Albert Camus en Chile
A 100 años de
su nacimiento Recuerdos de su visita a Chile
Albert Camus: el extranjero en los parajes del fin del mundo
Escritor, filósofo, dramaturgo y ensayista francés nacido en Argelia, Albert Camus visitó América Latina en 1949. En Chile, el futuro premio Nobel de Literatura (1957) permaneció cinco días de agosto, en los que dio conferencias, fue testigo de protestas y no se separó nunca de su traductora, Carmen Yáñez, hija de Juan Emar.
Yael Mandler
El Mercurio Artes y Letras Santiago de Chile
domingo 20 de enero de 2013
Actualizado a las 10:54 hrs.
El suelo chileno fue la cuarta parada de Albert Camus en su autoexilio del fulgor parisino. Las luces, la atención y las expectativas eran un constante agobio para el autor que había alcanzado la fama hacia 1944, tras terminar un proyecto que incluía la creación del ensayo "El mito de Sísifo", la obra de teatro "Calígula" y la novela "El extranjero". El clima polarizado de los primeros años de posguerra en Francia obligaba a los intelectuales a tomar posición frente a ideas contrapuestas, pero Camus se había negado a unirse a las filas de un grupo determinado. Estas disputas terminaron por embarcarlo rumbo a Latinoamérica en 1949.
En ese contexto arribó al país el autor de libros de fama mundial como "La peste" y obras de teatro como "El malentendido".
A cien años de su nacimiento, el recuerdo de su paso por Chile está plasmado en los diarios de la época y en la memoria de quienes lo conocieron. La gira propuesta por Roger Seydoux -de la Dirección General de Relaciones Culturales francesa- para realizar una serie de charlas como autor influyente del siglo XX europeo, contemplaba un recorrido con detenciones en Brasil, Argentina, Uruguay y Chile.
Con cuaderno en mano, Camus se subió al barco Campana en el puerto mediterráneo de Marsella el 30 de junio de 1949. "Espero la partida por los pasillos y puentes. Sentimiento de vergüenza viendo a los pasajeros de cuarta clase, alojados en el entrepuente, en literas superpuestas, estilo campo de concentración", detalló en su diario en uno de sus primeros días en altamar. Durante la travesía, el ánimo de Camus no lo acompaña. Pasa por momentos oscuros, que él atribuye en principio a una depresión, pero que después se acercan más a una recaída de la tuberculosis que lo persigue desde su juventud.
Su decaimiento también se debía al momento que vivía su carrera y su vida en Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial, junto a Jean Paul Sartre, participó activamente y de forma clandestina en el diario de la resistencia francesa "Combat". Como ambos dedicaban sus escritos a tratar temas propios del existencialismo como la libertad, la nada o el absurdo, se les asoció a esta corriente de pensamiento. Pero Camus no se sentía parte de ésta. Por eso, una vez terminado el conflicto y consolidada la Guerra Fría, quiso desligarse de la imagen de miembro de la Resistencia y del existencialismo.
Otro frente de conflicto es el inicio de las primeras intenciones de independencia de su Argelia natal, movimiento del cual prefiere mantenerse al margen. Para algunos estudiosos del escritor, esta gira fue entonces como un autoexilio del clima de división y fama que le pesa. "Se mete en un período de creación nuevo, en el cual quiere revalidarse, dejar de ser el segundón de Sartre, el existencialista o el parte de algo", explica el historiador Patricio Arriagada, estudioso de Camus y quien está organizando unas jornadas para celebrar su centenario.
"Estado de sitio", estrenada en 1948, y otras de sus obras de teatro, no tienen la fama que alcanzó "Calígula". "Estaba preparando un gran ensayo sobre la rebeldía, que para él era el gran tema de la época, para contestar al concepto de revolución que ya todos abrazaban y que a él no le gustaba mucho, porque la implicaba como parte de un Estado que ejercía la violencia", afirma Arriagada.
En tierras latinas
El 15 de julio de 1949 desembarcó en Río de Janeiro. El recorrido siguió por Montevideo y Buenos Aires. En esta última ciudad, sufre en carne propia la censura del gobierno peronista. Meses antes de su visita, la actriz española Margarita Xirgu, preparaba una adaptación de "El malentendido", pero la presentación fue cancelada por tratarse de una obra atea y existencialista a los ojos de las autoridades. Con este antecedente, Camus se dispuso a hacer una conferencia sobre la libertad de expresión, pero cuando le pidieron revisar el contenido de su discurso, él se negó.
Después de esa experiencia, aterriza en Santiago el 14 de agosto y se queda por cinco días. A pesar de que tuvo problemas con su visa para entrar en territorio nacional, encuentra en Chile un país más tranquilo en comparación con los anteriores. Se hospeda en el Hotel Crillon, y Etienne Frois, agregado cultural de la época y columnista de la revista especializada Pro Arte, se encarga de gestionar su itinerario. A cada actividad iba acompañado de su traductora Carmen Yáñez, hija de Juan Emar (Álvaro Yáñez) y los medios nacionales lo observaban con atención. "Como continuador de la tradición francesa, el señor Camus posee una precisión notable en sus respuestas y en sus apreciaciones sobre los diversos temas que se le plantean y revela gran dinamismo en toda su personalidad", lo describe la nota de "El Mercurio" del 16 de agosto.
En Chile, la década de 1940 fue la época de los teatros universitarios -el Teatro Ensayo de la Universidad Católica y el Teatro Experimental de la Universidad de Chile ya tenían prestigio-, mientras los estudios filosóficos estaban en pañales. Fue a través de revistas culturales y obras dramáticas, entonces, que se dio a conocer una corriente de pensamiento más reflexiva. "Como tenía que ver mucho con el teatro y la literatura, Camus irrumpió con fuerza, porque era una figura más fácil de entender que Sartre. Lo que se conocía de Sartre era la parte literaria y teatral, pero Camus era mucho más digerible", comenta Arriagada.
Irónicamente, la prensa nacional anuncia su llegada con la presentación que él quería dejar atrás: la de un escritor existencialista, el número dos en su género después de Sartre. Por eso en sus conferencias intenta desmarcarse de esta imagen. El 15 de agosto asiste como invitado de honor a la sala auditorio de la radio Sociedad Nacional de Minería, donde expone y responde a las preguntas de la audiencia. "El visitante subraya que no es existencialista, que jamás lo ha sido y que nunca será existencialista, ya que aquella filosofía, como toda otra, entraña un postulado y que él no ha adoptado postulado alguno", relata "El Mercurio" al día siguiente.
Camus realiza dos charlas, "El asesinato y nosotros" y "Novela y rebeldía". En ese entonces ya fraguaba lo que escribiría en su ensayo "El hombre rebelde", de 1951; por eso plantea temas en los que la emancipación social tiene un rol principal. "Al referirse a la cruenta lucha entre la libertad y el despotismo, declara que la mentira más grande de nuestro tiempo es que hay que sacrificar la libertad para conseguir la justicia social", publica el diario La Nación el 16 de agosto de ese año.
No sólo paz social vio Camus en Chile. A los pocos días de su llegada, el gobierno de Gabriel González Videla aumentó en 20 centavos -una chaucha- el pasaje de transporte público. Esta medida desató una violenta manifestación que incluyó la quema de buses y enfrentamientos con Carabineros el 16 y 17 de agosto: el llamado "Chauchazo".
La situación complicó la realización de una de las charlas del escritor, pero también le permitió hacer algunas reflexiones. Durante la segunda jornada de revueltas, Camus escribió: "Ya en el día de ayer se habían registrado manifestaciones. Pero hoy esto parece un terremoto. El motivo es el aumento del pasaje de las 'micros' (los autobuses de Santiago). Se dan vuelta los autobuses y se les incendia. Se rompen los vidrios de los que pasan". "Cuando salgo, los negocios están con sus rejas abajo y las tropas encasquetadas y armadas ocupan literalmente la ciudad. A veces tiran al blanco. Es el estado de sitio. En la noche, escucho tiros aislados", agrega.
A pesar de este ambiente de confusión, a sus charlas asiste un público de élite y también jóvenes que veían en los planteamientos de los filósofos y escritores franceses la personificación de un descontento con las generaciones mayores. El escritor Alfonso Calderón era uno de ellos. "El mundo se encontraba experimentando una cada vez más aguda desespiritualización; el progreso iba en contra de la espiritualidad", dijo Calderón en 2009, poco antes de su muerte, en una entrevista realizada por Patricio Arriagada. Tenía 19 años cuando Camus visitó Chile y, como seguidor ferviente de Sartre, asistió a una de sus conferencias. "Me acuerdo de que ese día pasé por la librería Lope de Vega a comprar unos libros y después me sumé a las manifestaciones contra el alza del pasaje de las micros. En la tarde dejamos la revolución un rato y asistimos a la conferencia del llamado 'filósofo del absurdo'. Me causó una gran impresión, el recinto estaba repleto", recordó entonces Calderón.
Albert Camus deja el país el 19 de agosto. El escritor volvió a París para ir al estreno de su obra "Los inocentes". Aunque estuvo en Chile sólo por cinco días, en medio de revueltas sociales, confesó que le gustó y que incluso podría vivir acá, pero en otras circunstancias.
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La emancipación social era un tema que inquietaba a Camus en su visita y fue el eje principal de sus charlas en Santiago.
De vuelta, 63 años después
Para conmemorar los 100 años del nacimiento de Albert Camus, Chile se ha sumado a las celebraciones que se realizarán en el mundo.
Las Jornadas Internacionales Albert Camus 2013, organizadas por el historiador Patricio Arriagada, estarán a cargo del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica y se encargarán de destacar la vida y obra de este influyente intelectual. El proyecto que contempla una exposición fotográfica, ciclos de cine francés, seminarios internacionales, montajes teatrales y charlas se llevará a cabo a lo largo del año, y además cuenta con el apoyo de la Embajada de Francia, Liceo Saint-Exupéry (Alianza Francesa) y el Instituto Chileno-Francés. Para más información, contactar en Camus2013@gmail.com.
Albert Camus: el extranjero en los parajes del fin del mundo
Escritor, filósofo, dramaturgo y ensayista francés nacido en Argelia, Albert Camus visitó América Latina en 1949. En Chile, el futuro premio Nobel de Literatura (1957) permaneció cinco días de agosto, en los que dio conferencias, fue testigo de protestas y no se separó nunca de su traductora, Carmen Yáñez, hija de Juan Emar.
Yael Mandler
El Mercurio Artes y Letras Santiago de Chile
domingo 20 de enero de 2013
Actualizado a las 10:54 hrs.
El suelo chileno fue la cuarta parada de Albert Camus en su autoexilio del fulgor parisino. Las luces, la atención y las expectativas eran un constante agobio para el autor que había alcanzado la fama hacia 1944, tras terminar un proyecto que incluía la creación del ensayo "El mito de Sísifo", la obra de teatro "Calígula" y la novela "El extranjero". El clima polarizado de los primeros años de posguerra en Francia obligaba a los intelectuales a tomar posición frente a ideas contrapuestas, pero Camus se había negado a unirse a las filas de un grupo determinado. Estas disputas terminaron por embarcarlo rumbo a Latinoamérica en 1949.
En ese contexto arribó al país el autor de libros de fama mundial como "La peste" y obras de teatro como "El malentendido".
A cien años de su nacimiento, el recuerdo de su paso por Chile está plasmado en los diarios de la época y en la memoria de quienes lo conocieron. La gira propuesta por Roger Seydoux -de la Dirección General de Relaciones Culturales francesa- para realizar una serie de charlas como autor influyente del siglo XX europeo, contemplaba un recorrido con detenciones en Brasil, Argentina, Uruguay y Chile.
Con cuaderno en mano, Camus se subió al barco Campana en el puerto mediterráneo de Marsella el 30 de junio de 1949. "Espero la partida por los pasillos y puentes. Sentimiento de vergüenza viendo a los pasajeros de cuarta clase, alojados en el entrepuente, en literas superpuestas, estilo campo de concentración", detalló en su diario en uno de sus primeros días en altamar. Durante la travesía, el ánimo de Camus no lo acompaña. Pasa por momentos oscuros, que él atribuye en principio a una depresión, pero que después se acercan más a una recaída de la tuberculosis que lo persigue desde su juventud.
Su decaimiento también se debía al momento que vivía su carrera y su vida en Francia. Durante la Segunda Guerra Mundial, junto a Jean Paul Sartre, participó activamente y de forma clandestina en el diario de la resistencia francesa "Combat". Como ambos dedicaban sus escritos a tratar temas propios del existencialismo como la libertad, la nada o el absurdo, se les asoció a esta corriente de pensamiento. Pero Camus no se sentía parte de ésta. Por eso, una vez terminado el conflicto y consolidada la Guerra Fría, quiso desligarse de la imagen de miembro de la Resistencia y del existencialismo.
Otro frente de conflicto es el inicio de las primeras intenciones de independencia de su Argelia natal, movimiento del cual prefiere mantenerse al margen. Para algunos estudiosos del escritor, esta gira fue entonces como un autoexilio del clima de división y fama que le pesa. "Se mete en un período de creación nuevo, en el cual quiere revalidarse, dejar de ser el segundón de Sartre, el existencialista o el parte de algo", explica el historiador Patricio Arriagada, estudioso de Camus y quien está organizando unas jornadas para celebrar su centenario.
"Estado de sitio", estrenada en 1948, y otras de sus obras de teatro, no tienen la fama que alcanzó "Calígula". "Estaba preparando un gran ensayo sobre la rebeldía, que para él era el gran tema de la época, para contestar al concepto de revolución que ya todos abrazaban y que a él no le gustaba mucho, porque la implicaba como parte de un Estado que ejercía la violencia", afirma Arriagada.
En tierras latinas
El 15 de julio de 1949 desembarcó en Río de Janeiro. El recorrido siguió por Montevideo y Buenos Aires. En esta última ciudad, sufre en carne propia la censura del gobierno peronista. Meses antes de su visita, la actriz española Margarita Xirgu, preparaba una adaptación de "El malentendido", pero la presentación fue cancelada por tratarse de una obra atea y existencialista a los ojos de las autoridades. Con este antecedente, Camus se dispuso a hacer una conferencia sobre la libertad de expresión, pero cuando le pidieron revisar el contenido de su discurso, él se negó.
Después de esa experiencia, aterriza en Santiago el 14 de agosto y se queda por cinco días. A pesar de que tuvo problemas con su visa para entrar en territorio nacional, encuentra en Chile un país más tranquilo en comparación con los anteriores. Se hospeda en el Hotel Crillon, y Etienne Frois, agregado cultural de la época y columnista de la revista especializada Pro Arte, se encarga de gestionar su itinerario. A cada actividad iba acompañado de su traductora Carmen Yáñez, hija de Juan Emar (Álvaro Yáñez) y los medios nacionales lo observaban con atención. "Como continuador de la tradición francesa, el señor Camus posee una precisión notable en sus respuestas y en sus apreciaciones sobre los diversos temas que se le plantean y revela gran dinamismo en toda su personalidad", lo describe la nota de "El Mercurio" del 16 de agosto.
En Chile, la década de 1940 fue la época de los teatros universitarios -el Teatro Ensayo de la Universidad Católica y el Teatro Experimental de la Universidad de Chile ya tenían prestigio-, mientras los estudios filosóficos estaban en pañales. Fue a través de revistas culturales y obras dramáticas, entonces, que se dio a conocer una corriente de pensamiento más reflexiva. "Como tenía que ver mucho con el teatro y la literatura, Camus irrumpió con fuerza, porque era una figura más fácil de entender que Sartre. Lo que se conocía de Sartre era la parte literaria y teatral, pero Camus era mucho más digerible", comenta Arriagada.
Irónicamente, la prensa nacional anuncia su llegada con la presentación que él quería dejar atrás: la de un escritor existencialista, el número dos en su género después de Sartre. Por eso en sus conferencias intenta desmarcarse de esta imagen. El 15 de agosto asiste como invitado de honor a la sala auditorio de la radio Sociedad Nacional de Minería, donde expone y responde a las preguntas de la audiencia. "El visitante subraya que no es existencialista, que jamás lo ha sido y que nunca será existencialista, ya que aquella filosofía, como toda otra, entraña un postulado y que él no ha adoptado postulado alguno", relata "El Mercurio" al día siguiente.
Camus realiza dos charlas, "El asesinato y nosotros" y "Novela y rebeldía". En ese entonces ya fraguaba lo que escribiría en su ensayo "El hombre rebelde", de 1951; por eso plantea temas en los que la emancipación social tiene un rol principal. "Al referirse a la cruenta lucha entre la libertad y el despotismo, declara que la mentira más grande de nuestro tiempo es que hay que sacrificar la libertad para conseguir la justicia social", publica el diario La Nación el 16 de agosto de ese año.
No sólo paz social vio Camus en Chile. A los pocos días de su llegada, el gobierno de Gabriel González Videla aumentó en 20 centavos -una chaucha- el pasaje de transporte público. Esta medida desató una violenta manifestación que incluyó la quema de buses y enfrentamientos con Carabineros el 16 y 17 de agosto: el llamado "Chauchazo".
La situación complicó la realización de una de las charlas del escritor, pero también le permitió hacer algunas reflexiones. Durante la segunda jornada de revueltas, Camus escribió: "Ya en el día de ayer se habían registrado manifestaciones. Pero hoy esto parece un terremoto. El motivo es el aumento del pasaje de las 'micros' (los autobuses de Santiago). Se dan vuelta los autobuses y se les incendia. Se rompen los vidrios de los que pasan". "Cuando salgo, los negocios están con sus rejas abajo y las tropas encasquetadas y armadas ocupan literalmente la ciudad. A veces tiran al blanco. Es el estado de sitio. En la noche, escucho tiros aislados", agrega.
A pesar de este ambiente de confusión, a sus charlas asiste un público de élite y también jóvenes que veían en los planteamientos de los filósofos y escritores franceses la personificación de un descontento con las generaciones mayores. El escritor Alfonso Calderón era uno de ellos. "El mundo se encontraba experimentando una cada vez más aguda desespiritualización; el progreso iba en contra de la espiritualidad", dijo Calderón en 2009, poco antes de su muerte, en una entrevista realizada por Patricio Arriagada. Tenía 19 años cuando Camus visitó Chile y, como seguidor ferviente de Sartre, asistió a una de sus conferencias. "Me acuerdo de que ese día pasé por la librería Lope de Vega a comprar unos libros y después me sumé a las manifestaciones contra el alza del pasaje de las micros. En la tarde dejamos la revolución un rato y asistimos a la conferencia del llamado 'filósofo del absurdo'. Me causó una gran impresión, el recinto estaba repleto", recordó entonces Calderón.
Albert Camus deja el país el 19 de agosto. El escritor volvió a París para ir al estreno de su obra "Los inocentes". Aunque estuvo en Chile sólo por cinco días, en medio de revueltas sociales, confesó que le gustó y que incluso podría vivir acá, pero en otras circunstancias.
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La emancipación social era un tema que inquietaba a Camus en su visita y fue el eje principal de sus charlas en Santiago.
De vuelta, 63 años después
Para conmemorar los 100 años del nacimiento de Albert Camus, Chile se ha sumado a las celebraciones que se realizarán en el mundo.
Las Jornadas Internacionales Albert Camus 2013, organizadas por el historiador Patricio Arriagada, estarán a cargo del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica y se encargarán de destacar la vida y obra de este influyente intelectual. El proyecto que contempla una exposición fotográfica, ciclos de cine francés, seminarios internacionales, montajes teatrales y charlas se llevará a cabo a lo largo del año, y además cuenta con el apoyo de la Embajada de Francia, Liceo Saint-Exupéry (Alianza Francesa) y el Instituto Chileno-Francés. Para más información, contactar en Camus2013@gmail.com.
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