DE CURICO A LA COSTA
"De Curicó a la costa" Autor : Editor Víctor Manuel Avilés Mejías más 17 coautores Editoria l. Librería América del Sur Precio : $12.000
HUIDOBRO iba con su madre y Rayén creció en el canto, hasta llegar a la Scala.
BALMACEDA. Proyectó hacer ahí un fondeadero para la Escuadra.
BALMACEDA. Proyectó hacer ahí un fondeadero para la Escuadra.
PRESENTACIÓN Los alegres autores del libro "De Curicó a la costa", en la histórica hostería de Iloca, un par de semana antes del tsunami.
ILOCA en una fotografía antigua de la localidad.
ILOCA Reciente libro sobre esta zona:
"De Curicó a la costa": las historias de un Chile desconocido, hoy devastado por la catástrofe
Hace tres semanas un grupo de cronistas e historiadores remaron por el río Mataquito para presentar, en Iloca, el libro "De Curicó a la costa". Sacaron a flote la historia que sólo ahora aparece para muchos chilenos. Allí veraneaba Vicente Huidobro, acudían con frecuencia los presidentes Balmaceda y Alessandri Palma, nació el poeta De Rokha y creció la mítica soprano Rayén Quitral.
CECILIA VALDÉS URRUTIA
Artes y Letras Santiago de Chile domingo 7 de marzo de 2010 Actualizado a las 6:26 hrs. El Mercurio
"Mamacita adorada. Aún no he podido partir a Iloca pues estuve un poco enfermo. Partiré mañana o pasado. Fui a ver al médico que Ud. me dijo que viera, el Dr. Yáñez, porque tenía manchas en el cuerpo, picazón y un estado fiebroso. Me hizo un examen muy completo, con rayos x. Me dio una receta. Cree que todo es puramente nervioso y que tengo un poco de desfosforización por demasiado trabajo. Pienso que todo se me pasará en el campo. Trataré de no trabajar durante la primera semana (...) ¿Cómo está Ud.? Cuídese mucho y pórtese muy bien. Acuéstese temprano, no tome demasiado sol directo, respire entre sus eucaliptos. Hágase agradable y ligera la vida latosa de los campos chilenos entre chilenos. Cuídese mucho. Un abrazo y un beso de su hijo, Vicente. 24 de enero de 1934".
Con esta carta inédita del poeta Vicente Huidobro -encontrada por el bibliófilo César Soto Gómez- parte esta nueva edición ampliada del libro "De Curicó a la costa", compilado por el abogado Víctor Manuel Avilés, en el que escriben otros 18 autores sobre la historia, personajes y costumbres de la región costera de Curicó. Obra en la que se rescatan y redescubren aspectos desconocidos "de esos lugares históricos que no habían sido consignados así en ningún texto", según reseñara el escritor y ex director del diario La Prensa de Curicó, Óscar Ramírez Merino.
Este libro se presentó el martes dos de febrero -en la desembocadura del río Mataquito- tres semanas antes del terremoto y del tsunami que devastaron la región. Muchas de las historias que recopila habrían sido imposibles de recoger hoy, tras el cataclismo .
Navegaron hasta donde partió el maremoto
"Era un día de mucho sol y corría un fuerte viento, era el día de la fiesta de la Candelaria. Escogí esa fecha también porque fue, un dos de febrero de 1897, cuando se casaron mis abuelos, doña Esther Beunza Flores y Manuel Antonio Avilés Inostroza, quienes luego de ser despedidos en Curicó por el Regimiento de Dragones partieron a pasar su luna de miel a Iloca", cuenta a "Artes y Letras", el editor del libro, Víctor Manuel Avilés.
Para la reciente presentación asistieron más de 200 personas. Algunos de los coautores se subieron a un bote, en la caleta La Pesca, y navegaron por el Mataquito (donde confluyen los ríos Lontué y Teno) hasta el mar. Llevaban una gran botella con el libro adentro, además de un racimo de uva y arena, que simbolizaban el campo y la playa de Iloca. "Llegamos hasta el mar, en las cercanías de Rancura, adonde avanzaría el tsunami días después: ahí lanzamos la obra con la idea de que con el tiempo algún náufrago pudiera encontrarla", recuerda Avilés.
La presentación continuó -reviviendo las costumbres de antaño- con el editor y los coautores Sidney Ojeda y Lucy Ana Avilés arriba de un coche del siglo XIX. Llegaron hasta la legendaria Hostería Iloca, ubicada frente al mar, que había sido levantada sobre el solar de don Agustín Besoain de la Fuente, uno de los fundadores del hermoso balneario de Iloca, de 1871. El coche usado en la presentación provenía del mítico Fundo Lora, el principal campo ganadero que originó el nombre histórico de esta zona.
Lora es la parte más antigua de toda la costa curicana -cuya pasado histórico se remonta a antes de la llegada de los españoles- y comprende desde el río Mataquito hasta Llico (en la costa de Vichuquén) pasando por Licantén, Iloca, Duao y Lipimavida, uno de los territorios que más sufrieron con el sismo.
Rokha, hijo de Licantén
El gran poeta chileno Pablo de Rokha (Carlos Díaz Loyola) fue hijo de esta zona. "Soy nacido y criado en Licantén, donde el río Mataquito se une al océano, en la heredad familiar de los Díaz Loyola ... y con el tiempo voy volviendo a nacer en la piedra", dice Rokha en los versos de su poema "Oceánico". Era el mayor de 18 hermanos y en Licantén se conservó la casa original chilena de una enorme belleza, hasta 1986, con la entonces crecida del río Mataquito, señala César Soto Gómez. El bibliófilo postula que la poesía de Pablo de Rokha se relaciona "con la conjunción del río Mataquito y el mar. Esa tumultuosidad suya viene de ahí: su poesía da cuenta de lo que pasó ahora. Es una poesía cataclísmica, de fuerza de la naturaleza".
El poeta Huidobro debió acompañar también a su madre a veranear a los campos de Iloca. Era un balneario muy importante en las décadas del 20, 30 y 40 y hasta hoy era la gran playa de Curicó. "Ya en 1898 el diario La Prensa anuncia la instalación de la empresa Molina y Rodríguez que disponía de cómodos carruajes y con cocheros a toda prueba" para trasladarse hacia la costa.
Los servicios de los cocheros eran a Rauco, La Huerta, Peralillo, Hualañé, La Placilla e Iloca. A principios de siglo una serie de grupos familiares se movilizaban a la costa en coche, de trompa o las famosas bateas -similares a los adminículos para lavar- o simplemente en carretas tiradas por bueyes o caballos. Entre las familias de Curicó y otras ciudades que viajaban allí estaban los León, los Guerra, Correa, Donoso, Mozo, Concha, Undurraga y los Avilés (de quienes se conservaba una casa solariega de adobe, que resistió parcialmente el terremoto), quienes lo hacían con tropillas de caballos de reemplazo y con paradas obligatorias en Quepoca, La Huella, Peralillo, Hualañé, Licantén, Quelmen, Lora.", reseña Avilés.
Míticos artistas
La mítica y hermosa soprano Rayén Quitral -de quien hay un debate sobre si nació en Iloca o en Temuco, en 1916- pasó su infancia en este balneario. "Ella siempre recordaba sus inicios cuando cantaba en el coro de la iglesia", afirma en el libro la historiadora María Teresa Avilés.
De rasgos mapuches y voz sorprendente, Quitral partió trabajando en la zona en tareas domésticas y oyendo cantar a su patrona, siguió en el canto y llegó hasta presentarse en Santiago. Después saltó, en los años 40, hasta teatros como el Covent Garden, La Scala y el Colón. Sus más celebrados roles fueron la Reina de la Noche en "La Flauta Mágica" de Mozart y en "Lucia di Lammermoor", de Donizetti.
El pintor Eucarpio Espinosa -gran dibujante de retratos y bodegones- nació también en Vichuquén en 1867; mientras el historiador y ensayista curicano René León Echaiz (1914-1976) escribió historia y novelas inspiradas allí: "El Costino chileno", "Mientras corre el río", "El toqui Lautaro" y "Prehistoria de Chile central".
República de Indios
Entre los estudios que incluye la reciente publicación, figura la valiosa investigación del historiador y profesor de Derecho Mario Manríquez Guerra, quien precisa que la zona en cuestión, llamada antaño Lora, "es además una denominación muy antigua y famosa, que figura en todos los mapas del siglo XVII y XVIII". Manríquez aborda la época de "la república de los Indios" y sigue con la etapa colonial apuntando que "la gran merced de tierra desde Mataquito hasta Llico fue concedida a García Torres Carvajal".
De Lora procede también la celebración de origen incaico más antigua de Chile: la "Fiesta del negro, anterior a la de Andacollo", precisa el cronista Juan Guillermo Prado. Está dedicada a la Virgen del Rosario y tiene lugar el tercer domingo de octubre. Durante ella se saluda a la Virgen con la bandera y todos acuden con el cuerpo pintado de negro y disfrazados con pieles de oveja.
La religiosidad popular allí es muy fuerte. Ya se cita en los escritos antiguos la parroquia de Lora, de 1580, como la de mayor antigüedad. Duao y otras localidades tuvieron luego iglesias fruto de la evangelización de franciscanos y párrocos diocesanos", añade Prado
El viñatero y coleccionista Sidney Ojeda escribe sobre la actualidad de esta zona. Los lugares, caminos, construcciones y singulares personajes que conformaban, hasta hace poco, esas tradicionales e históricas localidades profundamente chilenas. Huerta, Hualañé, Licantén, Iloca, Duao, Lipimavida e Infiernillo y Vichuquén. Muchas que ya, lamentablemente, son sólo historia.
Lautaro, Balmaceda y el León por Iloca
Hay dos versiones sobre la muerte de Lautaro : una dice que habría perecido en la batalla de Peteroa, al sur del Mataquito ; la otra señala que fue en La Huerta, en el borde norte del río. La conclusión a la que llega aquí el historiador René Correa, basado también en Barros Arana y Encina, es que fue en Peteroa.
De la historia de Chile más reciente, el Presidente Balmaceda -nacido en Bucalemu, en 1819- "era un asiduo visitante del extremo costero: Llico, Vichuquén e Iloca . En esta última localidad solía alojarse en Lipimávida, en casa de la familia Gamboa", señala Avilés. Pero eso no es todo: Balmaceda impulsó la idea de que Vichuquén pudiera ser fondeadero de la Escuadra chilena . Por su parte, Arturo Alessandri Palma vio allí sus inicios políticos. "Como candidato a diputado por Curicó y Vichuquén recorría las distintas localidades del lugar, llegando a Iloca, Nilahue y Boyecura de poncho rojo cubierto y tocado de inmenso guarapón campero", relata Avilés.
"De Curicó a la costa": las historias de un Chile desconocido, hoy devastado por la catástrofe
Hace tres semanas un grupo de cronistas e historiadores remaron por el río Mataquito para presentar, en Iloca, el libro "De Curicó a la costa". Sacaron a flote la historia que sólo ahora aparece para muchos chilenos. Allí veraneaba Vicente Huidobro, acudían con frecuencia los presidentes Balmaceda y Alessandri Palma, nació el poeta De Rokha y creció la mítica soprano Rayén Quitral.
CECILIA VALDÉS URRUTIA
Artes y Letras Santiago de Chile domingo 7 de marzo de 2010 Actualizado a las 6:26 hrs. El Mercurio
"Mamacita adorada. Aún no he podido partir a Iloca pues estuve un poco enfermo. Partiré mañana o pasado. Fui a ver al médico que Ud. me dijo que viera, el Dr. Yáñez, porque tenía manchas en el cuerpo, picazón y un estado fiebroso. Me hizo un examen muy completo, con rayos x. Me dio una receta. Cree que todo es puramente nervioso y que tengo un poco de desfosforización por demasiado trabajo. Pienso que todo se me pasará en el campo. Trataré de no trabajar durante la primera semana (...) ¿Cómo está Ud.? Cuídese mucho y pórtese muy bien. Acuéstese temprano, no tome demasiado sol directo, respire entre sus eucaliptos. Hágase agradable y ligera la vida latosa de los campos chilenos entre chilenos. Cuídese mucho. Un abrazo y un beso de su hijo, Vicente. 24 de enero de 1934".
Con esta carta inédita del poeta Vicente Huidobro -encontrada por el bibliófilo César Soto Gómez- parte esta nueva edición ampliada del libro "De Curicó a la costa", compilado por el abogado Víctor Manuel Avilés, en el que escriben otros 18 autores sobre la historia, personajes y costumbres de la región costera de Curicó. Obra en la que se rescatan y redescubren aspectos desconocidos "de esos lugares históricos que no habían sido consignados así en ningún texto", según reseñara el escritor y ex director del diario La Prensa de Curicó, Óscar Ramírez Merino.
Este libro se presentó el martes dos de febrero -en la desembocadura del río Mataquito- tres semanas antes del terremoto y del tsunami que devastaron la región. Muchas de las historias que recopila habrían sido imposibles de recoger hoy, tras el cataclismo .
Navegaron hasta donde partió el maremoto
"Era un día de mucho sol y corría un fuerte viento, era el día de la fiesta de la Candelaria. Escogí esa fecha también porque fue, un dos de febrero de 1897, cuando se casaron mis abuelos, doña Esther Beunza Flores y Manuel Antonio Avilés Inostroza, quienes luego de ser despedidos en Curicó por el Regimiento de Dragones partieron a pasar su luna de miel a Iloca", cuenta a "Artes y Letras", el editor del libro, Víctor Manuel Avilés.
Para la reciente presentación asistieron más de 200 personas. Algunos de los coautores se subieron a un bote, en la caleta La Pesca, y navegaron por el Mataquito (donde confluyen los ríos Lontué y Teno) hasta el mar. Llevaban una gran botella con el libro adentro, además de un racimo de uva y arena, que simbolizaban el campo y la playa de Iloca. "Llegamos hasta el mar, en las cercanías de Rancura, adonde avanzaría el tsunami días después: ahí lanzamos la obra con la idea de que con el tiempo algún náufrago pudiera encontrarla", recuerda Avilés.
La presentación continuó -reviviendo las costumbres de antaño- con el editor y los coautores Sidney Ojeda y Lucy Ana Avilés arriba de un coche del siglo XIX. Llegaron hasta la legendaria Hostería Iloca, ubicada frente al mar, que había sido levantada sobre el solar de don Agustín Besoain de la Fuente, uno de los fundadores del hermoso balneario de Iloca, de 1871. El coche usado en la presentación provenía del mítico Fundo Lora, el principal campo ganadero que originó el nombre histórico de esta zona.
Lora es la parte más antigua de toda la costa curicana -cuya pasado histórico se remonta a antes de la llegada de los españoles- y comprende desde el río Mataquito hasta Llico (en la costa de Vichuquén) pasando por Licantén, Iloca, Duao y Lipimavida, uno de los territorios que más sufrieron con el sismo.
Rokha, hijo de Licantén
El gran poeta chileno Pablo de Rokha (Carlos Díaz Loyola) fue hijo de esta zona. "Soy nacido y criado en Licantén, donde el río Mataquito se une al océano, en la heredad familiar de los Díaz Loyola ... y con el tiempo voy volviendo a nacer en la piedra", dice Rokha en los versos de su poema "Oceánico". Era el mayor de 18 hermanos y en Licantén se conservó la casa original chilena de una enorme belleza, hasta 1986, con la entonces crecida del río Mataquito, señala César Soto Gómez. El bibliófilo postula que la poesía de Pablo de Rokha se relaciona "con la conjunción del río Mataquito y el mar. Esa tumultuosidad suya viene de ahí: su poesía da cuenta de lo que pasó ahora. Es una poesía cataclísmica, de fuerza de la naturaleza".
El poeta Huidobro debió acompañar también a su madre a veranear a los campos de Iloca. Era un balneario muy importante en las décadas del 20, 30 y 40 y hasta hoy era la gran playa de Curicó. "Ya en 1898 el diario La Prensa anuncia la instalación de la empresa Molina y Rodríguez que disponía de cómodos carruajes y con cocheros a toda prueba" para trasladarse hacia la costa.
Los servicios de los cocheros eran a Rauco, La Huerta, Peralillo, Hualañé, La Placilla e Iloca. A principios de siglo una serie de grupos familiares se movilizaban a la costa en coche, de trompa o las famosas bateas -similares a los adminículos para lavar- o simplemente en carretas tiradas por bueyes o caballos. Entre las familias de Curicó y otras ciudades que viajaban allí estaban los León, los Guerra, Correa, Donoso, Mozo, Concha, Undurraga y los Avilés (de quienes se conservaba una casa solariega de adobe, que resistió parcialmente el terremoto), quienes lo hacían con tropillas de caballos de reemplazo y con paradas obligatorias en Quepoca, La Huella, Peralillo, Hualañé, Licantén, Quelmen, Lora.", reseña Avilés.
Míticos artistas
La mítica y hermosa soprano Rayén Quitral -de quien hay un debate sobre si nació en Iloca o en Temuco, en 1916- pasó su infancia en este balneario. "Ella siempre recordaba sus inicios cuando cantaba en el coro de la iglesia", afirma en el libro la historiadora María Teresa Avilés.
De rasgos mapuches y voz sorprendente, Quitral partió trabajando en la zona en tareas domésticas y oyendo cantar a su patrona, siguió en el canto y llegó hasta presentarse en Santiago. Después saltó, en los años 40, hasta teatros como el Covent Garden, La Scala y el Colón. Sus más celebrados roles fueron la Reina de la Noche en "La Flauta Mágica" de Mozart y en "Lucia di Lammermoor", de Donizetti.
El pintor Eucarpio Espinosa -gran dibujante de retratos y bodegones- nació también en Vichuquén en 1867; mientras el historiador y ensayista curicano René León Echaiz (1914-1976) escribió historia y novelas inspiradas allí: "El Costino chileno", "Mientras corre el río", "El toqui Lautaro" y "Prehistoria de Chile central".
República de Indios
Entre los estudios que incluye la reciente publicación, figura la valiosa investigación del historiador y profesor de Derecho Mario Manríquez Guerra, quien precisa que la zona en cuestión, llamada antaño Lora, "es además una denominación muy antigua y famosa, que figura en todos los mapas del siglo XVII y XVIII". Manríquez aborda la época de "la república de los Indios" y sigue con la etapa colonial apuntando que "la gran merced de tierra desde Mataquito hasta Llico fue concedida a García Torres Carvajal".
De Lora procede también la celebración de origen incaico más antigua de Chile: la "Fiesta del negro, anterior a la de Andacollo", precisa el cronista Juan Guillermo Prado. Está dedicada a la Virgen del Rosario y tiene lugar el tercer domingo de octubre. Durante ella se saluda a la Virgen con la bandera y todos acuden con el cuerpo pintado de negro y disfrazados con pieles de oveja.
La religiosidad popular allí es muy fuerte. Ya se cita en los escritos antiguos la parroquia de Lora, de 1580, como la de mayor antigüedad. Duao y otras localidades tuvieron luego iglesias fruto de la evangelización de franciscanos y párrocos diocesanos", añade Prado
El viñatero y coleccionista Sidney Ojeda escribe sobre la actualidad de esta zona. Los lugares, caminos, construcciones y singulares personajes que conformaban, hasta hace poco, esas tradicionales e históricas localidades profundamente chilenas. Huerta, Hualañé, Licantén, Iloca, Duao, Lipimavida e Infiernillo y Vichuquén. Muchas que ya, lamentablemente, son sólo historia.
Lautaro, Balmaceda y el León por Iloca
Hay dos versiones sobre la muerte de Lautaro : una dice que habría perecido en la batalla de Peteroa, al sur del Mataquito ; la otra señala que fue en La Huerta, en el borde norte del río. La conclusión a la que llega aquí el historiador René Correa, basado también en Barros Arana y Encina, es que fue en Peteroa.
De la historia de Chile más reciente, el Presidente Balmaceda -nacido en Bucalemu, en 1819- "era un asiduo visitante del extremo costero: Llico, Vichuquén e Iloca . En esta última localidad solía alojarse en Lipimávida, en casa de la familia Gamboa", señala Avilés. Pero eso no es todo: Balmaceda impulsó la idea de que Vichuquén pudiera ser fondeadero de la Escuadra chilena . Por su parte, Arturo Alessandri Palma vio allí sus inicios políticos. "Como candidato a diputado por Curicó y Vichuquén recorría las distintas localidades del lugar, llegando a Iloca, Nilahue y Boyecura de poncho rojo cubierto y tocado de inmenso guarapón campero", relata Avilés.
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