ARTURO ALESSANDRI PALMA
ACADEMIA DE LA HISTORIA Hallazgo bibliográfico:
Publican recuerdos de juventud de Arturo Alessandri Palma
La Academia Chilena de la Historia publica, por intermedio de su actual presidente José Miguel Barros, un importante hallazgo realizado en la Sala Medina de la Biblioteca Nacional. Se trata de escritos de Arturo Alessandri Palma sobre su niñez y juventud.
El Mercurio domingo 22 de noviembre de 2009
El Mercurio domingo 22 de noviembre de 2009
Una notable pesquisa bibliográfica realizada por José Miguel Barros, actual presidente de la Academia Chilena de la Historia, le permitió dar con un valioso documento que había permanecido extraviado a pesar de las referencias que existían sobre él. Se trata de los recuerdos que escribió Arturo Alessandri Palma de su niñez y juventud. Estaban en forma de pruebas de imprenta para ser publicados junto a un estudio crítico de Guillermo Feliú Cruz sobre el autor, también hallado como el anterior, en el Archivo Documental de la Sala Medina de la Biblioteca Nacional. Este corpus dado a conocer en 2007 en la Academia ve ahora la luz pública, junto a una fotografía desconocida del político.
Estos recuerdos de juventud fueron escritos por Alessandri entre 1943 y 1944, y abarcan un extenso período, desde su nacimiento en 1868 hasta 1920. De ahí en adelante sus memorias como Presidente de la República en dos ocasiones, fueron publicadas en 1967 en el libro Recuerdos de Gobierno, por la Editorial Nascimento.
Aparte de ciertas vivencias infantiles narradas en estos recuerdos, son breves las referencias a situaciones íntimas o a la vida privada de su autor, afirma el prologuista José Miguel Barros. Y en cambio, hay importantes omisiones, como su incorporación a una orden masónica, ciertos negocios realizados con el salitre y lazos sentimentales que lo ataron en esa época.
El estudio crítico de Feliú Cruz
Guillermo Feliú Cruz concibió a manera de prólogo del libro que pensaba publicar con los recuerdos de Alessandri un voluminoso estudio crítico de 19 capítulos. Se trata al decir de Barros, de una vasta incursión histórico-bibliográfica, donde el autor pone énfasis en la evolución del personaje y en la germinación de su interés por la "cuestión social"; luego aborda el tema de los escritos autobiográficos de Alessandri, los libros que se le dedicaron y las opiniones, a veces discrepantes que sobre su época expresaron diversos ensayistas nacionales, como Domingo Amunátegui Solar, Ricardo Donoso y Alberto Edwards. Termina dicho estudio crítico de Feliú con un texto más amplio sobre los memorialistas nacionales.
El "estudio" comenta y a veces enjuicia algunos de los episodios biográficos más sobresalientes de los Recuerdos de Juventud de Alessandri. Feliú Cruz juzga de forma muy positiva la figura del político liberal, y lo presenta como una personalidad con un destino predeterminado desde su niñez. Ve en Alessandri una voluntad de poder al servicio de una causa pública y desinteresada, una inteligencia lúcida y una gran capacidad para encauzar su apetito de poder y, sobre todo, una vocación de caudillo muy al estilo de la tradición de este continente: "Todo gobernante verdaderamente tal, que siente la apetencia del poder para llevar a cabo los ideales de bien público que desea imponer, es un dominador. Por lo menos, en los países latinoamericanos, ese es el sello. Necesita quebrantar voluntades; combatir grupos de intereses o de presión; formar partidarios nutriéndolos de una mística..."
Más adelante afirma, "la suerte le sonrió. Contó con una vasta clientela que le dio dinero y obtuvo más todavía en negocios mineros e industriales en los cuales hizo varias fortunas; así en plural. Las aventó y malbarató en las luchas políticas..."
El "Estudio crítico" de Feliú Cruz, que demostró ser mucho más que una mera introducción formal a los recuerdos de Alessandri, quedó inconcluso. Algunas referencias indican que el autor todavía trabajaba en él en 1972.
Publicamos fragmentos de los recuerdos de Alessandri en su niñez en el campo y su experiencia como testigo directo, en 1881, de la entrada en Santiago del Ejército de Manuel Baquedano.
Estos recuerdos de juventud fueron escritos por Alessandri entre 1943 y 1944, y abarcan un extenso período, desde su nacimiento en 1868 hasta 1920. De ahí en adelante sus memorias como Presidente de la República en dos ocasiones, fueron publicadas en 1967 en el libro Recuerdos de Gobierno, por la Editorial Nascimento.
Aparte de ciertas vivencias infantiles narradas en estos recuerdos, son breves las referencias a situaciones íntimas o a la vida privada de su autor, afirma el prologuista José Miguel Barros. Y en cambio, hay importantes omisiones, como su incorporación a una orden masónica, ciertos negocios realizados con el salitre y lazos sentimentales que lo ataron en esa época.
El estudio crítico de Feliú Cruz
Guillermo Feliú Cruz concibió a manera de prólogo del libro que pensaba publicar con los recuerdos de Alessandri un voluminoso estudio crítico de 19 capítulos. Se trata al decir de Barros, de una vasta incursión histórico-bibliográfica, donde el autor pone énfasis en la evolución del personaje y en la germinación de su interés por la "cuestión social"; luego aborda el tema de los escritos autobiográficos de Alessandri, los libros que se le dedicaron y las opiniones, a veces discrepantes que sobre su época expresaron diversos ensayistas nacionales, como Domingo Amunátegui Solar, Ricardo Donoso y Alberto Edwards. Termina dicho estudio crítico de Feliú con un texto más amplio sobre los memorialistas nacionales.
El "estudio" comenta y a veces enjuicia algunos de los episodios biográficos más sobresalientes de los Recuerdos de Juventud de Alessandri. Feliú Cruz juzga de forma muy positiva la figura del político liberal, y lo presenta como una personalidad con un destino predeterminado desde su niñez. Ve en Alessandri una voluntad de poder al servicio de una causa pública y desinteresada, una inteligencia lúcida y una gran capacidad para encauzar su apetito de poder y, sobre todo, una vocación de caudillo muy al estilo de la tradición de este continente: "Todo gobernante verdaderamente tal, que siente la apetencia del poder para llevar a cabo los ideales de bien público que desea imponer, es un dominador. Por lo menos, en los países latinoamericanos, ese es el sello. Necesita quebrantar voluntades; combatir grupos de intereses o de presión; formar partidarios nutriéndolos de una mística..."
Más adelante afirma, "la suerte le sonrió. Contó con una vasta clientela que le dio dinero y obtuvo más todavía en negocios mineros e industriales en los cuales hizo varias fortunas; así en plural. Las aventó y malbarató en las luchas políticas..."
El "Estudio crítico" de Feliú Cruz, que demostró ser mucho más que una mera introducción formal a los recuerdos de Alessandri, quedó inconcluso. Algunas referencias indican que el autor todavía trabajaba en él en 1972.
Publicamos fragmentos de los recuerdos de Alessandri en su niñez en el campo y su experiencia como testigo directo, en 1881, de la entrada en Santiago del Ejército de Manuel Baquedano.
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