SOCIEDAD DE BIBLIÓFILOS CHILENOS, fundada en 1945

Chile, fértil provincia, y señalada / en la región antártica famosa, / de remotas naciones respetada / por fuerte, principal y poderosa, / la gente que produce es tan granada, / tan soberbia, gallarda y belicosa, / que no ha sido por rey jamás regida, / ni a extranjero dominio sometida. La Araucana. Alonso de Ercilla y Zúñiga

My Photo
Name:
Location: Santiago de Chile, Región Metropolitana, Chile

Editor: Neville Blanc

Sunday, January 20, 2013

El andar al ritmo propio

Pedro Gandolfo

El Mercurio Sábado 19 de Enero de 2013


Del pasear 

Pedro-Gandolfo.jpg

Las vacaciones son una ocasión para pasear, una entretención más bien morosa que favorece la conversación, la divagación y la ensoñación, actividades que escasean durante el período laboral. En "Cuento de Verano" -una película notable de Eric Rohmer-, los personajes se conocen y relacionan en medio de interminables paseos por la playa y los senderos que bordean una costa agreste y hermosa. El erotismo crece allí de manera luminosa y tentativa. Para Robert Walser, el gran escritor austríaco -él mismo un paseante inclaudicable-, en sus deslumbrantes narraciones el paseo es un tópico con una proyección casi ideológica: a contracorriente de la carrera predeterminada socialmente hacia el éxito, su obra propone el paseo azaroso como itinerario vital. En esta visión, el andar al ritmo propio (nada de trekking , esfuerzo ni metas que vencer, por favor), despreocupado y libre posibilita también una cierta conjunción -casi religiosa- con la naturaleza que, desde luego, el corredor, trotador, automovilista y, para qué decir, el motonetista, dilapidan por completo en la celeridad y autismo de su marcha.

El cultivo del paseo supone la existencia de una ruta a su medida, a la medida del andante: esa vía es el sendero. Paseo y sendero se corresponden como automóvil y carretera. En algunas regiones, más civilizadas, se ofrecen completos mapas de senderos que permiten al paseante ir cómodamente de un lugar a otro por caminos interiores delimitados y garantizados desde tiempos inmemoriales. Henry David Thoreau -el magnífico autor de "Walden" y de "La desobediencia civil", uno de los paseantes más convencidos y tenaces- escribió un par de opúsculos deliciosos sobre el caminar. Allí es posible encontrar las mejores razones dadas para esta práctica de vagabundos, ociosos y contemplativos. Es curioso cómo es usual que los autores -sean escritores, cineastas, filósofos- amantes del paseo introduzcan múltiples rastros y pausas de su vagar en la arquitectura de sus obras, siguiendo los zigzagueos de los protagonistas en su escritura o narración, incurriendo en sorprendentes elipsis y saltos, dejando historias sin concluir o abriendo digresiones de manera súbita, deteniéndose otras veces en escenas de modo semejante a quien se pone a descansar en una banca para mirar un paisaje. Esta forma muy suelta de narrar o pensar, que aparece también en "Las ensoñaciones de un paseante solitario", de Rousseau; en "Tristán Shandy", de Sterne, o en "Seymour. Una introducción", de J. D. Salinger, no hace perder la unidad de lo que se cuenta o se piensa y, a cambio, le confiere a su escritura esa cadencia andarina que es el equivalente en el texto o en las imágenes de un paseo donde lo importante es pasear.

Circuit City Coupon
Circuit City Coupon