero, donde conoció a las actrices de Neva, Paula Zúñiga y Trinidad González. En 1997, estudió en el Actor's Studio, pero como no le gustó el estilo stanislavskiano, al año siguiente, optó por una academia de teatro físico en California. Entre 2004 y 2006, tomó un Master en teoría del cine en Nueva York. "Algunos dramaturgos salen de la escuela de teatro y a los 23 años escriben obras, al contrario, yo tuve una maduración lenta, a fuego muy lento", apunta Calderón.
Para la dramaturga Isidora Aguirre el autor de Neva es su mejor alumno: "Tiene un estilo. Todas sus obras son protagonizadas por personajes en lugares encerrados, mientras afuera se desarrollan conflictos políticos".
La realidad social es una de sus preocupaciones. Mientras Neva transcurre previo a la Revolución Rusa, Diciembre está ambientada en una nueva Guerra del Pacífico del año 2014 y Clase en medio de la Revolución de los Pingüinos. Su cuarta obra llegará en enero. Calderón estrenará Los que van quedando en el camino, de Isidora Aguirre. La historia recrea la masacre de campesinos ocurrida en el poblado sureño de Ranquil en 1934. Aunque no le gusta montar obras ajenas, aceptó esta co-producción con el Festival Santiago a Mil por una razón sentimental: la autora de La pérgola de las flores fue uno de sus más admiradas profesoras. En el elenco logró reunir a actores de la versión de 1969 del Teatro de la Universidad de Chile, dirigida por Eugenio Guzmán: Mario Lorca, Sonia Mena, Mónica Carrasco y Regildo Castro. A ellos se unen otros actores emblemáticos de esa época, como Diana Sanz y Mario Montilles.
"En la Universidad de Chile, algunos de estos actores fueron mis profesores, quienes me traspasaron el peso de la tradición de una compañía de gran compromiso político", confiesa Calderón. "Me cuentan que en 1969 el público lloraba con la obra y había momentos donde nadie hablaba, en los que no volaba ni una mosca".
Neva, la primera obra de Calderón
Ha pasado los últimos cuatro años escribiendo y dirigiendo las obras de teatro Neva, Clase y Diciembre. Las ha presentado por el mundo y ha arrasado con todos los premios. Hasta el próximo viernes exhibe las tres en el Festival de Buenos Aires, pero antes las ha paseado por EEUU, Francia, España, Austria, Portugal, Brasil y Canadá. Al mismo tiempo, ha aprendido a conservar la humildad y mantener la fama a raya. Ha visto también cómo, al hacerles caso a sus intuiciones, es capaz de crear historias universales que traspasan fronteras.
Mientras escribe la próxima obra del ex La Troppa Jaime Lorca, el dramaturgo y director chileno Guillermo Calderón (38) se prepara para viajar a Rusia en junio de 2010. Neva se presentará en el Festival Chéjov de Moscú, donde se celebrarán los 100 años de la muerte del escritor ruso en cuya vida está basada la obra. También aprovechará la invitación para conocer San Petersburgo, ciudad donde transcurre la trama. Es un apasionado del teatro y ya sabe que llorará de emoción al ver por primera vez el río de la ciudad (el Neva) que precisamente da nombre a su primera obra.
"Será un viaje de erotismo literario, porque soy fanático de la literatura rusa", explica. "Rusia tiene todo un simbolismo para mí. Me han contado que el Neva es un río muy grande, frente al que hay museos, como el Hermitage. Voy alucinar con esta ciudad pegada en el pasado y en la época soviética", adelanta Calderón.
Neva, estrenado en 2006, es considerado el mejor montaje de los últimos 10 años. Sin ningún elemento accesorio o decorativo, la obra basada en la vida de Chéjov no tiene escenografía y los actores se iluminan con una pequeña estufa eléctrica. Luego del término de la función, no hay convencionalismos, los actores no salen a saludar al público y recibir ramos de flores.
Simplemente, se apaga la luz y el público sale de la sala sin ver nunca más al elenco. "Me interesa la simpleza y los recursos puramente teatrales: actuación y texto. No sólo se trata de montar una obra, sino de armar un discurso", señala.
El éxito de Neva no fue sorpresivo y surge de las experiencias teatrales previas de su autor. "No me extrañó cuando se reveló como un gran director y dramaturgo. Como alumno era muy serio. Ya se vislumbraba que se convertiría en un gran hombre de teatro y en un hombre de principios", apunta el director Fernando González.
A mediados de los 90, Calderón participó en la compañía El Cancerbero, donde conoció a las actrices de Neva, Paula Zúñiga y Trinidad González. En 1997, estudió en el Actor's Studio, pero como no le gustó el estilo stanislavskiano, al año siguiente, optó por una academia de teatro físico en California. Entre 2004 y 2006, tomó un Master en teoría del cine en Nueva York. "Algunos dramaturgos salen de la escuela de teatro y a los 23 años escriben obras, al contrario, yo tuve una maduración lenta, a fuego muy lento", apunta Calderón.
Para la dramaturga Isidora Aguirre el autor de Neva es su mejor alumno: "Tiene un estilo. Todas sus obras son protagonizadas por personajes en lugares encerrados, mientras afuera se desarrollan conflictos políticos".
La realidad social es una de sus preocupaciones. Mientras Neva transcurre previo a la Revolución Rusa, Diciembre está ambientada en una nueva Guerra del Pacífico del año 2014 y Clase en medio de la Revolución de los Pingüinos. Su cuarta obra llegará en enero. Calderón estrenará Los que van quedando en el camino, de Isidora Aguirre. La historia recrea la masacre de campesinos ocurrida en el poblado sureño de Ranquil en 1934. Aunque no le gusta montar obras ajenas, aceptó esta co-producción con el Festival Santiago a Mil por una razón sentimental: la autora de La pérgola de las flores fue uno de sus más admiradas profesoras. En el elenco logró reunir a actores de la versión de 1969 del Teatro de la Universidad de Chile, dirigida por Eugenio Guzmán: Mario Lorca, Sonia Mena, Mónica Carrasco y Regildo Castro. A ellos se unen otros actores emblemáticos de esa época, como Diana Sanz y Mario Montilles.
"En la Universidad de Chile, algunos de estos actores fueron mis profesores, quienes me traspasaron el peso de la tradición de una compañía de gran compromiso político", confiesa Calderón. "Me cuentan que en 1969 el público lloraba con la obra y había momentos donde nadie hablaba, en los que no volaba ni una mosca".
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