EL MIR Y ETA
La empresaria Alicia Koplowitz se salvó de ser plagiada por el MIR.
Periodista cuenta inédita historia:
Libro relata por qué la ETA y el MIR rompieron relaciones
Chilenos planificaron secuestro, pero los españoles no los recompensaron.
El Mercurio 14 de junio de 2010
RODRIGO VERGARA
Detalles inéditos de la participación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) chileno en operaciones conjuntas con la ETA. Eso es lo que revela el libro "Las Conexiones de ETA en América", escrito por el periodista vasco Florencio Domínguez, experto en temas del grupo separatista europeo.
En el texto, reseñado por los diarios más importantes de España, se encuentra la historia que terminó con la unión entre ambos grupos, luego del secuestro del empresario madrileño Emiliano Revilla en 1988.
Según el autor, simplemente los etarras no cancelaron los dineros acordados con los chilenos. "Aquella alianza terrorista llegó a su fin por una cuestión de tacañería. ETA no quiso recompensar al MIR todo el esfuerzo que este grupo había realizado para cumplir su parte del pacto", dice uno de los primeros capítulos de la obra.
Según Domínguez, la gente del MIR planificó por varios meses el plagio. Realizó seguimientos, arrendó una casa de seguridad y escribió informes. O sea, una producción afinada para el delito. El secuestro, eso sí, y el cobro del rescate los realizaron los españoles.
El problema mayor estuvo a la hora del reparto. De los entre 6 y 7,2 millones de euros conseguidos (en aquellos años su equivalente en pesetas) por el plagio, el grupo chileno (la mayoría de ellos procesados por el hecho) sólo habría tomado 480 mil euros (80 millones de pesetas). No alcanzaba ni para cubrir los gastos incurridos en la preparación.
"ETA no quiso pagar lo acordado a sus socios, se quedó con la parte del león y regateó el diezmo del MIR, lo que provocó que los chilenos rompieran unos acuerdos de cooperación terrorista que tenían ya más de diez años de antigüedad", sostiene el autor en el libro de 320 páginas.
El texto cuenta que por este impasse la empresaria y millonaria española Alicia Koplowitz se salvó de un planificado plagio.
De hecho, el autor comienza su creación literaria con el siguiente párrafo: "Nunca agradecerá bastante Alicia Koplowitz la tacañería de ETA. De no haberse comportado la banda con racanería (tacañería) con sus socios chilenos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), la empresaria hubiera podido ser secuestrada en 1990".
Los miristas tenían todo listo para dar con la mujer, luego de descubrir en una revista del corazón la peluquería que frecuentaba. A partir de ese dato dieron con toda su rutina. Pero no lo hicieron. Todo se complicó por un tema de "negocios".
"Lo único que no hacen los chilenos es coger a la víctima y negociar el rescate. Y luego va ETA y no les da ni el 10%".
FLORENCIO DOMÍNGUEZ
Periodista vasco
Indagación
De acuerdo con las investigaciones policiales de la época, el nexo entre el MIR y la ETA era el chileno René Valenzuela Béjar, alias "El Gato". Este hombre fue detenido en 1992 junto a Gonzalo Boye (quien ahora ejerce de abogado y defiende a las víctimas del 27/M), Alexis Corvalán y Ramiro Silva. Valenzuela habría coordinado desde París la Operación Retorno en el año 1981.
Libro relata por qué la ETA y el MIR rompieron relaciones
Chilenos planificaron secuestro, pero los españoles no los recompensaron.
El Mercurio 14 de junio de 2010
RODRIGO VERGARA
Detalles inéditos de la participación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) chileno en operaciones conjuntas con la ETA. Eso es lo que revela el libro "Las Conexiones de ETA en América", escrito por el periodista vasco Florencio Domínguez, experto en temas del grupo separatista europeo.
En el texto, reseñado por los diarios más importantes de España, se encuentra la historia que terminó con la unión entre ambos grupos, luego del secuestro del empresario madrileño Emiliano Revilla en 1988.
Según el autor, simplemente los etarras no cancelaron los dineros acordados con los chilenos. "Aquella alianza terrorista llegó a su fin por una cuestión de tacañería. ETA no quiso recompensar al MIR todo el esfuerzo que este grupo había realizado para cumplir su parte del pacto", dice uno de los primeros capítulos de la obra.
Según Domínguez, la gente del MIR planificó por varios meses el plagio. Realizó seguimientos, arrendó una casa de seguridad y escribió informes. O sea, una producción afinada para el delito. El secuestro, eso sí, y el cobro del rescate los realizaron los españoles.
El problema mayor estuvo a la hora del reparto. De los entre 6 y 7,2 millones de euros conseguidos (en aquellos años su equivalente en pesetas) por el plagio, el grupo chileno (la mayoría de ellos procesados por el hecho) sólo habría tomado 480 mil euros (80 millones de pesetas). No alcanzaba ni para cubrir los gastos incurridos en la preparación.
"ETA no quiso pagar lo acordado a sus socios, se quedó con la parte del león y regateó el diezmo del MIR, lo que provocó que los chilenos rompieran unos acuerdos de cooperación terrorista que tenían ya más de diez años de antigüedad", sostiene el autor en el libro de 320 páginas.
El texto cuenta que por este impasse la empresaria y millonaria española Alicia Koplowitz se salvó de un planificado plagio.
De hecho, el autor comienza su creación literaria con el siguiente párrafo: "Nunca agradecerá bastante Alicia Koplowitz la tacañería de ETA. De no haberse comportado la banda con racanería (tacañería) con sus socios chilenos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), la empresaria hubiera podido ser secuestrada en 1990".
Los miristas tenían todo listo para dar con la mujer, luego de descubrir en una revista del corazón la peluquería que frecuentaba. A partir de ese dato dieron con toda su rutina. Pero no lo hicieron. Todo se complicó por un tema de "negocios".
"Lo único que no hacen los chilenos es coger a la víctima y negociar el rescate. Y luego va ETA y no les da ni el 10%".
FLORENCIO DOMÍNGUEZ
Periodista vasco
Indagación
De acuerdo con las investigaciones policiales de la época, el nexo entre el MIR y la ETA era el chileno René Valenzuela Béjar, alias "El Gato". Este hombre fue detenido en 1992 junto a Gonzalo Boye (quien ahora ejerce de abogado y defiende a las víctimas del 27/M), Alexis Corvalán y Ramiro Silva. Valenzuela habría coordinado desde París la Operación Retorno en el año 1981.
<< Home