DE NUESTROS SOCIOS: FELIPE VICENCIO
VERANEO.- La casa abría algunos meses de verano, en Semana Santa, Fiestas Patrias y, a veces, en Año Nuevo.
REPARACIÓN.- El despacho de Enrique Mac-Iver se salvará de ser demolido, pero tanto éste como el salón deberán ser restaurados.
El mar arrasó con salones, dormitorios y jardines:
La casa colonial de Enrique Mac-Iver no se salvó del tsunami
Casi todo el inmueble sufrió graves daños y deberá ser demolido. Sus dueños ya piensan en repararlo.
René Olivares
La casa colonial de Enrique Mac-Iver no se salvó del tsunami
Casi todo el inmueble sufrió graves daños y deberá ser demolido. Sus dueños ya piensan en repararlo.
René Olivares
El Mercurio Santiago de Chile lunes 8 de marzo de 2010 Actualizado a las 6:16 hrs.
Entrar a la Casa Mac-Iver en Constitución era como regresar al pasado. La familia se había encargado de mantener casi intacta toda la impronta del lugar, que data de 1843.
Ingresar ahora es recoger la más vívida postal del desastre. Casi todo el inmueble sufrió daños estructurales, un ala completa quedó en el suelo y los amplios jardines ya se marchitan por efecto del agua salada, que los muros tienen marcados a una altura superior al metro.
Terremoto y tsunami arrasaron con casi toda la casona de 60 habitaciones y 16 baños. En ese momento no había huéspedes en el lugar, pero sí estaba el administrador, Felipe Vicencio, quien contó que a medida que buscaba una vía de escape sentía caer la casa tras él.
La fuerza de las olas dejó convertido en pedazos el comedor, con una mesa con capacidad para 32 comensales. Lo mismo ocurrió en habitaciones, salones, patios exteriores. Los muebles traídos en 1846 por Henry Mac-Iver -marino escocés, padre del político chileno y dueño original de la casa- ya están en Santiago para restaurarlos. Lo único que sufrió un daño menor fue el histórico despacho de Enrique Mac-Iver, en la parte más alta de la casa.
La familia, según cuentan cercanos, ya asumió que el lugar deberá ser demolido casi totalmente, pero la idea es reconstruirlo en material sólido, manteniendo el mismo diseño.
Entrar a la Casa Mac-Iver en Constitución era como regresar al pasado. La familia se había encargado de mantener casi intacta toda la impronta del lugar, que data de 1843.
Ingresar ahora es recoger la más vívida postal del desastre. Casi todo el inmueble sufrió daños estructurales, un ala completa quedó en el suelo y los amplios jardines ya se marchitan por efecto del agua salada, que los muros tienen marcados a una altura superior al metro.
Terremoto y tsunami arrasaron con casi toda la casona de 60 habitaciones y 16 baños. En ese momento no había huéspedes en el lugar, pero sí estaba el administrador, Felipe Vicencio, quien contó que a medida que buscaba una vía de escape sentía caer la casa tras él.
La fuerza de las olas dejó convertido en pedazos el comedor, con una mesa con capacidad para 32 comensales. Lo mismo ocurrió en habitaciones, salones, patios exteriores. Los muebles traídos en 1846 por Henry Mac-Iver -marino escocés, padre del político chileno y dueño original de la casa- ya están en Santiago para restaurarlos. Lo único que sufrió un daño menor fue el histórico despacho de Enrique Mac-Iver, en la parte más alta de la casa.
La familia, según cuentan cercanos, ya asumió que el lugar deberá ser demolido casi totalmente, pero la idea es reconstruirlo en material sólido, manteniendo el mismo diseño.
<< Home