El Cervantes Touch Light es el e-reader más avanzado en la oferta de bq
A Cervantes le hubiera gustado leer aquí
12 Abr 2013 | deja tu comentario
El Cervantes Touch Light es el e-reader más avanzado en la oferta de bq.
Cervantes Touch Light es la versión avanzada del anterior Touch, y el modelo más sofisticado de e-reader en la oferta actual del fabricante español bq.
Empezando con el diseño, el e-reader tiene un solo botón físico, que servirá para volver a la pantalla de inicio. El resto de opciones (menús, configuración, anotaciones, etc.) se maneja desde la pantalla. De esta forma, el aparato es compacto y cómodo, con una carcasa de goma agradable al tacto. No es el modelo más ligero (222 gramos), aunque sí fácil de sostener y manejar con una sola mano.
El Touch Light viene con 2 GB de memoria, suficientes para albergar una amplia librería digital, que además son ampliables con tarjeta microSD. La carga de la batería es muy rápida, y sus 1.500 mAh garantizan muchas horas de lectura entre carga y carga. También es rápida la transferencia de archivos desde el ordenador, básicamente conectar, copiar y pegar, sin software ni instalaciones adicionales.
Uno de los elementos innovadores del Touch Light es su pantalla con luz integrada regulable. La tecnología Frontlight permite leer cómodamente en condiciones de poca luminosidad (por ejemplo, en la cama sin molestar a los acompañantes), y también mejora la calidad de lectura en pantalla con luz natural.
Hablando de pantalla, la del Touch Light es de 6 pulgadas, con resolución 758 x 1024, 212 DPI. El tacto es muy sensible, tanto que tendremos que tener cuidado para no pasar de página o abrir un menú involuntariamente. Además, incorpora tecnología de detección táctil por infrarrojos, lo que mejora la velocidad de respuesta.
El e-reader también incorpora wifi, útil para la transferencia y descarga de archivos. También nos permite navegar por Internet, aunque aquí sí muestra ciertas limitaciones, lógicas por otra parte (¡no estamos hablando de una tablet!). El desplazamiento de la pantalla del navegador es lento, y los scrolls hacia arriba o abajo se hacen en la dirección contraria a la que estamos acostumbrados en tabletas y smartphones. Aún así, la conexión a Internet cumple, y puede servirnos para sacarnos de algún apuro.
Los interfaces y menús son sencillos y fáciles de manejar, una vez que nos hayamos acostumbrado a algunos gestos para abrir menús y opciones. El procesador FS507 i.MX a 800 MHz es suficiente para que los tiempos de respuesta sean rápidos. No tan rápido es el teclado, quizá lo menos conseguido en el software y el diseño del Touch Light, un tanto engorroso y lento.
Una consideración final: el Touch Light no incluye altavoces ni clavija para auriculares, es decir, no ofrece la opción de escuchar música como en otros lectores digitales, sólo lectura pura y dura. Habrá quien lo eche de menos, y habrá quien piense que (la música) es un detalle irrelevante en un e-reader.
El precio del Touch Light es de 129 euros, lo que lo sitúa en una gama media-alta en el ranking de precios si hablamos exclusivamente de e-readers. Aunque su buen rendimiento y facilidad de manejo lo convierte en una opción atractiva para quien busque exclusivamente un lector digital. En conclusión, Cervantes no desmerece el nombre que lleva.
Empezando con el diseño, el e-reader tiene un solo botón físico, que servirá para volver a la pantalla de inicio. El resto de opciones (menús, configuración, anotaciones, etc.) se maneja desde la pantalla. De esta forma, el aparato es compacto y cómodo, con una carcasa de goma agradable al tacto. No es el modelo más ligero (222 gramos), aunque sí fácil de sostener y manejar con una sola mano.
El Touch Light viene con 2 GB de memoria, suficientes para albergar una amplia librería digital, que además son ampliables con tarjeta microSD. La carga de la batería es muy rápida, y sus 1.500 mAh garantizan muchas horas de lectura entre carga y carga. También es rápida la transferencia de archivos desde el ordenador, básicamente conectar, copiar y pegar, sin software ni instalaciones adicionales.
Uno de los elementos innovadores del Touch Light es su pantalla con luz integrada regulable. La tecnología Frontlight permite leer cómodamente en condiciones de poca luminosidad (por ejemplo, en la cama sin molestar a los acompañantes), y también mejora la calidad de lectura en pantalla con luz natural.
Hablando de pantalla, la del Touch Light es de 6 pulgadas, con resolución 758 x 1024, 212 DPI. El tacto es muy sensible, tanto que tendremos que tener cuidado para no pasar de página o abrir un menú involuntariamente. Además, incorpora tecnología de detección táctil por infrarrojos, lo que mejora la velocidad de respuesta.
El e-reader también incorpora wifi, útil para la transferencia y descarga de archivos. También nos permite navegar por Internet, aunque aquí sí muestra ciertas limitaciones, lógicas por otra parte (¡no estamos hablando de una tablet!). El desplazamiento de la pantalla del navegador es lento, y los scrolls hacia arriba o abajo se hacen en la dirección contraria a la que estamos acostumbrados en tabletas y smartphones. Aún así, la conexión a Internet cumple, y puede servirnos para sacarnos de algún apuro.
Los interfaces y menús son sencillos y fáciles de manejar, una vez que nos hayamos acostumbrado a algunos gestos para abrir menús y opciones. El procesador FS507 i.MX a 800 MHz es suficiente para que los tiempos de respuesta sean rápidos. No tan rápido es el teclado, quizá lo menos conseguido en el software y el diseño del Touch Light, un tanto engorroso y lento.
Una consideración final: el Touch Light no incluye altavoces ni clavija para auriculares, es decir, no ofrece la opción de escuchar música como en otros lectores digitales, sólo lectura pura y dura. Habrá quien lo eche de menos, y habrá quien piense que (la música) es un detalle irrelevante en un e-reader.
El precio del Touch Light es de 129 euros, lo que lo sitúa en una gama media-alta en el ranking de precios si hablamos exclusivamente de e-readers. Aunque su buen rendimiento y facilidad de manejo lo convierte en una opción atractiva para quien busque exclusivamente un lector digital. En conclusión, Cervantes no desmerece el nombre que lleva.
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